El sacerdote estepeño Rafael Machuca y Juárez, reconocido como mártir por la iglesia católica, ha sido beatificado el 18 de noviembre en Sevilla.
La Archidiócesis de Sevilla dio a conocer el pasado verano la noticia de que el 18 de noviembre se llevaría a cabo la beatificación de un total de 20 mártires sevillanos, asesinados en tiempos de la Guerra Civil española, entre los que se encontraba un estepeño: el sacerdote Rafael Machuca y Juárez de Negrón. Fue la Secretaría de Estado del Vaticano la que, indica el Arzobispado hispalense, había comunicado al arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, la fecha en que tendría lugar la beatificación del sacerdote Rafael Machuca y Juárez y 19 compañeros sacerdotes, seminarista y laicos, asesinados por odio a la fe en 1936 en el contexto de la persecución religiosa que tuvo lugar en España durante la pasada guerra civil.
La celebración de la beatificación se realizó en la Catedral de Sevilla el sábado 18 de noviembre, a las once de la mañana, en una eucaristía presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos.
Estos sacerdotes y laicos, considerados mártires por la iglesia católica, tienen su martirio reconocido como tal desde el pasado 22 de junio. Entonces, el Arzobispado ya informó de que esto se había aprobado «en la sesión ordinaria de cardenales y obispos del Dicasterio para las Causa de los Santos». El proceso comenzó allá por el 2012, primero con la recogida de testimonios probatorios del martirio; dos años más tarde, en octubre de 2014, tuvo lugar la apertura de la causa de beatificación y canonización de estos mártires de la Archidiócesis de Sevilla, y el 27 de noviembre de 2016 quedó clausurada la fase diocesana, competente de Sevilla, y la causa pasó directamente a ser estudiada por Roma.
El Arzobispado de Sevilla explica que, durante los 11 años que ha durado la causa de beatificación, «se llevó a cabo una exhaustiva investigación histórica y testimonial sobre el presunto martirio de una veintena de personas, tarea que ahora se ve culminada con el reconocimiento como mártires de este grupo de diez sacerdotes, un seminarista, una fiel cristiana laica y ocho fieles cristianos laicos sevillanos.»
-Beato P. Rafael Machuca y Juárez de Negrón:
En el caso que atañe a nuestro pueblo hablamos de Rafael Machuca y Juárez de Negrón, cura de 54 años que, en el momento de su asesinato, era coadjutor de la Iglesia de la Asunción de Estepa.
Nació el P. Rafael Machuca y Juárez de Negrón en Estepa (Sevilla) el 30 de abril de 1881. Fue bautizado el 5 de mayo posterior en la Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción, la Mayor y matriz de la villa. Le impusieron los nombres de Rafael, Gabriel, Catalino de Siena Gregorio de la Santísima Trinidad. Sus padres fueron Rafael Machuca Moreno, hacendado, y Natalia Juárez de Negrón y Lazarte.
Tras obtener el Grado de Bachillerato en el Instituto General y Técnico de Sevilla, “sintiéndose con vocación al estado eclesiástico”, solicitó ingresar en el Seminario General y Pontificio como alumno interno en calidad de oyente; un año más tarde, el 9 de septiembre de 1904, con 23 años, ya que “persisto en mi vocación y desea dar comienzo a los estudios Teológicos” se incorporó a los estudios abreviados de Sagrada Teología que finalizó cuatro años más tarde.
El 18 de diciembre de 1909 recibió la Sagrada Orden del Presbiterado. Todos los informes habían sido favorables, pero quiso el Arcipreste de Estepa añadir unas letras a lo expuesto por los distintos testigos:
“Por mi parte puedo decir que pocas veces, como ahora, he dicho ni creo diré, en conciencia y con la mano sobre o ante el pecho que la conducta del pretendiente es tan adecuada al estado eclesiástico, que fuera de él no estaría en su elemento, pues que parece por su recogimiento, ocupaciones y asistencia a las funciones del culto que ha nacido para dicho estado y no más”.
Desde su Ordenación ejerció de Presbítero en su ciudad natal. El primer encargo parroquial que recibió fue de Coadjutor de la Parroquia de Santa María de Estepa, del que tomó posesión el 1 de noviembre de 1912 y en el que se mantuvo hasta su muerte martirial en Málaga el 31 de agosto de 1936. Durante el largo tiempo que ejerció su ministerio supo ganarse la confianza de sus superiores quienes, al ausentarse, le solían dejar con sus responsabilidades.
Todos los años, por prescripción facultativa y con permiso del Arzobispado, solía acudir hacia el mes de julio al Balneario de Carratraca (Málaga); también lo hizo con fecha 24 de junio de 1936. Al producirse la sublevación militar fueron detenidas en estos baños once personas (tres de ellas sacerdotes, uno el P. Machuca) y enviadas a Málaga so pretexto de que estarían allí más seguros; nada más lejos de la realidad pues al llegar fueron detenidos y pasaron a prisión. Tras un bombardeo de la aviación sublevada sobre Málaga el 30 de agosto, ya de madrugada -sobre las dos- fueron sacadas 120 personas de la cárcel (muchos eran sacerdotes; el P. Machuca entre ellos) y asesinados en represalia. Su cuerpo formó parte de los 94 enterrados en una de las siete fosas del Cementerio de San Rafael malacitano. A finales de 1940 fue exhumado su cuerpo y trasladado a la cripta de los mártires existente en la Capilla de Victoria de la Catedral de Málaga donde aún reposan.