En Estepa también existirían pequeños oradores de carpintería, para satisfacer las necesidades de mobiliario y útiles de madera de la población. Sin embargo, es sintomático que en las “Respuestas Generales” del Claustro de Ensenada, de 1751, no figuren consignados en el Marquesado, arquitectos de retablos y escultores.
La carencia de datos sobre el siglo XVII es prácticamente absoluta. Tampoco han subsistido obras significativas de aquella centuria. En el siglo XVIII muchos de los templos experimentan reforman arquitectónicas que harán necesario la renovación de sus retablos. La función esencial del retablo era la de contribuir a la transformación interior de la arquitectura eclesial, determinando espacios animados, complejos, sorpresivos, que contribuyen a cautivar los ánimos y espiritualidad del fiel
En los años centrales del siglo XVIII diversas ciudades y pueblos del centro de Andalucía se consolidad como centros artísticos de gran importancia, y aparecen en escena una serie de artistas, escultores y retablistas que extienden su influjo más allá de sus respectivas localidades de residencia. Estos centros artísticos se encuentran en Écija, Antequera y el sur de Córdoba (Lucena-Puente Genil). También por su carácter céntrico llegarán obras y tendencias de Sevilla, Córdoba, Málaga y Granada.
Los tres núcleos que preferentemente surtieron a lo largo del siglo XVII y XVIII la demandad de Estepa, parecen haber sido Sevilla, Écija y Antequera.
1. SEVILLA
Sevilla se constituye como uno de los principales centros artísticos de la Península desde finales del siglo XVI. Durante el siglo XVII la mayor parte de los retablos instalados en Estepa debieron proceder de Sevilla, aunque la mayoría de estos retablos fueron sustituidos posteriormente.
-Retablo mayor de Santa María: Ejecutado en los años finales del siglo XVI, fue enmascarado a mediados del siglo XVIII por una serie de añadidos de talla. Se puede apreciar la primitiva estructura entre la talla dieciochesca. Su ejecución fue otorgada al escultor y retablista Andrés de Ocampo en 1583, pero también intervinieron los maestros Bautistas Vázquez “El Viejo” y Juan de Oviedo. En 1639 se dedican los relicarios de las entrecalles. Algunas características del retablo estepeño son la verticalidad, la regular compartimentación del espacio en calles y cuerpos, la combinación de recuadros pictóricos y esculturas, la superposición de órdenes columnarios, la limitación del número de columnas en cada cuerpo (tres a cada lado), la primitiva configuración del ático con un frontón por remate, conteniendo un calvario.
- Retablo mayor y colaterales de Santa Clara: Fue concertado por Pedro Ruiz Paniagua el 15 de junio de 1708 y finalizado un año después. El contrato habla de su comportamiento tetrástila en los dos cuerpos, la disposición en la calle central del sagrario, manifestador y baldaquino conteniendo la Virgen del Pilar. Las esculturas de San Francisco, San Antonio de Padua y Virgen del Pilar estarían en posesión del Convento, mientras Sta. Clara, San Bernardino y el Padre Eterno portando a Cristo Crucificado estarían a cargo de Ruiz Paniagua o el escultor designado para la talla. El grupo escultórico del ático siguió una estampa de Durero. El estilo sigue la retablística sevillana de los años finales del XVII, como son las columnas salomónicas enteras. El perímetro del retablo estaría compuesto por una orla de talla que sería realizado dos o tres décadas más tarde y que se relaciona con la retablística ecijana y cordobesa. Los retablos colaterales dedicados a la Inmaculada y San José son de similar factura al mayor.
2. ÉCIJA
Dos dinastías de artistas brillarán con luz propia durante este siglo, los González Cañero y los Guerrero. Se caracterizan por usar el estípite para articular el cuerpo, concediendo claro protagonismo a la calle central en la que se habilita una gran hornacina o embocadura de camarín y en el plano decorativo destacar la hoja de cardo y, desde los años cincuenta y sesenta, la rocalla. La función principal del retablo es actuar de “frons scenae” del camarín, para lo cual presenta una gran abertura en su calle central.
-Retablo mayor de Los Remedios: Realizado por Juan José González Cañero entre 1733 y 1741, confeccionado en Écija y trasladado progresivamente hasta Estepa. Cañero percibió 12.728 reales en distintos plazos. Dada la avanzada edad de Juan José, la hermandad recurrió al núcleo antequerano para la finalización y modificación de la obra. En concreto, los estípites intermedios son de mayor complejidad compositiva y ornamento, así como las volutas enfrentadas de la cornisa. Esta contribución se debe al escultor antequerano Francisco Primo entre 1744 y 1749. El dorado del retablo se realiza en 1750. También intervendría el escultor José de Medina, residente en este momento en Antequera, realizando diversas esculturas para el retablo (1744-45).
-Retablo mayor de La Asunción: Fechable entre los años treinta y cuarenta del siglo XVIII, fue dorado en 1749. El retablo presenta influencias sevillanas en el uso de los estípites y granadinas en las volutas proyectadas en forma de ala. Fue realizado por Juan José González Cañero.
-Retablo mayor del Carmen: Fue costeado en 1743 por 12.000 reales. Su ejecución se produjo en la década de los cuarenta o principios de los cincuenta, terminando en 1752 el ensamblaje y comenzando las operaciones de dorado. Su autoría corresponde con el taller de Juan José González Cañero y sus seguidores.
-Retablos colaterales de la Iglesia conventual de los franciscanos, en cuyas hornacinas centrales figuran las escultoras de la Inmaculada y San José. Su realización debió tener lugar en los años treinta o cuarenta del XVIII.
-Retablos de la Iglesia de la Victoria: Son retablos concebidos a modo de hornacina, con entrecalles curvas y cascarón acasetonado en el remate. En algunos casos se encuentra una evolución a la rocalla. Se relaciona con los hermanos González Cañero.
1. Retablo de Ntra. Sra. de los Dolores
2. Retablo y camarín de San Francisco de Paula
3. Retablo de Jesús Nazareno
4. Retablo de Ntra. Sra. de las Angustias
5. Retablo de Santa Lucía
6. Retablo de Ntra. Sra. de la Candelaria
7. Retablo de San Blas
8. Retablo de San Francisco de Sales
-Retablos colaterales de la Iglesia del Carmen, dedicados a Jesús de las Penas y San José. Fueron realizados por el maestro Juan Guerrero en los años sesenta del XVIII. La rocalla tiene pleno protagonismo.
Obras del centro artístico de Écija:
Juan José Cañero y su hijo Bartolomé trabajaron para la comarca ecijana-estepeña, extendiendo su labor a zonas próximas de la provincia de Córdoba, principalmente a los pueblos de Santaella y Puente Genil.
-Coro de la Iglesia de Santa Cruz de Écija, Juan José González Cañero
-Monumento del Jueves Santo para Santa María de Écija, Juan José González Cañero
-Retablos laterales de Santa María, Descalzos, San Juan o La Merced de Écija
-Retablo mayor de San Francisco, presbiterio de los Descalzos y los Marroquíes.
-Retablo del trascoro de la parroquia de San Juan de Marchena
-Retablo del Cristo atado a la columna de Santa María
3. ANTEQUERA
La ciudad de Antequera se convierte, a medida que avanza el XVIII, en el centro productor de retablos más pujante de las comarcas centrales de Andalucía. A partir de las influencias sevillanas, granadinas y cordobesas, a mediados del siglo está consolidada una “escuela local” de retablistas y escultores que extienden su producción por las poblaciones cercanas. Como principales figuras de este círculo destacan Antonio Rivera, Andrés Carvajal, Antonio y Francisco Primo, Diego y Miguel Márquez, José de Medina, Bernardo Asensio, José Atencia, Antonio Palomo, todos ellos activos durante el XVIII. Algunos de ellos tuvieron una dedicación preferente al retablo, como fue el caso de los Primo, Antonio Ribera o Antonio Palomo. Otros en cambio muestran inclinación por la escultura: Diego y Miguel Márquez, José de Medina.
En Estepa conservamos
retablos de los tres retablistas más destacados de la escuela antequerana.
Antonio Ribera pertenecía una familia de escultores, entalladores y estuquistas
que realizaron importantes retablos y obras de estuco, especialmente para
camarines y espacios cerrados. A él le confían las monjas del convento de Santa
Clara en 1715 la realización de los retablos de la nave dedicados a San Miguel
y a San Juan Bautista. También se le relaciona con el marco que envuelve el
retablo mayor y con el retablo del Calvario de la Vía Sacra.
Parece que el máximo protagonismo de los retablos antequeranos en Estepa corresponde a Francisco Primo. Pertenecía a una familia de ensambladores y arquitecto de retablos a los que se ha supuesto origen jiennense que desarrolló su actividad a lo largo del XVIII. El estilo de Francisco Primo viene definido por un acusado barroquismo, resultante de la complejidad estructural acompañada de abundantísima y jugosa hoja de cardo, los estípites recargados de formas geométricas y quiebros, las parejas de volutas en remates o soportes, pequeños pabellones sobre las hornacinas, en las que se encuentran veneras, etc. La calle central del retablo se adelantan y las entrecalles se incurvan, produciendo así efecto envolvente. La cornisa se eleva de forma desorbitada describiendo todo tipo de quiebros y ondulaciones.
-Reforma del retablo mayor de Los Remedios: la hermandad recurrió al núcleo antequerano para la finalización y modificación de la obra entre la segunda mitad de la década de los cincuenta y a lo largo del siguiente decenio. En concreto, los estípites intermedios son de mayor complejidad compositiva y ornamento, así como las volutas enfrentadas de la cornisa.
-Retablos laterales del presbiterio de la Iglesia de los Remedios, dedicados en su origen a Jesús Cautivo y al Stmo. Cristo de la Vera-Cruz. Destaca el remate que incorpora un transparente, dando lugar a un curioso contraluz. Están datados en los años 60 del siglo XVIII
-Retablos colaterales de Santa María, dedicados en su origen a San Pedro en la cátedra y al Stmo. Cristo de la Humildad y Paciencia.
-Retablos laterales del Convento de San Francisco, dedicados a San Antonio de Padua y a San Francisco de Asís. La talla muestra con claridad la transición al rococó, por lo que se fechan hacia los años cuarenta del XVIII.
-Retablo del Crucificado de la Salud de San Francisco. Destaca por su elevada cornisa.
-Retablo mayor de San Sebastián, elaborado en los años 60.
-Sillería del coro de San Sebastián. Principio de los años 60.
-Retablo mayor de la Ermita de Santa Ana. Fue dorado hacia 1790, por lo que se supone que fue realizado en la década anterior. Se relaciona con la obra de Antonio Palomo, quien realiza en 1772 un monumento eucarístico destinado al Convento de Sta. Clara.
Obras del centro artístico de Antequera:
-Mateo Primo, 1725, retablo de la Orden Tercera de San Francisco, Lucena
-Antonio Primo, 1738, retablo mayor de las Carmelitas Descalzas, Lucena
-Antonio o Francisco Primo, retablo mayor del Carmen de Antequera, 1745
-Retablos colaterales del Carmen de Antequera, familia Primo
-Retablo mayor de las Carmelitas Descalzas, familia Primo
-Retablo mayor de la parroquia de Gilena
-Retablo mayor de la Roda de Andalucía
-Retablo mayor de Lora de Estepa
4. OTROS CENTROS DE ANDALUCÍA CENTRAL
Otros centros de producciones retablísticas cercanos a Estepa fueron Montilla y Lucena. En la localidad de Lucena destacaron Bernardo Antonio de Castro, Francisco José Guerrero o Pedro de Mena Gutiérrez, quienes siguieron los postulados estéticos de Francisco Hurtado Izquierdo. Su huella se nota en la adopción del estípite y la combinación de la típica hojarasca dieciochesca con elementos geométricos.
En Estepa se relaciona con el taller lucentino de Guerrero al retablo mayor del Convento de San Francisco. Destaca este retablo por los estípites, dotados de potentes estrangulaciones que diferencian diferentes secciones prismáticas. La cornisa presenta una sencilla elevación mixtilínea en forma triangular, característica de la retablística cordobesa del dieciocho. Su ejecución se estima entre los años 30 y 50 del siglo XVIII.
El retablo mayor del Convento de la Victoria, hoy en Herrera, muestra similitudes con las producción de Francisco José Guerrero, artista establecido en Lucena desde 1721, aunque también se relaciona con los obradores de Puente Genil.
Guerrero sobresalió en los años centrales de la centuria como proyectista y ejecutor, dejando abundantes muestras de su buen hacer en distintas producciones, especialmente en las destinadas a los templos de la orden hospitalaria de San Juan de Dios, para Granada (c. 1750), Lucena (1751-54), Antequera (1760), Priego de Córdoba (1768) y Cabra (1770). También se relaciona con Guerrero los retablos de San Francisco de Paula de Lucena y el mayor y colaterales de San Juan de Dios de Granada.
Fuente:
-Estepa como centro demandante de retablos. La dependencia del entorno durante los siglos XVII y XVIII. Francisco J. Herrera García. III Jornadas sobre Historia de Estepa. 1998
-La influencia ecijana en la retablística barroca estepeña. Díaz Fernández, EA. IV Jornadas de Historia sobre la Provincia de Sevilla: Cañada Rosal y Fuentes de Andalucía. 2007
-Evolución y desarrollo del retablo barroco ecijano. F. Halcón. Universidad de Sevilla.-La influencia ecijana en la retablística barroca estepeña. Díaz Fernández, EA. IV Jornadas de Historia sobre la Provincia de Sevilla: Cañada Rosal y Fuentes de Andalucía. 2007
-La escuela escultórica antequerana. Devociones de Estepa. 2019
-El legado de la escuela escultórica antequerana en Estepa. Devociones de Estepa. 2019