A mediados del siglo XVI, las poblaciones de similares características a las de Estepa contaban con varios conventos. Sin embargo, en Estepa no se había producido ninguna fundación. En 1559 Estepa pasa de manos de la Orden de Santiago a manos de los banqueros genoveses Centurión, dando lugar a la fundación de conventos en la segunda mitad del siglo XVI. Sin embargo, el escaso número de conventos instalados en la población se debe principalmente por la existencia de un poder religioso fuerte, el Vicario, que potenció el clero secular, dejando un escaso margen a las órdenes, de las que recelaba.
D. Marcos Centurión, primer Marqués de Estepa, y la familia Centurión en general intercedieron para traerse a tierras estepeñas órdenes religiosas de origen italiano: mínimos, franciscanos y clarisas.
-Órdenes de los mínimos: En dos de febrero de 1562, a la una de la madrugada tomó posesión del convento mínimo de Ntra. Sra. de los Ángeles el padre fray Jerónimo Morzillo, siendo el convento número 22 de los que la Orden de los Mínimos tuvo en España. Se acuerda concederles la Ermita de la Concepción, de origen santiaguista, en la calle Ancha para la fundación del convento. Sin embargo, el terreno cedido, en la ladera y entre calles, no corresponde con las expectativas de los frailes y deciden el 15 de agosto de 1562 trasladarse a la acera opuesta. Poco después se establecería la correspondiente Orden Tercera de los mínimos para los seglares. En 1602 comienza la construcción de la iglesia. En el convento mínimo de la Victoria se erigió a finales del siglo XVI la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y en 1654 la hermandad del Entierro de Nuestro Redentor Jesucristo. En el año 1699 el convento de la Victoria se vio envuelto en las numerosas contiendas entre la Vicaría de Estepa y los señores marqueses de la villa. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII el convento vivió un periodo de esplendor que coincidió con el estepeño Fr. José Sánchez Manzano como superior provincial de la orden. Se promocionó el culto, adorno y decencia de la iglesia. Se decoraron retablos de la escuela antequerana y obras de los escultores Luis Salvador Carmona, José de Medina, Diego Márquez y Vega o el granadino José Fabré. La torre se terminó en 1766. Destacó también el P. Alejandro del Barco y García, que escribió el primer manual de historia y arqueología de la villa, La antigua Ostippo y actual Estepa, concluido en el año 1788. En 1809 se suprimieron todas las Órdenes existentes en España, por los que se clausuró el convento de los mínimos y se realizó inventario de sus bienes en 1810. Con la llegada de Fernando VII en 1814 se les devuelve el convento y sus propiedades. En la Archidiócesis sólo quedaron abiertos los conventos de Jerez, Sevilla, Utrera y Estepa. Al convento de Estepa fueron trasladados los religiosos de los conventos de Osuna y Olvera, pero en 1935 se volvieron a prohibir los conventos con menos de 12 religiosos. El convento fue cerrado y quedó abandonado, celebrándose culto sólo en la iglesia. En 1938 se cierra al culto la Iglesia de la Victoria y un año más tarde, se desmotan sus retablos y se reparten sus bienes. En 1955 se declara la torre Monumento Nacional de Andalucía. (Ver aquí)
-Órden de las clarisas: El 10 de enero de 1599, los Marqueses de Estepa, D. Juan Bautista Centurión y Dña. María Fernández de Córdoba, fundaron el convento de Santa Clara a petición del Concejo de la Villa. La fundación se realiza a través de la herencia de unas casas que recibe el Concejo dispuestas a la venta y sus beneficios destinados a obras pías. El Concejo propone la fundación del monasterio en tales casas y recibe la dotación económica de María Centurión, hija del marqués, que ingresaría en la orden. La Iglesia se inauguró en 1621 y la obra del convento duró hasta más de 1677. Destacan las pinturas murales de la iglesia, realizadas por un desconocido artista sevillano, que relaciona santos Franciscanos con las otras órdenes. Los retablos y esculturas comenzaron a realizarse en el siglo XVI. En 1708 y 1709 el maestro sevillano Pedro Ruiz Paniagua realizó el retablo mayor y los dos colaterales. El resto de los pequeños retablos de la nave son de la primera mitad del siglo XVIII, relacionados con la escuela antequerana. Del cenobio destaca su colección de Niños Jesús, obras de Luis Salvador Carmona y un importante ajuar de plata, bordados y lienzos. Las clarisas estepeñas se dedican a la oración y a la elaboración de pasteles y dulces. En 1999 celebraron el 400 aniversario de su fundación. (Ver aquí)
-Órden de los franciscanos: La fundación corresponde a D. Juan Bautista Centurión, marqués de Estepa, como una necesidad derivada de prestar asistencia religiosa a las monjas de Santa Clara de Jesús. Sin embargo, la llegada de los franciscanos se remonta a 1590 cuando intentaron fundar un convento, albergándose en una ermita en las afueras de la población. Pero su llegada fue vista con recelo y fueron expulsados de la ermita. Después de la fundación del convento de clarisas, su presencia estaba justificada y se fundó el convento en 1603. En 1614 el Concejo les donaba los terrenos para la huerta y les entregaba la Ermita de San Cristóbal, inaugurando su nueva iglesia en 1646. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII el convento vivió un periodo de esplendor que coincidió con el estepeño Fr. Juan de Luna como superior provincial de la orden. Se promocionó el culto, adorno y decencia de la iglesia. Se decoró con retablos, lienzos y obras de importantes artistas como Luis Salvador Carmona. Con anterioridad a 1686 se fundó la Orden Tercera de los franciscanos. A comienzos del siglo XIX, la orden se vio afectada por los acontecimientos. En 1809 se suprimieron todas las Órdenes existentes en España, por los que se clausuró el convento y se realizó inventario de sus bienes en 1810. Con la llegada de Fernando VII en 1814 se les devuelve el convento y sus propiedades, pero en 1835 se volvieron a prohibir los conventos con menos de 12 religiosos. El convento franciscano de Estepa fue cerrado en consecuencia. El 9 de enero de 1904 el Arzobispo de Sevilla, D. Marcelo Spínola, autoriza la reapertura del convento estepeño que le fue solicitada por los franciscanos de Ntra. Sra. de Regla de Chipiona. De este nuevo periodo, destaca la figura del Padre Alfonso y el padre Martín Recio, y la fundación de la Hermandad del Calvario en 1941. En 2003 los franciscanos celebraron el 400 aniversario de su fundación. (Ver aquí)
A pesar de que sólo se realizó la fundación de tres conventos en la villa, no fueron estas órdenes las únicas que se interesaron por establecerse en Estepa:
-Orden del Carmelo: A finales del siglo XVI, la Orden pretendió convertir la Ermita de la Vera Cruz en su convento (16 de mayo de 1597). La cofradía de la Vera-Cruz vivía un periodo de decadencia y, ante el deterioro de la Iglesia, decidieron ofrecerla a los frailes carmelitas con el consentimiento del marqués don Juan Bautista Centurión. A pesar de este favorable acuerdo, la fundación no se efectuó. En 1744, fray Nicolás María Richiuti, general de la Orden del Carmen, fundó la cofradía de Ntra. Sra. del Carmen con la aprobación del vicario en la Ermita del Cristo de la Sangre. En 1800 don José de Silva y otros vecinos solicitan al prior general de la Orden del Carmen, don fray Roque Melchor, que se establezca en la villa la Venerable Orden Tercera de Nuestra Señora del Carmen, miembros laicos de la antigua observancia, constituyéndose el 24 de abril de 1801 pero sin lograr mantenerse en la villa. (Ver aquí)
-Orden de los Dominicos: No se tiene constancia de la intención de la orden de los Dominicos en fundar un convento en Estepa. Sin embargo, a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII se fundaron hermandades y cofradías relacionadas con la Orden. El 1 de enero de 1590 se funda la cofradía del “Dulce Nombre de Jesús” en la Iglesia parroquial de Santa María con el permiso del Marqués de Estepa y con la licencia oportuna de los frailes Dominicos de Écija. Otra hermandad relacionada con los Dominicos se funda en la misma iglesia hacia 1588, existiendo documentos desde 1598. Se trata de la hermandad de Ntra. Sra. del Rosario, que celebraba la victoria en la batalla de Lepanto de 1571.
-La Compañía de Jesús: D. Gonzalo Fernández de las Cuevas testó en 1636 su voluntad de “fundar un colegio de la Compañía de Jesús”, para cuyo sostenimiento donó la totalidad de sus bienes patrimoniales. D. Gonzalo preveía que si la Compañía declinaba su venida a Estepa se habría de nombrar ocho capellanes de la Iglesia Mayor que se dedicarían a la administración del colegio, contando en este caso con D. Adán Centurión y Córdoba, III Marqués de Estepa, como patrono. La llegada a Estepa de la congregación ignaciana y la legítima reclamación de los bienes donados propiciaran un interesante y dilatado pleito con el Marqués de Estepa, cuya intención era hacerse con el patrimonio legado a la Compañía e impedir su establecimiento en la villa estepeña. En torno a estas fechas el colegio se había fundado, estando a su cargo una pequeña comunidad de religiosos jesuitas con el padre Pedro Delgado como procurador. En 1643 el Consejo de la villa reconoció los derechos de la Compañía, pero la Real Chancillería de Granada dictaminó en 1647 que se fundasen las capellanías establecidas. El dictamen definitivo llegará en 1671, por el que la congregación ignaciana aceptaba sólo 200.000 ducados y el resto del patrimonio y las capellanías pasaban a ser administrados directamente por el Marqués de Estepa. A instancias del marqués, el vicario D. Jerónimo de Rivera fundará unas Escuelas Pías en la calle Ancha en 1673. De esta forma se desestimaba el establecimiento de la congregación ignaciana en la villa y se desligaba a la Compañía de la fundación del colegio. (Ver aquí)
-Escuela de Cristo: Fue una adaptación para el pueblo del Oratorio que fundó San Felipe Neri hacia el año 1575, aprobada como institución por el papa Alejandro VII en 1665 y reconfirmada en 1669 por el papa Clemente IX. La Escuela de Cristo se fundó en Estepa por auto que dio en 14 de junio de 1670 el vicario D. Gerónimo de Rivera en la ermita de la Concepción a petición de D. Luis de Villaseca, D. Rodrigo de Melgar y otros muchos vecinos. En el mismo auto se mandó que los ejercicios se tuvieran y efectuasen en la sala baja del hospital de la Asunción. El vicario Rivera mandó que la imagen de la Inmaculada Concepción, propiedad del Marqués de Almunia y con capilla propia en la ermita de la Concepción, fuera trasladada al oratorio para presidirlo. En consecuencia, la imagen fue trasladada en solemne procesión el 30 de abril de 1682. En 1766, junto con la reforma de la iglesia, se renueva el oratorio y se construye un retablo para presidirlo con tres capillas. En el centro la imagen de la Inmaculada Concepción, a la izquierda San José con el Niño y a la derecha San Felipe Neri. Estas tres tallas están realizadas por el mismo autor del retablo, Andrés de Carvajal. Por lo tanto, la imagen de la Inmaculada Concepción no corresponde con la que fue cedida en un principio. El oratorio continuó en la sala baja del hospital hasta 1811, en el que se cede el espacio a la enfermería de hombres y se traslada a una sala adosada a la ermita de la Asunción, con la que se comunica por medio de una puerta. Junto al retablo del oratorio, la sala se decoraba con doce cuadros antiguos en los que se representaba a los apóstoles. De nuevo en el siglo XX se traslada el oratorio a la capilla que se abre en el lado del evangelio de la iglesia y que da a las escaleras del camarín de la Asunción. (Ver aquí)
-Orden de San Antonio Abad: la Ermita de San Antonio Abad fue levantada entre 1730 y 1752 por Antonio Miguel Fernández, presbítero, don Miguel de Santalbáez y don Pablo de Traba, sin consagrarla a ninguna orden religiosa. En 1747, los fundadores hacen venir al hermano Juan, ermitaño, para el cuidado y aseo de la ermita. En 1748 la ermita acoge a más ermitaños y temiendo que fuera reclamada por la Orden de San Antonio, los fundadores dedican su altar mayor a Ntra. Sra. del Valle. En 1766 se hace entrega de ella a los hermanos que la habitaban y se construyen las dependencias del convento. Es entonces cuando se puede hablar del asentamiento de estos hermanos ermitaños en Estepa, pero no se conserva ningún documento que los relacione directamente con la Orden de San Antonio Abad ni que se fundara un hospital para cuidar a enfermos, que era el principal objetivo de esta Orden. En 1780 se colocaron, con permiso de la Vicaría, las estaciones del Vía crucis en sillares desde el pueblo hasta la ermita. Sin embargo, en 1830 la ermita está en ruinas y se trasladan las imágenes a la Iglesia de los Remedios y de Santa María. La ermita tuvo obras de José de Medina y Benito Hita del Castillo. (Ver aquí)
-Orden de los Siervos de María: A finales del XVIII, el Vicario D. Manuel Bejarano y Fonseca fomentará el culto a la Santísima Virgen en su advocación de los Dolores, contando así ampliamente con el respaldo de la Vicaría de Estepa. El Vicario funda la Venerable Orden Tercera de los Siervos de Nuestra Señores de los Dolores (Servitas) en Estepa en la misma capilla donde tenía su sede la Hermandad de San Pedro. La patente de erección de esta orden tercera fue dada por el prior general de la Orden de los Siervos de María en el convento de San Marcelo de Roma el 4 de enero de 1765. El documento más antiguo es un libro de asiento de hermanos que comienza en 1790, cuando se hizo cargo de la corporación el presbítero estepeño don Diego de Vergara, y acaba en 1816. Los Servitas desearon controlar la “Obra Pía del Pecado Mortal”, que era una institución religiosa dedicada a pedir limosnas para fines caritativos y cultos, e incluso deseaban absorber a la Hermandad de San Pedro. Esto produjo un pleito que comienza en 1765 y un conflicto judicial en 1799, pero que no se resolverá hasta principios del XIX con la unión de ambas corporaciones. (Ver aquí)
Cabe destacar que los conventos que se establecieron en Estepa se vieron afectados por los acontecimientos del siglo XIX. Con los hechos de la invasión francesa de 1810, o mejor por el año de 1808 en gran parte de la Península, empezaron los grandes desastres que hasta movilizaron y perturbaron la tranquilidad no sólo de la iglesia sino también de las Órdenes religiosas, como sucedió en Andalucía. Se agravaron los anteriores desastres y sucesos antirreligiosos con la exclaustración en sus dos fases (1833-1840) y con la injustificada Desamortización en dos intervalos, agudizándose principalmente en la de 1835. La revolución española de 1868 añadió al mal estado de cosas, abundantes y desastrosos daños que diezmaron en gran manera nuestro Patrimonio Artístico Nacional.
La llegada de nuevas órdenes a Estepa tuvo que esperar a comienzos del siglo XIX. En 1904 el Arzobispo de Sevilla, D. Marcelo Spínola, autoriza la reapertura del convento de la orden franciscana en Estepa. Y en 1926 se funda la casa filial de las Hermanas de la Cruz en Estepa.
-La Compañía de la Cruz: La obra de Santa Ángela de la Cruz se extendió rápidamente, creándose numerosos conventos localizados principalmente en Andalucía occidental y el sur de Extremadura, centrando siempre su actividad en la asistencia material y espiritual a pobres, enfermos, necesitados y niños huérfanos o sin hogar. También se fundaron congregaciones en Castilla-La Mancha, Galicia, Valladolid, Valencia y las Islas Canarias. La casa filial de Estepa se fundó en 1926 cuando Santa Ángela ejercía como Madre General y al lado se construyó su Iglesia de estilo neogótico. En Estepa estuvo Madre María de la Purísima como superiora. (Ver aquí)
-Orden de la Merced: En 1940 se funda en nuestra vecina población de Marchena, el instituto de Esclavas Mercedarias del Santísimo Sacramento, donde un puñado de jóvenes dedicaron su vida a la adoración al Santísimo Sacramento y la realización de numerosas obras de calidad. Fueron dos de estas hermanas las que llegaron a Estepa en 1973, llamadas por el Ayuntamiento de la época, de la que era alcalde Rafael Machuca, con el fin de dedicar su vida a los ancianos del Asilo de Ntra. Sra. de la Asunción, lugar éste que en aquellos tiempos se encontraba en un lamentable estado. En el año 1974, y como hermana Superiora, se incorporó a nuestro pueblo la hermana Inmaculada, que recibió la medalla emérita de la ciudad en 1999 por su tesón y entereza en la lucha por la dignidad y el bienestar de la ancianidad. A principios del 2010, las hermanas abandonaron el asilo, que pasó a gestionarse a través del Ayuntamiento, y la Hermandad de San Pedro se encargó del culto a Ntra. Sra. de la Merced. (Ver aquí)
Fuente:
-El patrimonio de los conventos estepeños: Propiedades y rentas. Joaquín Octavio Prieto Pérez. Actas del IV Jornadas sobre Historia de Estepa. Ed. Ayto. de Estepa, 2000.
-Clausura. Monasterio de Santa Clara de Jesús. Ed. Ayuntamiento de Estepa, 1999
-El Colegio de los Jesuitas (1636-1653). EA Díaz Fernández. Historia de Estepa, 2012
-La Orden de las Mercedarias en Estepa. Inmaculada Manzano. Revista de Feria 2010.
-Memorial Ostipense, de Antonio Aguilar y Cano, 1975. Reedición.
-La antigua Ostippo y actual Estepa, de Padre Alejandro del Barco. Reedición de A. Recio Veganzones. Ed. Iltmo. Ayto. de Estepa, 1994.