Oratorio de la Casa-Palacio del Marqués de Cerverales |
Un oratorio es “un lugar destinado al culto divino, con licencia del Ordinario en beneficio de una comunidad o grupo de fieles que acceden allí, al cual también puede tener acceso otros fieles, con el consentimiento del superior competente”. Para celebrar la Misa en él es necesario contar con la Bula, Breve o Indulto que el Papa concede para poder tener oratorio en casa y la Licencia que el Ordinario concede una vez que lo ha visitado y tras la cumplimentación de una serie de requisitos. Además tres o cuatro testigos debían corroborar en un breve cuestionario si todo lo expuesto es verdadero.
Las razones más comunes aducidas para solicitar esta Licencia eran la edad avanzada de los peticionarios, enfermedad o ambas cosas, motivos por los cuales se veían imposibilitados para cumplir con el Santo Sacrificio de la Misa en la iglesia pública.
El lugar destinado para la colocación del oratorio era un cuarto de medianas proporciones, “bien murado”, que no tenga comunicación ni sirva de paso a otras habitaciones y sin habitación encima. Tenía que estar decentemente adornado con todo el decoro que se requiere y poseer todos los ornamentos necesarios para celebrar misa, es decir, cáliz, vinajeras, misal, vestimentas sacerdotales y del altar, etc, limpios y aseados. Éstos se solían guardar en una habitación a modo de sacristía, en algunos casos, o en un arca en otros.
El oratorio o altar en sí, podía ser de madera o edificado de muro, decorado con pinturas y esculturas y su techo abovedado. Se cerraba con unas puertas ricamente decoradas que lo mantenían clausurado durante el tiempo que no fuese utilizado.
La utilización del Oratorio estaba restringida, y sólo se podía utilizar para el fin por el que había sido concebida la Licencia. No se podía decir misa en los oratorios privados en determinados días como son los de Pascua de Resurrección, Pentecostés y Navidad, ni en las festividades de la Asunción de la Virgen, Epifanía, Anunciación de Nuestra Señora, San Pedro y San Pablo, en el día de todos los Santos, así como en la del patrono de la ciudad correspondiente. No se podía decir en ella más de una misa al día y sólo se podía administrar el Sacramento de la Eucaristía una vez al día. Sólo podían asistir a la misa los solicitantes, haciéndose extensivo a los hijos y descendientes, incluyéndose un criado o criada para cada uno de ellos. En algunas ocasiones se incluían los parientes y huéspedes nobles que en ese momento estuvieran en las casas. Todas las personas tenían que cumplir una norma de decoro en cuanto a actitudes y comportamiento, y vestir con ropa decente.
2. Los Oratorios de Estepa
Hoy en día el único oratorio conservado en su integridad es el magnífico altar de la casa-palacio de los Marqueses de Cerverales. Del existente en la casa de los señores Marqueses de Estepa no queda nada, pues sólo queda el solar. Los Marqueses de la Algaidilla, en su casa de la calle Mesones, hoy en día antiguo Casino, tenían un oratorio junto al desembarco de la escalera.
Otros vecinos de Estepa también contaban con oratorios privados como D. Nicolás Macores y Dña. Ana de Almeida (1766-1767), D. Cecilio Antonio Sánchez y Dña. María del Carmen Ternería (1831), D. Antonio González (1837), y D. Antonio Alanís y Baena (1847), este último en calle Castillejos.
Puede que éstos no sean los únicos existentes, pues no está del todo inventariado, y por tanto, abierto a ampliaciones futuras. Las fuentes para su consulta son los expedientes extraídos del AGAS y más concretamente de la Sección “Oratorios” y del Archivo de la Vicaría de Estepa.
3. Oratorio del Palacio de los Marqueses de Cerverales
El Oratorio fue construido en 1756 por el Señor Vicario Don Manuel Bejarano y Fonseca, y vinculado a la familia desde su testamento, fechado el 11 de enero de 1777, cediendo la casa al primer marqués Don Manuel Bejarano y Campañón, su sobrino. El Indulto de Oratorio fue concebido por una Bula Papal del pontífice Pío VII, fechada en Roma, en Santa María la Mayor el 17 de septiembre de 1817, a D. Manuel María de Reyes y Alor-Messía y Doña Pilar Andrés de la Cámara y Liaño, cuartos Marqueses de Cerverales.
Se encuentra ubicado en la segunda planta del palacio en un cuarto de los de la fachada principal del mismo, frontero al muro de la iglesia, junto al desembarco de la escalera a la izquierda, en un aposento rectangular de medianas proporciones sin correspondencia a otras habitaciones, más que la puerta por la que se accede.
Al fondo de la mencionada habitación se halla, cerrado con sus puertas tal como se manda, el oratorio propiamente dicho. Es un espacio abovedado, dividido en tres partes: la zona central, cubierta por una pequeña cúpula decorada a base de molduras doradas y pinturas de angelotes con los atributos de la pasión, y los laterales se cubren con pequeñas bóvedas de cañón con decoración floral en los lunetos y casetones.
El altar forma parte de un retablo de estilo dieciochesco, con un solo cuerpo coronado con ángeles y santos. La zona central se resalta mediante la colocación de dos estípites sobre los que descansan dos figuras de angelotes a modo de atlantes que enmarcan el crucifijo. El resto del retablo está realizado a base de medallones con pinturas de santos y decoraciones de espejos y motivos vegetales, todo ello en madera dorada y policromada.
Las puertas del oratorio poseen una buena decoración pictórica tanto en su parte interior con un coro de ángeles, como en el exterior, donde destaca la figura del rey Salomón encuadrado en una arquitectura clásica, sosteniendo un papel en la mano donde lleva escrito el texto de los salmos “Lex tua meditatio mea est”, así como los escudos heráldicos de la familia, en la parte superior. En la habitación hay una pequeña puerta que da acceso a un cuarto que hacía las veces de sacristía
Fuente:
-Los Oratorios en la Vicaría de Estepa. Expedientes
y descripción. Rosalía Vinuesa Herrera. II Jornadas sobre Historia de Estepa.
1996.