La calle recibe el nombre de la tradición del Santo Encuentro o de la procesión del Encuentro, que se ha perdido en nuestro pueblo pero que aún perdura en algunos pueblos de Andalucía, posiblemente como herencia que trajeron los repobladores de los pueblos de Castilla, donde actualmente está muy extendida. La representación de esta tradición puede ser “dolorosa”, si se reproduce una de las estaciones del Viacrucis en las que Jesús Nazareno se encuentra con su Madre María y San Juan Evangelista o con la Santa Mujer Verónica. El otro tipo de representación es el “glorioso”, celebrado el Domingo de Pascua, en el que Cristo Resucitado se encuentra con la Virgen María. La tradición nos dice que Cristo Resucitado es portado por hombres y la Virgen María por mujeres, saliendo en distintos momentos y recorridos de la iglesia y en un punto determinado se encuentran. Los pasos se saludan, representándose con una inclinación o se elevan y bajan las andas varias veces. En la representación gloriosa hay un acto que marca la alegría de la Virgen, como la suelta de palomas o un cambio del manto negro, en señal de luto, por blanco o de color.
Antiguamente, en los siglos XVII y XVIII, la cofradía del Dulce Nombre salía el Jueves Santo por la tarde, después de la ceremonia del lavatorio de pies o Mandato. El Niño “Perdío” salía de la Iglesia de Santa María la Mayor y en el siglo XIX de la ermita de la Concepción tras el “sermón del Dulce Nombre”. El Dulce Nombre iba acompañado de chirimías y de la escolanía y, bajando del cerro, recorría las calles de Estepa. Al llegar el mediodía lo entraban en la iglesia más cercana. En ese momento tocaban las campanas y la Virgen que acompañaba al Niño salía a buscarlo desde la Iglesia de los Remedios. En la búsqueda recorría el pueblo, y al cabo de un tiempo, lo encontraba al entrar en la iglesia en la que estaba. El encuentro de la Madre con el Hijo “Perdío” se hacía en recuerdo de lo ocurrido en Jerusalén cuando el Niño Jesús tenía 12 años. Después se fijó que el encuentro ocurriera en la calle Cuesta, quedando para la historia el nombre de la calle Encuentro, lugar en el que ocurría. Ambos pasos volverían juntos después a la iglesia.
La procesión del Encuentro del Niño Perdío no era la única que se producía con la imagen del Dulce Nombre de Jesús. Llegó a procesionar también en el Domingo de Resurrección y en el Corpus Christi, según aparece en los documentos de la Hermandad, contando además con la salida del día de su onomástica en enero con danzas y fuegos artificiales. En el siglo XIX el cortejo de la procesión del Dulce Nombre estaba formado por la Santa Cruz, el Dulce Nombre de Jesús, el Cristo de la Humildad y Paciencia y la Virgen María, llegando a procesionar también el conocido como “Cristo de la Tarama”, como se puede observar en alguna fotografía de principios del siglo XX.
El Cristo de la Tarama, el Dulce Nombre y el Cristo de la Humildad y Paciencia |
Jesús Nazareno, la Dolorosa, San Juan, María Magdalena y la Verónica |
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