Solar de la Iglesia de la Victoria. Estepa |
La Iglesia de Ntra. Sra. de la Victoria de Estepa perteneció al convento de padres mínimos que se fundó el 2 de febrero de 1562. En la segunda mitad del siglo XVIII la iglesia se enriqueció con numerosos lienzos, altares, retablos e imágenes contando con la colaboración de los imagineros Luis Salvador Carmona, José de Medina, Diego Márquez y Vega o el granadino José Fabré. En 1766 se finalizó su famosa torre, obra destacada de barroco realizada por Cristóbal García y Andrés Zabala, e identidad de nuestro pueblo. En 1835 el convento se vio afectado por la orden de desamortización, cerrándose el convento y manteniéndose la iglesia al culto. A finales de este siglo sólo la iglesia y su torre se mantenían en pie. Un siglo después del cierre del convento, le sucedió lo mismo a la iglesia. Exactamente en 1938 la iglesia es cerrada al culto y un año más tarde los retablos son desmontados y trasladados a sus nuevas ubicaciones, se destruye la iglesia y se venden sus materiales, manteniéndose solamente los retablos de piedra, la estructura del camarín de San Francisco de Paula y su afamada torre en el solar de los que un día fue la iglesia de la Victoria.
Casi ochenta años después de la destrucción de la iglesia, el solar permanece prácticamente igual y algunos de las estructuras que nos recuerda a la vieja iglesia corren el riesgo de perderse definitivamente, especialmente lo que queda del camarín de San Francisco de Paula, cuya realización se asemejaba en riqueza al camarín estepeño de la Virgen de los Remedios, considerado una joya del barroco andaluz. Las obras que se hicieron para adaptar el solar a su nuevo uso confundieron los límites de la iglesia, ocultando la entrada lateral o el lugar de la sacristía, que ya hemos tratado con anterioridad en este blog con motivo del 450 aniversario de la fundación del convento.
Muchos de los estepeños amantes del patrimonio de su pueblo soñarán con volver a ver la iglesia como fue realizada tras las obras del siglo XVIII. Deseo de recuperación que también se mantiene con las murallas, el castillo u otras iglesias cuyo trazo el paso del tiempo se ha encargado de desdibujar. Sin embargo, la situación actual nos hace mantenernos realistas y pensar en un proyecto que se pueda llevar a cabo y que pueda sentar la base de una futura ampliación de su recuperación. El solar necesita una nueva interpretación para que lo que fue iglesia no quede olvidado, recuperando en su medida alguna de las estructuras de la iglesia, y al mismo tiempo permitir el uso cultural múltiple que los nuevos tiempos reclaman. En esta línea se mantienen algunos partidos políticos que han planteado una recuperación del solar de la iglesia.
Desde este blog nos aventuramos a proponer una adecuación del solar tomando como modelo el llevado a cabo en la iglesia de San Juan Bautista de Écija y que recientemente se ha tratado en el blog Écija Historia.
La iglesia de San Juan Bautista de Écija se encontraba en ruina en 1776, veinte años después del terremoto de Lisboa que afectó la estructura de la iglesia. La iglesia fue demolida para construir una iglesia de nueva planta. En 1792, el arquitecto cordobés Ignacio de Tomás trazó los planos de la futura iglesia, de estilo neoclásico, dividida en tres naves con bóvedas de cañón y lunetos, y bóveda vaída sobre el crucero. En 1807, las obras fueron suspendidas cuando sólo se habían construido las portadas y diversos elementos de la iglesia. Sólo un año más tarde estallaba la Guerra de Independencia española y el solar de la futura iglesia quedó convertido en un patio abierto. La parroquia se mantuvo en la capilla sacramental, unión del Sagrario y la capilla de Jesús Nazareno, que no fueron derribados.
Solar de la Iglesia de San Juan Bautista. Écija |
Hace unos años, el solar de la iglesia era un jardín con naranjos y enredaderas que trepaban por los muros entre los restos de un templo en ruinas. Tras una profunda y acertada restauración, el patio se ha convertido en una original entrada a la iglesia de San Juan, además de ocasional auditorio. Cruzando el dintel, el espectador parece transportarse al plano que a finales del siglo XVIII trazó el arquitecto cordobés Ignacio de Tomás para erigir la nueva San Juan. Desde la entrada se percibe la distribución de la planta en tres naves, la central de mayores dimensiones que las laterales. Hasta el lugar donde se debía haber levantado el crucero las naves se dividían según el proyecto en cinco tramos. En el tercero desde el testero de los pies se abre a la derecha la entrada a la actual iglesia y a la izquierda el acceso desde la Plazuela de San Juan.
Al avanzar hacia el interior de la iglesia, a un lado y a otro, se observan los arranques de los pilares que hubieran sostenido las cubiertas de las naves. Siguiendo la estructura de columnas y arcos en los muros laterales, vemos que se alternaban arcos de medio punto con columnas, en un módulo inspirado en la basílica romana de San Juan de Letrán. La solería colocada durante la restauración refleja el proyecto de iglesia, evidenciando la bóveda de cañón con lunetos que cubriría la nave central y las bóvedas de aristas de las laterales Además, en varios puntos del suelo es posible a través de diferentes huecos ver la solería del templo original datado entre el siglo XIII y XIV aproximadamente. Sobre el crucero estaba planificada una bóveda vaída, es decir, una cúpula sobre arcos de medio punto enfrentados que daría paso al presbiterio. El lugar donde se ubicaría el retablo mayor y la mesa de altar es de perfil semicircular y elevado sobre el resto del edificio un par de escalones.
El proyecto de restauración de la iglesia ecijana de San Juan Bautista podría ser aplicable al solar de nuestra iglesia de la Victoria, permitiendo la recreación de la antigua iglesia a través de la solería, reconstruyendo aquellas estructuras que corren peligro, como es el camarín, y recuperando aquellas que han sido ocultadas, como la entrada lateral o la sacristía. Esta restauración no sería invasiva como algunas de las ideas que se han propuesto, ya que la creación de un edificio moderno en su interior permitiría el uso del solar pero lo alejaría de lo que en su origen fue una iglesia. Por eso, apoyamos este tipo de restauración basado en la recreación y que además permitiría que las futuras generaciones se planteen la recuperación de la iglesia bajo una mejor situación.
Artículos relacionados:
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-Iglesia de San Juan Bautista (II): templo viejo, templo nuevo. Écija Historia. 2016