20/11/16

LUIS ORTEGA BRU EN ESTEPA

En este año de 2016 se conmemora el primer centenario del nacimiento del escultor e imaginero Luis Ortega Bru. Con este artículo nos sumamos a la celebración del primer centenario de este genio singular de la imaginería, cuyo arte también fue apreciado por los estepeños contemporáneos del autor.

Luis Ortega Bru nació en la localidad gaditana de San Roque el 16 de septiembre de 1916. Hijo de familia humilde, de padre alfarero, lo que influyó en que desde bastante pequeño se dedicase a modelar figuras en barro, lo que le llevó a decir que sus principios fueron la alfarería y la cerámica. Su afición por el modelado y el dibujo hace que ingrese a la edad de quince años, en 1931, en la Escuela de Artes y Oficios de La Línea de la Concepción. En 1934 recibe clase de dibujo con el maestro y poeta de San Roque, José Domingo de Mena.

Sin embargo, sus estudios se vieron truncados por la Guerra Civil española. Sus padres fueron fusilados durante la contienda y él participó con el bando republicano, para el que realizó dibujos de cartas cartográficas. Con la finalización de la Guerra, Ortega Bru fue encarcelado y condenado a tres años de prisión por un delito de auxilio a la rebelión. En 1944 fija su residencia en Sevilla, donde contraerá matrimonio y realizará su primera etapa artística. Se matriculó en la Escuela de Artes Aplicadas y comenzó a ser conocido en los círculos artísticos, realizando su primera exposición en 1949. En esta primera etapa realizó el Stmo. Cristo de la Misericordia (1950) para la Hermandad del Baratillo y el misterio del Traslado al sepulcro (1951-53) para la Hermandad de Santa Marta de Sevilla. En 1952 recibió el primer premio nacional de Escultura por “La Piedad”.

En 1955 se trasladó a Madrid como maestro escultor de los Talleres Arte Granada, abriendo posteriormente un taller propio en la capital. El escultor también estuvo trabajando para los Estudios Cinematográficos Bronson, tallando esculturas de canon clásico y diseñando decorados para sus películas. En esta segunda etapa realizó numerosas obras para Cádiz y su provincia, comienza a trabajar para Jerez de la Fra a partir de 1967 y realiza Ntro. Padre Jesús en su Soberano Poder ante Caifás (1975) y la Virgen de la Salud (1977), ambos titulares de la Hermandad de San Gonzalo de Sevilla.

En 1978 regresó a Sevilla, donde trabaja en el taller de Guzmán Bejarano. Reside en un principio en la calle Santa Ana y posteriormente en la calle Teodosio. En 1979 pasa su residencia a la sevillana Plaza del Pumarejo y abre un nuevo taller en la calle Castellar. En esta etapa completa el misterio de la Santa Cena (1975-1982), así como obras para Cádiz y Córdoba.

A esta última etapa pertenece la obra que dejó para la Semana Santa estepeña. En la década de los años 80 la Hermandad de San Pedro adquirió un nuevo paso para el Apóstol. El paso fue encargado por el prestigioso taller sevillano de Antonio Díaz Fernández, que había realizado con anterioridad también el paso del Dulce Nombre de Jesús y el del Stmo. Cristo Amarrado a la Columna. El paso del Apóstol San Pedro fue realizado en estilo barroco, contando con treinta costaleros. La canastilla posee cartelas de plata con motivos de la vida de San Pedro y cuatro capillas en centro de cada lado, en el frontal el otro titular, el Santo Cristo de las Penas, en la trasera la Virgen de la Asunción y en los laterales San Andrés y San Pablo, mientras que en los respiraderos aparecen los escudos heráldicos representativos de la cofradía, el del Vicario, el de Estepa, el de Sevilla y el de la Hermandad, a los que se añaden cada uno de los angelitos. Las maniguetas son de caoba destacando sobre el dorado del paso. Este paso se alumbra mediante cuatro candelabros de seis guardabrisas y otros dos laterales más pequeños, siendo interesante el llamador que simboliza una barca con las redes del pescador así como una cruz invertida, símbolos todos que aluden a la vida y el martirio del apóstol. Los faldones son de terciopelo liso con broches de metal plateado. Para las esquinas del paso se encargan los cuatro evangelistas al escultor Luis Ortega Bru. San Pedro Apóstol salió a las calles estepeñas en su nuevo paso por primera vez en el Martes Santo de 1981.


La obra de escultura e imaginería de Ortega Bru es muy extensa, y se encuentra repartida en su mayor parte por distintas provincias andaluzas como Sevilla, Cádiz, Málaga y Huelva, aunque también se encuentran obras suyas en Ciudad Real, Alicante o Madrid. El artista no sólo realizó obras barrocas sino que también manejó otros planteamientos y estilos plásticos como las nuevas tendencias abstractas y expresionistas. Realizó imágenes titulares para cofradías y hermandades, y también trabajó en obras “menores”, la mayoría también de temática religiosa asociada a la Semana Santa, como son andas para pasos de Misterio, pequeños ángeles ornamentales o relieves pasionales. A estas obras “menores” pertenecen los evangelistas que el imaginero sanroqueño realizara para el paso de San Pedro, donde se advierte la maestría de la depurada técnica y la fuerza expresiva del escultor en esta etapa de la madurez, añadido a su singular estilo.

San Mateo

El 21 de noviembre de 1982 fallece en su casa de Sevilla Luis Ortega Bru, dejando tras sí el rastro que sólo los genios pueden dejar, un legado que hoy podemos contemplar en las Hermandades y Cofradías, pero llevándose consigo un estilo propio e intransferible.

Artículos de consulta:
-Lº Aniversario de la reorganización de la Hermandad de San Pedro, Estepa. 2003
-Ortega Bru. B. Rodríguez Gatíus. Ed. Guadalquivir. Sevilla. 1995
-Luis Ortega Bru: un genio del siglo XX. I. Robles Urbano. Cádiz Cofrade.
-Luis Ortega Bru: la mano izquierda de Dios. F. Santiago. Conocer Sevilla. Artesacro. 2004
-Luis Ortega Bru: vida y obra. Un poco de Sevilla. 2015
-El tema del Crucificado en la obra de Luis Ortega Bru. JM. Moreno Arana. La Hornacina.
-Grandes maestros andaluces: Luis Ortega Bru. Ediciones Tartessos.
-Ortega Bru: los cinco proyectos que se quedaron en el cajón. JA. Rodríguez. Pasión en Sevilla. ABC. 2016
-Luis Ortega Bru. Esculturas inéditas de vanguardia. A. Luque Teruel. Laboratorio de Arte 24. Universidad de Sevilla. 2012
-Luis Ortega Bru. La vanguardia inédita. S. Rodríguez López. La Hornacina.
-Museo Ortega Bru. Ayto. San Roque.
-15 esculturas imprescindibles del Museo Ortega Bru. J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.
-Actos conmemorativos del centenario del nacimiento de Luis Ortega Bru. Hdad. de Santa Marta. 2016
-Ortega Bru. Vanguardia, mística, rebeldía, sueños. Agrupación de Cofradías de Málaga.
-"No puedo vender mi arte a los que sólo quieren ver muñecos bonitos". A. Sánchez Carrasco. El Palquillo. 2017
-El origen alfarero de Luis Ortega Bru. P. Borrallo. El Correo de Andalucía. 2017
-El Cristo de la Oración en el huerto de Luis Ortega BruLa Hornacina.
-Centenario de Luis Ortega Bru. Traslado al sepulcro J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina. 2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Jesús de la Pasión J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Jesús del Soberano Poder ante Caifás  J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Calvario J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Piedad J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Sagrada Cena J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Resurrección J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Descendimiento .  J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Cristo de la Salud J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Crucificado J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Éxodo de Gibraltar J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016
-Centenario de Luis Ortega Bru. Miscelánea J. Abades y S. Cabaco. La Hornacina.2016

16/11/16

LOS CUATRO ESTADOS DEL ALMA DE SANTA CLARA


Los cuatro estados del alma que se conservan en el Convento de Santa Clara de Jesús de Estepa son cuatro pequeñas figuras confeccionadas en cera, que representan tres bustos con variado repertorio expresivo en sus rostros y una cuarta consistente en un torso infantil con manos unidas a la altura del estómago. Sus medidas apenas alcanzan los diez centímetros y pretender la representación alegórica de los “Novísimos” o “Postrimerías”, cuatro posibles estados del alma, una vez que se haya franqueado la barrera de la muerte y se produzca el “Juicio”: el alma beatificada o la gloria, el limbo con la esperanza de la inocencia infantil, el purgatorio y por último el alma condenada o infierno.

En realidad las cuatro postrimerías o novísimos son muerte, juicio, gloria e infierno. En las realizaciones plásticas de este tipo existen variaciones, suprimiendo las dos primeras y centrando la representación en las posibilidades que se ofrecen al alma después de la vida terrenal. En ocasiones puede aparecer la muerte, simbolizada por una cabeza moribunda que se apoya en una almohada.

Las cuatro alegorías de los estados del alma ocupan los recuadros laterales de un escaparate o vitrina cuyo espacio central, más amplio que los anteriores, introduce una imaginativa escena del Paraíso, con la minúscula imagen de Jesús Niño entronizado, en actitud pensativa, rodeado de nubes confeccionadas de algodón, vistosas flores de tela, acompañadas de algunos joyeles. Protegido todo ello por cristales y marcos claveteados. Cada composición está resguardada en una caja de madera que sería insertada en la vitrina que hoy ocupan una vez que hubieran sido recibidas por el Monasterio.

Los dos cuadros superiores contienen las imágenes del “alma bienaventurada o beatificada” y el Limbo. De la primera destacan los rasgos faciales, el tratamiento del cabello y los detalles del vestido, compuesto por finísimos pliegues y cenefa que imita trabajo de pedrería, o el rico collar, símbolos de la recompensa divina. En el caso del Limbo, el infante torna su mirada en actitud meditativa, colocando sus manos una sobre otra y apoyadas en el cuerpo a la altura del vientre, lo que representa la inocencia. En algunos casos, la imagen del Limbo es sustituida por la muerte.

La serie se completa con el Purgatorio y el alma condenada. La primera es interpretada mediante un rostro varonil que eleva la mirada en actitud suplicante, su cabello está muy rizado y su tonalidad es más oscura. En el alma condenada se intensifica la tensión de los tendones y pliegues faciales y se crispan los cabellos para mostrar el dolor y la desesperanza en un hiriente y patético alarido.

Destaca la peculiaridad del material en que fueron confeccionadas, la cera. El arte de la ceroplastia o la escultura en cera facilitaba la economía del trabajo, proporcionaba verismo a la representación y garantizaba cómodo transporte, por lo que se convirtió en un medio adecuado para perpetuar la imagen y anatomía de humanos, con toda su carga expresiva y fisonómica. Las imágenes de cera se utilizaban para transmitir ideas teológicas, religiosas, devocionales o alegóricas. A partir de la Baja Edad Media se registra en Europa un uso abundante de esta materia prima para la confección de bujías y velas destinadas al culto, figuras efímeras, alegóricas y votivas, como la realización de exvotos.
Se desconoce su procedencia o donante, pero por su similitud con las existentes en el Museo de Bellas Artes de Valencia y con las del convento cisterciense de Santa Ana de Valladolid se relacionan con el pintor y modelador siciliano Giovanni Bernardino Azzolino (1572-1645), al parecer creador de estos modelos, o sus seguidores. Estas obras siguen la doctrina dictada por la Contrarreforma, centrada en la búsqueda de lo esencial, la meditación íntima y el impacto anímico, por lo que se simplifica la iconografía y se incrementa la expresión gestual y facial. Las fantásticas visiones que desde la Baja Edad Media se realizaban de glorias, juicios, purgatorios e infiernos, donde proliferaban jerarquías celestiales o malévolos ejércitos de demonios, que premiaban o martirizaban a cristianos salvados o condenados, se reducen a partir del s. XVI a sencillas figuras cuya expresión representaba cada estado. Las figuras estepeñas podrían haber sido donadas por alguno de los marqueses, que podrían haber adquirido la serie en Italia en la primera mitad del siglo XVII.

Convento de Santa Ana (Valladolid)
Fuente y artículos relacionados:
-Anotaciones al catálogo de escultura del monasterio de Santa Clara de Jesús de Estepa: a propósito de una serie inédita de "novísimos" de cera. Herrera García, FJ. Primer Simposio. Cuatro siglos de presencia de los franciscanos en Estepa. Ed. Iltmo. Ayto. de Estepa. 2003
-Los cuatro estados del alma. La Hornacina. 2016

12/11/16

HERMANDAD DE LAS BENDITAS ÁNIMAS


Desde los inicios del Cristianismo, los fieles han concedido cierta importancia al mundo de los difuntos, creando espacios de recogimiento, celebración y honra a sus seres queridos ya fallecidos como las catacumbas romanas o los cementerios actuales. A través de un pequeño ritual se rememora y se pide protección para ellos. Este hecho determina la propia esencia del ser cristiano, ya que Jesucristo murió por la humanidad y resucitó, venciendo a la poderosa muerte. Tras el fallecimiento, ese tránsito material, podemos llegar a alcanzar la gloria del Padre y liberarnos de todos los pecados, pero para que pueda llegar ese momento hay que pasar previamente por una purga tanto física como mental de todas las faltas cometidas. Es ese periodo indeterminado el que pasan las almas dentro del Purgatorio para limpiarse. A lo largo de los siglos se instaura un culto dedicados a aquellos que no están y se desarrollan múltiples manifestaciones artísticas a lo largo de los siglos.

Las representaciones de las ánimas benditas proliferan a partir del siglo XVI, donde la parte superior representaba a la Gloria y la parte inferior a las almas que habían de ser liberadas de sus culpas. Iconográficamente se representaban las ánimas entre las llamas, desnudas, mirando al cielo, con las manos juntas en actitud suplicante. En la parte superior aparece Cristo, la Virgen María en alguna de sus advocaciones o algún santo como San Miguel.
Una de las consecuencias directas del Concilio de Trento (1545-1563) fue la consolidación de las cofradías, altares y capillas que rinden culto a las ánimas benditas o del purgatorio en toda la geografía española, como la cofradía sevillana fundada en 1554. A través del sacrificio de las misas, oraciones, ayuno, limosnas y otras buenas obras, podían liberarse algunas de las almas atrapadas. Por eso, la mayor parte de las actividades que realizaban las hermandades de Ánimas se encauzan a la realización de diversas diligencias para sufragar los gastos de las numerosas misas que se le ofrecían. También se levantaron altares o capillas en honor a las ánimas y se les cantaba canciones o se contaban leyendas.

Estas hermandades o cofradías contaban con varios cargos de gobierno, destacando el presidente, el mayordomo o animero mayor al frente, el secretario encargado de llevar las cuentas, el fiscal que acusa y aplica el reglamento a los infractores, los mentores que emiten su juicio en asunto dudosos y el delegado encargo de nombrar a los legados necesarios para las honras fúnebres. Después se encontraban un extenso cuerpo de hermanos.

En Estepa existieron varias corporaciones religiosas con el título de Ánimas Benditas. La más antigua fue fundada en la parroquia de San Sebastián, aunque parece ser de las más antiguas no se conoce su fundación exacta. La corporación es citadas en unas cuentas de fábrica de las parroquias estepeñas correspondientes al año 1625, en las que aparece como receptora de limosnas procedentes de dicha fábrica. Dos años antes, en 1623, hay un repartimiento de gastos en la fiesta del Corpus “a todas las cofradías de esta villa” en el cual no aparece la de Ánimas, por lo que es posible que su fundación pueda situarse entre ambas fechas. Esta cofradía se vio exceptuada de la real orden que suprimía las cofradías estepeñas en 1790, y continuó existiendo, al parecer con bastante vigor, durante buena parte del siglo XIX, como lo prueban unos autos seguidos contra su hermano mayor, el presbítero don José Mª de Reina, el año 1846 en razón de la aprobación de las cuentas de dicha corporación. En dichos autos se define a la hermandad como “una asociación de personas piadosas que ejercen sus caritativos oficios a favor de las almas de los difuntos”.

La cofradía edificó una capilla propia en la iglesia de San Sebastián a comienzos del siglo XVIII, a expensas del presbítero estepeño don Pedro Salvador de Reina, quien hizo donación de la misma a la cofradía. En la capilla estuvo un magnífico cuadro de Jesucristo Crucificado representando los siete sacramentos en los siete ríos de sangre que salen de su costado”, típica representación de Cristo como Fuente de la Vida, fechable en el siglo XVIII. A mediados del siglo XVIII se levantó un retablo de factura ecijana, dividido en tres calles y rematado con un medallón en relieve representando a San Pedro, en recuerdo del fundador de la capilla. Las calles separadas por cuatro estípites y en su pedestal un ángel en cada una (de los que se conservan sólo dos). En los laterales Santo Domingo y Santa Rita, y en el centro una hornacina con la imagen de Jesucristo Crucificado, obra del escultor antequerano Diego José Márquez y Vega, levantado en su origen en medio de un grupo de figuras rodeadas de llamas que no se conservan. La capilla representaba fielmente a las Benditas Ánimas según el cano fijado a finales del XVI: las ánimas son liberadas por ángeles y ofrecidas a Cristo, siendo representadas como cuerpos abrasados por el castigo del fuego y anhelantes de la remisión de sus pecados. En las pechinas de la cúpula de la capilla, queda representado el símbolo de la muerte, en forma de calaveras sobre tibias cruzadas, decoración propia de este tipo de capillas.


Otra cofradía de Ánimas existió en Estepa, de la cual hemos tenido noticia a través de unos autos dirimidos ante el Vicario Andújar a comienzos del año 1696; según consta en dichos autos, la cofradía era de reciente fundación y se había instituido en la iglesia del convento de La Victoria de Estepa con el título de Hermandad de Ánimas de San Francisco de Paula por un grupo de personas seglares y los religiosos mínimos, cuyos miembros seculares pagaban de limosna dos maravedís cada viernes del año y la comunidad se obligaba a asistir al entierro de los hermanos con el estandarte de la cofradía y seis frailes. Por otra parte, una lista de las cofradías estepeñas existentes en 1705, recoge dos corporaciones con el título de Bacineta de las Ánimas, sitas respectivamente en las ermitas de la Vera Cruz y Santa Ana; tanto estas dos hermandades como la anterior es muy posible que tuvieran una existencia efímera.

Durante el siglo XIX desaparecen las referencias a la cofradía de las Ánimas Benditas. Se conoce que el 10 de marzo de 1801, Carlos IV, por Real Decreto, aprobó las reglas de la Hermandad de Jesús Nazareno con la condición de que la hermandad quedase unida a la de la Sacramental y Ánimas de la Parroquia de San Sebastián. Aunque la corporación pudo existir en un principio con independencia a la hermandad del Viernes Santo, como demuestra el dato comentado anteriormente de 1846, finalmente quedaría agregada a la de Jesús Nazareno. A finales del siglo XIX y durante el XX, la capilla llegó a ser capilla bautismal de la parroquia. El 6 de febrero de 1957, un grupo de jóvenes estudiantes de Estepa fundaron la Hermandad de Los Estudiantes y tomaron como titular al crucificado que presidía el retablo de las Ánimas, dándole la advocación de Stmo. Cristo del Amor. Actualmente acoge también la imagen de Mª Stma del Valle y de Ntro. Padre Jesús Cautivo y Rescatado.


Fuente y artículos relacionados:
-Hermandades, cofradías y otras corporaciones religiosas no penitenciales en la Estepa de la Modernidad. Jorge Alberto Jordán Fernández. Miscelánea Ostipense. Estudios sobre historia de Estepa. 2013
-La capilla de Ánimas de la Iglesia de San Sebastián.  Jordán Fernández, JA. Boletín "Los Estudiantes". 2013
-Cristo del Amor "y de las Ánimas". EA. Díaz Fernández. Historia de Estepa. 2013
-La cofradía y capilla de las Benditas Ánimas del purgatorio y el Cristo del Amor (Los Estudiantes). Díaz Fernández, EA. Pasión y Glorias de Estepa.  2019

6/11/16

LA ASUNCIÓN INICIA UNA CAMPAÑA PARA LA RESTAURACIÓN DE SU MANTO


La Hermandad de Ntra. Sra. de la Asunción, Patrona de Estepa, ha iniciado una campaña para recaudar fondos para la restauración del manto de salida de la Virgen por el IAPH. Los devotos podrán colaborar en la restauración con un donativo de 5 euros que se recogerá en la Iglesia de la Asunción tras la Eucaristía durante el mes de noviembre. Las misas en la Iglesia de la Asunción están fijadas los martes a las 20 h y el domingo a las 10.30 h.

La Hermandad de la Asunción solicitó en el mes de febrero al IAPH la realización del informe diagnóstico del manto de su imagen titular y la redacción de la propuesta de intervención. El manto fue diseñado por Manuel Beltrán y, con la intervención de la marquesa de Cerverales, la Hermandad de la Asunción encargó a finales del siglo XX al taller de las hermanas Antúnez el bordado del manto para la salida procesional. El manto fue estrenado el 15 de agosto de 1893.

La intervención en el manto de Ntra. Sra. de la Asunción supondrá un nuevo esfuerzo de la Hermandad por recuperar y restaurar el rico patrimonio histórico y material que atesora.


Artículos relacionados:
-La autoría del manto de la Asunción. Devociones de Estepa. 2016
-Revista Assumpta Regina in Cielum. Número 1. Hdad. de Ntra. Sra. de la Asunción. 2014
-El IAPH realiza el informe diagnóstico del manto de la Virgen de la Asunción de Estepa. IAPH.es. 2016
-El IAPH restaura el manto de la patrona de Estepa. IAPH.es. 2017

1/11/16

LA VIEJA ESTAMPA

Habían pasado sólo tres días y la mañana se presentaba fría, inusual para un sábado de mayo cuando el calor enciende la savia que hace brotar las flores en el verdor de las macetas del patio. Se acercaba la hora de tomar decisiones, y por muy difícil que resultara había que encontrar las fuerzas en el recuerdo del amor que su madre les daba.

El silencio lo rompió el golpeo de la llamada en la puerta, tres toques secos que despertó de la congoja a los que le esperaban. La hija mayor se incorporó del viejo sillón que presidía el salón y se dirigió a la puerta de madera de nogal que había resistido casi intacta al paso del tiempo, sólo un par de grietas provocadas por la humedad y varias ampollas la reconocían como antiguas huéspedes de la casa familiar. Siguieron los saludos protocolarios que proceden en estas situaciones y tras una breve pausa el caballero al que esperaban entró en el salón. Vestía un traje bastante usado de color oscuro, con corbata negra, camisa de un blanco roto y unos zapatos negros de suela gastada. Su mano agarraba con fuerza un maletín de cuero cobrizo al que se le marcaban las líneas que los pliegues de los años le habían hecho, como las arrugas perfilaban su edad sobre la piel. El señor tomó asiento y se apresuró a abrirlo. Tras sacar varias carpetas puso sobre la mesa unas lentes de lectura y un formulario que se disponía a rellenar con el consentimiento de la familia. Las letras preferiblemente sencillas y claras, sin ningún tipo de adorno ni filigrana, sin inscripciones. Las fechas, las que habían considerado siempre como festejables, alejadas de las que un trozo de papel había marcado como oficial. Se sabe que en aquellos años esperaban a que los recién nacidos lucharan al menos un mes para poder reconocerlos, por lo que se celebraba la fecha que de viva voz su madre les había dicho. Preferían piedra de color grisáceo con aguas que imitara el mármol, desde que ese material se pasaba de las ganancias que la familia había conseguido, mientras que para el recipiente se decantarían por un pequeño tiesto alargado de color blanco, con suficiente espacio para acoger un sencillo ramillete de flores.

En este momento el señor del traje oscuro les preguntó por la imagen que deseaban grabar en la piedra. Intentaban recordar cuál era la imagen a la que su madre le guardaba mayor devoción para que pudiera acompañarla para siempre. Era mucho más difícil de decidir de lo que habían sido las anteriores cuestiones. Su madre siempre les había enseñado a amar a todas por igual, singular es. Había asistido a los triduos de cuaresma y a las novenas de la Virgen, a los festejos del Corpus, y siempre tenía presente en sus rezos a los santos estepeños. Quizás aquella Dolorosa de la iglesia donde contrajo matrimonio o aquel Cristo que la acompañó durante el tiempo que estuvo en el hospital por aquella difícil operación. Podría ser la Gloriosa cuyo camarín se ve desde la ventana de su habitación o el Señor al que Estepa entera espera y al que alumbró cuando los problemas a los que se enfrentaban algunos de sus hijos le rondaban la cabeza.

En ese momento de indecisión la hija mayor se acordó de una vieja estampa que su madre guardaba con celo en la cómoda de su habitación. Su hija recordó aquella estampa porque su madre la colocaba siempre el día de los difuntos en la vieja consola del salón, y mientras le rezaba vertía un poco de aceite en un cuenco y encendía en él las parpadeantes mariposas de aquel día del recuerdo.

Ante tal ritual, cuyo proceso la tradición había marcado, la hija mayor no pudo controlar la pregunta inevitable sobre la procedencia de la estampa. Su madre le respondió que esa estampa la había tenido su abuela y le había acompañado durante los años difíciles de la guerra. Había resistido al saqueo de su casa cuando buscaban al padre porque defendía colores prohibidos, había sobrevivido al incendio provocado de las pertenencias que el fruto del amor había atesorado, guerra incomprensible entre hermanos que no compartían sangre y, sin embargo, sí en el juego de vida y muerte; había estado presente en la oración de su madre cuando no había más remedio que recurrir a las limosnas y a la beneficencia de sus vecinos; y había ayudado a soportar las cruces que en el cartón de racionamiento indicaban el pan que llevarse a la boca. Incontables las lágrimas que se habían mezclado con la tinta y que habían acelerado su desgaste.

La hija mayor subió las escaleras junto a la entrada de la casa y recorrió apresurada el pasillo que llevaba a la habitación de su madre. El olor inconfundible a rosas recién cortadas que su madre usaba para perfumarse todavía perduraba en aquella habitación, impregnado en cada trozo de tela que estaba presente. Se agarró a los tiradores dorados del primer cajón de la cómoda y tiró con fuerza hacia ella. En la esquina izquierda del cajón, bajo un par de sábanas blancas dobladas, había un pañuelo, con la letra tercera cosida en pespuntes, que envolvía un trozo de papel que parecía acartonado. Lo cogió con reserva y recorrió sus propios pasos de nuevo al salón donde la esperaban. Sobre la mesa apoyó el pañuelo y lo desenvolvió entre las hilachas para coger con sus dedos la lámina que guardaba. La reconoció como la estampa que había visto en su casa en los días de difuntos. Estaba arrugada y pintada en ocre sobre blanco, casi parecía hecha a carboncillo, pero el paso del tiempo había conseguido desdibujarla en parte y los dobleces la habían llenado de líneas, como si se trataran de las venas que se desdoblaban y recorrían su cuerpo. Un corte profundo recorría la parte inferior de la estampa, casi de lado a lado, pero tal apertura se había intentado subsanar con una pequeña cinta de color pardo que se había cosido hace ya muchos años. En ella se dibujaba la Madre de Dios en ocre y blanco ofreciéndole el escapulario de la salvación con tres estrellas en el campo del Monte Carmelo. El caballero del traje oscuro, con un breve movimiento para recolocar sus lentes, tomó la nota en su formulario y a continuación se despidió amablemente atravesando la puerta de la casa familiar.


Seis meses habían pasado cuando la hija mayor volvía de arreglar las flores. Rosas blancas había elegido para aquellos días, recién cortadas con mimo del patio de su madre. Entró en el piso que había comprado hace unos años junto a su marido y se dirigió a su habitación. En el primer cajón de la mesilla encontró la vieja estampa envuelta en un pañuelo impoluto con la letra tercera serigrafiada, la cogió con la mesura de la primera vez y la llevó a su modesto comedor. La colocó en el estante central del aparador y junto a ella un jarrón con un par de aquellas rosas blancas. Bajo la atenta mirada de su pequeña y mientras su voz entonaba el rezo del Avemaría, encendió una cerilla y con un rápido movimiento de su mano prendió el pabilo de una vela. Al instante destelló en mil chispas que ardieron con fuerza en la llama que arrojó la luz de la vida sobre la estancia.


23/10/16

SAN JUAN BAUTISTA: “EL PATRIMONIO ESTEPEÑO EN LAS EDADES DEL HOMBRE”


La imagen tras la restauración
(Fundación: Las Edades del Hombre)
De todos es conocido el rico valor patrimonial que atesora la ciudad de Estepa en sus templos y otros lugares de interés artístico. La puesta en valor de nuestro patrimonio se hace notar fuera igualmente y así se ha dado el caso en este año cuando los responsables de la Fundación Las Edades del Hombre, con sede en Toro (Zamora) reclaman una pieza de la parroquia de San Sebastián de Estepa, para ser expuesta en la exposición “Aqua”.

Los daños en el rostro de la imagen eran evidentes
La obra en cuestión es la imagen de San Juan Bautista del archiconocido escultor navarro Luis Salvador Carmona. A principios de este año, el secretario general de la fundación Las Edades del Hombre, Gonzalo Jiménez Sánchez, contactaba con Ginés González, párroco de Estepa para solicitar en préstamo la talla del San Juan Bautista que preside el altar derecho de la iglesia estepeña de San Sebastián. La historia venía de antes, pues el año anterior una talla de San José, ya fue cedida a la misma fundación para otra exposición.

La Fundación Las Edades del Hombre es una organización española de carácter religioso con sede en el monasterio de Santa María de Balbuena en la localidad de San Bernardo (Valladolid) y su objetivo es la difusión y conservación del arte sacro. La fundación lleva desde 1988 organizando exposiciones de arte por toda España y en este año 2016, justamente el pasado mes de abril, abordó la exposición “Aqua”, cuyo motivo principal es el agua y en torno a la cual giran las obras expuestas.

La obra de Luis Salvador Carmona toma notorio protagonismo en este nueva muestra y esa es la razón por la que la fundación reclamó a Estepa su colaboración con la cesión de nuestro San Juan Bautista.

La donación no ha sido en vano pues, no solo estamos mostrando y promocionando el nombre de Estepa y su rico patrimonio, sino que la talla del Bautista ha sido totalmente restaurada para la ocasión y volverá a la iglesia de San Sebastián a finales de este año 2016 en perfecto estado. Y lo más importante, sin coste alguno para nosotros.

Luis Salvador Carmona (Nava del Rey, 1708 – Madrid, 1767) es uno de los grandes escultores del siglo XVIII. Su trabajo queda reflejado en sobresalientes obras no solo en madera, sino también en tallas en piedra, barro y estuco. Alumno de Juan Alonso Villabride y Ron, en cuyo taller pasó seis años, supo aunar lo mejor de las escuelas andaluza y castellana, con una marcada influencia también de la escuela napolitana. Sus obras, cargadas de belleza, trasmiten sensibilidad y dulzura al mismo tiempo que un acusado refinamiento y a las que no les falta intensidad y emoción.

Su paso por la Corte dejó importantes obras como la talla de Juan V de Portugal en el Palacio Real y pronto fue reclamado por la iglesia para que asumiese el ornato de mucho de sus edificios.

La imagen en la exposición de Salvador Carmona realizada en 2008

La relación de Salvador Carmona con Estepa se pone de manifiesto cuando conoce a Don Juan Bautista de Centurión y Ayala, séptimo marqués de Estepa que pronto asumió el patronazgo de las obras del artista navarro en Estepa.

El rostro de San Juan Bautista tras la
restauración (Fundación: Las Edades del Hombre)
La talla de San Juan Bautista permaneció en la ermita de San Juan de Estepa hasta el siglo XIX, más tarde pasó a la iglesia de San Sebastián, donde preside el retablo derecho del Evangelio.

La imagen reproduce una iconografía muy habitual del Precursor al que observamos de pie sobre un suelo rocoso de formas irregulares y vestido con una túnica, ceñida a la cintura, de piel lisa en la cara visible mientras que la parte lanuda queda hacia dentro. El manto se sostiene sobre su hombro izquierdo y, en este caso, muestra su parte lanosa hacia el exterior. Con su mano derecha el Bautista señala al cordero en clara alusión al texto joánico.

Desgraciadamente de algunos añadidos que fueron tan habituales durante el barroco, como las pestañas, tan solo se han conservado pequeños testimonios. No obstante, gracias a la intervención a la que ha sido sometida en los talleres de la Fundación Las Edades del Hombre, y por la cual se han eliminado tanto la suciedad acumulada como las sucesivas capaz de barniz que habían amarilleado con el paso del tiempo, pueden observarse en plenitud lo que es, sin duda, una excelente obra de Carmona en la que, una vez más, el artista revela un gran conocimiento anatómico y una perfección técnica cuyo resultado es verdaderamente conmovedor.

Sintámonos orgullosos todos los estepeños y estepeñas de tener esta obra expuesta en Toro en la exposición “Aqua” de la Fundación Las Edades del Hombre. La muestra puede visitarse desde el mes de abril hasta el próximo mes de noviembre de 2016.

Detalle del brazo de la imagen de San Juan Bautista
Artículo publicado en la Revista de Feria de 2016

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-Ermita de San Juan Bautista. Devociones de Estepa. 2016
-Visita Virtual de "Aqua". Fundación Las Edades del Hombre. 2016
-Las Edades del Hombre Toro 2016. A. Sánchez Carrasco. El Palquillo. 2016

16/10/16

LAS ÓRDENES TERCERAS EN ESTEPA


Las Órdenes Terceras o Terciarias son agrupaciones de seglares o laicos que se comprometen, mediante voto personal, a seguir una regla establecida para ellos por las diferentes órdenes religiosas, participando así, en la medida de sus posibilidades, de la vida de estos institutos religiosos. Se dedican al apostolado y buscan la perfección cristiana bajo la alta dirección de estos institutos. El nacimiento de estas corporaciones era alentado por las propias órdenes religiosas, sin duda para aumentar su influencia en las ciudades y villas en que realizaban sus fundaciones. De esta forma, las Órdenes religiosas contaban con Órdenes terceras para los seglares además de su correspondiente rama masculina (primera orden) y femenina (segunda orden).

San Francisco de Asís fue el primero en integrar a partir de 1212 en la Orden franciscana a seglares sin que tuvieran obligación de abandonar su estado de vida, fundando la Orden Tercera en 1221. Con esa misma idea y con la aprobación pontificia, se sumaron más tarde los dominicos (1406), los agustinos (1409), los servitas (1424), los carmelitas (1452), los mínimos (1508), los trinitarios y premostratenses (1751).

La regulación canónica establece en la Iglesia tres clases de asociaciones para los laicos: terceras órdenes seculares, cofradías y pías asociaciones; estableciendo, al tratar del orden de precedencia, una cierta jerarquía entre ellas, puesto que prescribe que precedan las Órdenes Terceras a las demás asociaciones. La agregación de una asociación de seglares a una Orden Terciaria necesita el consentimiento del Ordinario local, así como una licencia especial del mismo Ordinario para usar sus vestiduras en las funciones sagradas públicas. La asociación, llamada entonces “Hermandad de Terciarios”, puede gozar de personalidad jurídica independiente a la Orden correspondiente, y por medio de esta personalidad, también personalidad civil. El Superior de una Orden puede también inscribir a personas particulares.

En Estepa la llegada de las Órdenes religiosas se produjo a raíz de la venta por Carlos I de los territorios de la Encomienda Santiaguista a la familia de banqueros genoveses Centurión en 1559, cuyo hijo sería nombrado Marqués de Estepa. Los Centurión apoyaron la fundación de conventos en la villa en la segunda mitad del siglo XVI y con el establecimiento de estas Órdenes se fundan las Órdenes Terciarias para los seglares de Estepa en sus conventos (mínimos y franciscanos). En la segunda mitad del siglo XVIII se fundarían dos nuevas Órdenes Terceras (servitas y carmelitas) pero esta vez correspondía a iniciativa particular y no a la de una orden religiosa.

1. VOT de los mínimos

El nacimiento de la Orden Tercera de los mínimos se sitúa en el año 1501 a iniciativa del fundador San Francisco de Paula (1416-1507) y fue aprobada en 1508. La fundación del convento mínimo de Estepa data del 2 de febrero de 1562, siendo el primero y más antiguo de la villa, y probablemente poco después se establecería la correspondiente orden tercera para los seglares. Tenía capilla propia en la iglesia conventual, dedicada a San Francisco de Sales, patrono de dicha orden tercera.

2. VOT de los franciscanos

La Orden Tercera franciscana fue fundada en 1221 por San Francisco de Asís y aprobada por Nicolás IV el 18 de agosto de 1289, modificada por León XIII el 30 de mayo de 1883 y por Pablo VI el 24 de junio de 1978, que la transformó en la Orden Franciscana Seglar. En Estepa el convento de madres clarisas fue fundado el 10 de enero de 1599 y el de franciscanos en 1602, aunque hubo un intento anterior en 1590. El primer documento que hace referencia a la Orden Terciaria franciscana es de 1686, en que comienza el más antiguo de los libros que se conserva de esta corporación, aunque su existencia es anterior. Debió establecerse tras la fundación del convento franciscano de Estepa allá por los primeros años del siglo XVII. A esta orden tercera pertenecieron, e incluso ejercieron como sus hermanos ministros, algunos de los más destacados miembros de la familia Centurión, como don Juan Bautista, séptimo marqués de Estepa, que fue ministro de la corporación entre 1740 y 1743, y lo mismo su esposa, doña María Luisa Centurión, en la sección femenina de la misma. En 1809 todavía había profesiones de miembros de la congregación y en 1870 hay testimonios documentales que avalan su existencia a pesar del cierre del convento estepeño en 1835.

3. VOT de los servitas

En 1424 la Orden Seglar de los Siervos de María fue reconocida por el Papa Martín V, siendo la actual Regla de 1995. El VOT de Servita de Ntra. Señora de los Dolores de Estepa fue fundada a iniciativa del vicario don Manuel Bejarano y Fonseca, gran devoto de esta advocación mariana. La patente de erección de esta orden tercera fue dada por el prior general de la Orden de los Siervos de María en el convento de San Marcelo de Roma el 4 de enero de 1765; la fundación tuvo lugar en la capilla de la Virgen de los Dolores sita en la ermita del hospital de la Asunción de Estepa, nombrándose como fundador el mencionado vicario general. El documento más antiguo es un libro de asiento de hermanos que comienza en 1790, cuando se hizo cargo de la corporación el presbítero estepeño don Diego de Vergara, y acaba en 1816. Los Servitas desearon controlar la “Obra Pía del Pecado Mortal”, que era una institución religiosa dedicada a pedir limosnas para fines caritativos y cultos, e incluso deseaban absorber a la Hermandad de San Pedro. Esto produjo un pleito que comienza en 1765 y un conflicto judicial en 1799, pero que no se resolverá hasta principios del XIX con la unión de ambas corporaciones. En enero de 1816 el presbítero don Antonio Fernández Borrego, último de los comisarios de la cofradía, decide entregar los documentos al curo párroco de Santa María para su conservación. El último rastro documental que se conserva de la corporación es un escueto inventario de los bienes de la misma realizado en 1830. La fiesta principal se celebraba el Viernes de Dolores, con una novena en el altar de la Virgen en su capilla. El Domingo de Ramos por la tarde salía procesionalmente la imagen acompañando la estación de penitencia de San Pedro y el Cristo de las Penas.

4. VOT de los carmelitas

La Orden Tercera de los carmelitas fue aprobada en 1452. A finales del siglo XVI, la Orden pretendió convertir la Ermita de la Vera Cruz en su convento (16 de mayo de 1597), pero la fundación no fue posible a pesar de contar con el consentimiento del marqués Juan Bautista Centurión. En 1744, fray Nicolás María Richiuti, general de la Orden del Carmen, fundó la cofradía de Ntra. Sra. del Carmen con la aprobación del vicario en la Ermita del Cristo de la Sangre. El establecimiento de la Venerable Orden Tercera de Nuestra Señora del Carmen, miembros laicos de la antigua observancia, se realizó a petición de don José de Silva y algunos vecinos de Estepa, quienes obtuvieron facultad para su erección del prior general de la orden carmelitana, fray Roque Melchor, fechada en 30 de diciembre de 1800. El vicario, a la sazón don Pascual Fita, por su parte, concedió su licencia el 3 de marzo de 1801, siendo aprobadas sus constituciones en 24 de abril de ese mismo año. Parece que esta institución tuvo una efímera vida pues consta, por un inventario de los bienes y efectos de la ermita del Carmen realizado en 1835, la existencia de un libro de las constituciones que conserva y capítulos que celebra el Orden Tercero de Ntra. Sra. del Carmen, que principia en el año 1801 y acaba en septiembre de 1828.

Artículos y libros consultados:
-Hermandades, cofradías y otras corporaciones religiosas no penitenciales en la Estepa de la Modernidad. Jorge Alberto Jordán Fernández. Miscelánea Ostipense. Estudios sobre historia de Estepa. 2013
-Las órdenes religiosas en la Vicaría de Estepa (siglos XVI al XVIII). José María Miura Andrades. Actas del IV Jornadas sobre Historia de Estepa. Ed. Ayto. de Estepa, 2000.
-El patrimonio de los conventos estepeños: Propiedades y rentas. Joaquín Octavio Prieto Pérez. Actas del IV Jornadas sobre Historia de Estepa. Ed. Ayto. de Estepa, 2000.
-Clausura. Monasterio de Santa Clara de Jesús. Ed. Ayuntamiento de Estepa, 1999
-Primer Simposio. Cuatro siglos de presencia de los franciscanos en Estepa. Ed. Iltmo. Ayto. de Estepa. 2003
-Memorial Ostipense, de Antonio Aguilar y Cano, 1975. Reedición.
-La antigua Ostippo y actual Estepa, de Padre Alejandro del Barco. Reedición de A. Recio Veganzones. Ed. Iltmo. Ayto. de Estepa, 1994.
-Las Órdenes religiosas en Estepa. Devociones de Estepa. 2015

9/10/16

LOS ROSARIOS PÚBLICOS, ESTANDARTE Y FAROLES

-Historia de los rosarios públicos:
Preparando el Rosario. Rico Cejudo
El rezo del Santo Rosario nace como oración vocal y mental que se concreta en un instrumento de cuentas, pero que pronto se hace estética palpable en las imágenes de la Virgen con esta advocación, en las cofradías y hermandades, pero sobre todo es un fenómeno específico de la religiosidad popular desde fines del siglo XVII con el uso de los Rosarios públicos o callejeros.

El fenómeno tiene sus raíces en la Edad Media y en un ámbito mixto entre monjes cartujos y frailes dominicos principalmente, pero no se consolida y adquiere su conformación y primera expansión hasta la segunda mitad del siglo XV, fundándose la primera Cofradía del Rosario en Colonia en 1475 y en Sevilla en 1481. Pero la gran difusión del rezo y sus cofradías se produce tras la victoria en el acontecimiento de Lepanto de 1571 y su atribución a la intervención de la Virgen del Rosario. El rezo y la devoción son respaldados oficialmente por la Santa Sede y la Orden de Predicadores, especialmente comisionados por el Maestro General, propaga a través de sus conventos con las misiones de frailes la fundación de cofradías en las distintas parroquias. Las Cofradías del Rosario estaban erigidas en los cenobios dominicos y en las iglesias mayores de muchos pueblos desde los años finales del XV y gozaban de grandes prerrogativas espirituales concedidas por los papas tanto a cofrades vivos como difuntos, por lo que fueron muchos los que se inscribieron en la Cofradía e incluso hicieron lo propio con sus familiares ya difuntos. Las cofradías del Rosario dominicas celebraban los primeros domingos de mes procesiones claustrales con la imagen titular con asistencia de los cofrades con rosarios en las manos y otra solemne por la calle en la festividad del primer domingo de octubre (Procesión de la Batalla Naval).

En la segunda mitad del siglo XVII aumenta la religiosidad popular a raíz del dramático episodio de la Peste de 1649, Por un lado, se registra el incremento de las Misiones cuaresmales con motivo de mover a la conversión a las gentes a través de sermones sobre la culpa, la muerte o el castigo divino, confesiones y procesiones con la imagen de un Crucifijo. Por otro lado, se fomenta el rezo del Santo Rosario, que se fomenta extraordinariamente por los padres misioneros como devoción individual y comunitaria.

Dibujo de José García Ramos
Los primeros rosarios eran muy espontáneos, celebrados cada día a la aurora, mediodía y prima noche. Los Rosarios salían a diario a prima noche a fin de rezar el último tercio de la oración, pero los festivos las parroquias solían organizarlo por las tardes, casi a mediodía. Pronto se va a posibilitar una nueva salida comunitaria por las calles en la madrugada, es decir, tras el rezo primero de la aurora en la iglesia, los devotos se lanzan a la calle a entonar las avemarías, volviendo a la hora del alba a celebrar la eucaristía. Esta misa “de alba” acercaba la eucaristía a los trabajadores del campo, que comenzaban muy pronto su jornada laboral, y a los pobres y marginados de la sociedad, que a veces no se atrevían por su indumentaria a participar en los cultos de iglesia. En la segunda mitad del siglo XVIII y, sobre todo, en el XIX se le comienza a denominar al rezo de la madrugada “Rosario de la aurora”, creándose congregaciones y hermandades tituladas de la Aurora con este fin.

Autor: Carlos Peñuela
Las primeras comitivas del rezo del Santo Rosario salían con hachas encendidas o faroles para alumbrar el camino y a los devotos, divididos en coros para alternar los padrenuestros y avemarías y dirigidos por uno o dos eclesiásticos que controlaban el orden de la comitiva, marcaban el itinerario y paradas y realizaban los ofrecimientos de los Misterios. Después añadieron su insignia más significativa, el Estandarte o Simpecado, en forma de M (María), bordado en oro o con aplicaciones de plata y con un lienzo central representando una imagen de la Virgen, siendo una representación de la Inmaculada Concepción desde la “cuestión concepcionista” de 1613 o una pintura de la imagen mariana. El color más característico de estos Simpecados es el rojo carmesí, aunque se constatan también el blanco, verde, celeste, morado o negro, según el carácter de la propia institución que lo organiza o si se trata de un Rosario de ánimas o penitencial. Junto al Simpecado, pronto aparece la cruz como insignia que precede la comitiva y los faroles para alumbrar, que podían ser de mano o farolas artísticas y grandes, de enorme tamaño, llamadas Marías, que acompañaban el Simpecado no sólo como elemento de luz material, sino casi litúrgico. Igualmente tiende a cuidarse más el acompañamiento musical tanto en los coros como en el añadido de auténticas orquestas (violines, oboe, bajón…). Surge además una literatura propia basada en las coplas, sobre todo las de la aurora, que invitaban a los vecinos a rezar, nombraban los misterios, resaltaban las virtudes, privilegios y cualidades de la Virgen, recordaban a los difuntos o se referían a los tiempos litúrgicos. Todo esto hace que la comitiva fuera complicándose con un gran aparato externo, se perdiera la primitiva espontaneidad y se necesitara un continuo desembolso económico para su mantenimiento diario.

Glorieta de García Ramos. Jardines de Murillo. Sevilla


Los rosarios públicos podían ser extraordinarios cuando sólo salían en ocasiones determinadas a lo largo del año: de Gala para conmemorar alguna efeméride, los de Ánimas en los primeros días del mes de noviembre, los de Cuaresma, los de rogativas por alguna calamidad pública o los de acción de gracias. Todo rosario poseía por lo general un doble juego de insignias, uno más simple para diario: cruz de palo, faroles de baja calidad, Simpecados con bordados simples y lienzos con imágenes de tosca factura; y otro de mayor riqueza para las extraordinarias con auténticas obras de arte en orfebrería y bordados, destacando sobre todo los Simpecados.

A partir del siglo XIX el Rosario público se limita progresivamente a las procesiones de la aurora los días festivos y la devoción va centrándose en la imagen de la Virgen a la que se rinde culto y se la procesiona en su festividad.

Conflictos en el Rosario de la Aurora


-Los rosarios públicos en Estepa:

A lo largo del siglo XVII y XVIII se extendieron en la villa de Estepa las hermandades y cofradías del Rosario dedicadas a imágenes gloriosas. El P. Barco en su manuscrito menciona un documento autógrafo del vicario don Gerónimo de Ribera en el que fecha el germen de la práctica devocional de los rosarios en Estepa en 1645: Día de la Natividad de Nuestra Señora, ocho de septiembre de mil seiscientos cuarenta y cinco. Se comenzó a rezar el rosario a coros en la Iglesia Vieja y se ha continuado el rezarlo todos los domingos y las nueve fiestas de Nuestra Señora. Los rosarios pasaron a ser públicos en la villa de Estepa y de su auge y propagación surgieron numerosas hermandades dedicadas a este culto.

En la segunda mitad del siglo XVI, hacia 1588, se fundó la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario en la Iglesia-Parroquial de Santa María promovida por la Orden de Predicadores (Ver aquí). La hermandad fue refundada en 1685. Esta cofradía celebraba anualmente la fiesta conmemorativa del combate naval de Lepanto el 7 de octubre. En un inventario de 1702 se menciona que la hermandad conservaba un estandarte de damasco encarnado con la imagen de la Virgen y Santo Domingo, con su cruz de plata. La imagen de Ntra. Sra. del Rosario fue realizada a finales del siglo XVI y se le atribuye a la escuela granadina. Tiene la peculiaridad de que es la única imagen de Estepa que posee ráfaga, ha sido restaurada pocas veces, sostiene el centro en su mano derecha y ha recuperado recientemente el Niño Jesús que llevaba en su brazo izquierdo.

El final del siglo XVII y el principio del siglo XVIII supuso el impulso de la expansión de la devoción rosariana en la villa. Se crearon cofradías con título del rosario en casi todas las iglesias estepeñas mediante las cuales ejercitar dicha práctica devocional.

En 22 de noviembre de 1701 se funda, con la preceptiva aprobación del vicario, la primera hermandad del Rosario como tal. Se trata de la Cofradía del Rosario de María Santísima de los Remedios, fundada en la Ermita de la Vera Cruz y compuesta exclusivamente por hombres, aunque ya a finales del siglo XVII comenzó a salir de la ermita de la Vera Cruz un rosario público (Ver aquí). La hermandad toma como titular la imagen de Ntra. Sra. de los Remedios que se encontraba en la ermita y que acompañaba al Cristo de la Vera Cruz en las procesiones. La imagen es una obra anónima del siglo XVII de escuela granadina. En 1733, dicha corporación rosariana solicitó la agregación de la cofradía de la Vera Cruz que desde tiempo inmemorial existía en la ermita, aunque por entonces había decaído bastante. En 24 de junio de 1747 se forma la hermandad de mujeres con el mismo título, con aprobación del vicario don Manuel Bejarano y Fonseca. Esta Hermandad del Rosario se encargó de costear a lo largo del siglo XVIII las cuantiosas obras de ampliación y reforma del templo, cuyo camarín es una joya del barroco, bajo el mecenazgo del Marqués de Estepa D. Juan Bautista Centurión, que fue nombrado Hermano Mayor de la Hermandad en 1737.

La Hermandad de hombres se encargaba además de los cultos del mes de mayo y del Jueves Santo, y la de mujeres celebraba sus cultos a la Virgen en la festividad de San Juan Bautista el 24 de junio. Ambas hermandades elegían Hermano Mayor cada año. En ambas hermandades existía la figura del "demandante" para recaudar fondos para la hermandad. Las hermandades fueron suspendidas durante la reforma de las ordenanzas a finales del siglo XVIII y se aprobaron los nuevos estatutos en 1797 como Cofradía de la Santa Vera Cruz y Rosario de los Remedios, con el establecimiento de una Escuela Pía para niñas pobres.

El principal culto de la hermandad era el Rosario Público que tenía lugar diariamente por las calles de Estepa. En sus estatutos se recoge como se debía organizar el Santo Rosario: “Concluidos estos ejercicios y dado el toque de Animas, acudirán a dicha iglesia todos los hermanos y saldrán por las calles canto el Santo Rosario de Nuestra Señora, en que se llevará delante un estandarte o Simpecado con la imagen de Nuestra Madre de los Remedios y detrás para concluir y cerrando la imagen de Jesús Crucificado, el que llevará uno de los tenientes eclesiásticos, quedándose el Hermano Mayor y demás tenientes para cuidar de su buen orden formando diversos coros para que todos vayan rezando y eviten conversaciones mientras la música canta.”



El 2 de junio de 1702 se funda en la Ermita del Santo Cristo de la Sangre la Hermandad del Santo Rosario de Nuestra Señora del Carmen (Ver aquí). En 1692 Esta hermandad se fundó a petición de un grupo de devotos en 1692 que habían comenzado a practicar en esta ermita la devoción del Rosario y solicitaron al vicario la pertinente licencia para realizar las procesiones rosarianas. La imagen de Ntra. Sra. del Carmen fue regalada por la marquesa doña Leonor María Centurión y Mendoza al terminar el siglo XVII. La hermandad entró en conflicto con la Cofradía del Corpus Christi y del Santo Cristo de la Sangre, titular de la ermita, por el mantenimiento del hospital de pobres transeúntes, resolviéndose con la fusión de ambas en 1728, pasando el hospital a cargo de la corporación rosariana y encargándose además de la ampliación de la ermita. En 1744 se funda la Cofradía de Ntra. Sra. del Carmen, dependiente de la Orden carmelita, y en 1801 la Venerable Orden Tercera de Ntra. Sra. del Carmen, pero la iglesia continuó regentada por la hermandad rosariana.

En el inventario de la Hermandad rosariana del Carmen aparece un apartado titulado “cuarto de los faroles”, donde destacan 4 farolas nuevas de cristal grandes, otras medianas y diversos faroles. En la iglesia figura un Estandarte carmesí de damasco carmesí para el Rosario de cada día y en la sacristía otro de terciopelo del mismo color con la Virgen y punta de plata. Además figura otro, el de Gala, con vara de plata, compuesto en tisú de plata con el escudo del Carmen en chapa de plata a martillo y que se encontraba en Santa Clara.



El auge de la devoción rosariana también se encontró entre los devotos de Nuestra Señora de la Asunción, fundándose en 1732 la hermandad del Rosario homónima y poco después una hermandad del Rosario de la Aurora. Esta última celebraba la fiesta principal en la madrugada del primer domingo de octubre y finalizaba al romper el día, en el cual la hermandad celebraba también cabildo en casa de su hermano mayor para elegir el nuevo responsable.

En los inventarios todos los bienes de la Hermanad rosariana de la Asunción figuran como donaciones personales, destacando un estandarte de tela con su vara de plata, cruz dorada, dos farolas grandes y varios faroles pequeños. En el inventario de la Aurora de la Asunción, firmado por Pedro Jurado, figuran dos estandartes o simpecados muy humildes, de felpa y damasco, una lámina de la Virgen y un crucifijo de madera como elementos más notables. Como bienes inmuebles un censo y sus réditos sobre un olivar en el partido de Lora que dejó Francisco Ramos, presbítero.

Estas hermandades rosarianas tuvieron que convivir con la antigua e histórica Cofradía de Nuestra Señora de la Asunción (Ver aquí), cuya antigüedad se remonta a la reconquista de la ciudad por Fernando III El Santo el 15 de agosto de 1240. La cofradía regentaba el Hospital de pobres enfermos, por el que pleiteo con las hermandades rosarianas. En 1771 se siguieron unos autos contra la hermandad de la Aurora y en 1777 se celebró una escritura de concordia entre la cofradía de la Asunción y la del rosario para poner fin a las disputas habidas entre ambas. Sin embargo, las diferencias entre ambas motivaron que en 1789 la Cofradía y Hospital de la Asunción pidiera al Consejo que se extinguiera la hermandad del Rosario homónima. Esta petición provocó que el Consejo suprimiera en 1791 todas las hermandades estepeñas, excepto las hospitalarias, sacramentales y de Ánimas, y solicitara la reforma de sus ordenanzas. Fue así como los bienes de las hermandades rosarianas de la Asunción pasaron a la cofradía homónima. La imagen de Ntra. Sra. de la Asunción está datada en torno a 1616, cuando se edifica su ermita extramuros en la calle Mesones.

En la segunda mitad del siglo XVIII aparece las primeras referencias a la Hermandad del Rosario de Ntra. Sra. de la Concepción, fundada en la Ermita de la Concepción (Ver aquí). La corporación rosariana convivió en la ermita con la antigua Cofradía de la Concepción, que fue fundada el 18 de enero de 1534 y que edificó la ermita que se bendijo en 1548. Por la relación presentada en 1791 a requerimiento del Consejo de Castilla, parece que era entonces la única corporación existente en dicha ermita, lo que significa que la hermandad del Rosario acabó absorbiendo a la cofradía. En su inventario sólo figura como elementos del cortejo rosariano un estandarte azul y 18 faroles de asta. En un informe de 1795 se menciona la hermandad como Confraternidad de mujeres del Rosario de la Purísima Concepción de Nuestra Señora. La imagen de Ntra. Sra. de la Concepción fue traída desde Madrid por la marquesa de Estepa, María Luisa Centurión y Arias Dávila, en 1765.

Desde 1701 a la segunda mitad del siglo XVIII se fundan un total de seis hermandades del Santo Rosario en Estepa: Remedios de hombres (1701) y mujeres (1747), Carmen (1702), Asunción (1732) y Aurora, y Concepción. A estas hermandades hay que añadir la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario de Santa María, fundada en 1588 y realizando el rezo del Rosario en la iglesia mayor desde 1645. En la iglesia parroquial de San Sebastián y ermita de Santa Ana se le dedica un retablo, Rosario y Amor Hermoso respectivamente, pero no se funda hermandad rosariana. Todas estas hermandades realizaban el rezo del Santo Rosario a diario por las calles estepeñas, siguiendo un cortejo establecido y acompañadas por música. En sus cortejos llevaban estandartes y faroles, contando algunas de ellos con ejemplares de más calidad para los días festivos. Las hermandades tienen también en común que iniciaron las reformas de sus ermitas y se encargaron de su decoración en el siglo XVIII, construyéndolas bajo un mismo sistema compositivo con la característica torre-camarín en la cabecera para albergar a sus imágenes titulares. En su construcción participaron maestros de obra y canteros como Cristóbal García, Juan Antonio Blanco o Andrés de Zabala, retablistas de la escuela ecijana como Juan José González Cañero y Juan Guerrero, retablistas de la escuela antequerana como Francisco Primo, pintores como la familia de Manuel de Jódar, escultores de la escuela antequerana como José de Medina, Andrés de Carvajal o Diego Márquez, y algunas obras procedentes de la Corte realizadas por el escultor Luis Salvador Carmona. Destaca el camarín de Nuestra Señora de los Remedios, las pinturas de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción o la portada de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen.

Hermandad de la Virgen de la Alegría. Sevilla
Las hermandades estepeñas que en el siglo XVIII realizaron el ejercicio del rezo del Santo Rosario mantienen la tradición de procesionar con su Estandarte identificativos, que preside junto a la imagen titular el culto en la novena y representa a la hermandad en los cortejos procesionales oficiales. Todas las hermandades salen en su procesión anual con su estandarte, excepto la imagen de la Concepción y la de Santa María, cuyos estandartes no se conservan. Las hermandades ya no usan varios estandartes ocasionales sino uno único representativo. La hermandad de la Concepción poseía un estandarte azul, la hermandad rosariana de la Asunción un estandarte de tela, la hermandad de la Aurora de la Asunción dos estandartes, la hermandad del Carmen dos estandartes de damasco carmesí y uno de tisú de plata, la hermandad de los Remedios un estandarte y la hermandad de Santa María un estandarte de damasco encarnado.

El elemento más representativo de los Rosarios públicos que han perdido las hermandades estepeñas es el acompañamiento de faroles de diferentes tamaños durante su procesión anual. Se mencionan en sus inventarios faroles de asta, faroles pequeños y faroles grandes o Marías. El número de faroles iba de los dos faroles grandes y otros pequeños que tenía la hermandad de la Asunción a los dieciocho de la hermandad de la Concepción. La hermandad del Carmen los guardaba en un “cuarto de los faroles”, donde destacaban cuatro farolas nuevas de cristal grandes, otras medianas y diversos faroles. El farol en las hermandades de gloria es un elemento histórico e identificativo de las mismas, que no sólo servían para dar luz durante el rezo sino que adquirían un significado casi litúrgico cuando acompañaban al Simpecado.

Faroles acompañando a la Virgen del Carmen

Faroles acompañando a la Virgen de los Remedios
Las hermandades estepeñas realizan una novena, antiguamente una octava, en honor a su titular, con besamanos, día dedicado a la Caridad y rezo del Santo Rosario. La novena termina con la función principal de la hermandad y la procesión de la imagen titular. La hermandad de los Remedios dedica el 3 de mayo, fiesta de la Invención de la Santa Cruz, al besamanos de su titular, y la novena y función principal con anterioridad al tercer domingo de mayo, día de la procesión. La hermandad del Carmen celebra dos novenas, una en julio con motivo de su onomástica el día 16 y otra con anterioridad al día 12 de septiembre en el que celebra la procesión. En ambas hay eucaristía por la mañana y la tarde. La hermandad de la Asunción también celebra dos novenas, una con anterioridad a la procesión del 15 de agosto y otra conocida como "del Terremoto" en noviembre. La Inmaculada Concepción, ahora titular de Paz y Caridad, celebra novena y procesión el 8 de diciembre. La antigua del Rosario de Santa María no está incluida actualmente en ninguna hermandad, por lo que no se celebran cultos ni procesión.

Por último, señalar que las hermandades estepeñas procesionan desde muy antiguo en andas que portan tronos, templetes o baldaquinos para las imágenes, siendo una característica de las hermandades estepeñas. Ntra. Sra. de los Remedios procesiona en unas andas con trono de madera dorada, espejos y ángeles que se relaciona con la obra del antequerano Francisco Primo en la segunda mitad del siglo XVIII. Ntra. Sra. del Carmen procesiona en unas andas de plata realizadas en 1745 y renovadas en 1749, contratándose la obra con el granadino Vicente Ruiz Velázquez y realizadas por José Anaya. Ntra. Sra. de la Asunción posee dos templetes, unas andas de plata del último cuarto del siglo XVII  y restauradas por Vicente Ruiz Velázquez en 1750 y otras estrenadas en 2008. Es la única hermandad de gloria que cambió las andas por un paso de costaleros. La Inmaculada Concepción procesiona en unas andas doradas sin templete que pertenece a Paz y Caridad, pero en fotografías antiguas aparece en el templete de la Asunción. La hermandad del Rosario de Santa María también poseía unas andas plateadas y ráfagas que se ven en fotografías antiguas de la iglesia de Santa María.




 
 

Artículos y libros relacionados:

-La devoción del Rosario en Andalucía: rosarios públicos, hermandades y coplas de la Aurora. Romero Mensaque, Carlos José. V Jornadas sobre Religiosidad Popular. 2007
-El fenómeno rosariano en Estepa. Romero Mensaque, CJ. Anuario de estudios locales. 2011
-La tradición de los rosarios públicos en la España moderna: Historia y tipología. Romero Mensaque, CJ. Actas I Encuentro Nacional de Cofradías del Rosario. Caleruega. 2014
-Archivo general del Arzobispado. Serie Hermandades
-Hermandades, cofradías y otras corporaciones religiosas no penitenciales en la Estepa de la Modernidad.
Jorge Alberto Jordán Fernández. Miscelánea Ostipense. Estudios sobre historia de Estepa. 2013
-Memorial Ostipense, Aguilar y Cano, A. 1886. Anel, Granada, 1975
-El Rosario de Aurora que acabó a farolazos. Mónica Arrizabalaga, ABC, 2014
-17 de junio: 325 años del primer Rosario público en Sevilla. M. J. Roldán. Pasión en Sevilla. ABC
-Hermandades del Rosario en Estepa. Devociones de Estepa. 2009
-El baldaquino estepeño, la imagen realzada. Devociones de Estepa. 2019

CARTA DE EDICIÓN

El blog Devociones de Estepa nació en la cuaresma de 2009 y tuvo como motivo de inspiración la oportunidad de dar a conocer la Semana Santa de Estepa a través de los nuevos medios de comunicación. El objetivo principal era recopilar información de las Hermandades y Cofradías de Estepa así como mostrar nuestras tradiciones y costumbres. El blog se definió con carácter divulgativo, y por lo tanto, al carecer de carácter lucrativo, se ha rechazado sistemáticamente toda propuesta económica que hemos recibido. Sólo se ha permitido artículos relacionados con la información cofrade o que tuvieran carácter benéfico.

Para llevar a cabo este trabajo, se inició en el blog la recopilación de artículos que procedían principalmente de los boletines y libros de las Hermandades estepeñas, el
Ayuntamiento de Estepa en sus diversas publicaciones, blogs dedicados a la Historia y Semana Santa de Estepa y por último la información que se daba en las redes sociales. Para acompañar a estos artículos se escogían fotografías que se encontraban en los diferentes medios ya mencionados. Tanto los artículos como las fotografías publicados en estos medios no habían sido realizados para el blog.

Desde el blog se ha trabajado también por la investigación propia y de esta forma se han publicado artículos nuevos de información, a los que se le han dedicado un gran esfuerzo. Siguiendo la misma idea, se han realizados también fotografías propias que no se han firmado, pero que han aparecido tanto en el blog como en nuestra página de Cofrades. La idea del blog siempre ha sido compartir y dar a conocer, por lo que siempre se ha permitido la utilización de estas imágenes y de estos artículos. Sólo los que han llevado a cabo la aventura de crear un blog, pueden reconocer las numerosas horas, esfuerzo e ilusión que se le dedica a un proyecto de estas características, y es por ello por lo que conocemos de primera mano la importancia que para un creador de blog tienen los contenidos propios que ha realizado. Por eso, queremos disculparnos con aquellas personas que se hayan sentido ofendidas por la publicación de sus trabajos y retiraremos aquellos trabajos que no quieran que aparezcan en este blog. Sólo indicar que el blog no llega a asumir la autoría de estas fotografías y artículos, y que por lo tanto se expresa su autor o autores al final de cada artículo.

De igual manera, queremos mostrar nuestra gratitud a todas las personas que se han puesto en contacto con el blog para publicar sus artículos y fotografías. Sabemos la ilusión y confianza que han depositado en el blog y se lo agradecemos enormemente.

ALTAMENTE RECOMENDABLE


-Así fue posible el expolio de España. J. García Calero. ABCdeSevilla. 2012

-El Padre Alfonso: un viejo franciscano muy querido por los estepeños. A. Rodríguez Crujera. Desde la alcazaba. 2012

-Custodia y Cruz Parroquial. Apuntes para la historia. Blog de Antonio Solís González. 2012

-450 aniversario de la fundación del Convento de la Victoria de Estepa. A. Rodríguez Crujera. Desde la Alcazaba. 2012

-Una vieja tradición en Estepa, Las Cruces de Piedra. A. Rodríguez Crujera. Desde la Alcazaba. 2012

-Entrevista a "Pepe Romero". La Voz Cofrade de Osuna. 2011

-El milagro del Niño Jesús de Estepa. F. Cabanillas. El Correo de Andalucía. 2018

-Cuando el Niño Dios se pierde por las calles. JP Lendínez Padilla. Simplemente Capillita. 2010


-"Al salir fuera Pedro lloró" en Estepa. JP Lendínez Padilla. Simplemente Capillita. 2010

-El gallo canta en Estepa. Reliquias de la Provincia. Diego J. Geniz. El Palquillo. Diario de Sevilla. 2018
-La huella de la Reconquista en la provincia. N. Ortiz. ABCdeSevilla. 2018

-Don Lorenzo Suárez de Figueroa (I) (II) (III) A. Rodríguez Crujera. Desde la Alcazaba. 2010

-La Torre del Homenaje del Castillo de Estepa (I) (II) A. Rodríguez Crujera. Desde la Alcazaba. 2010

-Jesús de la Salud de Lora de Estepa. Jaime Muñoz. El zoom de Monet. 2009

-Burguillos Viajero: Estepa (I) y (II). J. Velázquez. 2010

-La firma de Cervantes en Estepa. A. Mallado. ABCdeSevilla. 2014

COLABORA CON EL BLOG

Nos gustaría saber:

-¿Quién hizo a Mª Stma. de la Amargura, San Juan Evangelista y María Magdalena de la Hermandad del Calvario tras la Guerra Civil?

-Localización de los lienzos de la desaparecida Ermita de la Concepción: lienzo de la Inmaculada Concepción y lienzo de San Fausto.

-¿Cuántas sedes ha tenido el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Estepa?

-¿Cuáles han sido las marchas elegidas por los pregoneros de la Semana Santa de Estepa?

-¿Quién ha dado el pregón de los Dolores de Nuestra Señora, el pregón de Ntra. Sra. de los Remedios y el pregón de Mª Stma. de las Angustias?

Nos gustaría encontrar:

-Fotografías de la visita de Nuestro Padre Jesús al Convento de Santa Clara en 1995.

-Fotografías de la salida extraordinaria de Mª Stma. de los Dolores de San Pedro en 2001.

-Fotografías de la salida extraordinaria de San Pedro Apóstol por los 50 años de la refundación de la Hermandad en 2003.

-Fotografías del traslado cuaresmal del Stmo. Cristo de las Penas a la Iglesia de la Asunción.

-Cartel conmemorativo del 50 aniversario de la Hermandad de las Angustias.

-Cartel conmemorativo del 50 aniversario de la Hermandad de los Estudiantes

-Cartel conmemorativo del 350 aniversario del Juramento a la Inmaculada Concepción de María (Hdad. San Pedro)

-Carteles de la Semana Santa de Estepa editados por el Consejo y por el Ayuntamiento

-Carteles de la Semana Santa de Estepa editados por la Caja San Fernando.

-Fotografías e información de la exposición "Las devociones populares en las colecciones privadas estepeñas"

-Fotografías de los retablos de la Iglesia de la Victoria que se encuentran en:

-Retablo Mayor (Iglesia de Santiago-Herrera)
-Retablo de San Francisco de Paula (Iglesia de la Encarnación-Casariche)
-Retablo de Ntra. Sra. de los Dolores (Iglesia de Santiago- Puente Genil)
-Retablo Virgen de las Angustias (Iglesia de Santiago – Puente Genil)
-Retablo de San Francisco de Sales (Iglesia de Santiago – Puente Genil)
-Retablo de Jesús Nazareno (Iglesia de Omnium Sanctorum – Sevilla)
-Retablo Ntra. Sra. de la Candelaria (Puebla de Cazalla)
-Retablo de Santa Lucía (Iglesia del Socorro – Badolatosa)
-Retablo de San Blas (Iglesia del Rosario – El Rubio)
-Púlpito de la Iglesia (Iglesia del Corpus Christi – Sevilla)

HORARIO DE VISITAS

Iglesia de San Sebastián, de 11 de la mañana a 1 de la tarde.

Iglesia de los Remedios, de 11 de la mañana a 1 de la tarde.

Iglesias de La Asunción, El Carmen y Santa Ana, de 11 de la mañana a 1 de la tarde, y de 7 a 9 de la tarde.

HORARIO DE MISAS

HORARIO DE MISAS

INFORMACIÓN TURÍSTICA

Torre Ochavada-Cerro de San Cristóbal:
-Lunes a Viernes: 9:30 h a 14:00 h; 16:00 a 18:30 h
-Festivos y fines de semana: Abre a las 10:00 h
Tlf: 955 914 704; turismo@estepa.es; turismoestepa1@gmail.com

Oficina Municipal de Turismo-Ayto de Estepa:
-Lunes a Viernes: 7:30 h a 15:00 h
Tlf: 955 912 717, extensión 526

Punto de la Estación de Autobuses:
-Festivos y fines de semana: 10:00 h a 14:30 h y de 16:30 h a 18:30 h.

Proyecto de Cáritas Estepa:
-Horario de apertura de las iglesias a los fieles

CAPILLA MUSICAL

MÚSICA PROCESIONAL (BM 1)

MÚSICA PROCESIONAL (BM 2)

MÚSICA PROCESIONAL (BCT)

MÚSICA PROCESIONAL (AM)

EQUIPO DE PRIOSTÍA

EQUIPO DE PRIOSTÍA
devocionesdeestepa@gmail.com
“La Cultura debe considerarse como el bien común de cada pueblo, la expedición de su dignidad, libertad y creatividad, el testimonio de un camino histórico. En concreto, sólo desde dentro y a través de la cultura, la fe cristiana llega a hacerse histórica y creadora de historia.”

Juan Pablo II Exhortación Apostólica, “Christifidelis laici”
"Chiflados de Dios: Así seguramente les llaman muchos que los ven, pensando que no tiene sentido tal esfuerzo. Pero son locos de amor por Dios, tanto de tocar el corazón de su pueblo, para llevarles a Dios." Papa Francisco, II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, Sevilla 2024

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