El Dulce Nombre recupera así uno de los cultos que datan de los primeros años de la Hermandad, allá por la década de 1590. En aquellos años comenzaban con la Función Principal a primeros de enero, continuaba con la fiesta de la Candelaria, luego los cultos cuaresmales durante la Semana de Pasión y finalmente la Fiesta del Corpus Christi. La celebración de la Candelaria está unida a la Circuncisión e imposición del Nombre de Jesús, de ahí que sea una festividad propia de las hermandades de El Dulce Nombre de Jesús, como también ocurre en la homónima sevillana.
En el siglo XVII se mantiene esta celebración como se recoge en los cabildos de cuentas de la época, como el realizado en 1634: “21 rs que costó la cera del día de Ntra. Sra. de la Candelaria” o “21 rs para la cera de la fiesta de la Candelaria”. A principios del siglo XVIII se recupera de nuevo la celebración de la fiesta de la Circuncisión, pero se pierde durante el siglo XIX y siglo XX.
Actualmente el misterio del paso del Dulce Nombre de Jesús recoge los elementos propios de esta celebración, como el Primer Dolor de María o la profecía que el Sabio Simeón pronosticó. Además, tanto en la capilla como el lateral izquierdo del camarín del paso de El Dulce Nombre se representa en un medallón de plata de ley la Presentación de Jesús en el Templo.
Medallón de la capilla de El Dulce Nombre de Jesús |
Fuente:
-Hermandad del Dulce Nombre
-Dulce Nombre. Caballero Páez, M. 2013