Los manuscritos se dividen según el material, papiro o pergamino, y según el formato, Uniciales, Minúsculos o Leccionarios. Los papiros más antiguos proceden de Egipto y son del siglo II al IV. A pesar de esto, la crítica textual se hace difícil ya que no se tienen textos originales y nos debemos ceñir a los textos de los cinco primeros siglos, los cuales sólo suponen un 2,5 por ciento del volumen total. Por otro lado, existen enormes errores gramaticales y posibles deformaciones de los copistas, que al copiar un texto le añadían o le quitaban contenido. El NT presenta 250.000 variantes de los cuales sólo 10% afecta al contenido dogmático. El resto son fallos ortográficos y gramaticales. Puede haber errores en el dictado, confusión en las letras, división errónea de palabras en escritura continua, diptografía, adición de elementos diversos, cambios doctrinales para incrementar la fe, etc. Luego están las Glosas que son interpretaciones posteriores.
(Manuscritos originales de una de las copias del Nuevo Testamento)
Partiendo de esta base, la crítica textual se basa en dos tipos de criterios: Los extrínsecos y los intrínsecos. Los primeros son: la atestación múltiple, es decir, si un texto está apoyado por testigos tiene más posibilidad de ser original y primitivo, el texto más antiguo es más veraz, la calidad antes que la cantidad y la atestación diferenciada, es decir, un texto atestiguado en manuscritos de otra procedencia.Los criterios intrínsecos se basan en la paleografía y los hábitos de los escribas, esto es las modificaciones que han podido sufrir los textos en el transcurso de los años y en la realización de las numerosas copias. Así pues, los textos de lectura más difícil son los más veraces, puesto que los copistas tendían a corregirla para su mejor comprensión. Por otro lado, una lectura concisa es también más veraz. También se tiene en cuenta el contexto del autor y su situación, así como el árbol genealógico del texto. Por último se usa la conjetura.
(Anverso y reverso de la copia más antigua del Nuevo Testamento, correspondiente al Papiro de John Ryland (P52), que data del año 125-130 d.C. Este papiro contiene una porción de Juan 18 -versículos 31-32 y 37-38-)
Artículo escrito por D.S.P. y publicado en Hágase la Semana Santa. Consulte bibliografía en esta página.