Milagro o leyenda, la fe secular de un pueblo es lo que importa.
Fecha Publicación: Sábado, 03 de Mayo de 2008
"Desde Estepa, el pago chico de Don Juan Torres de Vera, el escritor Antonio Rodríguez Crujera escribió especialmente para El Litoral sobre la festividad de la Cruz. Las celebraciones de mayo en Andalucía y su paralelismo con Corrientes. La fe de la gente, más allá de la verdad o el mito".
Por Antonio Rodríguez Crujera desde Estepa (Sevilla)
Hoy es el día que concluyen los actos del llamado ‘Mes de Corrientes‘ que se inició el pasado 3 de abril, aniversario de la fundación de la ciudad. Y en este 3 de mayo, los correntinos, de manera muy especial sacan a la calle en procesión y rinden devoción, culto y honor a la Cruz del Milagro y al hecho real -o leyenda-, impreso en la memoria colectiva de todo un pueblo, y latente en su corazón desde pocos días después de la fundación de la ciudad de San Juan de Vera de las Siete Corrientes. También en este día tres de mayo, se celebra en España el día de la Cruz.
En casi toda Andalucía se halla arraigada la festividad de la exaltación de la Cruz. Aunque vienen a ser muy parecidos, nada tiene en común un evento con el otro; el de ahí, está íntimamente ligado a un hecho histórico; y el de aquí, se debe a una tradición que se pierde en los intrincados vericuetos de la Historia y las tradiciones del pueblo español. Pero pareciera como si realmente ambas celebraciones tuvieran un lejano nexo que las une en el tiempo y quizás en la memoria, pues parece como si se hallaran adheridas en los sentimientos de los primeros pobladores que en 1588 la iniciaran ahí; y en las personas que siguen esas tradiciones aquí, tan lejos unos de otros, y separados por un océano inmenso.
La fiesta de las ‘Cruces de mayo‘ es celebrada como muy festiva en las ciudades y pueblos andaluces; en este mes de mayo, en los patios cordobeses o sevillanos ponen cruces que se adornan con las bellísimas flores que en ellos crecen. En las calles, plazas y rincones más típicos de Granada, se erigen altares hechos con adornos característicos de la ciudad, y en ellos se instala una gran cruz recubierta con las más hermosas flores de variados colores; claveles, rosas. Y en esas ocasiones los vecinos del entorno festejan el momento cantando, bailando, comiendo y bebiendo en un buen ambiente de amistad entre ellos. En la ciudad de Estepa, y en este día, los niños sacan pequeños pasos similares a los de la Semana Santa, y en ellos, suelen colocar sólo una cruz hecha de flores. Van con su procesión recorriendo las calles, y a su solicitud de: “Una limosnita para la Santa Cruz”, la gente les da unas monedas que ellos agradecen y guardan en sus bolsas.
¿Qué tiene de verdad o de mítica leyenda el milagro de la cruz de urunday que no ardió? Nadie lo sabe, pues nadie estuvo allí para verlo, y este capítulo de la historia correntina, parece ser que se ve envuelto por la controversia originada por quienes dudan de su autenticidad como fenómeno sobrenatural. Es un tema espinoso este, en cuanto en él, se implica la fe de todo un pueblo, mantenida por más de cuatro siglos. Existen sobre el tema escritos antiguos que cuentan lo que ocurrió, y de esas crónicas, los historiadores han sacado los testimonios que hoy conocemos. En muchas ocasiones, numerosos capítulos de la Historia que nos llega hasta hoy -y que damos por buenos o fidedignos-, están basados en hechos que se han transmitido oralmente de generación en generación.
¿Pueden o deben ser considerados como ‘leyendas‘ sin fundamento por el hecho de habernos sido transmitido verbalmente? En el caso de la Cruz del Milagro, todos hemos leído lo que sucedió, según nos cuentan. El pueblo correntino tiene depositada su buena fe en la certidumbre del hecho; y eso es lo que importa, y bien orgulloso ha de estar de sus tradiciones. Recordemos que la fe es creer en aquello que no vemos, o que no se puede explicar desde la óptica de la racionalidad o la lógica.
¿Quién por muy historiador que sea, puede asegurar con rigor que aquello fue verdad y ocurrió como se nos dice, o por el contrario afirmar que es falso? Nadie puede afirmarlo ni desmentirlo, pues nadie de los que vivimos hoy, estuvimos allí como testigos presenciales. Por tanto, hemos de conformarnos con lo nos cuentan las crónicas, y si somos creyentes y tenemos fe, daremos por hecho que lo ocurrido fue efectivamente una acción ‘milagrosa‘. Pero por el contrario, si no creemos -cada uno es libre-, podemos pensar que el acontecimiento fue debido a la eventualidad, o a la causalidad que originara que la cruz no ardiera porque el aire no avivó bastante las llamas, o la hoguera tuvo poca leña; que las flechas que se volvían contra los indios eran lanzadas por los españoles estratégicamente escondidos por allí; o que el trueno ‘divino‘ que se oyó y los asustó, fue simplemente un cañonazo disparado desde el interior del fuerte para espantarlos etc. etc. No, mire usted; la leyenda o lo verídico de lo ocurrido están ahí, van de la mano de la tradición que se nos ha legado de unos a otros y ha llegado hasta nuestros días.
¿En Méjico, desde el año 1531 en que ocurrió la aparición al indio Juan Diego, quién se atrevería a dudar de la veracidad de la tilma donde está pintada la enigmática imagen de la Virgen de Guadalupe?¿Quién duda en Portugal que la Virgen de Fátima se apareció a aquellos pastorcillos? La mayoría de los correntinos creen que la cruz de los días de la fundación; su Cruz del Milagro, es prodigiosa por haberse dado en ella el fenómeno que se le atribuye de su no ignición. Eso es lo que verdaderamente importa, y eso, debería bastar. La buena fe del pueblo, debe ser respetada, pues el pueblo sencillo confía y cree firmemente en aquello que sus antepasados y mayores le han transmitido a lo largo de esos cuatrocientos veinte años de historia, desde que sucediera el acontecimiento de la fundación de su ciudad, y pocos días después, el llamado milagro de la Cruz. A ti, Cruz de los Milagros; cuando la gente te viera arder para no quemarte, con tu llama que no quema prendiste en los corazones, y hoy Corrientes, te venera.¡Feliz día de la Cruz !
A vosotros, correntinos que os sentís tan orgullosos de vuestras tradiciones, desde Estepa, la tierra del fundador, quiero desearos lo mejor: prosperidad, bienestar y mucha paz.
A la vez que felicitaros por los cuatrocientos veinte años que lleva vuestra ciudad avanzando en el arduo caminar del devenir de la Historia.
Artículo publicado en el periódico correntino “EL Litoral”
"Desde Estepa, el pago chico de Don Juan Torres de Vera, el escritor Antonio Rodríguez Crujera escribió especialmente para El Litoral sobre la festividad de la Cruz. Las celebraciones de mayo en Andalucía y su paralelismo con Corrientes. La fe de la gente, más allá de la verdad o el mito".
Por Antonio Rodríguez Crujera desde Estepa (Sevilla)
Hoy es el día que concluyen los actos del llamado ‘Mes de Corrientes‘ que se inició el pasado 3 de abril, aniversario de la fundación de la ciudad. Y en este 3 de mayo, los correntinos, de manera muy especial sacan a la calle en procesión y rinden devoción, culto y honor a la Cruz del Milagro y al hecho real -o leyenda-, impreso en la memoria colectiva de todo un pueblo, y latente en su corazón desde pocos días después de la fundación de la ciudad de San Juan de Vera de las Siete Corrientes. También en este día tres de mayo, se celebra en España el día de la Cruz.
En casi toda Andalucía se halla arraigada la festividad de la exaltación de la Cruz. Aunque vienen a ser muy parecidos, nada tiene en común un evento con el otro; el de ahí, está íntimamente ligado a un hecho histórico; y el de aquí, se debe a una tradición que se pierde en los intrincados vericuetos de la Historia y las tradiciones del pueblo español. Pero pareciera como si realmente ambas celebraciones tuvieran un lejano nexo que las une en el tiempo y quizás en la memoria, pues parece como si se hallaran adheridas en los sentimientos de los primeros pobladores que en 1588 la iniciaran ahí; y en las personas que siguen esas tradiciones aquí, tan lejos unos de otros, y separados por un océano inmenso.
La fiesta de las ‘Cruces de mayo‘ es celebrada como muy festiva en las ciudades y pueblos andaluces; en este mes de mayo, en los patios cordobeses o sevillanos ponen cruces que se adornan con las bellísimas flores que en ellos crecen. En las calles, plazas y rincones más típicos de Granada, se erigen altares hechos con adornos característicos de la ciudad, y en ellos se instala una gran cruz recubierta con las más hermosas flores de variados colores; claveles, rosas. Y en esas ocasiones los vecinos del entorno festejan el momento cantando, bailando, comiendo y bebiendo en un buen ambiente de amistad entre ellos. En la ciudad de Estepa, y en este día, los niños sacan pequeños pasos similares a los de la Semana Santa, y en ellos, suelen colocar sólo una cruz hecha de flores. Van con su procesión recorriendo las calles, y a su solicitud de: “Una limosnita para la Santa Cruz”, la gente les da unas monedas que ellos agradecen y guardan en sus bolsas.
¿Qué tiene de verdad o de mítica leyenda el milagro de la cruz de urunday que no ardió? Nadie lo sabe, pues nadie estuvo allí para verlo, y este capítulo de la historia correntina, parece ser que se ve envuelto por la controversia originada por quienes dudan de su autenticidad como fenómeno sobrenatural. Es un tema espinoso este, en cuanto en él, se implica la fe de todo un pueblo, mantenida por más de cuatro siglos. Existen sobre el tema escritos antiguos que cuentan lo que ocurrió, y de esas crónicas, los historiadores han sacado los testimonios que hoy conocemos. En muchas ocasiones, numerosos capítulos de la Historia que nos llega hasta hoy -y que damos por buenos o fidedignos-, están basados en hechos que se han transmitido oralmente de generación en generación.
¿Pueden o deben ser considerados como ‘leyendas‘ sin fundamento por el hecho de habernos sido transmitido verbalmente? En el caso de la Cruz del Milagro, todos hemos leído lo que sucedió, según nos cuentan. El pueblo correntino tiene depositada su buena fe en la certidumbre del hecho; y eso es lo que importa, y bien orgulloso ha de estar de sus tradiciones. Recordemos que la fe es creer en aquello que no vemos, o que no se puede explicar desde la óptica de la racionalidad o la lógica.
¿Quién por muy historiador que sea, puede asegurar con rigor que aquello fue verdad y ocurrió como se nos dice, o por el contrario afirmar que es falso? Nadie puede afirmarlo ni desmentirlo, pues nadie de los que vivimos hoy, estuvimos allí como testigos presenciales. Por tanto, hemos de conformarnos con lo nos cuentan las crónicas, y si somos creyentes y tenemos fe, daremos por hecho que lo ocurrido fue efectivamente una acción ‘milagrosa‘. Pero por el contrario, si no creemos -cada uno es libre-, podemos pensar que el acontecimiento fue debido a la eventualidad, o a la causalidad que originara que la cruz no ardiera porque el aire no avivó bastante las llamas, o la hoguera tuvo poca leña; que las flechas que se volvían contra los indios eran lanzadas por los españoles estratégicamente escondidos por allí; o que el trueno ‘divino‘ que se oyó y los asustó, fue simplemente un cañonazo disparado desde el interior del fuerte para espantarlos etc. etc. No, mire usted; la leyenda o lo verídico de lo ocurrido están ahí, van de la mano de la tradición que se nos ha legado de unos a otros y ha llegado hasta nuestros días.
¿En Méjico, desde el año 1531 en que ocurrió la aparición al indio Juan Diego, quién se atrevería a dudar de la veracidad de la tilma donde está pintada la enigmática imagen de la Virgen de Guadalupe?¿Quién duda en Portugal que la Virgen de Fátima se apareció a aquellos pastorcillos? La mayoría de los correntinos creen que la cruz de los días de la fundación; su Cruz del Milagro, es prodigiosa por haberse dado en ella el fenómeno que se le atribuye de su no ignición. Eso es lo que verdaderamente importa, y eso, debería bastar. La buena fe del pueblo, debe ser respetada, pues el pueblo sencillo confía y cree firmemente en aquello que sus antepasados y mayores le han transmitido a lo largo de esos cuatrocientos veinte años de historia, desde que sucediera el acontecimiento de la fundación de su ciudad, y pocos días después, el llamado milagro de la Cruz. A ti, Cruz de los Milagros; cuando la gente te viera arder para no quemarte, con tu llama que no quema prendiste en los corazones, y hoy Corrientes, te venera.¡Feliz día de la Cruz !
A vosotros, correntinos que os sentís tan orgullosos de vuestras tradiciones, desde Estepa, la tierra del fundador, quiero desearos lo mejor: prosperidad, bienestar y mucha paz.
A la vez que felicitaros por los cuatrocientos veinte años que lleva vuestra ciudad avanzando en el arduo caminar del devenir de la Historia.
Artículo publicado en el periódico correntino “EL Litoral”
Blog de Antonio Rosdríguez Crujera