La intervención integral del camarín ha necesitado de diversos trabajos en los que han participado profesionales de la restauración y el arte, albañilería, yesería y carpintería. El proceso ha consistido en varias fases, con una primera para la eliminación de estructuras arquitectónicas de intervenciones posteriores. En esta primera fase se han intervenido en los parámetros corrigiendo las patologías detectadas, especialmente las zonas afectadas por filtraciones de humedad y se ha completado el pavimento original de barro con las piezas que faltaban, además de la colocación de un zócalo de piedra caliza marmórea de colores rojo y negro, y la apertura de las ventanas del camarín a ambos lados.
Una de las intervenciones de mayor laboriosidad ha sido la de las pinturas murales originales del siglo XVIII de la bóveda de aristas y la hornacina encontrada en el camarín perteneciente al primitivo altar de la ermita. Esto requirió de unas labores previas de investigación sobre dichas pinturas, las cuales han servido al equipo técnico para concretar los materiales y tratamientos más idóneos, así como para valorar el estado de conservación en que se encontraban las pinturas. En cuanto a la limpieza de la suciedad superficial, que oscurecía el color, se ha realizado con especial cuidado debido a las grandes exfoliaciones e importantes pérdidas de elementos decorativos ocasionados en estos materiales. Posteriormente se ha ido fijando la capa de pintura y consolidado el soporte de yeso y mortero, dada la presentación de grietas y zonas disgregadas por las filtraciones de humedad. La última fase consistió en la reintegración de cromática mínima para igualar estéticamente el conjunto y permitir la identificación de los elementos ornamentales. La hornacina se decorada con motivos vegetales en colores verdes y dorados, mientras que en la bóveda se sitúan cuatro ángeles centrales que sostienen cestas de flores junto a un florón dorado central. El resto de las pinturas originales de la bóveda corresponden a cenefas, lazos y diversas aves que portan ramas en sus picos.
La actuación del camarín ha seguido los criterios generales de intervención aceptados a nivel internacional por la disciplina de la restauración y conservación de Bienes Culturales.
En paralelo, la hermandad ha completado la intervención con el diseño de una nueva decoración del camarín, subdividido en tres tramos, inspirado en el estilo barroco de la pintura mural de la bóveda para los motivos ornamentales, recuperando así el esplendor que presentara años atrás. Además se ha instalado un nuevo sistema de iluminación mediante lámparas de led de baja intensidad, evitando el calor excesivo y logrando una mejor visión del conjunto artístico.
El programa iconográfico del camarín se desarrolla mediante escenas figurativas alusivas a la vida de San Joaquín y Santa Ana, la Virgen María y el Nacimiento de Jesús, realizadas en pinturas al óleo sobre tabla. Sobre la puerta de entrada al camarín en el muro izquierdo, el sacrificio animal de San Joaquín y su retiro en el desierto; en el muro frontero la familia de la Virgen María con San Joaquín y Santa Ana entre la anunciación del ángel a San Joaquín sobre su futura paternidad y el abrazo ante la puerta dorada con Santa Ana; en el muro derecho el nacimiento de la Virgen María, rodeado de la Anunciación y la Visitación; y sobre la embocadura del camarín el Nacimiento de Jesús rodeado de la adoración de los pastores y de los reyes magos. Así mismo, se decora con cartelas sostenidas por ángeles con imágenes representativas de distintos espacios del barrio de la Coracha, dotándolo de un contenido simbólico, como la plaza de la Ermita, el pilar de la Coracha o la plaza del Aire. En las cartelas se puede leer la alabanza conocida en el barrio de la Señora: "Santa Ana, rica y poderosa, madre de María y de San Joaquín esposa". Al igual que en la bóveda, las paredes del camarín se decoran con ramilletes y aves, cenefas y lazos, destacando alusiones a los tiempos actuales como un cohete, referencia a las fiestas y la velá de julio, o un mantecado, en referencia a la industria del pueblo; y a los tiempos pasados, como el escudo de la Orden de Santiago, en alusión a la fundación de la Ermita y la devoción a Santa Ana en tiempos de la Encomienda Santiaguista de Estepa.
Por último, uno de los estrenos que completa la estética del conjunto es la restauración y renovación de la peana sobre la que se asienta la imagen devocional de Santa Ana.
El resultado de los trabajos es el de un espacio en el que la arquitectura, ornamentación e iconografía están al servicio de engrandecer el culto y la devoción a la imagen de Santa Ana que ya le profesa el pueblo de Estepa y muy especialmente su barrio.
El jueves 26 de julio, festividad de Santa Ana y San Joaquín, se pudo visitar el camarín de Santa Ana, en horario de 10 de la mañana a 2 de la tarde, coincidiendo con el día de la Caridad y la recogida de alimentos en la ermita, para contemplar las obras de restauración que se han realizado en los últimos meses.
Fuente, texto y fotografías:
-El camarín de Santa Ana recupera todo su esplendor. Semana Santa de Estepa. Julio 2018.
-Antigua Hermandad de la Señora Santa Ana. Facebook. Julio 2018