25/12/10

LA RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO RELIGIOSO EN ESTEPA


RESTAURACIÓN DE LAS IGLESIAS Y CONVENTOS
-Restauración de la Iglesia de la Asunción, 1982

-Restauración de la Ermita de San Marcos, 1994

-Restauración de la Iglesia de los Remedios, 1999

-Sustitución de la solería del Convento de San Francisco, 1999

-Restauración de la Torre de la Victoria, 2000

-Restauración de las fachadas del Carmen y de la Asunción, 2006

-Consolidación de la cubierta de la Iglesia de la Asunción, 2009

-Restauración de la Iglesia de San Sebastián, 2007

-Restauración de la Ermita de Santa Ana, 2000

-Restauración de la Ermita de San Isidro Labrador, 2005 (La Salada)

-Recuperación del Antiguo Convento de Santa Clara, 2009

-Restauración de la fachada de la Casa-Palacio del Marqués de Cerverales, 2013

-Reapertura y bendición de la Iglesia del Carmen, 2013

-Intervención en la cubierta y patio de acceso al convento de Santa Clara

-Restauración de la Iglesia Parroquial de Santa María, 2008:

Santa María y la Escuela Taller
Santa María reabre su puertas
Museo de Arte Sacro
Santa María reabre al culto

NUEVAS CONSTRUCCIONES:
-Ermita de San José Obrero

-Iglesia de la Milagrosa


RESTAURACIÓN DE LOS RETABLOS:
-Iglesia de Santa Ana:

Restauración del retablo de Santa Ana
Restauración del retablo-mural de San José de la Montaña de Santa Ana
, 2009

-Iglesia de Santa María:

Retablo de la Virgen del Rosario de Santa María
Retablo del Cristo de la Humildad de Santa María
Retablo del Bautismo de Santa María
Retablo de la Inmaculada de Santa María

-Retablo de San Pedro Alcántara de San Francisco, 2003

-Refuerzo de anclajes del retablo de San Juan Bautista de Santa Clara, 2006

-Retablo de la Ermita de la Salada, 2005

-Montaje del ático del retablo de San Antonio de La Asunción, 2007

-Restauración del retablo mayor de la Victoria (En Herrera)

RESTAURACIÓN DE ESCULTURAS
-Restauración de San Juan Evangelista (IAPH, 2003)

-Restauración de San Francisco de Asís (IAPH, 2004)

-Restauración de Santa María Magdalena, 2011

-Restauración de la Virgen del Valle, Pedro Manzano, 2014

-Restauración de Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores, Pedro Manzano. 2015

-Colección de Santa María, de 2003 a 2008

San Pedro sedente
Virgen del Rosario
San Juan Bautista
Esculturas Retablo Mayor (Ángeles y Virgen del Calvario)
Inmaculada Concepción
Santa Inés
Jesús Cautivo

-Colección de San Sebastián:

Grupo de la Sagrada Familia, 2008
San Francisco de Paula, 2008
San Blas, 2008

-Colección de la Asunción:

Inmaculada, 2009
San José con el Niño, 2009
San Felipe Neri, 2009

-Colección de El Carmen:

San José con el Niño, 2008

-Colección de Santa Clara:

San Joaquín con la Virgen Niña, 2008
Crucificado, 2008

-Imágenes de la Ermita de la Salada, 2005:

San Isidro
Virgen del Rosario

-Urna del Santo Entierro de San Sebastián, 2007-2008

-San Juan Bautista (Fundación Las Edades, 2016)


RESTAURACIÓN DE PINTURAS
-Colección de Santa María, de 2003 a 2008

Vía Crucis
Virgen Dolorosa
Paño con la Santa Faz
Serie de la Vida de la Virgen
San Miguel y San Rafael Arcángel
Serie del Apostolado
La Trinidad
La Sagrada Familia
Inmaculada

-Cristo de la Sangre de El Carmen

-Sagrados Corazones de Los Remedios

-San Pedro Alcántara de San Francisco, 2003

-Santísima Trinidad de San Sebastián

RESTAURACIÓN DE ORFEBRERÍA

-Restauración de la Cruz Parroquial de Santa María (IAPH, 2010)

-Colección del Museo de Arte Sacro de Santa María, de 2003 a 2008

RESTAURACIÓN DE BORDADOS

-Restauración del manto blanco de Ntra. Sra. de los Remedios, 2011

RESTAURACIÓN DE BIENES MUEBLES
-Colección de Santa María, de 2003 a 2008

Cáncel
Sillería del Coro
Artesonado Sacristía
Arcos y muros de la mezquita
Pila Bautismal
Pilas de agua bendita
Puertas principales e interiores
Bancas de Iglesia
Barandilla de la crujía
Solería original
Lápidas
Ventanas
Pie de Cruz
Sillares
Objetos de piedra
Pinturas murales

-Puerta principal de El Carmen

-Marco original Cristo de la Sangre de El Carmen

-Puertas de la calle y cancel de Los Remedios

-Bancas y rejas de San José

-Bancas y jardinería de San Sebastián

-Puertas de sacristía y atril de La Milagrosa


RESTAURACIÓN DOCUMENTAL
-Sacras de Altar de Santa María

RECUPERACIÓN DE TRADICIONES Y COSTUMBRES
-Jesús Nazareno recupera los romanos en su cortejo, 2009

-Recuperada la procesión de San Sebastián, 2013

PROYECTOS DE RESTAURACIÓN:
-Restauración del retablo mayor de Santa María

-Camarín de Ntra. Sra. de los Remedios

-Órgano y Órgano realejo de Santa María

-Tríptico de la Piedad de San Francisco (escultura)

-Cristo de la Vera Cruz de Los Remedios (imagen)

-La Anunciación de San Sebastián (lienzo)

ORGANISMOS DE RESTAURACIÓN Y ACUERDOS
-El taller municipal de conservación y recuperación de bienes culturales

-Convenio con el Arzobispado Hispalense, 2001

-Digitalización del Archivo del Palacio Arzobispal de Sevilla, 2009

ARTÍCULOS DESTACADOS:
-Las restauraciones para conservar el patrimonio histórico-monumental de Estepa (Desde la alcazaba)

EL RENACER DE SAN SEBASTIÁN


-San Sebastián Mártir

Historia de la Iglesia:

-Historia de la Iglesia Parroquial de San Sebastián
-Ermitas santiaguistas de Estepa
-Arrabal de San Sebastián
-Agregación de la Iglesia Parroquial de San Sebastián a la Basílica Romana de San Juan de Letrán.
-Basílica de San Juan de Letrán
-La Bula Pontificia de Pío VI
-Comienzan las obras de restauración de San Sebastián

Hermandades de San Sebastián:

*Hermandades de Penitencia:

-Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nro. Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén y María Santísima de la Victoria.
-Hermandad del Santísimo Cristo del Amor, Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y María Santísima del Valle.
-Pontificia y Real Hermandad Sacramental y de Ánimas y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores.
-Ilustre Hermandad y Cofradía del Santo Entierro de Cristo, Stmo. Cristo de la Buena Muerte y Ntra. Sra. de la Soledad.

*Hermandades desaparecidas

-Antigua Hermandad del Señor San Sebastián
-Recuperada la procesión de San Sebastián

Hermandades pertenecientes a la Parroquia:

*Hermandades de Penitencia:

-Hermandad Obrera y Humilde de Ntra. Sra. de las Angustias, San José Obrero y San Pío X.
-Hermandad del Santísimo Cristo de la Salud, Nuestra Señora de la Amargura y San Juan Evangelista.

*Hermandades de Gloria:

-Antigua Hermandad de la Señora Santa Ana
-Archicofradía y Hermandad del Corpus Christi y Nuestra Señora del Carmen
-Agrupación Parroquial de la Medalla Milagrosa

Relatos y galerías fotográficas sobre San Sebastián:

-Mondongueros
-Los ojos de San Sebastián

Exposiciones en San Sebastián:

-San Sebastián: La exposición
-Esposición sobre Luis Salvador Carmona

Libros y artículos de consulta:
-Memorial Ostipense, Aguilar y Cano, A. 1886. Anel, Granada, 1975
-La Iglesia Parroquial de San Sebastián en los inventarios y cuentas de fábrica desde el siglo XVII y XVIII. Díaz Fernández, E. V Jornadas sobre Historia de Estepa. Ed. Ayto de Estepa, 2002
-San Sebastián, el renacer de un templo. Ed. Iltmo. Ayto de Estepa. 2006
-Dos nuevas obras de Juan de Espinal en la Parroquia de San Sebastián de Estepa. Fernández López, J. Laboratorio de Arte. 1998

26/11/10

SAN SEBASTIÁN: LA EXPOSICIÓN


La Iglesia Parroquial de San Sebastián ha ido acumulando a lo largo de la historia un valioso conjunto de obras de carácter litúrgico y artístico. Describir este ingente patrimonio es tanto como narrar la propia historia de la institución parroquial, añadiéndole además una reflexión sobre el concepto de tiempo: de ese tiempo que pasa y de ese tiempo que perdura en la consciencia humana, de ese tiempo huidizo y a la vez cristalizado que se percibe en las obras artísticas. La exposición mostrará entre diciembre de 2006 y enero de 2007 una treintena de piezas singulares e inéditas pertenecientes al patrimonio parroquial.

El templo parroquial ha reunido a lo largo de sus más de cinco siglos de vida una colección artística conformada por los enseres propios de la iglesia, así como los donados por otros templos extinguidos pertenecientes a la misma collación. El nexo de unión, que ha dado lugar a la formación de este importante conjunto artístico, ha sido sin lugar a dudas el desarrollo de los acontecimientos históricos, eclesiásticos, sociales y culturales, que han venido sucediéndose a lo largo de los 465 años de existencia parroquial. Pretendemos ahora en estos nuevos tiempos que vivimos difundir el patrimonio cultural. Divulgar para conocer, enseñar para conservar, mostrar y explicar para deleitar. Las colecciones artísticas parroquiales se han gestado muchas de ellas para escapar al tiempo, pero también a menudo los ávidos visitantes vienen a buscar en ellas el medio de evadirse de ese tiempo relativo que es el presente. Desligar del tiempo una de esas fibras tenues que es un instante, hacerlo vibrar y deleitarse con el patrimonio artístico estepeño, es dar al conciudadano y visitante la ilusión de conmover su espíritu, avivar su sensibilidad y acrecentar su conocimiento.

La exposición sobre la Iglesia Parroquial de San Sebastián, organizada por el Ilmo. Ayuntamiento de Estepa, destaca sobre manera el valioso y desconocido ajuar litúrgico centrándose especialmente en la magnífica colección de platería barroca existente en el templo renacentista. Desde los debates acerca de la necesidad o permanencia de adornar suntuosamente los recintos eclesiales protagonizados por Suger, abad de Sint-Denis, y San Bernardo en plena Edad Media, resueltos a favor del primero que defendía, frente a la austeridad monástica propugnada por el fundador y primer abad de Claraval, la presencia del oro y de las piedras preciosas en los relicarios y objetos de culto, la orfebrería ha jugado un papel importante en la configuración simbólica del espacio sagrado. El convencimiento de Suger de que el brillo y el fulgor que desprenden son un claro reflejo de la luz divina, junto a los valores de riqueza y prestigio asociados a sus poseedores en virtud del alto precio de las piezas, les convirtieron en un medio eficaz para expresar, con los mismos signos de poder y ostentación que los nobles, la omnipotencia de Dios y la majestad de su morada.

Al mismo tiempo, la obra de platería representa a causa de sus particulares funciones y significados, el más alto homenaje del donante a la divinidad, a la Virgen o al santo patrón, pero también constituía una referencia visual de su fortuna y dignidad. La importancia concedida a los objetos de culto, el uso de materiales nobles – oro, plata, piedras preciosas y perlas – y la condición de los clientes, explica el estima social de que gozaron los plateros y el rango elevado que la profesión ocupó en la jerarquía de las corporaciones. Siglos después, la afluencia de América de enormes cantidades de metales preciosos, especialmente plata, contribuye a incrementar los encargos y las donaciones. En una sociedad marcada por la ostentación, colaborar a la mayor gloria de Dios aliviaba las conciencias. Además, el recurso tridentino a una religión sensorial propicia unas formas de culto y una escenografía ornamental de aparato, con el objeto de crear efectos que produjesen un hondo impacto en los fieles, lo que favorece una diversificación de la producción, dentro de la orfebrería de iglesia, con nuevos tipos.

Iglesia de San Sebastián: El renacer de un templo.
Iltmo. Ayuntamiento de Estepa

MONDONGUEROS


Desde la lejanía Estepa es un bellísimo entramado de murallas, mojinetes, testeros y sobre todo los campanarios sobre los que el sol refleja el dorado crisol de sus atardeceres, haciéndose bronce imperturbable en los antiquísimos repiques de sus campanas. Al acercarnos a esta Villa por cualquiera de los puntos cardinales que dominan el impresionante desperezo de la campiña a los pies de nuestra ciudad, en cualquier encrucijada de caminos pervive y se dignifica con el paso del tiempo la soberbia silueta de la Iglesia Parroquial de San Sebastián, ya que siempre se nos aparece como una prolongación imperturbable de la vida de todos los estepeños que en algún momento de nuestra existencia, hemos sentido como nuestra alma se cosía para siempre a la pétrea potestad de su inigualable belleza.

La Parroquia de San Sebastián es mucho más que una comunidad de cristianos. Su templo es una demostración excelente del carácter social, cultual y antropológico de todos sus moradores, ya que desde el siglo XVI este parte del pueblo de Estepa se ha sentido como única en sus gozos y en sus incertidumbres, se ha desarrollado sabiéndose singular e inigualable y por eso aquí, en esta frontera de la fe, la vida de la Estepa mondonguera camina de la mano de su Parroquia por y para siempre. Este trozo del sentir estepeño siempre se ha caracterizado por se autárquico, por reclamar una libertad administrativa religiosa que dejara muy clara la impronta de una forma única de sentir a Dios, a la Virgen y a los hombre y mujeres de su tiempo; son los barrios nacidos al amparo de este templo como epígonos consustanciales de una forma sublime de vivir la vida, de disfrutar de sus fiestas y de sentirse como una comunidad propia y señera.

En torno a la parroquia de San Sebastián se esconde una forma de vida y un modo único de sentir y de vivir en Estepa y a Estepa, y es por eso que la Parroquia de San Sebastián impregna de un sentimiento excepcional y muy particular a todo el estepeño que recibe el bautismo de la vida en sus calles y en sus plazas.


Pero a nuestra Parroquia le ocurre algo inusual y maravilloso al tiempo, la cotidianeidad de todos los que asistimos a este tabernáculo de la vida nunca termina en el templo donde se cobijan las devociones y las emociones del alma de todo un pueblo; los muros de San Sebastián transitan de acera en acera de tal forma que Mesones, Los Vitos, Puente, San Juan, Perales, Hortelanos, Libertad y muchísimas más calles de la feligresía hacen a la vez de caminos de encuentro en nuestras vidas y de senderos para acercarnos a las Capillas donde aún en nuestra Parroquia se veneran verdaderos santuarios de lo místico, lo sagrado y lo espiritual. Encontraremos un altar en el Carmen, otro en Santana, también en Santa Ángela de la Cruz, en la Milagrosa e incluso en la desaparecida Iglesia de la Victoria, en la que su torre se erige como campanario de nuestro Barrio. Vayas adónde vayas en el Barrio Mondonguero todo se encuentra imbuido de un aire señorial pero a la vez humilde, de una predisposición a lo catatónico donde el sentido y el sentir se dejan llevar por el misterioso embrujo de sus sensaciones; todos somos un mismo Barrio unidos a nuestra Parroquia como sello de la devoción y la tradición cultural de una forma de vivir a Cristo y a los hombres y mujeres de Estepa, que se ha convertido con el paso de los siglos en ejemplo de sabiduría, y de buen vivir.

Por lo tanto, cuando entres por el pasaje de Santa Cristina y la recoleta sombra de un imponente muro y sus contrafuertes te devuelva a la portentosa sencillez de la puerta del Perdón de la Parroquia de San Sebastián, descubrirás que allí la vida palpita a un ritmo distinto; tal vez el tiempo recobre otros matices que nunca pudiste percibir y sabrás entonces que allí generaciones enteras de niños jugaron al aro y al escondite, sabrás que por aquel pórtico de pilastras dóricas llegaron las vidas y se fueron las almas de muchos estepeños, sabrás que aquel arco y aquel dintel fueron el altar más primoroso donde nuestros abuelos y abuelas veneraron al Señor de Estepa, comprenderás entonces por qué San Sebastián no es solo un templo ni una Parroquia… si te paras un momento cerrando los ojos, oirás el crepitar de sus silencios ancestrales y sabrás entonces que la Parroquia de San Sebastián, además de un templo lleno de hermosura y perfectas armonías arquitectónicas es una forma de vivir y de sentir en Estepa.


José María Díaz Fernández
Iglesia de San Sebastián: El renacer de un templo.

20/11/10

LOS OJOS DE SAN SEBASTIÁN













Fotografías de la página web de La Borriquita y diversas redes sociales.

COMIENZAN LAS OBRAS DE RESTAURACIÓN DE SAN SEBASTIÁN


Arberto Mallado
ABC Hemeroteca. 22 de Abril de 2003

La restauración de la Iglesia de San Sebastián de Estepa comenzará en las próximas semanas, tal y como estaba previsto, después de esperar a que pasara la Semana Santa.

Ya se han realizado las catas de cimentación de la iglesia, como paso previo a la realización de esta intervención. Se trata de una fórmula novedosa que se desarrolla por primera vez en la provincia, tras la firma de un convenio entre el Arzobispado de Sevilla y el Ayuntamiento para la recuperación del patrimonio de la Iglesia Católica.

El planteamiento del acuerdo es que las administraciones financian la restauración y el Arzobispado se compromete a ampliar el horario de apertura del templo. De esta forma, se reforzará el potencial turístico de la localidad al contar con un patrimonio asequible a los visitantes en un amplio horario.

El convenio permite que los templos permanezcan abiertos de lunes a sábado hasta las seis de la tarde para que puedan ser visitados, una medida que permite al Consistorio poner en valor el patrimonio estepeño perteneciente a la Iglesia, fomentar el turismo cultural y patrimonial y crear empleo en el sector.

El proyecto de la iglesia de San Sebastián, que supone una inversión de 601.012 euros, se enmarca en el plan “La Ruta de las dos Andalucías”, aprobado por la Comisión Europea dentro del programa EFTA (Mecanismo financiero del espacio económico europeo). Las obras serán financiadas en un 70 por ciento con estos fondos, mientras que el 30 por ciento restante será aportado por Junta y Ayuntamiento.

La restauración, que contempla el arreglo de la techumbre y de la torre del campanario de esta iglesia estepeña del siglo XVI, se hará bajo las directrices marcadas por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, que supervisará los trabajos. El período de ejecución es de 18 meses.

Asimismo, la intervención contará también con el seguimiento minucioso del Departamento de Patrimonio del Arzobispado. Así quedó recogido en el acuerdo firmado en el año 2000 entre el Ayuntamiento de Estepa y el Arzobispado para la mejora, conservación y explotación del patrimonio perteneciente a la Iglesia Católica existente en la ciudad durante los próximos cincuenta años.

La intención del Ayuntamiento es continuar desarrollando está formula de colaboración y abordar como prioridad la restauración de la fachada de la iglesia del Carmen, una joya barroca.

Ya se han realizado actuaciones en el marco de esta iniciativa en la iglesia del Convento de Santa Clara, que se ha iluminado, y en el templo de Santa María de Gracia, de convento de San Francisco.

Este acuerdo se convierte en uno de los ejemplos pioneros en la comunidad andaluza en colaboración entre administraciones públicas – el Ayuntamiento de Estepa, el Gobierno andaluz, el Gobierno central y la Unión Europea – y entidades privadas, como el Arzobispado de Sevilla y las hermandades estepeñas.

15/11/10

DÍAS DE LUTO

Los días parecen que conocen que este mes es un mes de recuerdos, de revivir historias, segundo a segundo, minuto a minuto, día a día, año a año. De añorar con pesar una sonrisa en ese rostro que no podemos ni queremos olvidar. De dejar caer gotas de nuestros lagrimales cuando esa voz vuelve a nuestros oídos. Un olor, una textura y un sabor. Los sentidos a flor de piel, igual que el día parece estremecerse cuando se deja sentir esa vieja sensación de frío en las tempranas mañanas.

Fríos y otoñales, en verdad, son nuestros pensamientos. Se instalan en nuestro ser y habitan de oscuridad un hueco en lo más profundo. Llenos de llanto, fríos y tristes y amargos, como el sabor de aquellas lágrimas que se derramaron. La memoria de los que ya se fueron se honra en estos días.

Se aleja el sol. Ese sol que se lleva la vida de las calles y que separa el júbilo de la tristeza en menos horas de tardes con su presencia. Ya no calienta, el frío vuelve a ganarle con su presencia. Las tardes se acortan y llegan esas noches que se alargan hasta que la tímida aurora vuelve a asomarse en las mañanas grises y blancas.

La naturaleza también lo nota. Los árboles se desprenden de sus hojas, no las necesitan. Desnudos afrontan los meses de las aguas saladas. Es momento de abrazar el sueño en un largo letargo hasta que el aroma de la flor del naranjo haga brotar sus yemas de nuevo. Las flores y los frutos sólo permanecen ahora a un pasado cercano.

El frío, sí, aquel frío de las tempranas mañanas, se atreve también a entrar al palacio de Cerverales y traspasar el ventanal de su patio arqueado para rozar las mejillas de su rostro. Besa su mano en cada rincón de la casa lateranense y la acompaña junto a la fuente de aguas cristalinas de la plazuela. Ella, cobija en su manto la oscuridad de las largas noches y la soledad de las mañanas. Llena de llanto, parece vivir en un eterno luto su camino hacia el Gólgota. Una y otra vez, cada atardecer y cada amanecer. Sensación de pérdida, vasija vacía.

Oraciones de ánimas se escuchan, los hermanos se recuerdan. Se encienden velas y alguna mariposa, temerosa, arde flotando en el aceite que consume. Luz perpetua que brilla en el descanso eterno.

Días de melancolía, de lágrimas y de un lamento más que previsible. De un hasta luego que falta, de despedidas inesperadas y de una visita obligada. Ella cerca la estrechez entre la intimidad y el consuelo. Ella extiende su manto oscuro para compartir su tristeza y darle compaña a la nuestra. Ella alumbra el camino a los que más queremos en las noches oscuras del mes. Junto a Ella cientos de recuerdos de personas que habitan ya en la gloria. No se extiende la desesperanza porque vive en Ella las flores de la primavera, las mañanas inmaculadas de nubes rosáceas y el calor de las tardes eternas de los rayos del sol.


Fotografía de:
-J. Vázquez

14/11/10

AGREGACIÓN DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN SEBASTIÁN A LA BASÍLICA ROMANA DE SAN JUAN DE LETRÁN


La agregación de la iglesia parroquia de San Sebastián de la villa de Estepa a la basílica romana de San Juan de Letrán se redactó en 1802 de la siguiente forma:

El cabildo de los canónigos de la Santa Iglesia Lateranense, madre y cabeza de todas las iglesias de la urbe (Roma) y del orbe (mundo). A nuestro amado en Cristo R. D. Pedro Baena, párroco de la Iglesia de San Sebastián en la villa de Estepa, de ninguna diócesis (Vere Nullius o Nullius Diócesis) en España salud sempiterna en el Señor. El afecto de la singular devoción, que manifiestas tener hacia nuestra sacro santa basílica de Letrán, merece que en cuanto podemos por benignidad de la sede apostólica, atendamos favorablemente a tus votos, ante nos exhibidos por los cuales el culto divino recibe incremento y se procura la salud de las almas. Ciertamente la exposición de tales votos manifestaba que tú llevado por el amor de tal devoción para con el salvador Nuestro Señor Jesucristo y para con ambos Juanes, a saber el Bautista y el Evangelista, y a nuestra basílica lateranense a ellos dedicada, con empeño nos suplicaste humildemente agregar, someter, unir o incorporar la antedicha iglesia de San Sebastián en la villa de Estepa a nuestra basílica lateranense antedicha para que concedamos todas las indulgencias y gracias espirituales concedidas por la generosidad pontificia a la misma basílica a perpetuidad, a la antedicha iglesia de San Sebastián en la villa de Estepa y las comuniquemos por tal concesión. Nos, pues, atendiendo esta piadosa petición tuya y conociendo que la misma será muy útil para los fieles de Cristo, inclinados a tales suplicas juntamente con el Ilmo. y Rvdmo. Sr. Antonio María Odeocalchi Arzobispo J. y el Excmo. Y Rvdmo. Sr. D. Leornardo Antonelli, S. R. E. Obispo Cardenal Portuense (Ostia, puerto de Roma) y Arcipreste de Nuestra Santa Iglesia Lateranense, vicario en nuestro papal patriarcado romano lateranense, reunido capitularmente como es costumbre por nuestra autoridad ordinaria con que desempeñamos por vigor de los indultos y privilegios apostólicos en cuyo uso estamos en posesión y principalmente en vigor de la facultad confirmada a nos por la especial constitución del Papa Benedicto XIV de feliz recordación dada en Santa María la Mayor en mayo del año del Señor de 1751 que comienza, Assiduae Sollicitudinis, y de la mejor manera que podemos admitimos la predicha agregación, sumisión, unión o incorporación al efecto antedicho de dicha iglesia de San Sebastián en la villa de Estepa y a la misma recibimos como miembro de nuestra sacro santa basílica, según las facultades concedidas a nos por los sumos pontífices romanos y según los decretos del santo concilio tridentino, y constituciones de los sumos pontífices de tal manera que todos los fieles de ambos sexos que visitaren la dicha iglesia de San Sebastián en la villa de Estepa, debidamente dispuestos, gocen y puedan gozar de las infrascritas indulgencias, privilegios y gracias espirituales de igual modo como si accedieren personalmente a nuestra misma basílica lateranense (…)
La "singular devoción" demostrada a la Basílica de San Juan de Letrán, a Jesucristo y a los Santos Juanes, y el incremento del culto y de los fieles son los motivos señalados en la Bula para la agregación. En el pergamino se detallan en latín "los privilegios, gracias, indulgencias, facultades, concesiones e indultos" que se podían alcanzar visitando la Iglesia de San Sebastián y las condiciones que para ello se debían cumplir, tanto a nivel particular, como corporativo, esto es, la existencia de "sacerdotes idóneos y suficientes para celebrar misas y otros oficios divinos, escuchar confesiones, predicar al pueblo la palabra de Dios, y administrar los Sacramentos".

BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN

“Archibasilica Sanctissimi Salvatoris et Sancti Iohannes Baptista et Evangelista in Laterano. Sacrosancta Lateranensis ecclesia omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput”


La primera basílica que hubo en la religión Católica fue la de Letrán, por lo que se le llama Archibasílica. La basílica nace en el siglo III en tierras de los Lateranos, noble familia romana caída en desgracia bajo Nerón, cuya propiedad pasó por tanto al dominio imperial. El palacio cae en manos de Constantino I cuando se casó con su segunda mujer, Fausta, hermana de Majencio, y era conocido con el nombre de Domus Faustae. Por esta vía, Constantino disponía de él cuando ganó la batalla de Puente Milvio, en el 312.

La tradición cristiana indica que los terrenos y la residencia de los Lateranos fueron donados al obispo de Roma (la fecha de la donación no es segura pero debería ser durante el pontificado del Papa Melquíades), en señal de gratitud del emperador a Cristo que le había hecho vencer en la batalla, apareciéndosele durante el sueño. El emperador Constantino, que fue el primer gobernante romano que concedió a los cristianos el permiso para construir templos. El Papa San Silvestro la convirtió en templo y la consagró el 9 de noviembre del año 324. En sus orígenes se levantó varias veces tras sufrir terremotos, incendios y distintas transformaciones o reconstrucciones. Se le conoce también como basílica del Divino Salvador, porque cuando fue nuevamente consagrada en el año 787, una imagen del Divino Salvador, al ser golpeada por un judío, derramó sangre. En el año 846 un terremoto la destruyó y fue reconstruida por el Papa Sergio III, dedicándosela a San Juan Bautista, por la labor que desempeñó este al pasar del antiguo al nuevo testamento.

El baptisterio de esta basílica es un edificio independiente de planta octogonal, y tiene la forma típica de los baptisterios de los primeros siglos, cuando el bautismo se hacía por inmersión. Por tanto, cuenta con una piscina en la cual el neófito se sumergía para salir por el lado opuesto.

Anexo a la basílica hay un claustro con jardines y arquerías, y un palacio, el Palacio de Letrán, propiedad del Papa. Antiguamente, desde el año 324 hasta el 1400, todo este complejo lateranense fue la sede del Papa y del gobierno eclesiástico. Allí se celebraron cinco Concilios o reuniones de los obispos de todo el mundo. En este palacio se celebró en 1929 el tratado de paz entre el Vaticano y el gobierno de Italia, conocido como Tratado de Letrán. Hacia 1400 la corte pontificia se mudó a Aviñón (Francia), periodo conocido como Cautiverio de Babilonia. Al regresar los Papas a Roma, se establecieron en la colina vaticana, donde actualmente está la Santa Sede. Ahora en el Palacio de Letrán vive el Vicario de Roma, o sea el Cardenal al cual el Sumo Pontífice le encarga gobernar la iglesia de esta ciudad.

Cerca de esta basílica está el edificio que alberga la Escalera Santa, cuyos escalones, traídos de Tierra Santa, son según la tradición los mismos que subió Cristo en el palacio de Pilato. La tradición cuenta que no se permite subirlos de pie sino que los devotos los suben de rodillas.

La actual basílica es de estilo barroco, obra de la radical transformación de Borromini en el siglo XVII y de época anterior se conservan los magníficos mosaicos del ábside, el cimborrio gótico y el maravilloso pavimento de estilo "cosmatti". Las cinco naves fueron remodeladas por Borromini entre 1646 y 1649. La fachada ha sido deliberadamente hecha siguiendo el estilo de la de San Pedro por el arquitecto Galilei, cuyo proyecto ganó un famoso concurso en el que participaron veintitrés arquitectos. En lo alto de la fachada se encuentran estatuas de Cristo, los dos Juanes (el Evangelista y el Bautista) y los Apóstoles. Tiene dos capillas dedicadas la una a San Juan Bautista y la otra a San Juan Evangelista, y era atendida por los sacerdotes de la parroquia de San Juan. En las columnas a ambos lados de la nave central hay estatuas de los 12 Apóstoles. Bajo el altar mayor está enterrado el Papa Martín V, bajo cuyo pontificado se abrió por primera vez la Puerta Santa en esta basílica. El ara de este altar es una losa que, según la tradición, es la misma que usaban San Pedro y los primeros Papas al celebrar la Misa. Sobre el altar hay un baldaquino con un relicario en el que se conservan las cabezas de San Pedro y San Pablo, cubiertas de plata. En su ábside encontramos un llamativo mosaico, copia del original medieval, que simboliza mediante el agua, el acto sacramental del bautismo. En el fondo del ábside está la cátedra, el trono episcopal del obispo de Roma (el Papa), hecho de mármol y mosaicos. Además hay importantes frescos, como el del papa Bonifacio VIII que incluyó Borromini.

Se considera la Catedral de Roma y sede episcopal del Obispo de Roma (el Papa), por lo que se la conoce como la “Madre y Cabeza de todas las iglesias de la ciudad y del mundo”, cuya leyenda aparece en el frontis del templo. Es la basílica más antigua y la de mayor rango entre las basílicas mayores o papales de Roma (junto a la Basílica de San Pedro de Roma del Vaticano, la Basílica de San Pablo Extramuros y la Basílica de Santa María la Mayor), todas caracterizadas por tener una Puerta Santa y un Altar Papal. Al salir de la basílica de San Juan de Letrán por el baptisterio, nos encontramos con el gran obelisco egipcio, que trajo el emperador Constantino en el siglo IV de Egipto.

Con el paso del tiempo, y el favor de los Pontífices, fue acumulando gracias e indulgencias, precisamente las mismas que se ganaban en "todas las capillas, capellanías, altares, oratorios, santuarios, prioratos, conventos, monasterios, hospitales de hermandades, ermitas y otros píos lugares de nuestra Iglesia" que a ella se fueron agregando con el devenir de los siglos.

El Papa suele celebrar ciertas ceremonias litúrgicas en este lugar (por ejemplo, la Misa de la Cena del Jueves Santo, y la Misa de la fiesta del Corpus Christi; esta última tiene lugar en el atrio, a partir del cual parte la procesión eucarística). En el caso de la Misa de Jueves Santo, durante los últimos años, la tradición de celebrarla en San Juan de Letrán se ha roto (especialmente la Misa Crismal y la Nocturna de Jueves Santo), debido a que ambas se han celebrado en la Basílica de San Pedro, especialmente en los últimos años de Pontificado del Papa Juan Pablo II. El canónigo de honor de San Juan de Letrán es el presidente de la República Francesa, según una tradición que se remonta al siglo XVII, cuando el jefe del Estado era un rey.

En el calendario católico, el día 9 de noviembre está conmemorado a esta Basílica Mayor. Está celebración fue primero una celebración en la ciudad de Roma, pero más tarde se extendió a toda la Iglesia de rito romano con el fin de honrar aquella basílica y también en señal de amor y de unidad a la cátedra de Pedro.






13/11/10

ANTIGUA HERMANDAD DEL SEÑOR SAN SEBASTIÁN


La devoción a San Sebastián tiene su origen en la villa de Estepa durante la encomienda de la Orden de Santiago cuando se construye una ermita situada en uno de los arrabales que rodeaban las murallas de la villa. La primera referencia del arrabal data de 1461 cuando sufre un saqueo por parte del príncipe heredero de Granada Muley Alohasen. El arrabal se prolongaba por la calle Ancha y se organizaba en torno a una ermita que estaba cercana a los caminos de Gilena y Écija. En 1498 se describe por primera vez el templo en las Actas de los Visitadores de la Orden de Santiago de Estepa. San Sebastián se convierte en uno de los Santos de mayor devoción en la Edad Media por su protección contra las pestes que desolaron los pueblos. Esta devoción se refleja en los numerosos templos y patronazgos que fueron dedicados a este Santo Mártir.

La devoción a San Sebastián en Estepa fue en aumento en el siglo XV y XVI, en paralelo a la importancia que fue tomando el templo en la villa. Se sabe que la ermita de San Sebastián ya había sido mandada ampliar en la visita de 1509 con la construcción de una nueva nave. En 1559 se le reconoce el rango de parroquia tras numerosos años de conflicto entre el Consejo de la Villa, la Vicaría y la Parroquia de Santa María, y en 1568 se inicia la construcción sobre el terreno de la primitiva ermita de un nuevo templo de estilo renacentista por parte del arquitecto genovés Vicente Boyol y apoyada económicamente por Juan Bautista Centurión, II Marqués de Estepa.

En cuanto al arraigo en la villa de la devoción a San Sebastián se menciona por primera vez en los libros de visita santiaguista del año de 1511 la existencia de una hermandad titular de la parroquia llamada Cofradía del señor San Sebastián, sin que se pueda indicar la fecha de su fundación. De nuevo aparece en un documento de 1587 y se alude a la hermandad del señor San Sebastián en 1669 al realizar una donación a la misma D. Juan Martín Formariz, fundador y benefactor de la ermita del Cristo de la Sangre. El titular de la iglesia preside el fastuoso retablo mayor del templo realizado por el antequerano Francisco Primo en 1760.

SAN SEBASTIÁN MÁRTIR


Hijo de padres ricos y nobles, nació en Narbona, de Francia, pero se educó en Milán. Se alistó en el ejército romano y cumplía con la disciplina militar. Era Sebastián un soldado valiente y muy apuesto, que formaba parte de la guardia del palacio imperial. El emperador era entonces Diocleciano, y dícese que Sebastián era por él muy apreciado porque tenía un aire guerrero y a la vez sumiso. Se atraía las simpatías de cuantos le iban conociendo. No es extraño, pues, que Diocleciano le hiciese capitán jefe de su guardia personal, y le distinguiese con otros honores. Pero no sabía el emperador que un tan aguerrido oficial fuese cristiano y no adorador de los dioses del Imperio. En cuanto lo supo, dejó ya de ser su preferido. El que se había ganado la confianza de Diocleciano por haberse destacado en muchas batallas como uno de los soldados más intrépidos, y también por sus costumbres ejemplares, alejadas de los libertinajes de la milicia, desde que confesó paladinamente ser cristiano se convirtió en pesadilla y obsesión suya, fue odiado por él con verdadera ferocidad.

Hacía algunos años que los cristianos de Roma estaban algo tranquilos. Parecía que no habían de volverse a ver unas persecuciones tan duras como las del tiempo de Nerón y de otros emperadores. Y aunque había que andar con mucho cuidado para no excitar nuevamente los odios de los paganos, nadie molestaba a los seguidores de la doctrina de Cristo. Aquella temporada de paz permitió que Sebastián trabajase mucho, como se había propuesto, propagando la verdadera religión dentro del ejército y entre muchas personas distinguidas de la gran Urbe, y visitando y alentado a los prisioneros encarcelados por causa de su religión. Es claro que todo debía realizarlo con prudentísimo secreto. Nadie podía asegurar que la persecución no era posible que estallase de un momento a otro. Así pudo convertir a Cromacio, uno de los principales personajes de Roma; a los dos hermanos Marco y Marcelino; a Zoé, esposa de Nicostrato y señora muy ilustre, que bien pronto sufrió el martirio; y a muchos más, que, después, cuando la persecución se renovó, supieron ofrecer generosamente su sangre en defensa de la verdad.

El martirio de San Sebastián tuvo lugar antes de estar implantada la reorganización del Imperio en Occidente y Oriente hacia el año 303 por Diocleciano y Maximiano. Algunos años antes de terminar el siglo tercero, se inicia la persecución de los cristianos, que se limitó al principio casi exclusivamente a los oficiales y soldados del ejército. Maximiano, compañero ya en Roma de Diocleciano y casi mandante como él, supo de algunos soldados que eran cristianos y los hizo matar despiadadamente. Sebastián, ayudado por el sacerdote Melquíades, que algunos años más tarde fue Papa, recogió los cuerpos de aquellos sus compañeros mártires, enterrándolos con gran veneración. Tomó también parte en un proceso celebrado contra unos cristianos, defendiéndolos animosamente. Por otra parte, como estaba acentuándose la persecución y no pocos cristianos habían sido ya detenidos, no cesaba de avisar a los que estaban en peligro de detención ni de visitar y consolar a los prisioneros. Por fin, convertía más y más número de gentiles, a veces con evidentes milagros... Podía adivinar que se acercaba su martirio, y por esto comenzó a prepararse con mucha oración y buenas obras, más numerosas que nunca. En efecto, no tardó en ser todo descubierto, llegando a conocimiento de Diocleciano y Maximiano. Y el valiente capitán fue llamado por ambos para que diese cuenta de sus actos.


Ni con promesas ni con amenazas pudieron hacerle renunciar a la religión de Jesucristo. Y por esto fue condenado a morir a saetazos, atado a un palo, muy cerca del palacio del emperador. Las flechas fueron hiriendo su cuerpo y llenándolo de sangre. Los arqueros disparaban sin cesar y sin equivocar un solo disparo. Pero Sebastián iba sonriendo y tenía los ojos brillantes de una alegría celeste. Por fin los cerró, y su cabeza y cuerpo cayeron desfallecidos. Los verdugos lo dejaron, creyéndole muerto...


Sin embargo, vivía aún. Una santa mujer, llamada Irene, hizo retirar su cuerpo para darle sepultura; pero viendo que respiraba, lo hizo llevar a su casa, donde reanimarlo, curándose en pocos días todas sus heridas. Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero se negó rotundamente. Entonces, en vez de esconderse, se presentó con más valor que antes al emperador Diocleciano, que se llenó de pánico al verle, pues le creía ya muerto y sepultado. El Santo Mártir proclamó ante él su fe y le reprendió por su crueldad. Indignado Diocleciano, le echó de su presencia, mandando que fuese azotado hasta una muerte cierta. Murió en el año 288.

Para impedir que los fieles lo sepultasen, se echó el cadáver en una cloaca. Pero Santa Lucina tuvo por la noche una visión, en la que el propio Mártir le dijo dónde estaba su cuerpo y dónde quería se le enterrase. La santa cumplió el encargo; y el glorioso héroe fue enterrado en la Vía Apia, en unas catacumbas, sobre las cuales se edificó, y existe todavía, una iglesia en honor suyo.


El culto a San Sebastián es muy antiguo. Es invocado universalmente como protector contra la peste y así se hizo constar en la inscripción de su sepulcro: «A Sebastián, mártir y campeón de Cristo, defensor de la Iglesia, terror de la peste». Así lo experimentó Roma en el año 680, Milán en 1575 y Lisboa en 1599. También es cosa muy antigua que la Iglesia romana invoque la protección del Señor contra los enemigos de la fe por medio de San Jorge, San Mauricio y San Sebastián.

También es llamado "el Apolo cristiano" ya que es uno de los santos más reproducidos por el arte en general. En las representaciones del primer milenio viste la clámide militar como correspondía a su cargo, y siempre imberbe. Durante el gótico, le vemos con armadura de mallas a la moda de la época, pero pronto aparece con el rico traje de los nobles palatinos de entonces y generalmente con barba. Desde ese momento es mucho más frecuente representarlo desnudo en el momento de ser asaeteado. El atributo antiguo es la corona de flores en la mano. El atributo personal, desde la Edad Media, es una saeta y el arco entre sus manos. Desde el siglo XV los artistas han preferido presentarlo desnudo, joven e imberbe, con las manos atadas al tronco de un árbol que tiene detrás y ofreciendo su torso a las saetas del verdugo.

El culto de San Sebastián ha estado siempre unido al de San Fabián, ambos se celebran el 20 de enero, en la festividad de los Santos Mártires.

Artículos relacionados:
-El martirio de San Sebastián I; Gustave Moreau. La Hornacina
-El martirio de San Sebastián II: Gregorio Fernández. La Hornacina
-El martirio de San Sebastián III: Andrea Mantegna. La Hornacina
-El martirio de San Sebastián IV: Pierre Puget  La Hornacina
-El martirio de San Sebastián V: José de Ribera. La Hornacina
-El martirio de San Sebastián VI: Ricardo Motilla. La Hornacina
-San Sebastián: Alonso Berruguete. La Hornacina

8/11/10

ARRABAL DE SAN SEBASTIÁN


La primera noticia del arrabal estepeño, innominado y falto de localización, la tenemos en 1461 cuando sufre un saqueo por parte del príncipe heredero de Granada Muley Alohasen. Esto nos indica que la población se asienta en las faldas del Cerro, a pesar de la seguridad precaria que suponía vivir fuera de la muralla, y de la proximidad aún de la frontera. Por aquellas fechas Antequera y su vega permanecía bajo control musulmán. La conquista de Archidona (1468), y posteriormente de Granada (1492) alejó definitivamente el peligro al dejar Estepa de ser enclave fronterizo, lo que permitió que se consolidaran los distintos arrabales, la ciudad nueva, mientras la Villa intramuros se iba despoblando. El surgimiento de los arrabales era un hecho revelador de cual sería el futuro de la fortificación, de la Villa Vieja: una lenta agonía. Posiblemente el Arrabal de la calle Ancha sea fundamentalmente una mera prolongación natural de la Villa intramuros, que por su proximidad cubría las necesidades de dependencia funcional y a su vez garantizaba seguridad a sus moradores. Pero también se dan las circunstancias que concitaron la génesis del resto de los arrabales estepeños: encrucijada de caminos, proximidad del agua, y la existencia de un lugar de culto. Nos encontramos en un importante nudo de convergencia de ramales de caminos que nos conducen a la villa: la prolongación del camino de Gilena, los dos caminos de Écija, los cuales se encuentran con los de Puente Genil, Casariche y Herrera. Aunque no tenemos noticia de la existencia de una fuente de uso público de importante caudal para un abastecimiento colectivo, la zona debido a las condiciones geológicas y edáficas es propicia a la presencia de abundantes “ojos” (manantiales), que cubrirían las necesidades de las distintas familias. Estas circunstancias junto a la existencia de una primera ermita, de origen confuso y de dudosa nominación, sancionan la importancia del enclave.


San Sebastián, el renacer de un templo.
Iltmo. Ayto de Estepa

HISTORIA DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN SEBASTIÁN


Contemplar un templo es algo más que apropiarnos de la belleza que nos transmite un edificio. Algo más que conseguir esa tranquilidad que sólo nos da la estética. Contemplar es entablar un diálogo, intentando penetrar en las entrañas del edificio, reconstruyendo el lento paso del tiempo. Pero cada piedra, cada palmo de sus muros ocultan mil historias, mil vivencias, mil leyendas y enigmas, algunas imposibles de poder descifrar.

Erigir un edificio, más si este es religioso, llega implícito, además de alabar la grandeza del Creador, la necesidad de una comunidad de identificarse con esa construcción. Es un proceso de vanidad y a la vez de autoestima colectiva. Es también hacerse un hueco en una sociedad estamental y rígida. Perpetuarse, alcanzar la gloria de lo que hablaban los romanos, la inmortalidad mediante estas construcciones. Supone luchas sociales soterradas y sutiles para conseguir objetivos mucho más mundanos como el poder y el control físico de un espacio.

San Sebastián es eso y mucho más, es poseedora de una apasionante historia que contar, es la voluntad decidida de los habitantes del Arrabal que reclaman su papel en la historia y en la nueva ciudad que hace años había surgido, y ellos estaban diseñando. Es, en definitiva, una larga lucha del Concejo de Estepa por hacerse respetar y por conseguir su independencia, primero frente al poder eclesiástico representado por la Vicaría, después frente a la nobleza representado por el Marquesado. La historia de San Sebastián va unida de forma indisoluble a la historia del poder civil, del Concejo de la ciudad.

El templo se describe por primera vez en 1498, en las Actas de los Visitadores de la Orden de Santiago de Estepa. La existencia de la iglesia o ermita, como se le menciona indistintamente en los documentos, es por tanto anterior a 1498. Nos delata la importancia del Arrabal, como una entidad de asentamiento con necesidades religiosas, y que se estructura socialmente entorno al templo, y estos salen del recinto fortificado, es señal inequívoca que había llegado una paz permanente. La existencia de una primitiva ermita de origen confuso y de dudosa nominación, junto con otros elementos (existencia de agua, cruce de camino), sanciona simbólicamente la importancia del enclave y del asentamiento. El templo de San Sebastián se ubica en el lugar que anteriormente fue ocupado por una primitiva ermita, de menor dimensión que el templo actual, que se asentaba sobre el terreno más rocoso y estable. La traza de ambos edificios respetaba la simbología cristiana con la cabecera hacia oriente “allá donde sale el sol”. Parece ser que el altar mayor estuvo presidido por Nuestra Señora de la Cabeza, la cual podría ser la imagen titular de la antigua ermita, aunque el templo en los documentos es mencionado siempre como Iglesia de San Sebastián.

A partir de 1503 como ser recoge en las Actas de los Visitadores los habitantes del Arrabal “que ha venido en gran crecimiento”, por mediación del Concejo de la Villa demandan al Visitador que se digan Misa los domingos y fiestas de guardar en la Iglesia de San Sebastián, petición que es trasladada como mandamiento al Vicario. Este hecho nos indica que nos encontramos en el anuncio y en los preámbulos de la crónica de un largo enfrentamiento.

A partir de esta fecha los documentos recogen las desavenencias y los continuos desencuentros. Los Visitadores en las actas de 1511 reconocen de forma irónica que “… este mandamiento a risa quedo…”. Demanda no resuelta de forma satisfactoria incitando aún más a los que creen que le asiste la razón y se encuentran desplazados. Estos primeros desencuentros documentados plantean la existencia de una contradicción evidente, que tardaría siglos en resolverse.


Por un lado, el poder político y religioso, anclado en el pasado, permanece refugiado en el recinto amurallado, mientras va surgiendo paulatinamente la nueva ciudad, cuyos habitantes, a través del Concejo reclaman parcelas de poder y nuevos espacios sociales y simbólicos. En 1541, Carlos I ante la súplica del Concejo de Estepa libra provisión y sobrecartas para que en la ciudad hubiese dos parroquias, la de Santa María y la de San Sebastián. Se inicia todo un largo proceso de pleitos entre las dos parroquias y las dos parroquias por motivo de las primicias, y la división parroquial. El pleito se alarga, y el Prior de San Marcos de León ni toma carta en el asunto ni se preocupa del tema hasta el 3 de marzo de 1559, haciendo la división parroquial. Pero dado que esta no se hace efectiva se inicia un nuevo proceso de recursos del Concejo de Estepa a Felipe II (1560), ordenando éste que se cumpla la división, ante lo cual Santa María apela al Papa, siendo nombrado Juez Apostólico el Arzobispo de Sevilla, y resolviéndose el conflicto mediante un breve e Letras Apostólicas del Papa Pío IV (1559-1565). En todo este proceso hay un hecho importante como es la venta de la Encomienda a los Centurión, proceso que se inicia en febrero de 1559 y se hace efectiva en agosto del mismo año. Curiosamente la decisión del Prior de San Marcos coincide con estas fechas. Nos encontramos tras la venta de la ciudad con un tercer grupo en litigio, que posiblemente aprovecha cualquier oportunidad para mermar el poder del Vicario, que en cierta medida era una institución vinculada con la Orden de Santiago.

La declaración del templo de San Sebastián en estado de ruina en 1568, presenta una ocasión propicia para Juan Bautista Centurión, II Marqués de Estepa, que pone a disposición del Concejo de Estepa al arquitecto genovés Vicente Boyol. La intervención del Marqués, como aliado coyuntural del Concejo, es claramente una toma de partido en el viejo enfrentamiento entre la Vicaría y el Concejo. La concepción renacentista del nuevo templo de San Sebastián tiene varias lecturas llenas de contradicciones dialécticas: el carácter personal de la creación artística, los individuos hacen la historia, pero su valor era colectivo. El haber elegido un templo de estilo renacentista significa una ruptura total con las etapas anteriores tanto desde el punto de vista artístico como político. La nueva iglesia tenía un creador concreto de reconocido prestigio y un promotor. En definitiva, la ciudad tiene nuevos dueños, y estos lo quieren dejar bien claro. Aparte de ser una creación individual de un artista de San Sebastián, es el resultado de la voluntad de una comunidad. La construcción tiene un importante valor colectivo, que se pone de manifiesto en el enorme esfuerzo que tenían que hacer hombres que vivían en casuchas para levantarla y mantenerla, lo que contextualiza en su justa medida el valor de este fabuloso templo.

La construcción del nuevo templo, su proximidad a la Plaza Vieja, y la consolidación del eje urbano de la actual calle Corrientes y Nueva, con la construcción de las primeras casonas, supone la consagración de las faldas del Cerro como nuevo escenario urbano.

El hecho de que en 1802, la parroquia de San Sebastián se convierta en parroquia agregada, sometida y unida a la Sacrosanta de S. Juan de Letrán de Roma viene a confirmar la nueva realidad social, y el protagonismo del Concejo frente a los estamentos de la vieja ciudad. El Marquesado era una institución lejana y con una tutela difusa. Los marqueses desde 1740 residen en Madrid, y sólo quedaba una institución cercana con presencia física en Estepa la Vicaría.


La ocupación del Pósito como Cuartel General por las tropas napoleónicas en 1810, y los agravios que soportó la población local puso de manifiesto la debilidad de las instituciones tradicionales. Huérfana la población de instituciones que defendieran sus intereses, tuvo que organizarse para plantar cara a las tropas francesas. El Concejo de Estepa se había estado fraguando durantes estos siglos, y aunque todavía no tenía solar propio donde asentarse, no dejaba pasar ninguna ocasión para hacer valer su independencia. En 1834, cuando el coro de San Sebastián se traslada a la parte baja, el Concejo de la ciudad entra en dura polémica con Doña María Elena Centurión de Palafox Portocarreno y Silva, X Marquesa de Estepa, logrando imponer su criterio. Un año después, en 1835, después de haber deambulado durante siglos de un lugar a otro, el Concejo adquiere edificio propio, tutelando el Salón, que se convertiría en el nuevo espacio de centralidad urbana. El Concejo como institución representante del poder civil se había consolidado después de varios siglos, frente al poder eclesiástico y nobiliario. El recorrido que el actual reloj de la Villa había soportado pasando del Cerro de San Cristóbal, en donde estuvo algunos años en la torre de la iglesia de San Francisco, pasando después a la torre de la Victoria, y ubicándose definitivamente en la fachada de la Casa Consistorial, era un fiel reflejo del traslado y traspaso del poder, tanto desde el punto de vista espacial como político. Durante años, el templo de San Sebastián descuidó su aspecto. Se dejó crecer la barba, crecieron las higueras por su campanario, oculto su bella fachada dejando que los arbustos campearan a sus anchas, y ya enfermo se defendió de la lluvia con una montera de fibrocemento. Cuando se le miraba de frente, aparecía cabizbajo, humillado, a la vez que nos reprochaba su lamentable aspecto, fruto del abandono.

Hoy ha rejuvenecido, ha desalojado las molestias que le aquejaban, se ha adecentado, y el templo que ayer parecía empequeñecido, triste y gris, hoy se presenta resplandeciente, altivo orgulloso de su historia y de los habitantes de la ciudad.

San Sebastián, el renacer de un templo.
Iltmo. Ayto de Estepa

Artículos y libros de consulta:
-Memorial Ostipense, Aguilar y Cano, A. 1886. Anel, Granada, 1975
-La Iglesia Parroquial de San Sebastián en los inventarios y cuentas de fábrica desde el siglo XVII y XVIII. Díaz Fernández, E. V Jornadas sobre Historia de Estepa. Ed. Ayto de Estepa, 2002

14/10/10

FUENTEOVEJUNA EN ESTEPA


No necesita presentación la bellísima ciudad de Estepa, pues hace las delicias navideñas de medio mundo con sus mantecados y polvorones. Situada en la linde oriental de la provincia de Sevilla, derrama su blancura en un cerro coronado por iglesia y castillo y se reclina en un mar calmoso de olivos. Estepa tiene tradición religiosa, con hermosas iglesias, para dar y repetir arte, y hermandades de gran arraigo. Organiza su tiempo anual en dos ciclos bipendulares: durante los seis meses que anteceden a la Navidad se entrega a la confección y comercialización del mantecado, y suele decirse allí mismo que la gente no tiene tiempo “ni para Dios ni para su Madre”. Terminado este ciclo, se explaya la religiosidad del pueblo y entonces “en Estepa no hay más que Dios y su Made.”

Pues con Estepa tuvo que habérselas el cardenal Segura en un melodrama de órdago, con guión que recuerda al “Fuenteovejuna” de Lope de Vega. La acción en Estepa comienza con un decreto del cardenal Segura de 4 de septiembre de 1947, en el que encarga al arquitecto del monumento al corazón de Jesús en San Juan de Aznalfarache, Aurelio Gómez Millán, que se ocupe de desmontar un altar barroco que estaba en la iglesia de las Hermanas de la Cruz y de traerlo a Sevilla. El telón cae cuando Segura, a 6 de junio de 1948, publica una pastoral, titulada “Sobre un hecho lamentable de indisciplina en el pueblo de Estepa”, en la que comunica que, con fecha de 14 de mayo, ha recibido una resolución de la Congregación del Concilio, que pone fin a los incidentes.

(Cardenal Segura, Arzobispo de Sevilla desde 1937 a 1957)

El desarrollo de la acción se sigue perfectamente por un estudio, hecho a instancias del cardenal, por su vicario general, Tomás Castrillo Aguado, fechado a 24 de octubre de 1947 (once holandesas), que se conserva en el archivo seguriano de la Cartuja de Jerez de la Frontera. En su citada pastoral, Segura utiliza datos y cualificaciones de este estudio de Castrillo Aguado, muy bien elaborado. Tiene cuatro partes I: “Breve historia de la ermita” (de la que procede el retablo en cuestión). II: “Condición jurídica de la ermita”. III: “Orden de traslado de altar (dada por Segura) y hechos ocurridos con este motivo”. IV: “Actitud posterior del pueblo”.

El día 17 de enero de 1928 fue cerrada al culto, por su estado ruinoso, la antigua ermita de los Ángeles de Estepa. Por decreto de 24 de noviembre de 1931, el cardenal Ilundain mandó que dos altares barrocos y un púlpito de jaspe y mármol – buenísimos – fueran sacados de la ermita y depositados en la iglesia de las Hermanas de la Cruz, para salvarlos de la ruina. Posteriormente, en el año 1941 (Pontificado de Segura) se permitió, previo expediente canónigo (seguimos el estudio de Castrillo Aguado), derruir lo que quedaba de la ermita; fueron vendidos el solar y los materiales del derribo (en el mes de abril de aquel año) y sobre el antiguo solar se edificó una casa.

Ya en el año 1942 (Segura estaba metido en berenjenales de la casa de ejercicios y del monumento de San Juan de Aznalfarache) dio órdenes el cardenal de desmontar el púlpito: pero (seguimos a Castrillo Aguado) recibió Segura telegramas desde Estepa expresando disconformidad e invocando que el púlpito “es del patrimonio religioso y artístico de esta católica ciudad”. Segura desistió; pero ahora, en 1947, ya llovía sobre mojado. Estepa no había bajado la guardia. La acción principal se desarrolló entre los días 16 y 17 de septiembre de 1947. En todo, seguimos el informe de Castrillo Aguado. En la mañana del día 16 llegó un camión de la empresa Casana a la puerta de la iglesia de las Hermanas de la Cruz, con obreros especializados, para desmontar el retablo.

“Fuenteovejuna” tuvo segunda edición en Estepa. Así se refiere la cosa en oficio que el alcalde de Estepa cursó al Gobierno Civil de Sevilla:

Al tener los vecinos conocimiento de tal hecho acudieron en masa a la Iglesia de las Hmnas. de la Cruz, para protestar y oponerse a que aquello se realizase, y los servidores del camión, vista la actitud del vecindario, suspendieron sus trabajos y abandonaron el pueblo. Poco después nutrida representación de las diferentes clases sociales, se presentó en esta Alcaldía para protestar contra la orden de retirada de este retablo, que parece dimana de su Emcia. Rvdma. el Cardenal Arzobispo de Sevilla, y solicitando la intervención del Ayuntamiento para conseguir que sea revocada.

Hay un dato que debemos guardar para más adelante. Dice Castrillo Aguado que, según referencias de “tres testigos presenciales” (cuyos nombres calla), “la Superiora (del convento de las Hermanas de la Cruz) indicó a los obreros si no convendría abrir las puertas de la iglesia y el cancel, para que tuviesen más luz, aunque a juicio de dos de los testigos esto parecía indicar que había algo preparado y era el modo de dar entrada a la gente en la iglesia”. Cuesta trabajo admitir una connivencia de las Hermanas de la Cruz en los sucesos. Pero guardaremos este dato para más adelante: puede ser que Segura no olvide. Según estos testigos sin nombres, algunos de los asaltantes de la iglesia habrían pronunciado “frases soeces y feísimas” contra el cardenal. Y otra referencia de Castrillo Aguado: “de regreso de un funeral, una multitud considerable se dirigía a la Capilla de las Hermanas de la Cruz, y al frente de un grupo de mozalbetes un sacerdote como de unos treinta años, que iba diciendo que todo aquello se arreglaba con poner puntitas a las ruedas de los camiones”. También cuesta trabajo admitir lo del sacerdote, pues, ¿Por qué no se le identificó y se le sancionó por tal supuesto proceder? Nunca se supo más de ello.

Al tener noticia el cardenal Segura de los sucesos de Estepa ordenó a su vicario, Castrillo Aguado, que enviase al arcipreste de Estepa el siguiente telegrama:

Su Eminencia Rvdma. Previa información, declara entre dicho parroquias e iglesias todas Estepa, si por parte de autoridades, clero, religiosas, pueblo hubiese oposición traslado retablo. Hágalo saber autoridades, pueblo y demás.

El contexto da a entender que se trata de una advertencia de futuro, no de una declaración real del entredicho. Tal vez, donde se lee “declara”, debería haberse escrito “declarará”. Cosas del nerviosismo de la jornada. Pues nunca se supo que Estepa estuviese en “entredicho”.

La segunda escena de la acción del 16 de septiembre se desarrolla, en el despacho oficial del gobernador civil de Sevilla, donde es visitado por el vicario Castrillo Aguado, “al objeto de darle cuenta de los sucesos y pedir su intervención y su ayuda para que la orden del Emmo. Prelado se cumpliera”. Segura decide recurrir al brazo secular, en línea con su profesado derecho público eclesiástico. El gobernador intenta ponerse en contacto telefónico con el alcalde de Estepa, que no responde a la llamada. Castrillo Aguado vuelve con las manos vacías.

Pero continúa el relato: “A poco de haber regresado el Sr. Vicario General al Palacio Arzobispal, fue llamado con urgencia por el Gobernador Civil, comunicándole que acababa de hablar telefónicamente con el Sr. Alcalde de Estepa. Según decía el Gobernador, él mismo, a través del teléfono, había oído el volteo de campanas.” –eran las campanas de la parroquia de San Sebastián y de la ermita del Carmen, echadas a vuelo, sin dudar para celebrar la vuelta del camión a Sevilla sin llevarse el retablo – y añadía que “el Sr. Alcalde le decía que apenas sí podía comunicar con él, porque una multitud de más de dos mil almas estaba ante el Ayuntamiento, gritando en señal de protesta”. O sea, que el corregidor de Estepa también estaba con su “Fuenteovejuna”.

El brazo secular secundó la petición del cardenal Segura (no es aventurado imaginar consulta con Madrid). El relato de Castrillo Aguado cierra así: “Reiterada la orden de Su Emcia. Rvdma. con mandato de trasladar a Sevilla el retablo a toda costa, avisado por el Sr. Gobernador Civil el Capitán de la Guardia Civil de Osuna, para que concentrase fuerza en Estepa y protegiese la retirada del retablo, al día siguiente volvió a salir otro camión de la empresa constructora Agromán (la que trabajaba en el monumento), con obreros del Sr. Cardenal, algunos incluso de los que habían estado el día anterior, se desmontó definitivamente el retablo y pudo ser traído a Sevilla, custodiado el camión por la Guardia Civil, ya que habían amenazado con salir al camino y dar fuego al camión y al retablo”. El retablo fuer a parar, efectivamente, al cerro de San Juan de Aznalfarache. Había funcionado esta vez el derecho público eclesiástico de Segura. Pero el “tour de force” mantenido con Estepa lo dejó todavía más marcado de rigorismo intransigente. Ahora nos explicamos por qué rehuía aparecer en público, por este tiempo, en acontecimientos religiosos no organizados y controlados por él.

La resaca siguió. El día 19 de septiembre llegó a la Curia de Sevilla el siguiente telegrama, que Segura insertó en su citada pastoral:

Las Hermandades, cofradías y Asociaciones todas de esta ciudad (Estepa) presentaron por escrito noche ayer Arcipreste partido, dimisión irrevocable cargos directivos como protesta unánime ante orden dimanada S.E.R. desmontar y trasladar punto desconocido, retablo adquirido nuestros antepasados, imponiéndose cumplimiento esta orden fuerza pública, sin atender ni escuchar razones y quejas elementos católicos y religiosos y deseos pueblo en masa manifestados.

Segura califica a este telegrama (en su pastoral) como “irrespetuoso en la forma y en el fondo”. Leído ahora, no se aprecia en el texto del telegrama más que una actitud valiente, con recurso al derecho de dimitir. Eso sí, la cosa era muy fuerte. Y aún llegaría después a la Curia de Sevilla otro escrito, fechado en Estepa a 18 de septiembre, “con un número grande de firmas, protestando de la orden del Emmo. Prelado y suplicando su revocación”. El cardenal calificó el suceso (en su pastoral) como “la sublevación de Estepa” añadiendo que había encontrado ecos de simpatía en la vecina Osuna. Los periódicos (había censura) no relataron nada. Pero los comentarios estaban en la calle. Y, para Segura, se aceleraba su proceso de desgaste. El informe de Castrillo Aguado entra también en la cuestión jurídica, que él resuelve favorablemente para Segura. Si la antigua ermita de los Ángeles (o de la Concepción) había desaparecido (como de hecho sucedía), los bienes que le corresponderían en cuanto persona jurídica no colegial deberían pasar “a la persona moral eclesiástica inmediatamente superior”, conforme al canon 1.501 entonces vigente. Según Castrillo, ésta sería la diócesis de Sevilla, por lo que el arzobispo podría hacer de los bienes de la capilla extinguida lo que quisiera. El argumento de Castrillo (era buen canonista) no carecía de posible base jurídica, en principio.

Talones de Aquiles cojos

Pero el argumento de Castrillo cojeaba, pues el canon citado contenía excepciones que él no se planteó: “dejando siempre a salvo las voluntades de los fundadores o donantes” y “los derechos legítimamente adquiridos”. El proceder de Segura tenía, en su base, un punto débil: todo se había hecho ex abrupto, sin expediente canónigo previo. Consta que la última reedificación de la ermita, hacia el año 1740, corrió a cargo de Juan Bautista, último marqués por línea recta de los Centuriones, al obtener dispensa de impedimento para casar con una tía suya, imponiéndoseles para ello la llamada “penitencia”, consistente en este caso en construir un templo, como hicieron al reedificar la ermita de los Ángeles. Debería, pues, haberse investigado en las cláusulas fundacionales si existían “voluntades de los fundadores” para el caso de que se extinguiera la persona moral no colegial (la ermita). Esto no se hizo, al no abrirse expediente canónigo. Como tampoco se investigó sobre posibles “derechos legítimamente adquiridos” por la iglesia de las Hermanas de la Cruz, por la vía del derecho de accesión de bienes muebles, a la luz de los artículos 375 y siguientes del Código Civil español, teniendo en cuenta la “canonización” del derecho civil positivo vigente en cada país, que se contenía en el párrafo primero del canon 1.499 entonces vigente. La fata de expediente canónigo era el talón de Aquiles jurídicamente débil del proceder de Segura en este asunto, aunque Castrillo Aguado pasase por este asunto como gato por ascuas.

Aparte de ello, estaba también cojo otro talón de Aquiles en el aspecto humano, moral y pastoral: el no haber oído, antes de proceder tan bruscamente, a las instituciones representativas, canónigas y civiles de la ciudad de Estepa, sobre todo teniendo en cuenta la marcha atrás que tuvo que dar el mismo cardenal Segura en el año 1942, cuando pretendió llevarse el púlpito procedente de la misma ermita, que también estaba en la iglesia de las Hermanas de la Cruz de Estepa.

El largo silencio de Segura

Desde los días 16-17 de septiembre de 1947 hasta el 6 de junio de 1948, fecha en el que el cardenal Segura publica su pastoral Sobre un hecho lamentable de indisciplina en el pueblo de Estepa, han transcurrido casi nueve meses de silencio por parte del prelado hispalense. Éste calla, porque ha buscado el paraguas de Roma. El informe de Castrillo Aguado, de 24 de octubre de 1947, ha sido enviado por el cardenal Segura a la Congregación del Concilio como justificante de su proceder en el asunto. En su citada pastoral el cardenal inserta una comunicación de dicha Congregación, que dice haber recibido con fecha del 14 de mayo de 1948:

Ha llegado a conocimiento de esta Sagrada Congregación que los fieles de Estepa, ignorando los derechos de la Iglesia y los deberes de filial obsequio a las decisiones de su pastor, han opuesto resistencia, en el pasado mes de septiembre, al traslado a Sevilla de dos altares y un púlpito, que en otro tiempo pertenecieron a la antigua y destruida iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, de la sobredicha ciudad, profiriendo insultos y amenazas contra los ejecutores de las decisiones de V. Emcia. Reverendísima y contra su misma persona.

Hay aquí una variante nueva: ya no se habla de un retablo (cuyo traslado provocó los incidentes de septiembre de 1947), sino de “dos altares y un púlpito”. Ello permite descubrir que Segura, en el ínterin, ha consumado su proyecto de llevarse los dos altares y el púlpito que estaban en la iglesia de las Hermanas de la Cruz (ya sin incidentes), y que así lo ha comunicado a la Congregación del Concilio, pues de otra manera no se explica la referencia plural de la Congregación. De hecho, las tres cosas fueron a parar a San Juan de Aznalfarache. Prosigue la comunicación romana:

Esta Sagrada Congregación deplorando vivamente la actitud de cuantos tomaron parte en los desórdenes [...] espera confiadamente que los fieles y las Autoridades de Estepa habrán dado ya inmediatamente reparación a los insultos y ofensas, con actos de filial obsequio y sumisión, a las decisiones de su padre y Pastor, único tutor responsable, según establece los sagrados cánones, de los bienes eclesiásticos diocesanos.

La comunicación de la Congregación del Concilio es un ejemplo de diplomacia vaticana. Se ha dejado pasar unos meses para que baje la temperatura. No dispone nada sobre sanciones o reparaciones, sino que se limita a “esperar confiadamente” a que las aguas hayan vuelto por sí solas a su cauce. Y, en cuanto a la potestad del obispo de disponer sobre bienes de personas morales distintas a la diócesis, se limita a recordar que el obispo es sólo “tutor”, no dueño absoluto, y eso “conforme a los sagrados cánones”.

Caía así el talón de “Fuenteovejuna” en Estepa. Pero, sin duda, se levantaba otro talón en Roma sobre las maneras del cardenal Segura en Sevilla. El desgaste sigue.

Antes de irse Segura de vacaciones, en aquel verano de 1948, dejó publicada una pastoral (de 8 de julio), Conteniendo algunas advertencias pastorales para la época de verano, que se cierran en dos: prohibición de asistir a “revistas teatrales”, con varapalo especial para “La Blanca Doble”, y requeteprohibición de los “bailes modernos” que se cierran en dos: prohibición también de asistir a “revistas”.

Fue fama en Sevilla que la machacona condena de “La Blanca Doble” por el cardenal Segura fue la mejor publicidad que se le hizo; como sucediera también con la película “La Fe”. Tiene tanta demanda la película, que se anuncia en los periódicos su reposición para septiembre. Y El Correo de Andalucía, diario católico del que la mitra de Sevilla conservaba mayoría de acciones, no se corta en hacer publicidad pagada a “La Blanca Doble”. Como para subirle ambas cosas la nerviosera a Pedro Segura, que cada vez se siente más desarbolado ante la opinión pública.

Del libro:

Pedro Segura. Un cardenal de fronteras. Francisco Gil Delgado. BAC, Madrid, 2001

-Retablos y púlpito de la Iglesia de la Concepción, situados en la Iglesia de las Hermanas de la Cruz.