“Archibasilica Sanctissimi Salvatoris et Sancti Iohannes Baptista et Evangelista in Laterano. Sacrosancta Lateranensis ecclesia omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput”
La primera basílica que hubo en la religión Católica fue la de Letrán, por lo que se le llama Archibasílica. La basílica nace en el siglo III en tierras de los Lateranos, noble familia romana caída en desgracia bajo Nerón, cuya propiedad pasó por tanto al dominio imperial. El palacio cae en manos de Constantino I cuando se casó con su segunda mujer, Fausta, hermana de Majencio, y era conocido con el nombre de Domus Faustae. Por esta vía, Constantino disponía de él cuando ganó la batalla de Puente Milvio, en el 312.
La tradición cristiana indica que los terrenos y la residencia de los Lateranos fueron donados al obispo de Roma (la fecha de la donación no es segura pero debería ser durante el pontificado del Papa Melquíades), en señal de gratitud del emperador a Cristo que le había hecho vencer en la batalla, apareciéndosele durante el sueño. El emperador Constantino, que fue el primer gobernante romano que concedió a los cristianos el permiso para construir templos. El Papa San Silvestro la convirtió en templo y la consagró el 9 de noviembre del año 324. En sus orígenes se levantó varias veces tras sufrir terremotos, incendios y distintas transformaciones o reconstrucciones. Se le conoce también como basílica del Divino Salvador, porque cuando fue nuevamente consagrada en el año 787, una imagen del Divino Salvador, al ser golpeada por un judío, derramó sangre. En el año 846 un terremoto la destruyó y fue reconstruida por el Papa Sergio III, dedicándosela a San Juan Bautista, por la labor que desempeñó este al pasar del antiguo al nuevo testamento.
El baptisterio de esta basílica es un edificio independiente de planta octogonal, y tiene la forma típica de los baptisterios de los primeros siglos, cuando el bautismo se hacía por inmersión. Por tanto, cuenta con una piscina en la cual el neófito se sumergía para salir por el lado opuesto.
Anexo a la basílica hay un claustro con jardines y arquerías, y un palacio, el Palacio de Letrán, propiedad del Papa. Antiguamente, desde el año 324 hasta el 1400, todo este complejo lateranense fue la sede del Papa y del gobierno eclesiástico. Allí se celebraron cinco Concilios o reuniones de los obispos de todo el mundo. En este palacio se celebró en 1929 el tratado de paz entre el Vaticano y el gobierno de Italia, conocido como Tratado de Letrán. Hacia 1400 la corte pontificia se mudó a Aviñón (Francia), periodo conocido como Cautiverio de Babilonia. Al regresar los Papas a Roma, se establecieron en la colina vaticana, donde actualmente está la Santa Sede. Ahora en el Palacio de Letrán vive el Vicario de Roma, o sea el Cardenal al cual el Sumo Pontífice le encarga gobernar la iglesia de esta ciudad.
Cerca de esta basílica está el edificio que alberga la Escalera Santa, cuyos escalones, traídos de Tierra Santa, son según la tradición los mismos que subió Cristo en el palacio de Pilato. La tradición cuenta que no se permite subirlos de pie sino que los devotos los suben de rodillas.
La actual basílica es de estilo barroco, obra de la radical transformación de Borromini en el siglo XVII y de época anterior se conservan los magníficos mosaicos del ábside, el cimborrio gótico y el maravilloso pavimento de estilo "cosmatti". Las cinco naves fueron remodeladas por Borromini entre 1646 y 1649. La fachada ha sido deliberadamente hecha siguiendo el estilo de la de San Pedro por el arquitecto Galilei, cuyo proyecto ganó un famoso concurso en el que participaron veintitrés arquitectos. En lo alto de la fachada se encuentran estatuas de Cristo, los dos Juanes (el Evangelista y el Bautista) y los Apóstoles. Tiene dos capillas dedicadas la una a San Juan Bautista y la otra a San Juan Evangelista, y era atendida por los sacerdotes de la parroquia de San Juan. En las columnas a ambos lados de la nave central hay estatuas de los 12 Apóstoles. Bajo el altar mayor está enterrado el Papa Martín V, bajo cuyo pontificado se abrió por primera vez la Puerta Santa en esta basílica. El ara de este altar es una losa que, según la tradición, es la misma que usaban San Pedro y los primeros Papas al celebrar la Misa. Sobre el altar hay un baldaquino con un relicario en el que se conservan las cabezas de San Pedro y San Pablo, cubiertas de plata. En su ábside encontramos un llamativo mosaico, copia del original medieval, que simboliza mediante el agua, el acto sacramental del bautismo. En el fondo del ábside está la cátedra, el trono episcopal del obispo de Roma (el Papa), hecho de mármol y mosaicos. Además hay importantes frescos, como el del papa Bonifacio VIII que incluyó Borromini.
Se considera la Catedral de Roma y sede episcopal del Obispo de Roma (el Papa), por lo que se la conoce como la “Madre y Cabeza de todas las iglesias de la ciudad y del mundo”, cuya leyenda aparece en el frontis del templo. Es la basílica más antigua y la de mayor rango entre las basílicas mayores o papales de Roma (junto a la Basílica de San Pedro de Roma del Vaticano, la Basílica de San Pablo Extramuros y la Basílica de Santa María la Mayor), todas caracterizadas por tener una Puerta Santa y un Altar Papal. Al salir de la basílica de San Juan de Letrán por el baptisterio, nos encontramos con el gran obelisco egipcio, que trajo el emperador Constantino en el siglo IV de Egipto.
Con el paso del tiempo, y el favor de los Pontífices, fue acumulando gracias e indulgencias, precisamente las mismas que se ganaban en "todas las capillas, capellanías, altares, oratorios, santuarios, prioratos, conventos, monasterios, hospitales de hermandades, ermitas y otros píos lugares de nuestra Iglesia" que a ella se fueron agregando con el devenir de los siglos.
El Papa suele celebrar ciertas ceremonias litúrgicas en este lugar (por ejemplo, la Misa de la Cena del Jueves Santo, y la Misa de la fiesta del Corpus Christi; esta última tiene lugar en el atrio, a partir del cual parte la procesión eucarística). En el caso de la Misa de Jueves Santo, durante los últimos años, la tradición de celebrarla en San Juan de Letrán se ha roto (especialmente la Misa Crismal y la Nocturna de Jueves Santo), debido a que ambas se han celebrado en la Basílica de San Pedro, especialmente en los últimos años de Pontificado del Papa Juan Pablo II. El canónigo de honor de San Juan de Letrán es el presidente de la República Francesa, según una tradición que se remonta al siglo XVII, cuando el jefe del Estado era un rey.
En el calendario católico, el día 9 de noviembre está conmemorado a esta Basílica Mayor. Está celebración fue primero una celebración en la ciudad de Roma, pero más tarde se extendió a toda la Iglesia de rito romano con el fin de honrar aquella basílica y también en señal de amor y de unidad a la cátedra de Pedro.