-El arrabal de San Sebastián y la primera ermita.
En la segunda mitad del siglo XV la población de Estepa se encontraba ya asentada en las faldas del Cerro de San Cristóbal, a pesar de precaria seguridad que suponía vivir fuera de la muralla y la proximidad aún de la frontera en la vega de Antequera. Se tiene constancia del arrabal en torno a la calle Ancha hacia 1461 cuando sufre un saqueo por parte del príncipe heredero de Granada Muley Alohasen. La consolidación de los arrabales estepeños ocurre tras la conquista de Antequera en 1410, de Archidona en 1468 y posteriormente de Granada en 1492.
La ermita de San Sebastián se describe por primera vez en 1498, en las Actas de los Visitadores de la Orden de Santiago en Estepa, pero su existencia es anterior a esta fecha. La primera ermita se encontraba asentada sobre el terreno más rocoso y estable, que comprendería la capilla mayor, el actual presbiterio y la nave central hasta las dos primeras columnas. La traza del edificio respetaba la simbología cristiana con la cabecera hacia el oriente “allá donde sala el sol”.
A partir de 1503 los habitantes del arrabal, por mediación del Concejo de la Villa, demandan al Visitador que se digan misa los domingos y fiestas de guardar en la Iglesia de San Sebastián, petición que es trasladada como mandamiento al Vicario. La petición quedó desatendida y será entonces cuando los documentos recogen las desavenencias y los continuos desencuentros entre el Vicario, que representa el poder político de la Orden de Santiago y el religioso de la parroquia de Santa María, y el Concejo, que reclama parcelas de poder en la villa. Aun así, la ermita de San Sebastián fue elevada a la categoría de ayuda o auxiliar de la parroquia.
Es en esta época cuando se menciona por primera vez en las actas de los visitadores de 1511 la existencia de una hermandad titular de la parroquia llamada Cofradía del Señor San Sebastián, sin que se pueda indicar la fecha de su fundación. A finales del siglo la Hermandad sigue existiendo tal y como se menciona en un documento de 1587.
En 1541, Carlos I ante la súplica del Concejo de Estepa, libra provisión y sobrecartas para que en la ciudad hubiese dos parroquias, la de Santa María, y la de San Sebastián. Se inicia un largo proceso de pleitos entre las dos parroquias por motivo de las primicias, y la división parroquial. El pleito se alarga, y el Prior de San Marcos de León ni toma carta en el asunto ni se preocupa del tema hasta el 3 de marzo de 1559, haciendo la división parroquial. Pero dado que esta no se hace efectiva se inicia un nuevo proceso de recursos del Concejo de Estepa a Felipe II (1560), ordenando éste que se cumpla la división, ante lo cual Santa María apela al Papa, siendo nombrado Juez Apostólico el Arzobispo de Sevilla, y resolviéndose el conflicto mediante un breve o Letras Apostólicas del Papa Pío IV en 1562. En todo este proceso hay un hecho importante como es la venta de la Encomienda a los Centurión, proceso que se inicia en febrero de 1559 y se hace efectiva en agosto del mismo año. Curiosamente la decisión del Prior de San Marcos coincide con estas fechas. Nos encontramos tras la venta de la ciudad con un tercer grupo en litigio, que posiblemente aprovechara cualquier oportunidad para mermar el poder del Vicario, que en cierta medida era una institución vinculada con la Orden de Santiago. Se inicia así en 1562 la Parroquia de San Sebastián de la villa con la división de la feligresía, tomando la calle Ancha y su prolongación hacia el oeste como línea de la separación.
De 1555, se conoce la primera referencia a la Cofradía de Ntra. Sra. de la Cabeza de la ermita de San Sebastián. La Hermandad estepeña fue la número 35 (de 1555 a 1582, recuperado en 1677) y 36 (de 1583 a 1676) de las filiales que acudían al Cerro del Cabezo en la Romería de Abril, después de la de Pedrera. El estandarte de la Hermandad tenía bordada la flor de las matas de "Cistaceae Stippa", de la que se dice que deriva el nombre de Estepa por su abundancia en las sierras de esta zona. El primer libro de la Hermandad que se conserva se encuentra en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla y abarca de 1591 a 1637.
-La construcción de la nueva iglesia
En 1568 la ermita de San Sebastián se encuentra en estado de ruina, lo que presenta una ocasión propicia para Juan Bautista Centurión, II Marqués de Estepa, de apoyar al Concejo de Estepa con la disposición del arquitecto genovés Vicente Boyol. El nuevo edificio es construido en estilo renacentista, de planta rectangular, con tres naves, separadas por arquerías sobre pilares y perímetro murado. La nave central, de mayores dimensiones, está definida por dos series paralelas de arcos de medio punto, apoyados en pilares de sección ochavada. Las naves laterales están limitadas por dichas arquerías, y por muros paralelos a éstas. Las tres naves están coronadas por bóvedas de cañón con lunetos, bóvedas no portantes, por encima de las cuales se recrecen las arquerías y los muros laterales que sustentan la cubierta. La capilla mayor, que remata la nave central, está delimitada por tres muros de carga en U, y emboca en la nave mediante un arco toral, tras la que se prolonga, sin más, la bóveda de cañón. Los empujes de la cubierta se contrarrestaron con pequeños contrafuertes y se remataron las arcadas mediante dos voluminosos contrafuertes. Boyol levantó también tras el ábside la iglesia, una planta baja abovedada destinada a la sacristía, un patio y una torre, de la que se conserva el primer cuerpo.
De finales del siglo XVI son dos de las piezas más destacadas de la Iglesia, como son la Cruz parroquial de plata cincelada y grabada, con hornacinas con cariátides en la manzana y botones grabados en los brazos de la cruz, y el cáliz labrado en plata dorada hacia 1590, con los instrumentos de la Pasión y decoración vegetal.
-El siglo XVII
A principios del siglo XVII, en 1628, se menciona en los inventarios una hechura de Nuestra Señora de la Cabeza con altar propio en la iglesia, así como una imagen de San Roque, un Crucificado grande en el altar de la sacristía, un lienzo de San Lorenzo (Laurencio) y otro de San Sebastián, y más tarde en 1649 una imagen de San Ginés. En el inventario de 1694 se menciona además un altar de Nuestra Señora de la Antigua y otro viejo colateral de San Sebastián. En este mismo inventario se menciona que la Virgen de la Cabeza comparte el altar mayor del templo junto a la imagen de San Sebastián y a Cristo Crucificado.
En 1626 se funda la Cofradía de Cruces de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que procesionaba en la mañana del Viernes Santo, y en 1628 se menciona un altar de las Angustias, que pudo pertenecer a la Hermandad, con un frontal de damasco con una cruz de oro y dos escudos bordados de oro de Jesús y María. En 1640 la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno levanta la primera capilla, de grandes muros y hacia la calle Nueva. La capilla se construyó con planta cuadrada, apta para ser cubierta por una cúpula de media naranja, lo que supuso avanzar más allá de la línea definida con antelación por la sacristía. En 1645 se establece que un cierto número de hermanos fueran alumbrando con hachones, por lo que se denomina “Hermandad de Luces y Cruces”. La Hermandad se consideró además “de Sacerdotes” cuando más de un centenar de sacerdotes se hicieron hermanos. A finales del siglo XVII, en 1694, se menciona en la capilla la imagen de Jesús Nazareno con tres potencias de plata, acompañado por Nuestra Señora de las Angustias y San Juan Evangelista. En la capilla se conservaba una reliquia de Santa Restituta, mártir de Cerdeña, donada por el marqués de Estepa a D. Andrés Méndez del Canto, presbítero y abad de la Hermandad de San Pedro, quien se obligó a colocarla con decencia en el altar de Jesús y que menciona Aguilar y Cano a finales delo siglo XIX en la capilla en la que se encuentra la imagen de Jesús Nazareno.
En unas cuentas de fábrica de las parroquias se menciona en 1625 a la Hermandad de las Benditas de San Sebastián, cuya fundación pudo ser ese año o el anterior. De igual modo, en el inventario de 1649 se menciona en la Iglesia de San Sebastián a la Cofradía del Santísimo Sacramento, de la que se tiene constancia en Estepa desde 1594 y que estaba establecida en ambas parroquias.
En 1666 el templo requiere una intervención para la consolidación de su estructura. La actividad de la parroquia se realiza desde la Iglesia de la Asunción.
En 1669 Juan Martín Formariz, fundador y benefactor de la ermita del Cristo de la Sangre, realiza una donación a la Hermandad del Señor San Sebastián. Esta será la última referencia que se tenga a la cofradía titular de la parroquia.
En 1672 se construye en piedra arenisca la portada barroca de la puerta principal o puerta del Perdón de la iglesia, según la inscripción contenida en el remate. El cuerpo inferior responde a un esquema clasicista mientras que el superior atestigua el incipiente dinamismo del barroco arquitectónico del siglo de oro. La sección inferior se compone de un vano de medio punto entre pilastras acanaladas toscanas, conformándose el segundo cuerpo por un frontón curvo de triple inflexión en cuyo comedio se abre una hornacina. La portada, con vano de medio punto, quedó delimitada entre dos gruesos contrafuertes de sección mixtilínea pertenecientes a la obra del siglo XVI.
-La reforma del siglo XVIII
A principios del siglo XVIII, en 1705 y 1717, aparecieron los primeros problemas estructurales de la iglesia debido a los cedimientos del terreno por su construcción en la ladera, causando la ruina de algunas de las capillas. En 1743 se tiene constancia que se renuevas las tejas de la iglesia.
En 1744 la cofradía del Santo Entierro de Cristo y Ntra. Sra. de la Soledad se erigía como una sola hermandad y se mudarían del Convento de padres mínimos a la iglesia parroquial de San Sebastián donde, debido al patronazgo de los marqueses de Estepa hacia esta hermandad, se les donó una capilla (altar) situada en el trascoro de la iglesia, siendo hermana honoraria la excelentísima marquesa de Estepa, Dña. María Luisa Centurión y Arias Dávila. La imagen de Ntra. Sra. de la Soledad es una talla de vestir del siglo XVI. De la misma época es el Cristo Yacente, realizado en madera tallada y articulado en sus hombros para la representación de la crucifixión y el descendimiento de Cristo que la cofradía realizaba en sus orígenes. En su espalda poseía un hueco donde posiblemente se guardarían originariamente documentos. El Cristo Yacente se guarda en una urna tallada y dorada de mediados del siglo XVIII que está rematada por un pelícano.
En 1759 el VII Marqués de Estepa, D. Juan Bautista Centurión y Ayala, encarga al vallisoletano y académico Luis Salvador Carmona “una cabeza y manos para una efigie de Jesús” para la Hermandad de Nuestro. Padre Jesús Nazareno, que es la actual imagen de la Hermandad. La capilla es remodelada en el tercer cuarto del siglo XVIII con un retablo hornacina con estípites y rocalla para el nuevo titular de la Hermandad. La Hermandad procesionaba en la mañana del Viernes Santo y acompañaba a Jesús Nazareno las imágenes de San Juan, la Verónica y una Dolorosa con la advocación de Mª Stma. de las Angustias. La Virgen y la imagen de San Juan acompañaban en la capilla a Jesús Nazareno. En 1781 el Papa Pío VI declara a través de una bula pontificia Altar Privilegiado al altar en el que se encuentra Nuestro Padre Jesús.
En la década de 1760 se levanta el retablo mayor y los retablos laterales, atribuidos al antequerano Francisco Primo y dorados por Salvador de Jódar. El retablo mayor, con planta ligeramente cóncava, se dedicó al titular del templo, San Sebastián, acompañado por San Pedro y San Pablo en las calles laterales y un Cristo Crucificado en el ático, que es anterior a la obra y se trate posiblemente del Crucificado del anterior retablo mayor. En su centro tiene un sagrario de plata y sobre él un manifestador ocupado por una Inmaculada. El retablo está decorado con estípites, ménsulas y hojarascas, predominando el tono dorado y una pincelada verde en los postigos y en las hornacinas. En cada una de las bases de los grandes estípites que articulan el retablo había un ángel, de los que sólo se conservan los dos centrales.
Los retablos colaterales de Francisco Primo fueron realizados en estilo rococó y planta rectilínea, estructurados en alzado en banco, cuerpo, tres calles y ático, y articulados por cuatro estípites. Ambos retablos están arropados por pabellones de tela encolada que penden de coronas enmarcadas, donde intervino en 1784 Laureano Díaz Urbano, y a su vez, por pinturas murales que simulan grandes veneras.
El retablo de la cabecera de la nave del Evangelio se dedicó a una de las devociones más antiguas de la iglesia, Ntra. Sra. de la Cabeza, que ocupó la hornacina central. Las calles laterales se dedicaron a San Francisco de Padua y San Francisco de Asís (o San Bernardino de Siena), con la imagen de San Miguel Arcángel en el ático. En la iglesia de San Sebastián se conserva un “Libro de la Hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza” (alto 33, ancho 25, fondo 4), fechado en 1744, que tiene realizadas sus hojas en pergamino y las pastas en piel de cordero. Contiene anotaciones que van desde el 28 de agosto de 1701 hasta el 26 de marzo de 1756, en cuya portada consta que la cofradía fue reformada en el año 1744. Al parecer hacia 1736 se pierde la hermandad y en 1744 se refunda con hermanos como el marqués de Estepa, don Juan Bautista Centurión, don Lorenzo de Córdoba Centurión o el arquitecto Nicolás Bautista de Morales. El retablo para la Cofradía se realizó en la década de 1760, pero poco después se tiene constancia de que la hermandad no estaba activa. En 1773, bajo el reinado de Carlos III, el Real Consejo de Castilla suspende la romería y todas las cofradías de la Virgen de la Cabeza por la venta de ganado durante la romería, por lo que el corregidor de Andújar solicita a todas las hermandades filiares unos nuevos estatutos. La filial estepeña no envió los suyos y se consideró extinta.
El retablo de la cabecera de la nave de la Epístola se dedicó a San José, acompañado por Santa Lucía y Santa Bárbara en las calles laterales y una pequeña imagen de la Virgen con el Niño en el ático, anterior al retablo y fechada hacia finales del siglo XVII y comienzos del XVIII. En los años recientes este retablo ha estado presidido por la Virgen Milagrosa, un Crucificado y Santa Ángela de la Cruz.
En 1767, se le encargó al arquitecto Andrés de Zabala la construcción de la nueva bóveda de la nave central, pero en 1779 los muros se desplomaron y la bóveda se abrió, motivando una intervención global sobre el edificio. Los empujes fueron contrarrestados por dos series simétricas de contrafuertes, cuyos componentes se alinean, dos a dos, con cada pareja de pilares. Los vanos que quedaron entre los contrafuertes se ocuparon con capillas, abriéndose en el flanco norte la del Niño Jesús y el Rosario alineadas con la sacristía, mientras que en el flanco sur se abren las capillas de la Sagrada Familia, la Santísima Trinidad, la de Ánimas, y surge un ámbito previo a la puerta meridional de la Iglesia de Vicente Boyol. Las capillas están formadas, en general, por muros ortogonales a las naves laterales, y un muro de fachada paralelo a las mismas, de mayor altura en el norte. Las capillas se cubren por cúpulas y bóvedas diversas y, finalmente, por estructuras de madera que soportan las cubiertas. En la actuación sobre las bóvedas y en la ampliación de la iglesia intervino Nicolás Bautista de Morales entre 1779 y 1781. La decoración de todas estas capillas se produjo en un lapso breve de siete años.
Los retablos de las capillas del Niño Jesús, la Virgen del Rosario y la Santísima Trinidad son del ecijano Juan Guerrero, realizados hacia 1784. También son de talleres ecijanos los retablos de la Sagrada Familia y de las Ánimas. Sin embargo, la mayoría de las imágenes titulares de los retablos se encargaron a los talleres antequeranos.
1. Capilla del Niño Jesús: Es la primera capilla de la nave del Evangelio. La fundación de la capilla se debe a la familia de los Calderones, originalmente dedicada al Niño Jesús, que se encontraba en una urna tallada y dorada en su hornacina. En el inventario de 1888 se describe “vestido y adornado con algunas insignias de la pasión”. En las calles laterales se encontraban San Juan Nepomuceno y San Cayetano. A principios del siglo XX se dedicó a San Rafael y actualmente a la Inmaculada Concepción, siendo el Sagrario de la iglesia. La imagen original de esta capilla puede ser el Niño Jesús que se encuentra en el retablo mayor de la Iglesia del Carmen.
2. Capilla de la Virgen del Rosario: Es la segunda capilla de la nave del Evangelio. Fue fundada por la misma parroquia y se le encargó la imagen al escultor antequerano Diego Márquez, realizada en 1783-84 y por la que cobró 1282 reales. Las coronas de la Virgen y el Niño se realizan en Écija, por las que se paga 30 reales. En las calles laterales de su retablo se encontraban Santo Domingo y San Antonio de Padua.
3. Capilla de la Sagrada Familia: Es la primera capilla de la nave de la Epístola y fue durante muchos años la capilla del Sagrario de la iglesia. Fue fundada por los Melgar-Córdobas y Saavedras y dedicada a la Sagrada Familia, imágenes que fueron realizadas por el vallisoletano Luis Salvador Carmona. El retablo original de la capilla se atribuye a la escuela ecijana y consta de banco y un cuerpo de tres calles con estípites. En las calles laterales había pequeñas hornacinas dedicadas a San Rodrigo y San Ginés. En 2007 la capilla es dedicada a los titulares de la Hermandad de La Borriquita, por lo que las imágenes de la Sagrada Familia son trasladadas a la actual capilla del bautismo mientras que el retablo fue trasladado en 2018 a la capilla de Paz y Caridad de la Iglesia de Los Remedios. Las imágenes secundarias del retablo se encuentran en la iglesia de Santa María.
4. Capilla de la Trinidad: Es la segunda capilla de la nave de la Epístola y fue fundada por los Jiménez de Cisneros y Águilas. La capilla o el lugar donde se ubica perteneció a la Cofradía del Santísimo Sacramento, que lo vendió durante las obras de la iglesia. El retablo consta de banco y un cuerpo de tres calles con estípites y remate. En el centro, el grupo de la Santísima Trinidad realizado por el antequerano Diego Márquez y Vega, por la que recibe 1200 reales, y en las calles laterales San Juan de Mata y San Félix de Valois.
5. Capilla de las Ánimas: La capilla fue edificada a comienzos del siglo XVIII a expensas del presbítero estepeño D. Pedro Salvador de Reina, quien hizo donación de la misma a la cofradía de las Benditas Ánimas de la parroquia. La cofradía se encargaría de decir una misa cantada cada día de Santa Teresa de Jesús y en la capilla se le daría sepultura a su cuerpo. En la capilla estuvo un magnífico cuadro de Jesucristo Crucificado representando los siete sacramentos en los siete ríos de sangre que salen de su costado, típica representación de Cristo como Fuente de la Vida, fechable en el siglo XVIII. Con las obras de la iglesia en la segunda mitad del siglo XVIII se remodela la capilla, de planta rectangular con cubierta de bóveda elíptica avenerada, en cuyo centro hay una moldura circular. En el centro se levantó un retablo de factura ecijana, dividido en tres calles y rematado con un medallón en relieve representando a San Pedro, en recuerdo del fundador de la capilla. Las calles separadas por cuatro estípites y en su pedestal un ángel en cada una (de los que se conservan sólo dos). En los laterales Santo Domingo o Santo Tomás de Aquino y Santa Rita o Santa Escolástica, y en el centro una hornacina con la imagen de Jesucristo Crucificado, obra del escultor antequerano Diego José Márquez y Vega, levantado en su origen en medio de un grupo de figuras rodeadas de llamas. La imagen tenía potencias y corona de plata. Las pechinas de la cúpula se decoraron con plafones de madera triangulares con pan de oro donde están representadas calaveras y tibias. El lienzo original de la capilla representando a Cristo Fuente de la Vida se colocó a la izquierda del retablo y bajo él, en el siglo XIX, se colocó la pila bautismal, convirtiéndose así en la capilla bautismal de la iglesia.
En las reformas del siglo XVIII se actúa también sobre la torre de Boyol, encajada entre la capilla mayor y la cabecera de la nave de la Epístola, con entrada desde el exterior de la iglesia. Se construye el cuerpo de campanas, abierto por todas sus caras, y el chapitel según el modelo barroco sevillano.
Del siglo XVIII es también el púlpito de jaspes policromos adosado al primer pilar del lado del Evangelio, con relieves de los Padres de la Iglesia y complementado por un tornavoz en madera dorada por Salvador de Jódar en 1761. También se realiza una pila y mesa de jaspe rojo para la sacristía. Otras obras de cantería fueron la solería y embaldosado de la iglesia y las nuevas capillas, altares y losas de sepulturas, la taza de la pila bautismal, o la pila de agua bendita en jaspe encarnado, todas estas realizadas por Julián del Villar entre 1781 y 1782. En 1788 se actúa en la sacristía.
En 1765 el maestro cordobés Patricio Furriel realiza el órgano de la iglesia de San Sebastián.
Diego Fernández Verdugo y Juan Baena realizan en 1744 las puertas de San Sebastián y en 1785 se realizan el cancel en Écija. En 1743 se encarga a talleres ecijanos la sillería del coro que fue traída y montada en la Iglesia, pero en 1763 se encarga una nueva sillería al antequerano Francisco Primo que fue completada en 1781 por Juan Bautista Finazer con la realización de una serie de medallones (21 en total) y en las que interviene en 1784 Laureano Díaz Urbano, posiblemente en labores de carpintería. La sillería de 21 sillones estaba presidida por una Inmaculada en madera, hoy perdida. Interesante pieza rococó es también el tornavoz del púlpito que junto a la sillería completó la decoración del templo. La obra de imaginería de la iglesia se completa con dos ángeles lampareros para el presbiterio, de mediano tamaño y del siglo XVIII, y otro para la capilla de la Trinidad.
Durante el siglo XVIII la parroquia aumentó considerablemente sus piezas de orfebrería, destacando el portapaz de plata de 1756 que representa la incredulidad de Santo Tomás, el viril de ostensorio realizado en oro con engastes de esmeraldas y circonitas, misales forrados de terciopelo rojo con guarniciones de plata, navetas e incensarios, ostensorios y sacras de plata, calices y vinajeras, atriles y cruces de altar de plata, lámparas de plata y candeleros. La Hermandad del Santo Entierro aporta en el siglo XVIII dos interesantes obras de plata a la parroquia: el Escudo de la Cruz de Jerusalén realizado entre los siglos XVII y XVIII con decoración vegetal y floral y la inscripción “Santo Sepulcro”; y el corazón rodeado por los siete puñales dolorosos del siglo XVIII perteneciente a la Virgen de la Soledad. En el siglo XIX, en 1824, la parroquia recibe un portaviático, en metal dorado y plateado, con formad de corazón coronado en su comedio y rematado por la cruz.
La pinacoteca de la Iglesia fue aumentada también en este siglo. Entre los lienzos nuevos destacan una serie de seis cuadros de la vida de la Virgen María, atribuidos a la escuela de Amberes y realizados a mediados del siglo XVII. Al siglo XVIII pertenece la Imposición de la Casulla a San Ildefonso, San Francisco Javier, una Inmaculada Concepción o el Ecce Homo.
A finales del siglo XVIII, en 1791, las hermandades estepeñas se vieron envueltas en un proceso de redacción de nuevas ordenanzas ante la supresión de sus reglas, con excepción de las hermandades hospitalarias y sacramentales. Esta supresión afectó a las hermandades penitenciales de la parroquia, la Hermandad de Jesús Nazareno y la Hermandad del Santo Entierro, pero no así a la Hermandad Sacramental de la Parroquia que se había fusionado con la de Ánimas. Las otras hermandades de la iglesia de San Sebastián, la de su titular y la filial de la Cabeza, se encontraban ya extintas.
-El siglo XIX
En 1801 se aprueban los nuevos estatutos de la Hermandad de Jesús Nazareno, que se une con la cofradía de Ánimas de la parroquia de San Sebastián, que a la vez era Sacramental.
En 1802, la parroquia de San Sebastián se convierte en parroquia agregada, sometida y unida a la Sacrosanta de San Juan de Letrán de Roma, por lo que los fieles que visitan la iglesia gozan de las mismas indulgencias, privilegios y gracias espirituales que los que visitan la basílica romana.
En 1817 la Hermandad de Nuestro Padre Jesús edifica una nueva capilla en el flanco noroeste de la iglesia, contigua a su anterior capilla y alineada con ella, obteniendo así una anchura mayor que la del resto de las capillas. La nueva capilla consistía de nave y camarín con cúpula para el Señor, al que se accedía a través de una puerta situada sobre una escalera en el lugar en el que se encuentra la escalera que sube al coro. El camarín constaba de planta cuadrada y sus paredes tenían zócalo imitando jaspe en color grana y negro en cuyas pilastras de estilo renacentista descansaba la cornisa y por encima de esta una cúpula de media naranja en cuyas pechinas se destaca en relieve los distintos atributos de la Pasión. El arco del camarín lo cerraba un artístico altar de estilo neoclásico, con San Juan y María Magdalena en los laterales y una Dolorosa en lienzo del siglo XVIII en el ático del retablo. Del siglo XVIII son también los ángeles lampareros de pequeño formato. Bajo la capilla se vació un sótano donde celebrar los cabildos de la Hermandad, dotado de un acceso exterior que ocultó parcialmente la fachada principal. La imagen de Ntro Padre Jesús Nazareno estaba sobre su trono de salida en el camarín. En 1866 se coloca la verja de hierro de la capilla con la leyenda: “Se hizo en 1866 siendo Hermano mayor Don Francisco González Lauro”. En 1878 se adquiere la cruz de madera con apliques de plata labrada, siendo Hermano Mayor D. Mariano Camargo. En el inventario de 1888 se describe en los extremos del camarín las imágenes de San Juan Evangelista, María Magdalena y la Verónica, con los que la Hermandad procesionaba en la mañana del Viernes Santo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Además, en un altar a la izquierda se encontraba la anterior imagen de la Dolorosa, ya con la advocación de Mª Stma. de los Dolores, y en el altar frente al retablo mayor de la capilla un lienzo de Jesús Caído.
La Hermandad del Santo Entierro que se encontraba en el lugar en el que se edifica la nueva capilla de la Hermandad de Jesús Nazareno ocupa la anterior capilla de Jesús Nazareno de 1640. En los inventarios del siglo XIX se describe a la Virgen de la Soledad en la hornacina y a sus pies el Cristo Yacente en su urna.
En 1834 se llevan a cabo de nuevo obras de consolidación en el templo. El coro de San Sebastián es trasladado en estas fechas a la parte baja, pero el Concejo entra en dura polémica con Doña María Elena Centurión de Palafox Portocarreno y Silva, X Marquesa de Estepa, logrando imponer su criterio y devolviendo el coro a su lugar.
Poco después de 1833, se hundieron los tejados y los muros de la Ermita de San Juan Bautista, fundada en 1564 por Juana García de Almagro. La imagen de San Juan Bautista realizada por Luis Salvador Carmona, un lienzo conocido como Cristo de la Yedra, actualmente desaparecido, y un cáliz con la Cruz de Malta fueron trasladados a la Iglesia de San Sebastián. El lienzo del Cristo de la Yedra fue colocado en la capilla del Santo Entierro y la imagen de San Juan Bautista fue colocado en el altar que perteneció a la desaparecida cofradía de la Virgen de la Cabeza, de cuya imagen titular no se tiene constancia en este momento. Aguilar y Cano en 1886 describe a esta imagen en este retablo mientras que en el otro retablo colateral se encontraba la imagen del Patriarca San José para el que se realizó este retablo en el siglo XVIII.
-El siglo XX
La Hermandad de Ntro. Padre Jesús comienza el siglo encargando la imagen de Simón de Cirene en 1904 al escultor valenciano Vicente Tena y seis años después, en 1910, encarga una nueva dolorosa al escultor murciano Francisco Sánchez Araciel. De la misma época es la nueva imagen de San Juan Evangelista que se adquirió para la capilla.
En la capilla del Santo Entierro se coloca en 1918 a la derecha el nicho con sepulcro para José Crespo Rodríguez, que a su vez servirá para apoyar la urna del Cristo Yacente. Para el lateral izquierdo el hermano mayor Francisco de Paula Juárez Frutos encarga la imagen del Crucificado de la Buena Muerte en 1927, cuyo autor se desconoce, y en 1931 compra el paso de caoba del Cristo Yacente.
En el siglo XX, se actuó de nuevo sobre la estructura del edificio. En los años 30 se acometió el atirantado de los muros laterales y las arquerías, y el desmontaje de las tejas y su sustitución por placas onduladas de fibrocemento a fin de aligerar el peso y reducir el empuje lateral transmitido a los muros y arquerías. Se adecuaron las plazas de San Sebastián y Nuestro Padre Jesús, y se construyó la vivienda del párroco, mediante una elevación de planta de la sacristía.
La considerable riqueza artística propia de este templo se vio incrementada a partir de 1938 con el desmantelamiento de la iglesia de la Victoria, ya que parte de sus piezas y ornamentos se conservan en esta iglesia parroquial. La Iglesia de San Sebastián recibe las imágenes de San Francisco de Paula realizado por Luis Salvador Carmona y las imágenes de la Piedad, San Blas, del Beato Gaspar Bono y de San Francisco de Sales, atribuidas a Diego Márquez y Vega, así como el Crucificado de las Aguas del siglo XVI que se conserva en la sacristía sobre retablo con doselete del siglo XVIII. En cuanto a las obras pictóricas, la iglesia adquirió tres de los doce lienzos de la vida de San Francisco de Paula del siglo XVIII, otros se conserva en la Iglesia del Carmen, otros en el convento franciscano y uno está sin localizar; el lienzo de la Trinidad del siglo XVIII para la bóveda de la nave central y el lienzo de la Aprobación de la Orden son obras de Juan de Espinal de la mitad del siglo XVIII; el lienzo de medio punto del siglo XVIII del Cristo Crucificado para el coro orlado por escenas de la Pasión; y una Anunciación de la segunda mitad del siglo XVI. En la sacristía se conserva además un armario y unas cajoneras del siglo XVIII que proceden del convento de los padres mínimos.
En 1939 se traslada y adapta la portada de la demolida iglesia del convento de la Victoria a la entrada sur del templo. La portada está realizada en piedra caliza de Estepa, consta de un vano de medio punto entre cuatro columnas corintias de fustes lisos decorados con grutescos en su tercio inferior, aparecen exentas y retrasadas dos de ellas sobre pedestales que soportan el entablamento, el ático se compone por una hornacina que alberga una imagen de la Virgen de la Victoria y el conjunto se corona por una movida cornisa mixtilínea. La portada se atribuye al cantero y arquitecto sevillano Juan Antonio Blanco hacia la segunda mitad del siglo XVIII.
No todo fue nuevas obras para la Iglesia, también desaparece de los inventarios la imagen de San José realizada para su retablo a los pies de la nave de la Epístola. En su lugar se colocará en el siglo XX una imagen de la Virgen Milagrosa. Al mismo tiempo se adquiere una imagen de la Virgen de Fátima y un Corazón de Jesús para la iglesia, y una imagen de San Rafael que pasa a ocupar la hornacina de la capilla del Niño Jesús. En esta época se menciona un Niño Jesús en el ático del retablo de la Virgen del Rosario, de escuela sevillana del siglo XVII próximo a la estética escultórica de Felipe de Rivas y seguidores, posiblemente colocado en el retablo en el siglo XX ya que no se menciona en los inventarios de los siglos anteriores. En la portada de la plaza de Nuestro Padre Jesús se coloca un Ecce Homo realizado en piedra por el escultor estepeño Manuel Escamilla Cabezas.
En 1950 el sacerdote jerezano D. Manuel Lassaletta Muñoz Seca es asignado a la parroquia de San Sebastián de Estepa, y bajo sus consejos y dirección espiritual se fundaron tres nuevas hermandades en la parroquia. En 1954 se funda la Hermandad de Ntro. Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén (La Borriquita), tomando como titular una imagen encargada en Olot. Un año más tarde, en 1955, se funda la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias, tomando como titular la Piedad de la Iglesia de la Victoria que fue trasladada hasta la sede de la nueva Hermandad en la Ermita de Santa Ana. En 1957 se funda la Hermandad del Santísimo Cristo del Amor (Los Estudiantes), tomando como titular la imagen del Crucificado que Diego Márquez hizo para la capilla de Ánimas de San Sebastián.
Hacia el año 1956 se recibe en el templo el lienzo de Cristo Cautivo de la capilla de Ánimas, cuya devoción en auge hizo que se encargara cuatro años más tarde, en 1960, una imagen de Cristo Cautivo al escultor Antonio Gavira Alba. La imagen recibe culto en la hornacina derecha de la capilla.
En los años 70 se inicia una campaña de actuaciones en el templo que lo alteró considerablemente. Así se elevó el coro y se le dotó de un nuevo acceso, rompiendo su simetría, se picaron los pilares y se renovó la escalinata del altar mayor, perdiéndose las trazas originales. La capilla de Jesús Nazareno fue ampliada al eliminar su camarín y sustituir el retablo por otro neobarroco, tallado y dorado por el sevillano Antonio Díaz Fernández en 1975. En la capilla se mantuvieron los otros dos retablos del tercer cuarto del siglo XVIII que pertenecieron a la Hermandad del Santo Entierro. Uno de ellos queda presidido por la Virgen de los Dolores y por cuatro ángeles en su parte superior. En el otro retablo barroco figura la talla del San Juan Evangelista, flanqueada por tallas de San Marcos y San Lucas.
En 1977 el párroco D. Manuel Santos Ortega cede el hueco que existía en el fondo de la nave de la epístola a la Hermandad de la Borriquita y en 1991 la Hermandad de Los Estudiantes adquiere la imagen de Mª Stma. del Valle, obra realizada por Diego Roldán Serrallonga en 1759 para el convento carmelita de Utrera, al escultor José Pérez Conde. La imagen se bendijo en la Ermita de Santa Ana y fue colocada en una hornacina a la izquierda del retablo de la capilla de Ánimas. La llegada de la nueva imagen hizo que el antiguo lienzo del Cristo Fuente de Vida saliera de la capilla y la pila bautismal de jaspe rojo fuera cerrada para colocar sobre ella a la Virgen.
En la década de los 80 y finales de los 90 se rebajaron las jambas de las puertas del templo, para facilitar el tránsito de los pasos cofradieros.
En 1991 se recupera los cultos a San Blas y la bendición de las cintas, pan, roscos y hornazos en el día de su onomástica, 3 de febrero.
-El siglo XXI
En el año 2000 se decide sustituir la cubierta y mejorar el aspecto estético del edificio, pero el informe de los arquitectos del proyecto de restauración obligó al Ayuntamiento a declarar al templo en estado de ruina. La restauración de la Iglesia se incluyó en el Proyecto La Ruta de las Dos Andalucías y se presenta al Espacio Común Europeo E.F.T.A. La Iglesia se cierra al culto en 2003 y se inician las obras de la restauración integral del templo, actuando sobre sus bóvedas, cubiertas, pilares, cimientos, muros y portadas. La iglesia se reabrió en diciembre de 2006 con una exposición que mostró las obras artísticas que atesora la iglesia.
Durante las obras de la Iglesia, el párroco D. Manuel Santo cedió la capilla de la Sagrada Familia a la Hermandad de la Borriquita, quien a su vez encargó en 2004 una nueva imagen titular al escultor Francisco Berlanga de Ávila. Las imágenes de la Sagrada Familia de Luis Salvador Carmona fueron trasladadas hasta la capilla antigua de La Borriquita que se adaptó como capilla bautismal, mientras que el retablo del siglo XVIII fue en un primer momento desmontado y posteriormente en 2018 recuperado y adaptado por la Hermandad de Paz y Caridad para su capilla de la Iglesia de los Remedios. En 2008 el imaginero Francisco Berlanga dona a la Hermandad de la Borriquita su titular mariana Mª Stma. de la Victoria.
Con la construcción de la Iglesia de la Milagrosa en el Barrio Andaluz en 2003, la imagen de la Virgen Milagrosa fue trasladada a su nueva iglesia y el retablo, en su origen de San José, fue ocupado por un Crucificado y después por una imagen de Santa Ángela de la Cruz que se bendijo en 2009. La antigua capilla, en su origen del Niño Jesús y en el siglo XX de San Rafael, fue preparada como Sagrario del templo y su hornacina ocupada con la imagen de una Inmaculada Concepción.
En 2013, la parroquia de San Sebastián recuperó la procesión de su titular el día de su onomástica, 20 de enero.
En junio de 2015, el Arzobispado de Sevilla anunció la unión de las parroquias de Santa María y San Sebastián de Estepa, quedando el párroco de San Sebastián, D. Ginés González de la Bandera Romero, como único y primer párroco de ambas.
Actualmente, la Iglesia de San Sebastián conforma una manzana definida por las calles Corrientes y Padre Alfonso, y por las plazas de San Sebastián y de Nuestro Padre Jesús, que se unen a través del pasaje de Santa Cristina abierto en el siglo XX.
Artículos y obras consultadas:
-San Sebastián, el renacer de un templo. Ed. Iltmo. Ayto de Estepa. 2006
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La Iglesia Parroquial de San Sebastián en los inventarios y cuentas de fábrica desde el siglo XVII y XVIII. Díaz Fernández, E. V Jornadas sobre Historia de Estepa. Ed. Ayto de Estepa, 2002
-
La capilla de la Hermandad: 200 años de un altar privilegiado. Pérez Matas, R. Cruces y Luces. 2018
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Don Manuel Lassaletta Muñoz Seca. Un párroco muy querido por los estepeños, y una figura esencial en nuestra Semana Santa. D. Antonio Rodríguez Crujera. Desde la Alcazaba. Marzo de 2018.
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La capilla de Ánimas de la Iglesia de San Sebastián. Jordán Fernández, JA. Boletín "Los Estudiantes". 2013
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Cristo del Amor "y de las Ánimas". EA. Díaz Fernández. Historia de Estepa. 2013
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La cofradía y capilla de las Benditas Ánimas del purgatorio y el Cristo del Amor (Los Estudiantes). Díaz Fernández, EA.
Pasión y Glorias de Estepa. 2019
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La devoción de Jesús Cautivo y Rescatado en Estepa. Jorge Alberto Jordán Fernández. Doctor en Historia. Boletín de los Estudiantes. Cuaresma 2014
-
San Blas, XX Aniversario. F. Díaz Fernández. Cartujo con licencia propia. 2011
-
Estepa cumple con la tradición de bendecir sus roscas por San Blas. El Digital de la Sierra Sur de Sevilla. 2015
-
La festividad de San Blas es tradición en el Corazón de Andalucía. Periódico de los Pueblos. 2015
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Memorial Ostipense, Aguilar y Cano, A. 1886. Anel, Granada, 1975
-
Dos nuevas obras de Juan de Espinal en la Parroquia de San Sebastián de Estepa. Fernández López, J. Laboratorio de Arte. 1998
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Mondongueros. Díaz Fernández, JM.
San Sebastián, el renacer de un templo. Ed. Iltmo. Ayto de Estepa. 2006
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Comienzan las obras de restauración de San Sebastián. Mallado, A. ABC. 2003
Artículos del blog sobre la "Iglesia de San Sebastián":
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San Sebastián Mártir. Devociones de Estepa. 2010
-Arrabal de San Sebastián. Devociones de Estepa. 2010
-
Las devociones santiaguistas de Estepa. Devociones de Estepa. 2011
-
Ermitas santiaguistas de Estepa. Devociones de Estepa. 2011
-
Antigua Hermandad del Señor San Sebastián. Devociones de Estepa. 2010
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La división de las parroquias. Devociones de Estepa. 2010
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Agregación de la iglesia parroquial de San Sebastián a la basílica romana de San Juan de Letrán. Devociones de Estepa. 2010
-
Basílica de San Juan de Letrán. Devociones de Estepa. 2010
-
La Bula Pontificia de Pío VI. Devociones de Estepa. 2009
-
Los ojos de San Sebastián. Devociones de Estepa. 2010
-
El renacer de San Sebastián. Devociones de Estepa. 2010
-
San Sebastián: La Exposición. Devociones de Estepa. 2010
-
Historia de la Iglesia parroquial de San Sebastián. Devociones de Estepa. 2010
-
Recuperada la procesión de San Sebastián. Devociones de Estepa. 2013
-
Cambio en las parroquias de Estepa. Devociones de Estepa. 2015
-
Ntra. Sra. de la Cabeza en Estepa. Devociones de Estepa. 2012
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Hermandad de las Benditas Ánimas. Devociones de Estepa. 2016
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Cofradía y Hermandad del Santísimo Sacramento. Devociones de Estepa. 2017
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La capilla de Jesús Nazareno. Devociones de Estepa. 2019
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Don Manuel Lassaletta Muñoz Seca. Devociones de Estepa. 2018
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La devoción a Jesús Cautivo en Estepa. Devociones de Estepa. 2016
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San Blas, tradición de 25 años. Devociones de Estepa. 2016
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75 aniversario de la salvación de la Virgen de los Dolores de Herrera. Devociones de Estepa. 2011
Etiqueta: Iglesia de San Sebastián
Fotos en Cofrades sobre la Iglesia de San Sebastián:
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Fotografías antiguas: Iglesia de San Sebastián
Hermandades relacionadas con la Iglesia de San Sebastián:
-Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nro. Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén y María Santísima de la Victoria.
-Hermandad del Santísimo Cristo del Amor, Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y María Santísima del Valle.
-Pontificia y Real Hermandad Sacramental y de Ánimas y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores.
-Ilustre Hermandad y Cofradía del Santo Entierro de Cristo, Stmo. Cristo de la Buena Muerte y Ntra. Sra. de la Soledad.