17/5/12

IGLESIA DE LA VICTORIA: RETABLO DE JESÚS NAZARENO

Los retablos que en su día ornaron las paredes de la iglesia de la Victoria, se encuentran esparcidos por diversas iglesias de la comarca (Herrera, Casariche, El Rubio, Badalatosa), e incluso alguno ha traspasado los límites de esta frontera (Puente Genil en la provincia de Córdoba, Puebla de Cazalla en la provincia de Sevilla). Contaba con ocho retablos decorados de madera más el mayor, de similares características, y dos de piedra que aún se encuentran en el emplazamiento de la iglesia. Responden al modelo de retablo-estípite, tipología barroca que va a imponerse en la segunda mitad del siglo XVIII. Estos estípites vienen a remarcar el único vano central en el que se colocaba la imagen a la que estaba consagrado. La prolongación de este hueco en el segundo cuerpo a través de molduras y volutas, nos hace pensar que estas obras están cercanas a aquellas salidas de talleres ecijanos.

Tradicionalmente se ha identificado este retablo con el retablo mayor de la Iglesia parroquial de la Purísima Concepción de Galaroza (Huelva). Sin embargo, este retablo no corresponde en dimensiones y estilo con las características de los retablos de la nave de la iglesia. Este retablo corresponde más bien con un retablo mayor de los construidos en la zona con hornacinas a los lados del hueco para el camarín.

Analizando el reparto del conjunto de los ochos retablos más el retablo que se hizo en 1939 con permiso del Arzobispado de Sevilla, les correspondió el retablo mayor a Herrera, tres se quedaron en la Comarca de Estepa (Badolatosa, El Rubio, Casariche), tres en Puente Genil y uno en La Puebla de Cazalla. Diversos estudios y publicaciones han certificado el origen de estos retablos y su relación con la Iglesia de la Victoria. Sin embargo, no se ha podido certificar la relación del retablo de Galaroza con la Iglesia de la Victoria y se desconocía el paradero del retablo que se le dedicó a Jesús Nazareno, situándose el primero de lado del evangelio o más cercano al altar mayor en el templo.

Dentro de este reparto, no sólo los retablos más destacados se repartieron por las iglesias estepeñas y de la provincia, sino también los bienes muebles, esculturas y lienzos de la iglesia. Se conoce que el retablo de la Virgen de Belén viajó hasta la Iglesia de Omnium Sanctorum de Sevilla. Este retablo fue levantado por la familia de los Saavedra y se tiene constancia también del retablo de la Virgen de Guadalupe de la familia Ordoñez en la iglesia estepeña. Sin embargo, en la época del historiador Aguilar y Cano, a finales del siglo XIX, estos retablos ya no se encontraban en la iglesia de la Victoria. Posiblemente su lugar en la iglesia se vio afectada por la renovación de los retablos que estamos tratando en la segunda mitad del siglo XVIII y por tanto perdieron su cultor hasta desaparecer o perderse.

Aún así, analizamos la iglesia de Omnium Sanctorum en busca de este retablo de la Virgen de Belén que perteneció a la iglesia Estepeña. Tras la quema de la iglesia sevillana de Omnium Sanctorum, se adquirieron una serie de retablos que pertenecieron a iglesias que habían desaparecido en la provincia, como aquellos que provienen de Herrera o de Osuna.

En la iglesia sevillana hay un retablo dedicado a la Virgen de Belén, pero no tiene similitudes con los retablos de la iglesia de la Victoria de Estepa y sí está en consonancia con el resto de retablos que se encuentran en la iglesia. Se trata de un retablo de la segunda mitad del siglo XVIII mientras el retablo de la Virgen de Belén que buscamos sería anterior, dada la reforma de la iglesia de la Victoria en el siglo XVIII.

Descartando este retablo de la Virgen de Belén, encontramos en la iglesia de Omnium Sanctorum un retablo que corresponde estilísticamente con el retablo que buscamos de Jesús Nazareno. Se trata del retablo hoy en día de San José. Este retablo formaba pareja con el retablo de Ntra. Sra. de las Angustias, que actualmente se encuentra en la Iglesia de Santiago de Puente Genil, en la barriada de Miragenil. Estos se encontraban los primeros en la nave de la iglesia junto al presbiterio.

Retablo de Jesús Nazareno en Omnium Sanctorum - Sevilla

Retablo de la Virgen de las Angustias en Puente Genil

El retablo de Jesús Nazareno se situaba a la derecha de la nave y estaba formado por una banca, un cuerpo y un ático. El cuerpo se dividía de tres calles: las calles laterales se decoraban con los escudos de armas de una familia noble de Estepa en un marco circular, mientras que en la calle principal estaba la hornacina del Señor. La planta incurvada que presenta este retablo produce un efecto envolvente, contrastado por el ligero adelantamiento de la calle central. El ático estaba decorado con un medallón circular y unas volutas que los demás de la nave no tienen. El rasgo circular del marco de los escudos y del medallón también los diferencia, ya que el resto mantienen este rasgo con forma rectangular. El retablo de Jesús Nazareno conserva los escudos de armas originales (pendientes de un estudio para saber conocer la familia noble al que pertenecía) pero no así el medallón del ático. Tampoco conserva los estípites interiores y del extremo del retablo, característica importante para la datación correcta del retablo.


Escudo de armas de una familia noble de Estepa

San José, procedencia desconocida, s. XVIII

Por estos datos consideramos que la relación de la sevillana Omnium Sanctorum con la estepeña Victoria no se basaba en el retablo de Ntra. Sra. de Belén, como afirmaban los historiadores, sino más bien en el retablo de San José, que hasta la fecha se consideraba procedente de Osuna.

La imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno fue realizada en el siglo XVIII y se le relaciona con el taller antequerano de Diego José Márquez y Vega, o con el de Luis Salvador Carmona por su similitud con el nazareno estepeño de San Sebastián. La imagen mide 1.45 metros., y es de talla completa, con su paño de pureza, semitallado el antebrazo; el brazo y el hombro se encuentran articulados para que pueda adoptar la postura de prendimiento o cargar la cruz. Presenta tallada con esmero la cara, las cejas, la boca entreabierta, y la barba en dos mechones. También se encuentran muy cuidados los pies y las manos. Siempre ha llevado el pelo natural, no tiene pelo tallado, y lleva potencias y corona de espinas. Porta una cruz arbórea, adquirida en el año 2003, y rematada con casquetes en oro estrenados en el 2004. Al parecer, una hermana natural de Estepa, Conchita Toro, ante el abandono y la demolición de la Iglesia de la Victoria en el año 1939, fue quién decidió traerse las imágenes de Jesús Nazareno y de la Dolorosa a Marinaleda, lugar donde ya había establecido aquella señora su residencia.

Relacionado con la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, se encontraba en la iglesia “1 cordón en hilo de oro para Nuestro P. Jesús; 2 cordones de Ntro. P. Jesús, de oro, su peso 391 gramos; 2 ángeles de talla para el nicho de Jesús Nazareno.” Se conservaba también en la sacristía “una cruz grande dorada de Nuestro Padre Jesús”, que pertenecía a la imagen del Nazareno que se encontraba en la iglesia, posiblemente usada para los cultos o para alguna salida procesional. También había 3 parihuelas en madera para la salida procesional



Fotografías: Hdad. Jesús Nazareno de Marinaleda

Recreación de Ntro. Padre Jesús Nazareno de Marinaleda en su retablo de la Iglesia de la Victoria

La Iglesia de Omnium Sanctorum de Sevilla escondía uno de los grandes tesoros desconocidos por los estepeños como es el retablo de Jesús Nazareno (hoy en día de San José), pero también merecen mención algunas de las obras que existen en la iglesia y de las que desconocemos su procedencia como un San Francisco de Paula, San Antonio, San José y la talla de Ntra. Sra. Belén, por su posible relación con la iglesia de los Mínimos de Estepa y que trataremos en un futuro estudio.

Volviendo a la relación de la ciudad onubense de Galaroza con las iglesias de Estepa, se puede decir que aunque no se relacione el retablo mayor de la iglesia de la Purísima Concepción con el retablo lateral de Jesús Nazareno de la iglesia estepeña, este retablo puede proceder de una iglesia de Estepa o de Osuna. Por lo que estaría pendiente un estudio que analice en profundidad el retablo de Galaroza para conocer su procedencia.

Retablo mayor Parroquia Inmaculada Concepción, Galaroza

En Estepa actualmente se desconoce el paradero del retablo mayor de la iglesia de la Concepción y los laterales de este templo. Teniendo testimonio fotográfico de los laterales pero no del retablo mayor.

Retablos perdidos de la Iglesia de la Concepción:
-El conflicto con el Cardenal Segura
-Los retablos laterales de la iglesia

Fuentes consultadas
-Actas de las III Jornadas sobre Historia de Estepa. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 1999.
-Memorial Ostipense, de Antonio Aguilar y Cano, 1975. Reedición.
-La antigua Ostippo y actual Estepa, de Padre Alejandro del Barco. Reedición de A. Recio Veganzones. Ed. Iltmo. Ayto. de Estepa, 1994.
-Catálogo de la Exposición Iglesia de la Victoria. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 2002

LA IGLESIA DE LA VICTORIA: RETABLO DE SAN BLAS

Los retablos que en su día ornaron las paredes de la iglesia de la Victoria se encuentran esparcidos por diversas iglesias de la comarca (Herrera, Casariche, El Rubio, Badolatosa), e incluso alguno ha traspasado los límites de esta frontera (Puente Genil en la provincia de Córdoba o Puebla de Cazalla en la provincia de Sevilla, e incluso en la propia capital sevillana). Contaba con ocho retablos decorados de madera más el mayor, de similares características, y dos de piedra que aún se encuentran en el emplazamiento de la iglesia. Responden al modelo de retablo-estípite, tipología barroca que va a imponerse en la segunda mitad del siglo XVIII. Estos estípites vienen a remarcar el único vano central en el que se colocaba la imagen a la que estaba consagrado. La prolongación de este hueco en el segundo cuerpo a través de molduras y volutas, nos hace pensar que estas obras están cercanas a aquellas salidas de talleres ecijanos.

En la ciudad sevillana de El Rubio se encuentra el retablo que en su día fue dedicado a San Blas, y actualmente se encuentra en la Iglesia de Ntra. Sra. del Rosario como retablo mayor del templo dedicado a su titular.



Este retablo hacia pareja junto al de San Francisco de Sales (actualmente en la Iglesia de Santiago de Puente Genil). El retablo de San Blas se situaba junto al de Santa Lucía, a la izquierda en la nave de la Iglesia de la Victoria.

El retablo de San Blas formaba parte de una serie de cuatro retablos en la nave de la iglesia que, a pesar de tener el mismo estilo del de Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de las Angustias, más cercanos al presbiterio, se diferenciaban de estos en la forma rectangular del marco de los escudos y del medallón del ático y las volutas que lo ornamentan. Los cuatro retablos que componían esta serie eran el de Ntra. Sra. de la Candelaria, el de Santa Lucía, el de San Francisco de Sales y el de San Blas.

Estaba formado por una banca, un cuerpo y un ático. El cuerpo se dividía de tres calles: las calles laterales se decoraban con los escudos de armas sobre marco rectangular de don Juan de Saavedra y Juárez de Figueroa, a quien pertenecía el retablo (según una inscripción que se leía al pie del altar), mientras que en la calle principal estaba la hornacina del Santo. La planta incurvada que presenta este retablo produce un efecto envolvente, contrastado por el ligero adelantamiento de la calle central. El medallón del ático se decora con un busto de San Buenaventura en marco rectangular. El retablo se conserva en buen estado, excepto por los estípites de los extremos que se han perdido.

La imagen titular del retablo se encuentra en la parroquia de San Sebastián. La imagen realizada en madera policromada y estofada de 1’60 m x 0’70 m data del siglo XVIII de autor anónimo pero recientemente atribuida a Diego Márquez. San Blas se representa ataviado con la mitra, báculo y capa propia de su lugar como obispo dentro de la jerarquía de la Iglesia. La frontalidad de esta imagen está apenas rota por un ligero adelantamiento de la rodilla derecha, que produce en el atuendo una ligera torsión de los pliegues. Aunque el rostro es bastante inexpresivo, el tratamiento de los ropajes está bastante elaborado sobre todo en la policromía destacando, en este sentido, la capa pluvial minuciosamente decorada con representaciones de santos insertos en óvalos de fondo áureo. Relacionado con la imagen de San Blas, se conservaba en la iglesia “un pectoral de San Blas de plata”.



San Blas era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Fue obispo de Sebaste (Armenia), en la segunda mitad del siglo III, e hizo vida eremítica en una cueva del monte Argeus, que convirtió en su sede episcopal. Fue torturado y ejecutado en la época del emperador romano Licinio, durante las persecuciones a los cristianos de principios del siglo IV. Se le considera protector contra las enfermedades de garganta y su festividad se celebra el 3 de febrero.

Ver también:
-San Blas, tradición de 25 años

Fuentes consultadas
-Actas de las III Jornadas sobre Historia de Estepa. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 1999.
-Memorial Ostipense, de Antonio Aguilar y Cano, 1975. Reedición.
-La antigua Ostippo y actual Estepa, de Padre Alejandro del Barco. Reedición de A. Recio Veganzones. Ed. Iltmo. Ayto. de Estepa, 1994.
-Catálogo de la Exposición Iglesia de la Victoria. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 2002

Fotografías: Helicón, J. Vázquez

16/5/12

LA IGLESIA DE LA VICTORIA: RETABLO DE SAN FRANCISCO DE SALES

Los retablos que en su día ornaron las paredes de la iglesia de la Victoria se encuentran esparcidos por diversas iglesias de la comarca (Herrera, Casariche, El Rubio, Badolatosa), e incluso alguno ha traspasado los límites de esta frontera (Puente Genil en la provincia de Córdoba o Puebla de Cazalla en la provincia de Sevilla, e incluso en la propia capital sevillana). Contaba con ocho retablos decorados de madera más el mayor, de similares características, y dos de piedra que aún se encuentran en el emplazamiento de la iglesia. Responden al modelo de retablo-estípite, tipología barroca que va a imponerse en la segunda mitad del siglo XVIII. Estos estípites vienen a remarcar el único vano central en el que se colocaba la imagen a la que estaba consagrado. La prolongación de este hueco en el segundo cuerpo a través de molduras y volutas, nos hace pensar que estas obras están cercanas a aquellas salidas de talleres ecijanos.

En la ciudad cordobesa de Puente Genil se encuentra el retablo que en su día fue dedicado a San Francisco de Sales, y actualmente se encuentra en la Iglesia de Santiago de la barriada de Miragenil dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.


Este retablo hacia pareja junto al de San Blas (actualmente en la Iglesia de Ntra. Sra. del Rosario de El Rubio). El retablo de San Francisco de Sales se situaba junto al de Ntra. Sra. de la Candelaria, a la derecha en la nave de la Iglesia de la Victoria.

El retablo de San Francisco de Sales formaba parte de una serie de cuatro retablos en la nave de la iglesia que, a pesar de tener el mismo estilo del de Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de las Angustias, más cercanos al presbiterio, se diferenciaban de estos en la forma rectangular del marco de los escudos y del medallón del ático y las volutas que lo ornamentan. Los cuatro retablos que componían esta serie eran el de Ntra. Sra. de la Candelaria, el de Santa Lucía, el de San Francisco de Sales y el de San Blas.


Estaba formado por una banca, un cuerpo y un ático. El cuerpo se dividía de tres calles: las calles laterales se decoraban con los escudos de armas sobre marco rectangular de familias nobles, mientras que en la calle principal estaba la hornacina del Santo. La planta incurvada que presenta este retablo produce un efecto envolvente, contrastado por el ligero adelantamiento de la calle central. No se encuentra en buen estado ya que ha perdido todos los estípites, los escudos de armas y el medallón rectangular del ático. La imagen titular del retablo también se encuentra desaparecida.

San Francisco de Sales (1567-1622) tomó como ejemplos de vida a San Francisco de Asís y a San Felipe Neri con lo que desarrolla una personalidad alegre, paciente y optimista. Sus inicios como sacerdote los ejerció entre los pobres y llegó a ser obispo de Ginebra. Luchó contra las ideas calvinistas a través de panfletos que repartía de casa en casa. Consta, además, que perteneció a la Tercera Orden Mínima. Su festividad se celebra el día 24 de enero.

San Francisco de Sales, Iglesia de Sta. Bárbara. Madrid

San Francisco de Sales, Las Palmas de Gran Canaria

San Francisco de Sales, Jerez

A pesar de que se desconoce el paradero de la imagen de San Francisco de Sales de la Iglesia de la Victoria de Estepa, existe en la Iglesia de San Sebastián una imagen que corresponde con la iconografía del santo. Se trata de la imagen considerada por equivocación hasta la fecha como San Pascual Bailón, datada de la segunda mitad del siglo XVIII y atribuida a Diego Márquez. La presencia de San Francisco de Sales en la iglesia de la Victoria se debe a que era el patrón de la Venerable Orden Tercera de los mínimos, que se fundó en el convento estepeño poco después de la fundación del convento en 1562.



Noticia relacionada:
-San Francisco de Sales, una talla en San Sebastián.

Fuentes consultadas
-Actas de las III Jornadas sobre Historia de Estepa. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 1999.
-Memorial Ostipense, de Antonio Aguilar y Cano, 1975. Reedición.
-La antigua Ostippo y actual Estepa, de Padre Alejandro del Barco. Reedición de A. Recio Veganzones. Ed. Iltmo. Ayto. de Estepa, 1994.
-Catálogo de la Exposición Iglesia de la Victoria. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 2002

LA IGLESIA DE LA VICTORIA: RETABLO DE SANTA LUCÍA

Los retablos que en su día ornaron las paredes de la iglesia de la Victoria se encuentran esparcidos por diversas iglesias de la comarca (Herrera, Casariche, El Rubio, Badolatosa), e incluso alguno ha traspasado los límites de esta frontera (Puente Genil en la provincia de Córdoba o Puebla de Cazalla en la provincia de Sevilla, e incluso en la propia capital sevillana). Contaba con ocho retablos decorados de madera más el mayor, de similares características, y dos de piedra que aún se encuentran en el emplazamiento de la iglesia. Responden al modelo de retablo-estípite, tipología barroca que va a imponerse en la segunda mitad del siglo XVIII. Estos estípites vienen a remarcar el único vano central en el que se colocaba la imagen a la que estaba consagrado. La prolongación de este hueco en el segundo cuerpo a través de molduras y volutas, nos hace pensar que estas obras están cercanas a aquellas salidas de talleres ecijanos.


En la ciudad sevillana de Badolatosa se encuentra el retablo que en su día fue dedicado a Santa Lucía, y actualmente se encuentra en la Iglesia de Ntra. Sra. del Socorro como retablo mayor del templo dedicado a su titular.

Este retablo hacia pareja junto al de Ntra. Sra. de la Candelaria (actualmente en la Iglesia-Convento de Ntra. Sra. de la Candelaria de la Puebla de Cazalla). El retablo de Santa Lucía se situaba junto al de Jesús Nazareno, a la izquierda en la nave de la Iglesia de la Victoria.

El retablo de Santa Lucía formaba parte de una serie de cuatro retablos en la nave de la iglesia que, a pesar de tener el mismo estilo del de Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de las Angustias, más cercanos al presbiterio, se diferenciaban de estos en la forma rectangular del marco de los escudos y del medallón del ático y las volutas que lo ornamentan. Los cuatro retablos que componían esta serie eran el de Ntra. Sra. de la Candelaria, el de Santa Lucía, el de San Francisco de Sales y el de San Blas.



Estaba formado por una banca, un cuerpo y un ático. El cuerpo se dividía de tres calles: las calles laterales se decoraban con los escudos de armas sobre marco rectangular de Francisco Lasarte Navarrete a la izquierda y de su mujer María de Ossorio a la derecha, mientras que en la calle principal estaba la hornacina de la Santa. El primer escudo en campo de oro, un árbol de su color, con cuatro corazones de color oro, con un jabalí al pie, dos a cada lado, armas que hoy se ven en la casa de los Loring; y el segundo escudo tiene las armas de los Osorio, en campo de oro dos lobos desollados, bordadura de gules con ocho aspas de oro.

La planta incurvada que presenta este retablo produce un efecto envolvente, contrastado por el ligero adelantamiento de la calle central. En el medallón del ático se decora con un busto de un Ecce Homo en marco rectangular. El retablo se conserva en buen estado, excepto por los estípites de los extremos que se han perdido y por dos ángeles que se le ha añadido a los lados de la hornacina central.

No se tiene constancia del paradero de la imagen original del retablo, aunque algunos inventarios constatan ‘un platillo y ojos de plata’ de Santa Lucía en la Iglesia de San Sebastián.


Santa Lucía nació en Siracusa, ciudad de la provincia romana de Sicilia, en 283 d.C. Pertenecía a una familia noble y fue educada en la fe cristiana. Perdió a su padre durante la niñez y su madre enferma la comprometió a casarse con un joven pagano, pero Lucía consagró su vida a Dios e hizo un voto de virginidad. Lucía convenció a su madre para que rezase ante la tumba de Santa Águeda de Catania a fin de curar su enfermedad. Al sanar, Lucía pidió a su madre que la liberara del compromiso y su madre accedió, dando su rica dote a los pobres de la ciudad. Pero su pretendiente la acusó ante el procónsul Pascacio debido a su condición de cristiana, en tiempos del emperador Diocleciano.

Ella fue a ver a su pretendiente y le preguntó qué era lo que le gustaba de ella y él le respondió que sus ojos. Entonces Lucía tomó una espada y se sacó los ojos, los colocó en una bandeja de plata y se los entregó al joven pidiéndole que le dejara consagrar su vida a Dios.

Una leyenda medieval cuenta que cuando Lucía estaba en el tribunal, aun sin ojos, seguía viendo. Durante su juicio, fue amenazada con ser llevada a un prostíbulo para que saliera contaminada, pero ella le dio una sabia respuesta al procónsul: “El cuerpo queda contaminado sólo si el alma es consciente”. El procónsul quiso pasar de las amenazas a los hechos, pero el cuerpo de Lucía se puso tan pesado que no pudieron moverla. Un golpe de espada hirió a la joven en la garganta.


Santa Lucía, cuyo nombre significa “la que porta la luz” es la patrona de los ciegos y abogada contra los problemas de la vista. Su festividad se celebra el 13 de diciembre.

Santa Lucía, Museo de Antequera

Santa Lucía, Campillos de Arenas-Jaén

Santa Lucía, Sevilla

Fuentes consultadas
-Actas de las III Jornadas sobre Historia de Estepa. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 1999.
-Memorial Ostipense, de Antonio Aguilar y Cano, 1975. Reedición.
-La antigua Ostippo y actual Estepa, de Padre Alejandro del Barco. Reedición de A. Recio Veganzones. Ed. Iltmo. Ayto. de Estepa, 1994.
-Catálogo de la Exposición Iglesia de la Victoria. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 2002

14/5/12

LA IGLESIA DE LA VICTORIA: RETABLO DE NTRA. SRA. DE LA CANDELARIA

Los retablos que en su día ornaron las paredes de la iglesia de la Victoria se encuentran esparcidos por diversas iglesias de la comarca (Herrera, Casariche, El Rubio, Badolatosa), e incluso alguno ha traspasado los límites de esta frontera (Puente Genil en la provincia de Córdoba o Puebla de Cazalla en la provincia de Sevilla, e incluso en la propia capital sevillana). Contaba con ocho retablos decorados de madera más el mayor, de similares características, y dos de piedra que aún se encuentran en el emplazamiento de la iglesia. Responden al modelo de retablo-estípite, tipología barroca que va a imponerse en la segunda mitad del siglo XVIII. Estos estípites vienen a remarcar el único vano central en el que se colocaba la imagen a la que estaba consagrado. La prolongación de este hueco en el segundo cuerpo a través de molduras y volutas, nos hace pensar que estas obras están cercanas a aquellas salidas de talleres ecijanos.

En la ciudad sevillana de La Puebla de Cazalla se encuentra el retablo que en su día fue dedicado a Ntra. Sra. de la Candelaria, y actualmente se encuentra en la Iglesia-Convento de Ntra. Sra. de la Candelaria como retablo mayor del templo y dedicado a la Divina Pastora.


Imágenes del retablo en:
-Al sur. La Puebla de Cazalla. Min. 4:40
-Via Crucis Stmo. Cristo de las Aguas. La Puebla de Cazalla

Este retablo hacía pareja junto al de Santa Lucía (actualmente en la Iglesia de Ntra. Sra. del Socorro de Badolatosa). El retablo de Ntra. Sra. de la Candelaria se situaba junto al de Ntra. Sra. de las Angustias, a la derecha en la nave de la Iglesia de la Victoria.

El retablo de Ntra. Sra. de la Candelaria formaba parte de una serie de cuatro retablos en la nave de la iglesia que, a pesar de tener el mismo estilo del de Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de las Angustias, más cercanos al presbiterio, se diferenciaban de estos en la forma rectangular del marco de los escudos y del medallón del ático y las volutas que lo ornamentaban. Los cuatro retablos que componían esta serie eran el de Ntra. Sra. de la Candelaria, el de Santa Lucía, el de San Francisco de Sales y el de San Blas.

Estaba formado por una banca, un cuerpo y un ático. El cuerpo se dividía de tres calles: las calles laterales se decoraban con los escudos de armas de los Juárez Negrón en un marco rectangular, mientras que en la calle principal estaba la hornacina de la Señora.

Son dos los escudos de armas que campean en dicho altar: el primero, lleva el escudo antiguo de los Suárez, con fondo de gules, barra de oro con dos cabezas de dragantes y en el fondo un ciervo de su color, y en lo alto de la barra un árbol de su color. Armas que después dejaron de usar, tomando las armas de los Figueroa; el segundo escudo tiene las armas de los Negrones, en fondo de oro, tres bastones negros.

La planta incurvada que presenta este retablo produce un efecto envolvente, contrastado por el ligero adelantamiento de la calle central. En el medallón del ático se decora con un busto de Santo Tomás de Aquino en marco rectangular. El retablo se conserva tal cual estaba, excepto por los estípites de los extremos que se han perdido. Delante de él estaba enterrado don Juan de Valderrama Salvador, y don Sebastián de Torres Pardo y su mujer doña Manuela del Pozo.

No se tiene constancia del paradero de la imagen original del retablo, aunque tal y como describe Aguilar y Cano se trataría de una talla de bulto (no de vestir) de Ntra. Sra. de la Candelaria. Sin embargo, en un inventario de 1904 se lee: "Ntra. Sra. de la Candelaria, el retablo de madera dorada, en su centro la Virgen vestida de ropas, y en sus brazos el Niño Jesús". Posiblemente se tratara de una talla de bulto revestida en determinadas ocasiones.

La Virgen de la Candelaria toma su nombre de la fiesta de la Candelaria o de la Luz, que se celebra el 2 de febrero en recuerdo al pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen María después del parto para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento. El origen de este retablo está relacionado con la fundación del convento el 2 de febrero de 1562, festividad de la Purificación de María y Presentación del Señor en el templo.


La fiesta es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas. Todos estos nombres expresan el significado de la fiesta: “Cristo, la Luz del mundo presentada por su Madre en el Templo, viene a iluminar a todos como la vela o las candelas”, de donde se deriva la advocación de la Virgen de la "Candelaria".


La iconografía de la Virgen de la Candelaria se basa en este episodio bíblico donde la Virgen sostiene la vela de la que toma nombre y ella o el niño portan un par de tórtolas.


Virgen de la Candelaria. Santa Cruz de Tenerife.

Virgen de la Candelaria. Córdoba. (s. XVIII)

Fuentes consultadas
-Actas de las III Jornadas sobre Historia de Estepa. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 1999.
-Memorial Ostipense, de Antonio Aguilar y Cano, 1975. Reedición.
-La antigua Ostippo y actual Estepa, de Padre Alejandro del Barco. Reedición de A. Recio Veganzones. Ed. Iltmo. Ayto. de Estepa, 1994.
-Catálogo de la Exposición Iglesia de la Victoria. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 2002

1/5/12

SAN FRANCISCO DE ASÍS EN LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE 1929


Con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, fue organizada una “Exposición de Arte” en el Pabellón Renacimiento o de Bellas Artes (actual Museo Arqueológico) contando con grandes obras traídas generalmente de España y más concreto de Andalucía.

Las obras que se exhibían eran cesiones gratuitas de instituciones y particulares, en número superior a quinientas, por lo que la Comisión se vio obligada a rechazar múltiples ofrecimientos ante la falta de espacio. La procedencia de las piezas expuestas era muy variada, sobre todo de iglesias de Andalucía y Extremadura y se componían de pinturas, esculturas, muebles, orfebrería, ornamentos sagrados, armas, joyas y un largo etc. La calidad era muy variada, pero muchas eran realmente muy valiosas, con autores como Rafael, Alejo Fernández, Tiziano, El Greco, Zurbarán, Caravaggio, Murillo, Valdés Leal y Goya en pintura. Imágenes de grandísima calidad también viajaron hasta Sevilla, como San Juan Evangelista de Francisco Salzillo desde Murcia. Sin embargo, la instalación resultó abigarrada y sin orden cronológico por falta de espacio.

(Plano del Palacio de Bellas Artes, Sevilla)

En la Guía Oficial de la Exposición Iberoamericana de 1929 se definió la “Exposición de Arte” del siguiente modo:

Exposición de Arte Antiguo
-Sección 1º - Bellas Artes – Estatuaria y Escultura ornamental – Pintura
-Sección 2º - Artes Santuarias – Industrias Artísticas – Orfebrería y joyería – Metalistería – Indumentarias – Tapicería, Bordados y Tejidos – Mobiliario – Cerámica – Material Industrial y Artístico

Exposición de Arte Moderno
I –Salón Internacional de Bellas Artes – Pinturas, Esculturas, Arquitecturas
II – Artes Decorativas e Industriales





Entre las imágenes que se pudieron contemplar en el Palacio Renacimiento, podemos encontrar la imagen de San Francisco de Asís del Convento de Padres Franciscanos de Estepa.


La imagen de San Francisco de Asís, de reconocida calidad artística, se le atribuía en la época de la Exposición Iberoamericana al escultor sevillano Martínez Montañés. Posteriormente el franciscano Martín Recio encontró en los libros de la Orden Tercera franciscana el pago de noventa y cinco reales al escultor vallisoletano Luis Salvador Carmona por la realización de la obra en 1743. La talla del seráfico padre ha suscitado la admiración de los que la han contemplado; así describe el historiador Aguilar y Cano a “la joya valiosísima de cuya posesión debiera envanecerse Estepa”:


“Nosotros no tenemos ni competencia ni arte para describirla; no tenemos más que ojos para extasiarnos y corazón para sentir aquella hermosísima figura que vive, aquellos miembros sorprendidos por el escultor en su movimiento, aquel rostro por el que circula la sangre, aquellos labios en que no ha hecho más que expirar la oración, aquella mano que tiembla de amor sosteniendo el crucifijo, aquellas llagas que exceden toda realidad, y aquel sayal que se podría en movimiento si el aire lo impulsara.” (1888)

El Pabellón de Bellas Artes fue proyectado en 1910 dentro del primer proyecto para la exposición iberoamericana, y se inscribe dentro del conjunto de la Plaza de América del Parque de María Luisa proyectado por Aníbal González junto al Palacio Real y el Pabellón Mudéjar. Bautizado como Palacio del Renacimiento, fue el edificio más caro de la Plaza de América duplicando el presupuesto del Pabellón Mudéjar. El Pabellón de Bellas Artes cumplió la función de Museo de Bellas Artes hasta los años 40s. El Pabellón de Bellas Artes, es sin duda uno de los edificios mas impresionantes de siglo XX en Sevilla, además de ser un museo en si mismo con múltiples esculturas, artesonado, mármoles, etc a lo largo de todo el edificio, y por supuesto una de las mejores mezclas del eclecticismo en Sevilla.



En la Guía Oficial de la Exposición Iberoamericana de 1929 se definió el conjunto formado por la Plaza de América del siguiente modo:

"La Plaza de América estaba destinada a recibir la espléndida y riquísima colección artística que Sevilla recibe como herencia de los gloriosos genios que dieron fama universal al nombre de España. Anibal González diseñó una plaza con tres edificios historicistas en torno a una fuente con surtidores: el Pabellón Real, de marcado estilo gótico; el Pabellón Renacimiento o de Bellas Artes, del más puro estilo renacimiento español, de piedra blanca que en lo alto se muestra decorado de ricos mármoles, artesonados primorosos y vidrieras policromadas; y el Palacio Mudéjar o de Artes Decorativas, de afiligranada arquitectura mudéjar sevillana, ladrillos y mármoles, azulejos y yesería.


Estos tres edificios contenían “la exposición de Arte Antiguo, la que proporciona a los amantes de él una ocasión singular para admirar tesoros de la Casa Real Española; armas, porcelanas, tapices y cuadros, raras veces expuestos a la vista pública. La Sección Retrospectiva de Pintura expone primitivos españoles y portugueses y cuadros jamás reunidos bajo el mismo techo, de la gran escuela hispana, que se inicia en el siglo XVI y llega hasta el XIX; obras de Velázquez, Murillo, Zurbarán, y los grandes maestros hasta Goya. Las riquezas eclesiásticas tienen representación adecuada e incomprensible en ejemplares únicos de orfebrería, libros de coros y documentos miniados, frontales, tapices, vestiduras, imágenes y rejería. Los Museos de Artes Industriales también han enviados muestras de armaduras, alhajas, marfiles, esmaltes, cerámica, etc.”

Otro evento significativo fue el I Congreso Mariano Hispano – Americano, celebrado entre el 15 y el 21 de mayo, España y America rindieron espléndido homenaje a la Virgen Inmaculada, cuya devoción sostuvo a Colón en su gran empresa. También se celebró una Exposición Mariana en el templo del Salvador y una solemnísima procesión con las principales imágenes de María Stma. que recibían culto en Sevilla durante el descubrimiento y colonización de América.


Los visitantes también podían ver el Museo Provincial, situado en el exconvento de la Merced, donde se encontraban reunidos los lienzos de muchas comunidades y otros procedentes de los pueblos de la provincia. Entre los cuadros de más indiscutible mérito, figuraban de Murillo, Zurbarán, Rodas, Valdés Leal, Castillo, el Greco, Villegas y otros. En este mismo edificio se hallaban instalado el Museo Arqueológico provincial, enriquecido con una colección epigráfica, esculturas romanas de gran mérito, vasos, etc. También conservaba interesantes esculturas paganas y cristianas extraídas de las excavaciones practicadas en Itálica.

La Exposición Iberoamericana de Sevilla, inaugurada el 9 de mayo de 1929 y clausurada el 21 de junio de 1930, ha sido uno de los hechos más importantes de principios del siglo XX para la ciudad de Sevilla. Entre los objetivos de la exposición estaban la reforma urbanística, el fomento de turismo, la creación de puestos de trabajo y mejora económica así como entablar y mejorar las relaciones con países americanos.

Páginas relacionadas:

-Exposición Iberoamericana de Sevilla 1929
-Sevilla Siglo XX: Pabellón de Bellas Artes
-Sevilla. Exposición Iberoamericana de 1929-1930: Guía Oficial
-Parque de María Luisa
-Congreso Mariano Hispano-Americano