25/3/11
VIA CRUCIS
“Vía Crucis” en latín o “Camino de la Cruz”. También se le llama Estaciones de la Cruz y Vía Dolorosa. Se trata de un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario. El camino se representa con una serie de imágenes de la Pasión o “Estaciones” correspondientes a incidentes particulares que Jesús sufrió por nuestra salvación.
Las imágenes pueden ser pinturas o esculturas. Algunas representaciones con grandes obras de arte inspiradas por Dios para suscitar mayor compresión del amor de Jesucristo y movernos a la conversión. Entre éstas se destacan las de la catedral de Antwerp en Bélgica y las del Santuario de Lourdes en Francia.
Las estaciones generalmente se colocan en intervalos en las paredes de la iglesia o en lugares reservados para la oración. Los santuarios, casas de retiros y otros lugares de oración suelen tener estaciones de la cruz en un terreno cercano. En los monasterios generalmente se encuentran en el claustro.
La erección y uso de las Estaciones se generalizaron al final del siglo XVII. Al principio el número de Estaciones variaba pero se estandarizó en las catorce aquí mencionadas:
-Primera Estación: Jesús es condenado a muerte.
-Segunda Estación: Jesús carga con la cruz.
-Tercera Estación: Jesús cae por primera vez.
-Cuarta Estación: Jesús encuentra a su santísima madre María.
-Quinta Estación: Jesús es ayudado por Simón el Cirineo a llevar la cruz.
-Sexta Estación: Verónica limpia el rostro de Jesús.
-Séptima Estación: Jesús cae por segunda vez.
-Octava Estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
-Novena Estación: Jesús cae por tercera vez.
-Décima Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
-Undécima Estación: Jesús es clavado en la cruz.
-Duodécima Estación: Jesús muere en la cruz en medio de dos ladrones.
-Decimotercera Estación: Jesús es descendido de la cruz y puesto en brazos de María, su madre.
-Decimocuarta Estación: Jesús es sepultado en el sepulcro.
La finalidad de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa, a los momentos más señalados de la Pasión y muerte redentora. Pasamos de Estación en Estación meditando ciertas oraciones. Varios santos, entre ellos San Alfonso Ligorio, Doctor de la Iglesia, han escrito meditaciones para cada estación. También podemos añadir las nuestras. Es tradición, cuando las Estaciones se hacen en público, cantar una estrofa del “Stabat Mater” mientras se pasa de una estación a la otra.
Meditaciones del Via Crucis:
-Franciscanos
-Corazones
-Vaticano
La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén. Ciertos lugares de la Vía Dolorosa (aunque no se llamó así antes del siglo XVI), fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos. Hacer allí las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino (siglo IV).
Desde el siglo doce los peregrinos escriben sobre la “Vía Sacra”, como una ruta por la que pasaban recordando la Pasión. No sabemos cuando surgieron las Estaciones según las conocemos hoy, ni cuando se les comenzó a conceder indulgencias pero probablemente fueron los Franciscanos los primeros en establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedido en 1342 la custodia de los lugares más preciados de Tierra Santa. Tampoco está claro en que dirección se recorrían ya que, según parece, hasta el siglo XV muchos lo hacían comenzando en el Monte Calvario y retrocediendo hasta la casa de Pilato.
Via Crucis en Jerusalem:
-Via Crucis (Stadium Biblicum Franciscanum)
-The Way of the Cross
Muchos peregrinos no podían ir a Tierra Santa ya sea por la distancia y difíciles comunicaciones, ya sea por las invasiones de los musulmanes que por siglos dominaron esas tierras y perseguían a los cristianos. Así creció la necesidad de representar la Tierra Santa en otros lugares más asequibles e ir a ellos en peregrinación. En varios lugares de Europa se construyeron representaciones de los más importantes santuarios de Jerusalén.
En los siglos XV y XVI se erigieron Estaciones en diferentes partes de Europa. El Beato Álvarez (m. 1420), que en su regreso de Tierra Santa, construyó una serie de pequeñas capillas en el convento dominico de Córdoba en las que se pintaron las principales escenas de la Pasión en forma de estaciones. Por la misma época, la Beata Eustochia, clarisa, construyó Estaciones similares en su convento en Messina. Hay otros ejemplos. Sin embargo, la primera vez que se conoce el uso de la palabra “Estaciones” siendo utilizada en el sentido actual del Vía Crucis se encuentra en la narración del peregrino inglés Guillermo Wey sobre sus visitas a la Tierra Santa en 1458 y en 1462. Wey ya menciona catorce estaciones, pero sólo cinco de ellas corresponden a las que se usan hoy día, mientras que siete sólo remotamente se refieren a la Pasión.
Por la dificultad creciente de visitar la Tierra Santa bajo dominio musulmán, las Estaciones de la Cruz y diferentes manuales para rezar en ellas se difundieron por Europa. Las Estaciones tal como las conocemos hoy fueron aparentemente influenciadas por el libro “Jerusalén sicut Christi tempore floruit” escrito por un tal Adrichomius en 1584. En este libro el Vía Crucis tiene doce estaciones y estas corresponden exactamente a nuestras primeras doce. Parece entonces que Vía Crucis, como lo conocemos hoy surge de las representaciones procedentes de Europa.
Pocas de las Estaciones en los tiempos medievales mencionan la segunda (Jesús carga con la cruz) ni la décima (Jesús es despojado de sus vestiduras). Por otro lado algunas que hoy no aparecen eran antes más comunes. Entre éstas, el balcón desde donde Pilato pronunció Ecce Homo (he aquí al hombre).
En el año 1837, la Sagrada Congregación para las Indulgencias precisó que aunque no había obligación, es más apropiado que las estaciones comiencen en el lado en que se proclama el Evangelio. Pero esto puede variar según la estructura de la iglesia y la posición de las imágenes en las Estaciones. La procesión debe seguir a Cristo más bien que encontrarse de frente con Él.
Comprendiendo la dificultad de peregrinar a la Tierra Santa, el papa Inocente XI en 1686 concedió a los franciscanos el derecho de erigir Estaciones en sus iglesias y declaró que todas las indulgencias anteriormente obtenidas por devotamente visitar los lugares de la Pasión del Señor en Tierra Santa las podían en adelante ganar los franciscanos y otros afiliados a la orden haciendo las Estaciones de la Cruz en sus propias iglesias según la forma acostumbrada. Inocente XII confirmó este privilegio en 1649 y Benedicto XIII en 1726 lo extendió a todos los fieles. En 1731 Clemente XII lo extendió aún más permitiendo las indulgencias en todas las iglesias siempre que las Estaciones fueran erigidas por un padre franciscano con la sanción del ordinario (obispo local). Al mismo tiempo definitivamente fijó en catorce el número de Estaciones. Benedicto XIV en 1742 exhortó a todos los sacerdotes a enriquecer sus iglesias con el rico tesoro de las Estaciones de la Cruz. En 1857 los obispos de Inglaterra recibieron facultades de la Santa Sede para erigir ellos mismos las Estaciones con indulgencias cuando no hubiesen franciscanos. En 1862 se quitó esta última restricción y los obispos obtuvieron permiso para erigir las Estaciones ya sea personalmente o por delegación siempre que fuese dentro de su diócesis.
Boletín Los Estudiantes 2010
19/3/11
MARÍA, MADRE, REINA… MUJER
Dadas las múltiples representaciones a través del arte de la Madre de Dios, podemos concretar como definir a María con la ternura de una Madre, el poder y grandeza de una Reina, pero sobre todo con la expresión más elegante y preciosa su representación como mujer.
En nuestra tierra andaluza y especialmente sevillana, cariñosamente llama tierra de María Santísima, podemos ver la grandeza y tradición de las distintas muestras de devoción hacia la Madre de Dios.
En esta tierra donde a la Santísima Virgen se le trata y habla como a una Mujer llena de gracia, se le concede el trato de Reina con todos los atributos que le pertenecen, aún llena de infinito dolor, se le representa con su atuendo hebreo como una mujer más de la ciudad, sencilla, con el escueto ropaje de una mujer de diario en su quehaceres cotidianos, pero siempre con el respeto y elegancia que siempre merece la Madre del Altísimo.
María a quien esta tierra se atreve a ponerla bajo palio, honor siempre reservado a su divino Hijo en al augusto Sacramento del Altar, es Reina y primer sagrario del mundo, y nos bastamos sólo con esta razón para tocarla de Corona de realeza y cobijarla en trono Real de grandeza.
María además de ser Reina, es mujer, en los tiempos litúrgicos en que la austeridad de las preparaciones de una gran celebración, llámese Cuaresma, llámese adviento, María es piedra angular como mujer elegida para la manifestación de Dios, pero no como real señora, sino como una mujer sencilla y humilde de Nazaret, una mujer que para la celebración de esas preparaciones no ostenta signos de realeza ni posesión de riqueza material, sino es espejo donde todos y cada uno de nosotros debemos vernos reflejados con nuestras actitudes.
La celebración de un Triduo de Regla inmersos en una cuaresma, no es la situación propicia para representar a María con la Realeza que le otorga la Trinidad, sino la más perfecta ocasión para representar a María como lo que es, Mujer y ante todo Madre.
La vestimenta de hebrea no debe de considerarse un atuendo cualquiera sino el mejor signo de la grandeza humana tocada por la elección de Dios, sencillez y humildad de una mujer como nuestras Madres, esposas…
Después vendrá el culmen de la grandiosidad, venerar a María como ostentadora del poder Real concedido por Dios y medianera universal de la Divina prodigalidad.
Veneremos sin vacilación alguna a María como Madre, rindámosle pleitesía como Reina, y mirémosla como Mujer mensajera de paz sin ofensa alguna con apelativos derogantes y vacíos de contextos cristianos.
Boletín “Blanca y Colorá”
Foto: J. Vázquez
13/3/11
EL CRISTO DEL PREGONERO
Entre versos desgarrados
quisiera pintar tu figura,
tu mirada allí perdida
y tu eterna y sentida amargura
Eres el río
que en su delta muere,
caduco árbol
que en otoño yace;
Eres la flor
que se marchita
como vela consumida,
La luz que oscura se torna
como el paso de la vida;
Eres la marcha cofradiera
que entona sus últimas notas
cual enlutada sinfonía
del réquiem que se agota.
Eres el verso emocionado
del pregonero que canta
y la saeta pura y limpia
que sale de la garganta;
Eres el camino que se corta
Y el tiempo que nunca acaba.
Ahora recuerdo tu cara
entrando triunfal a Estepa
aquella tarde bendita
entre vítores y palmas
subido en Tu borriquita.
En los brazos de tu Madre
todo un barrio te lloraba
y allí en la calle la Puente
con Angustias te rezaba.
Estepa Te vio subir
al cielo en la madrugada
consolar quiso a tu Madre
de angustias coronada.
Mis ojos de fe verán
por amor tu cuerpo inerte,
llorarán pues tu Calvario
en la cruz Tu Buena Muerte.
Entre sabios y doctores
con tus manos bendecías
al pueblo que a Tu paso
Dulce Nombre te decía.
Estepa imploró perdón
y atarse quiso contigo
y amarrado en su pecado
te nombro su Santo Cristo.
Con el peso de un madero
en la Cuesta Te veré;
al caerte Te miré
gritando Tu nombre, Jesús,
¡déjame seguir contigo
“pa” llevar siempre Tu Cruz!
Estepa lloró la pena
de su duro y cruel destino
y lloró también Tus Dolores
en el fin de tu camino.
Con este tu caminar
por mi pueblo en Semana Santa
gritaré “pa” que todos lo sepan
¿quién puede decirte, Señor,
que no eres el Cristo de Estepa?
Quisiera ver Tu mirada
siempre clavada en el suelo
y secar bien Tus heridas
cuando esté contigo en el Cielo.
Dame Paciencia Señor,
Tu Humildad también la Quiero,
pues siempre serás para mí
El Cristo del Pregonero.
Fotografías y texto:
-Hermandad del Dulce Nombre
HUMILDAD Y PACIENCIA
“La Cultura debe considerarse como el bien común de cada pueblo, la expedición de su dignidad, libertad y creatividad, el testimonio de un camino histórico. En concreto. Sólo desde dentro y a través de la cultura, la fe cristiana llega hacerse histórica y creadora de historia.”
Juan Pablo II Exhortación Apostólica, “Christifidelis laici”
Una nueva oportunidad me brinda la Hermandad del Dulce Nombre para a través de este humilde publicación ofrecer en la sencillez de estas líneas, el testimonio que nuestro ya querido Papa Juan Pablo II pedía a los fieles laicos, valentía y creatividad intelectual, ambas cosas en este pequeña reflexión he intentado expresar si bien es verdad más que valentía yo hablaría de osadía y más que creatividad intelectual yo destacaría la necesidad de reflexión sobre esta.
Comienzo con estas palabras ya que me propongo escribir unas líneas de unas de las imágenes menos conocidas de nuestra Semana Santa, o más propiamente de nuestras Cofradías, me refiero a la Imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia de esta nuestra querida Cofradía del Dulce Nombre, en el décimo aniversario de su salida pública a través del Vía Crucis del Miércoles de Ceniza.
Me centraré más en el apartado iconográfico que en el histórico ya que este merece un estudio más concienzudo.
La imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia es una talla realizada de madera policromada de tamaño natural, hecho este curioso ya que mayoritariamente este tipo de iconografía religiosa por otra parte muy popular como atestiguaremos más adelante, suelen ser por lo común de tamaño académico o más pequeño de lo natural, es el caso de la citada devoción en otras localidades, un buen ejemplo es el caso de Sevilla con la Hermandad de la Cena o localidades más cercanas a la nuestra y con mayores similitudes con nuestro caso, hablamos de Antequera, Archidona, etc., ciudades donde los ejemplos sobre este tipo de iconografía “Humildad y Paciencia” se refieren a imágenes de Cristo más pequeños, más del gusto conocido como “académico”.
En nuestra propia localidad ejemplos de similar iconografía y gusto, pueden ser las imágenes que posee la Hermandad de San Pedro, conocido en este caso como Cristo de las Penas, ubicado en la Iglesia del Carmen o con similar designación y propiedad de la citada cofradía del Martes Santo pero instalado en la Iglesia de la Asunción a la derecha del Altar de Ntra. Sra. de los Dolores, en dicho caso esa vieja y antigua escultura “de papelón”, la cual comparte aún más si cabe los rasgos iconográficos de nuestra imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia del Dulce Nombre, si bien difiere en esa característica la cual estoy haciendo hincapié, que no es otra que la de destacar el gusto por lo pequeño.
Destacable por tanto esta primera observación de volumen acentuada en nuestra imagen representación más naturalista y real, el caso es, y de ahí esta larga puntualización es que nuestro Cristo de la Humildad y Paciencia de la Hermandad Dulce Nombre, además de haber sido confeccionado para la reflexión devocional, tiene unas notables características propias para buscar algún tipo de reconocimiento artístico.
Desgraciadamente y de ahí este primer punto de reflexión son escasos por no decir nulos los estudios realizados sobre el autor de esta bella imagen, al menos digámoslo para que generaciones futuras hagan esfuerzos y estudien la figura de este maestro escultor antequerano llamado Diego Márquez y de la Vega (1724-1791), el cual tan larga y amplia obra tiene en nuestra localidad.
Pero centrémonos en la representación iconográfica del Cristo de la Humildad y Paciencia tan desconocida para muchos de nosotros, según diferentes estudios teológicos, se da la opinión de que esta imagen bajo este título de Humildad y Paciencia, representa a Jesús en el Gólgota sentado en una piedra esperando con resignación para ser crucificado, y espera con paciencia la llegada de la hora de su muerte. Buscando imágenes similares reafirmamos esta teoría con uno de los ejemplos más claro, el Cristo de la Humildad y Paciencia de la cofradía sevillana de la Cena, el Cristo responde a esta iconografía, incluso el profesor Jesús M. Palomero nos comenta como en el libro “Glorias religiosas de Sevilla” (1882) de José Bermejo como el paso se representaba con dos sayones, la cruz tendida en el suelo y otro sayón realizando el hoyo para la exaltación de la cruz.
Para otros la representación de la iconografía del Cristo de la Humildad y Paciencia tiene su origen en la Edad Media, pero no será hasta la era renacentista cuando tenga su máximo apogeo. La mayor difusión se hace a través de los grabados del alemán Alberto Durero (“La Gran Pasión” y “La pequeña Pasión”) (1510-11), y en este caso el momento sería un poco antes del pasaje del Gólgota y ese momento de reflexión, de “Humildad y Paciencia” sería en palacio de Pilatos, muchos y pretendidos misterios podrían salir de tan bella imagen.
Pero quizás sea más interesante ver este otro aspecto que une más la escultura con la fe pues en estos años surgen las teorías humanistas de Erasmo de Rótterdam en las cuales el hombre es el centro del mundo y no Dios, así que esta imagen de Cristo es muy importante para ellos ya que es la representación de un hombre ultrajado, no es un Dios, poderoso y prepotente sino un Dios que sufre pero que se resigna, que tiene paciencia y perdona.
Otra representación humanista es la del Cristo paciente como el Dios clásico Saturno, que también es un tema más recurrente de los renacentistas las referencias al mundo grecolatino, dejemos para otro artículo la representación de nuestra imagen.
Lo cierto es que en los siglos XVII y XVIII este tipo de representaciones tienen una gran expresión en toda España sobre todo en Andalucía, Canarias y de estas regiones pasa a Latino América.
Se suele representar sentado en una piedra del monte Gólgota con la mano en la mejilla pensativo, melancólico. Alguna vez se suele poner las vestiduras a sus pies, o bien sentado en una fría y dura piedra cerca de la columna de los azotes.
La imagen que tiene la Cofradía del Dulce Nombre de Estepa está dentro del estilo barroco andaluz de mediados del s. XVIII. Tiene ese toque realista, típico del barroco, en la ligera torsión de su pierna derecha y suave adelantamiento de su espalda. Su rostro no nos demuestra sufrimiento excesivo, aunque sí de abatimiento.
El toque más realista y más barroco es la policromía, y sobre todo en sus espaldas donde la justa cantidad de sangre nos demuestra la dureza de su pasión, pero con suavidad sin fealdad ni miedo.
El Cristo llevaba una serie de postizos que le daban más teatralidad, en su espalda nos referimos a unas adiposidades de cuero hoy perdidas en una desafortunada restauración que a unidas las llagas de las heridas proporcionaban ese mayor realismo y movimiento de la escultura.
En definitiva en esta imagen, el sufrimiento parece pertenecer a la trascendencia del hombre, y a la siempre dura conexión de éste, al hombre, y a su superación a través de Dios.
D. Moisés Caballero Páez
Boletín Blanca y Colorá 2010
Juan Pablo II Exhortación Apostólica, “Christifidelis laici”
Una nueva oportunidad me brinda la Hermandad del Dulce Nombre para a través de este humilde publicación ofrecer en la sencillez de estas líneas, el testimonio que nuestro ya querido Papa Juan Pablo II pedía a los fieles laicos, valentía y creatividad intelectual, ambas cosas en este pequeña reflexión he intentado expresar si bien es verdad más que valentía yo hablaría de osadía y más que creatividad intelectual yo destacaría la necesidad de reflexión sobre esta.
Comienzo con estas palabras ya que me propongo escribir unas líneas de unas de las imágenes menos conocidas de nuestra Semana Santa, o más propiamente de nuestras Cofradías, me refiero a la Imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia de esta nuestra querida Cofradía del Dulce Nombre, en el décimo aniversario de su salida pública a través del Vía Crucis del Miércoles de Ceniza.
Me centraré más en el apartado iconográfico que en el histórico ya que este merece un estudio más concienzudo.
La imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia es una talla realizada de madera policromada de tamaño natural, hecho este curioso ya que mayoritariamente este tipo de iconografía religiosa por otra parte muy popular como atestiguaremos más adelante, suelen ser por lo común de tamaño académico o más pequeño de lo natural, es el caso de la citada devoción en otras localidades, un buen ejemplo es el caso de Sevilla con la Hermandad de la Cena o localidades más cercanas a la nuestra y con mayores similitudes con nuestro caso, hablamos de Antequera, Archidona, etc., ciudades donde los ejemplos sobre este tipo de iconografía “Humildad y Paciencia” se refieren a imágenes de Cristo más pequeños, más del gusto conocido como “académico”.
Stmo. Cristo de la Humildad y Paciencia. Sevilla
En nuestra propia localidad ejemplos de similar iconografía y gusto, pueden ser las imágenes que posee la Hermandad de San Pedro, conocido en este caso como Cristo de las Penas, ubicado en la Iglesia del Carmen o con similar designación y propiedad de la citada cofradía del Martes Santo pero instalado en la Iglesia de la Asunción a la derecha del Altar de Ntra. Sra. de los Dolores, en dicho caso esa vieja y antigua escultura “de papelón”, la cual comparte aún más si cabe los rasgos iconográficos de nuestra imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia del Dulce Nombre, si bien difiere en esa característica la cual estoy haciendo hincapié, que no es otra que la de destacar el gusto por lo pequeño.
Cristo "de papelón". Iglesia de la Asunción.
Stmo. Cristo de las Penas. Iglesia del Carmen.
Destacable por tanto esta primera observación de volumen acentuada en nuestra imagen representación más naturalista y real, el caso es, y de ahí esta larga puntualización es que nuestro Cristo de la Humildad y Paciencia de la Hermandad Dulce Nombre, además de haber sido confeccionado para la reflexión devocional, tiene unas notables características propias para buscar algún tipo de reconocimiento artístico.
Desgraciadamente y de ahí este primer punto de reflexión son escasos por no decir nulos los estudios realizados sobre el autor de esta bella imagen, al menos digámoslo para que generaciones futuras hagan esfuerzos y estudien la figura de este maestro escultor antequerano llamado Diego Márquez y de la Vega (1724-1791), el cual tan larga y amplia obra tiene en nuestra localidad.
Pero centrémonos en la representación iconográfica del Cristo de la Humildad y Paciencia tan desconocida para muchos de nosotros, según diferentes estudios teológicos, se da la opinión de que esta imagen bajo este título de Humildad y Paciencia, representa a Jesús en el Gólgota sentado en una piedra esperando con resignación para ser crucificado, y espera con paciencia la llegada de la hora de su muerte. Buscando imágenes similares reafirmamos esta teoría con uno de los ejemplos más claro, el Cristo de la Humildad y Paciencia de la cofradía sevillana de la Cena, el Cristo responde a esta iconografía, incluso el profesor Jesús M. Palomero nos comenta como en el libro “Glorias religiosas de Sevilla” (1882) de José Bermejo como el paso se representaba con dos sayones, la cruz tendida en el suelo y otro sayón realizando el hoyo para la exaltación de la cruz.
Para otros la representación de la iconografía del Cristo de la Humildad y Paciencia tiene su origen en la Edad Media, pero no será hasta la era renacentista cuando tenga su máximo apogeo. La mayor difusión se hace a través de los grabados del alemán Alberto Durero (“La Gran Pasión” y “La pequeña Pasión”) (1510-11), y en este caso el momento sería un poco antes del pasaje del Gólgota y ese momento de reflexión, de “Humildad y Paciencia” sería en palacio de Pilatos, muchos y pretendidos misterios podrían salir de tan bella imagen.
Ecce Homo. Alberto Durero
Pero quizás sea más interesante ver este otro aspecto que une más la escultura con la fe pues en estos años surgen las teorías humanistas de Erasmo de Rótterdam en las cuales el hombre es el centro del mundo y no Dios, así que esta imagen de Cristo es muy importante para ellos ya que es la representación de un hombre ultrajado, no es un Dios, poderoso y prepotente sino un Dios que sufre pero que se resigna, que tiene paciencia y perdona.
Otra representación humanista es la del Cristo paciente como el Dios clásico Saturno, que también es un tema más recurrente de los renacentistas las referencias al mundo grecolatino, dejemos para otro artículo la representación de nuestra imagen.
Lo cierto es que en los siglos XVII y XVIII este tipo de representaciones tienen una gran expresión en toda España sobre todo en Andalucía, Canarias y de estas regiones pasa a Latino América.
Se suele representar sentado en una piedra del monte Gólgota con la mano en la mejilla pensativo, melancólico. Alguna vez se suele poner las vestiduras a sus pies, o bien sentado en una fría y dura piedra cerca de la columna de los azotes.
La imagen que tiene la Cofradía del Dulce Nombre de Estepa está dentro del estilo barroco andaluz de mediados del s. XVIII. Tiene ese toque realista, típico del barroco, en la ligera torsión de su pierna derecha y suave adelantamiento de su espalda. Su rostro no nos demuestra sufrimiento excesivo, aunque sí de abatimiento.
El toque más realista y más barroco es la policromía, y sobre todo en sus espaldas donde la justa cantidad de sangre nos demuestra la dureza de su pasión, pero con suavidad sin fealdad ni miedo.
El Cristo llevaba una serie de postizos que le daban más teatralidad, en su espalda nos referimos a unas adiposidades de cuero hoy perdidas en una desafortunada restauración que a unidas las llagas de las heridas proporcionaban ese mayor realismo y movimiento de la escultura.
En definitiva en esta imagen, el sufrimiento parece pertenecer a la trascendencia del hombre, y a la siempre dura conexión de éste, al hombre, y a su superación a través de Dios.
D. Moisés Caballero Páez
Boletín Blanca y Colorá 2010
6/3/11
EL CONSEJO DE HERMANDADES PRESENTA EL CARTEL DE LA SEMANA SANTA DE 2011
El Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Estepa ha presentado oficialmente en el día de hoy, 6 de Marzo de 2011, el cartel anunciador de la Semana Santa de 2011. En esta ocasión se trata de la imagen de María Santísima de las Angustias portada por sus hermanos blanquillos y obreros, fotografía realizada por D. Esteban Galván.
El acto ha sido organizado por el Consejo de Hermandades y Cofradías en colaboración con la Hermandad Obrera de Nuestra Señoras de las Angustias, San José Obrero y San Pío X, cuya titular protagoniza el cartel de este año, y se ha celebrado en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, dando comienzo a las 13:00 h.
La presentación del Cartel ha tenido lugar con sencillas pero muy agradables palabras que en el corazón del Hermano Mayor, D. Manuel Muñoz Marchán ha mostrado el Amor de María hacia un pueblo, hacia todos nosotros.
El Cartel nos invita a acercarnos a conocer la Semana Santa estepeña y a buscar en la noche del Lunes Santo a la Santísima Virgen en la oscuridad de las calles de nuestro pueblo para rezar el rosario junto a ella y acompañarla en reflexión y oración junto a los estepeños por su recorrido.
En el acto también se ha presentado de forma oficial al pregonero de la Semana Santa de Estepa 2011, que correrá a cargo de D. Juan Carlos Gallardo Ruiz, y será presentado por D. José Joaquín Luque Jurado. El pregón tendrá lugar el próximo domingo 10 de abril de 2011 en la Iglesia de Santa María de la Asunción Mayor y Matriz de la Ciudad de Estepa.
Fuente de información:
-Grupo Joven de las Angustias
Galería fotográfica:
-Acto de presentación del Cartel de Semana Santa 2011 (Desde la alcazaba)
5/3/11
X ESTACIÓN
Vamos a aprovechar este apartado para recordar a través de instantáneas, el primer Vía Crucis Parroquial presidido por la Sagrada Imagen de nuestro Amantísimo Titular El Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia. Esta decisión viene respaldada por el hecho de que el próximo Miércoles de Ceniza, será la décima vez que celebremos este acto que ya se puede catalogar o tipificar como tradicional.
En el año 2001, el Rvdo. Sr. D. Manuel Martínez Valdivieso, Párroco de Santa María de la Asunción la Mayor y Matriz y Director Espiritual de la Hermandad en aquella época, a propuesta de un grupo de jóvenes pertenecientes a nuestra corporación, concedió la oportunidad de que diésemos culto público a nuestro cotitular de esta manera, es decir, organizando el ejercicio piadoso del Vía Crucis catalogado de Parroquial para darle una mayor dimensión. De esta manera, el miércoles día 28 de Febrero del año de 2001, la Imagen del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia salió por primera vez después de un largo letargo; un dilatado período de tiempo inmerso en el más absoluto de los olvidos. Tanto es así, que ni los mayores de nuestra Hermandad se ponían de acuerdo acerca de cuál fue el último año que salió en procesión la venerada imagen. En su origen, se trataba de trasladar al Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia desde la Casa de Hermandad –donde se encontraba desde que se trasladara desde la Iglesia Parroquial de Santa María debido al estado ruinoso de la misma- hasta la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios para ocupar el Altar de Cultos, pues el Triduo según prescriben nuestras Santas Reglas, comienza justa el día siguiente al Miércoles de Ceniza. El mismo año de 2001 nuestro Director Espiritual concedió un lugar en la Iglesia para que nuestro Titular volviera a estar junto con El Dulce Nombre de Jesús y Nuestra Señora de la Paz. A partir de ahí, el Vía Crucis comienza desde el interior de la Iglesia de los Remedios justo después de la Misa de Imposición de la Ceniza.
Con esta sección hemos querido mostrar el inexorable paso del tiempo en torno a la advocación y la veneración de la Humildad y Paciencia de Nuestro Señor Jesucristo. Podemos comparar cómo era antes la procesión del Santísimo Cristo y cómo es en la actualidad, centrándonos exclusivamente en el primer año del Vía Crucis.
Las primeras fotografías corresponden a tiempos pretéritos, una época escrita en blanco y negro donde podemos observar a nuestra Imagen por la calle Mesones en procesión detrás de la de El Dulce Nombre de Jesús, justo por el lugar donde comienza actualmente la Carrera Oficial de nuestra Semana Santa; también se puede distinguir al Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia delante de la puerta principal de la Iglesia Conventual de Nuestra Señora de la Victoria.
Por otro lado, recordamos la primitiva localización que tenía en su retablo de la Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción la Mayor y Matriz y, más adelante, vemos la actual posición que ocupa en la Iglesia de los Remedios, en el retablo que se sitúa junto al púlpito de la misma.
El último grupo de instantáneas corresponden al I Vía Crucis Parroquial celebrado el día 28 de Febrero del año de 2001.
Con este solemne acto se abre oficialmente la Cuaresma en Estepa, y es esto lo que deseamos conservar en el devenir de los años, es simbólico que con dicha iconografía se inicie este tiempo, puesto que es el admirar la sublime talla de Diego Márquez, nos induce a la reflexión propia de los días que se acercan de manera inmediata.
Boletín "Blanca y Colorá" 2010
Fotografías:
-Universidad de Sevilla
-J. Vázquez
-Hdad. del Dulce Nombre
SEÑOR DE LA HUMILDAD Y PACIENCIA
La sagrada Imagen del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, Titular de la Hermandad del Dulce Nombre, vuelve, tras un largo letargo, a recibir culto público en la Iglesia de Ntra. Sra. de Los Remedios, junto a los otros dos titulares de dicha Hermandad. Sin duda alguna, en los últimos años estamos asistiendo a un resurgir en lo que se refiere a la devoción hacia dicha imagen.
Después de muchos años, y tras reiteradas negativas por parte de la autoridad eclesiástica, la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad ha logrado que fructifique con éxito el ansiado sueño de ver como su Titular, el Cristo de la Humildad y Paciencia, vuelve a recibir culto público en la Iglesia de Ntra. Sra. de Los Remedios, junto a las Imágenes del Dulce Nombre de Jesús y Ntra. Sra. de la Paz.
De esta forma, se hace efectivo el obligado cumplimiento que, según nuestras Sagradas Reglas, insta a dar culto a nuestras Imágenes.
La Imagen del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia se encuentra ubicada actualmente en la Iglesia de Ntra. Sra. de Los Remedios, en un retablo a la derecha del Altar Mayor y junto a la Capilla Sacramental donde, desde la Cuaresma de 2001, todos los estepeños y cuantos se acerquen a esta Iglesia, puede admirar y rezar devotamente a esta impresionante talla del imaginero antequerano Diego Márquez y Vega.
El Cristo sentado, representa a Nuestro Señor Jesucristo después de ser azotado, en actitud de plena humildad. Es una talla de marcados rasgos realistas que muestran una terrible crudeza, resaltando su espalda, donde se pueden contemplar las tremendas secuelas de los azotes recibidos por Jesús antes de su crucifixión.
La Hermandad del Dulce nombre anima a todos los estepeños a que se acerquen a contemplar a esta Imagen del Santísimo Cristo, que ya se halla de nuevo en una Iglesia, ante los ojos de Estepa.
El traslado de la Imagen desde nuestra Casa de Hermandad hasta los Remedios tuvo lugar la tarde noche del Miércoles de Ceniza del año 2001, en Solemne Viacrucis, organizado por los jóvenes de esta Hermandad.
Después de este emotivo acto, se acordó con la Parroquia que este Viacrucis tuviera lugar con carácter anual. De esta forma, además de ser este el acto con el cual la Parroquia de Santa María abre la Cuaresma, podamos los hermanos del Dulce Nombre rememorar siempre el día en que Nuestro Cristo fue trasladado al Templo.
El Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia ha calado muy hondo, en los últimos tiempos, en el corazón de todos los jóvenes del Dulce Nombre, siendo la Imagen que siempre ha presidido nuestro Pregón de hermandad, cuando éste tenía lugar en nuestra casa, por lo que en uno de estos actos un joven devoto de esta Imagen tuvo el gran acierto de llamarlo “El Cristo del Pregonero”, en una santidad y profunda poesía de cuyos versos se desprende un sentimiento ya generalizado en todos nosotros.
Boletín "Blanca y Colorá"
Hdad. del Dulce Nombre
Fotografía: J. Vázquez