15/6/20

PATRONAZGO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN SOBRE ESPAÑA

Son innumerables los documentos que atestiguan, desde los siglos siete y ocho, que los reinos cristianos de la península celebraban la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. En el XI Concilio de Toledo, celebrado en el año 675, el rey visigodo Wamba era titulado como “Defensor de la Purísima Concepción de María”, abriendo una línea de fieles devotos entre los reyes hispanos. Los reyes hicieron suyo el fervor popular a la Inmaculada Concepción, como Fernando III El Santo, Jaime I el Conquistador o Jaime II de Aragón. También los santos y los teólogos empezaron a escribir y a predicar sobre el misterio.

Desde el siglo XIV existen en España referencias de cofradías creadas en honor a la Inmaculada. La más antigua, en Gerona, data de 1330. En el siglo XVI se revitalizará este fervor con un ingente número de cofradías constituidas bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de María, hermandades consagradas a las labores caritativas y la asistencia social. El primer templo dedicado a la Inmaculada Concepción en España fue el Monasterio de San Jerónimo de Granada, cuya fundación es anterior a la toma de la ciudad por los Reyes Católicos. A este impulso se une la labor de la orden de los franciscanos que fueron muy fieles a la creencia en la Inmaculada, y contribuyeron a su arraigo y extensión por todo el mundo.

En Sevilla la cofradía de la Inmaculada Concepción se funda en 1522 en el Convento Casa Grande de San Francisco, venerando primero un lienzo de la Inmaculada y después una imagen de Duque Cornejo que hoy se encuentra en el convento del Santo Ángel. En Estepa la Hermandad de Ntra. Sra. de la Concepción fue fundada el 18 de enero de 1534 en las casas del vicario don Luis de Tamayo, donde se juntaron algunos devotos de la “vocación de la Stma. Conceptio de la Stma. Señora Virgen María” y redactaron unos estatutos para el gobierno y administración de la corporación. La hermandad edificó una ermita en honor a su titular, que fue bendecida el 21 de noviembre de 1548 por don Sancho Trujillo, obispo de Marruecos.


El emperador Carlos I o su hijo Felipe II fueron fieles devotos de la Inmaculada y portaron su estandarte en sus campañas militares. En 1585 durante la Guerra de los Ochenta Años, un tercio del ejército español se enfrentó y derrotó en condiciones muy adversas a una flota de cien barcos de los rebeldes de los Estados Generales de los Países Bajos en la batalla de Empel durante los días 7 y 8 de diciembre. La victoria se atribuyó a la intercesión milagrosa de la Inmaculada, considerándose posteriormente el día 8 de diciembre como la celebración de la Concepción sin pecado original de la Virgen María.

Felipe III, en 1604, hace obligatorio el juramento de defender el concepto de la Inmaculada Concepción en las universidades y en otros estamentos civiles y militares del reino. Los profesores de las Universidades más famosas juraron defender hasta morir el privilegio mariano, Así lo hicieron las Universidades de Valencia, Salamanca, Sevilla, Granada., Valladolid, Oviedo, Compostela, Oñate, Baeza, Alcalá, Osuna, Huesca, Barcelona, Zaragoza, etc, y de tal modo estaban convencidos de la certeza de su doctrina, que ninguna de las Universidades de España se volvió atrás de su voto.

Sin embargo, no fueron los claustros académicos los primeros que juraron su defensa, sino que el pueblo tomó la delantera, dando ejemplo de fe y de devoción. En concreto fue la villa de Madrid la primera que, corporativamente, abrazó el juramento el día 20 de Abril de 1438. A ella le siguieron Huesca en 1450 y Villalpando en 1466.

A principios del siglo XVII surgieron en Sevilla controversias sobre el tema llegando a tomar esta idea proporciones de manifestaciones populares cuando en el sevillano convento de Regina, de frailes dominicos, un ocho de septiembre del año 1613, fiesta de la Natividad de la Virgen, un fraile profeso de ese convento afirmó públicamente que la Virgen María no había sido concebida sin pecado original. Este sermón fue al parecer la chispa de un movimiento inmaculista sin precedentes en la ciudad, que originó innumerables votos, procesiones y funciones a su favor, con tintes casi de revuelta popular. Una embajada sevillana encabezada por Mateo Vázquez de Leca y Bernardo del Toro acudió a Roma en 1615 para influir en el Papa al objeto de conseguir la proclamación del dogma, cosa que no lograron de Paulo V pero si al menos que no se defendiera en público la opinión contraria mediante la renovación que hizo el Papa Sixto IV sobre la Concepción Inmaculada.

En 1615 la Hermandad del Silencio de Sevilla fue la primera que hizo solemne voto y juramento de defensa, hasta derramar su sangre si fuera preciso, de la Concepción sin pecado original de la Virgen María. Este juramento se repitió en ese año en localidades como Écija, Jerez de la Frontera o Palencia, y en 1616 en Marchena.

El voto concepcionista de la villa de Estepa ocurrió el 21 de mayo de 1651 cuando, a iniciativa de la Hermandad de sacerdotes de San Pedro, establecida en la Iglesia de Santa María de la Asunción la Mayor y Matriz, se decide prestar juramento y defensa, incluso dando la propia sangre y vida si fuese necesario, de que la Virgen María fue concebida sin pecado original. A esta iniciativa se une la Vicaría y el clero de Estepa, encabezada por el vicario Gerónimo de Ribera, el Ayuntamiento, cuyo alcalde era D. Diego de Aceijas y Ossorio, y el Marqués de Estepa, D. Adam Centurión.

En los territorios de la vicaría y el marquesado de Estepa se erigieron numerosas ermitas e iglesias dedicadas a la Purísima Concepción de María, como fueron la ermita de la Concepción de Estepa, la parroquia de la Purísima Concepción de Gilena o la ermita de la Inmaculada de Herrera. Además es patrona de Aguadulce, Gilena y Herrera y en la vecina localidad de Puente Genil fue nombrada la Purísima como patrona desde 1650 mediante voto del Ayuntamiento. En la población malagueña de Sierra de Yeguas, que perteneció a la vicaría de Estepa, la Inmaculada Concepción tiene dedicada la iglesia parroquial y fue nombrada patrona.

Felipe IV
Desde 1644, bajo el reinado de Felipe IV, la fiesta de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre fue considerada de precepto en todos los territorios españoles, incluidos los Reinos de Ultramar, por los cuales se extendió rápidamente la devoción a la Inmaculada Concepción, llegando a proclamarse con el tiempo incluso patrona de Paraguay (bajo el nombre de Virgen de Caacupé) y de los Estados Unidos de América, además de ser ampliamente venerada en muchos países del continente latino. Mucho más cerca, en Portugal se goza también de su patronazgo y dentro de nuestras fronteras, múltiples ciudades, localidades, cuerpos militares, profesionales y entidades de todo tipo están bajo el amparo de la Concepción Inmaculada de Nuestra Señora.

En 1708, sesenta y cuatro años después de la declaración española, el papa Clemente XI proclama que el 8 de diciembre será fiesta de guardar en toda la Iglesia.

En 1760, Carlos III, accediendo a los deseos manifestados de las Cortes españolas, tomó como universal Patrona de toda la monarquía a la Santísima Virgen en su Inmaculada Concepción. A instancias de este monarca, el Papa Clemente XIII, por la bula Quantum Ornamenti de 8 de noviembre de 1760, confirma este Patronato de María en todos los dominios de España. En 1771 el mismo rey consagra a la Inmaculada la recién creada orden de Carlos III y un año después Clemente XIV, mediante bula papal, reconoce dicha orden, identificada mediante los colores blanco y azul.

El 8 de diciembre de 1854 el papa Pío IX, mediante la carta apostólica “Ineffabilis Deus”, declara el dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Diez años después, en 1864, la Santa Sede concede a los sacerdotes españoles el privilegio de vestir la casulla azul el día de su festividad, como agradecimiento a la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción que hizo España.

La Inmaculada Concepción es patrona y protectora de España desde la declaración de Felipe IV en 1644, más tarde confirmada por Carlos III y el papa Clemente XIII en 1760. Tras la proclamación del dogma inmaculista en 1854, la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena declaró oficialmente a la Inmaculada como patrona del Arma de Infantería del Ejército español. Además es patrona del Cuerpo Eclesiástico del Ejército y del Estado Mayor, del Cuerpo Jurídico, y de la Farmacia militar, del colegio oficial de farmacéuticos y de las facultades de Farmacia.

En 2019 se cumplieron los 375 años del patronazgo de la Inmaculada Concepción sobre España y 260 de la confirmación por Carlos III y el papa Clemente XIII.


Fuente y artículos relacionados:
-375 años del patronazgo de la Inmaculada Concepción sobre España. Segura Márquez, FJ. Pasión y Glorias 2019. Estepa.
-La Inmaculada Concepción en España: religiosidad, historia y arte. Actas del Simposium. Estudios Superiores del Escorial. 2005
-El posicionamiento inmaculista de las cofradías españolas. Labarga García, F. Universidad de Navarra. 2004
-Ermita y Hermandad de Nuestra Señora de la Concepción. Devociones de Estepa. 2016
-Juramento de Estepa a la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora. Devociones de Estepa. 2009