17/8/16
SAN ROQUE EN LA ASUNCIÓN
San Roque nació en Montpellier (Francia) a finales del siglo XIII o comienzos del XIV. Fue hijo único y tardío de una familia devota y muy pudiente, cuyo padre fue gobernador de la ciudad. Quedó huérfano muy pronto, a los 20 años. Pertenecía a la Orden tercera de los franciscanos yl perder a sus padres decidió venderlo todo para entregar los beneficios a los pobres e inició su peregrinación a Roma. Al poco de comenzar su peregrinación se desató en Europa la epidemia de la peste negra que acabó con la vida de un tercio de la población europea.
En la zona de la Toscana, se hospedó en la ciudad de Acquapendente y, en el hospital, se puso a servir a todas aquellas personas que estaban infectadas de la peste, mostrando sus conocimientos en medicina. Seguramente, San Roque aprendió nociones en medicina en su ciudad natal, donde se encontraba una de las facultades de medicina más prestigiosas de Europa. Siguiendo su peregrinar, en la ciudad de Cesanea curó a un cardenal, el cual lo presentaría con posterioridad al Papa. Cuando se disponía a regresar a su país, pasó por Rimini y después a Piacenza, donde contrajo la enfermedad y se retiró a una cueva en el bosque para no suponer una carga ni contagiar a nadie. Cuando parecía estar destinado a morir, apareció un perrito que le llevaba un trozo de pan todos los días y le lamía las úlceras que la enfermedad había producido en su cuerpo.
Este perrito pertenecía a Gottardo Pallastrelli, un hombre acomodado, y al ver que repetidamente su perro cogía pan de la mesa y abandonaba la casa decidió un día seguirlo. El buen hombre al ver a San Roque y presenciar lo que su querida mascota estaba haciendo, decidió hospedarlo en su casa y cuidarlo. Cuando San Roque sanó, el anfitrión decidió peregrinar también a Roma. Una vez sanado, San Roque volvió a Montpellier, pero en un pueblo del norte de Italia fue detenido bajo la acusación de espionaje y mandado a prisión, donde estuvo entre tres y cinco años hasta su fallecimiento, probablemente en torno al año 1378.
Desde finales del siglo XIV y principalmente durante el siglo XV, se extiende su devoción por Europa, fundándose cofradías y hospedajes de enfermos bajo su nombre. Es, junto a San Sebastián, abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias. El Papa Gregorio XIII lo declaró Santo en 1584, celebrándose su festividad el 16 de agosto. San Roque es representado vestido de peregrino, herido en una pierna y acompañado por un perro o un ángel.
La imagen de San Roque podemos encontrarla en el retablo mayor de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y este hecho no es arbitrario, sino que muestra relación con la cofradía que regía el templo. A mediados del siglo XVII, en la villa de Estepa se deban las condiciones oportunas, pobreza, hambre y otras calamidades, para que se expandiera la epidemia de la peste que asolaba a Europa. En el cabildo de la villa de 1648 se recoge como la villa se protegió con cercas y guardias para evitar la expansión. La villa de Estepa se libró de la peste y este milagro se atribuyó a la intervención de la Patrona de Estepa, Ntra. Sra. de la Asunción, y con tal motivo se celebraron fiestas en honor de la patrona el 20 de octubre de 1650. En ellas se desplegó cuanto lujo permitía el estado de la población y en la víspera hubo fuegos artificiales.
Cuando la cofradía de la Asunción encarga el retablo mayor un siglo después, en 1749 al ecijano Juan José González Cañero, recoge en una de sus hornacinas la imagen de San Roque como abogado contra la peste y las epidemias. La cofradía controlaba además un hospedaje de enfermos desde su fundación, lo que la relaciona también con el Santo por su protección y cura de los enfermos infectados. Los pueblos y ciudades que se vieron afectados por la peste y en los que el Santo hubiera intercedido entre los habitantes suelen contar con un altar o una imagen en alguna de sus iglesias.
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