18/8/16

EL CRISTO DE LA COLUMNA DE LA ASUNCIÓN

En 1674 se funda la Hermandad de las Lágrimas de San Pedro en la Ermita de Ntra. Sra. de la Asunción. La cofradía de la Asunción, que era la más antigua y prestigiosa de la villa, permitió la fundación a cambio de una serie de condiciones que le exige a la hermandad de San Pedro: la cofradía de la Asunción presidiría con su estandarte la procesión de San Pedro la tarde del Miércoles Santo y saldrían los cofrades con sus túnicas, sombreros y bastones en el lugar que los alcaldes habían determinado previamente, mientras que los hermanos iban con capirotes cubriendo sus rostros; los cofrades que los deseasen habían de ser admitidos como hermanos de San Pedro “aunque esté el número de la Hermandad cumplido”. Como contrapartida, la cofradía les cedía para la procesión una imagen de Nuestra Señora y otra del Santo Cristo de la Columna, cuyos arreglos y aderezos debían costear la hermandad aunque seguían siendo propiedad de la cofradía de la Asunción. Todos los gastos – sacar la procesión a la calle, la Parroquia, predicador, etc. – corrían a cargo de la Hermandad de San Pedro.

Por este documento de la fundación, conocemos que la cofradía de la Asunción poseía una talla dolorosa de la Virgen y una imagen del Santo Cristo de la Columna, que cedía a la Hermandad de San Pedro para la procesión. Esta talla de Cristo corresponde con la antigua imagen del Santísimo Cristo de las Penas, conocido en otros documentos como Cristo de la Humildad o Cristo de la Humildad y Paciencia, fechable a finales del siglo XVI. Cristo aparece sedente apoyando su brazo derecho sobre la pierna mientras su mano sostiene su rostro, está coronado de espinas y de su cuello pende una soga que se anuda en el pecho. Las consecuencias de la laceración y el escarnio están presentes en las mejillas, frente, rodillas y pies. A su izquierda una columna baja presenta los signos sanguinolentos de la flagelación. La fecha de datación del Cristo nos hace pensar que la cofradía de la Asunción tuvo esta imagen desde antiguo, al menos desde la construcción de la nueva ermita en 1616 si no es con anterioridad.

El interés de la Hermandad de San Pedro en procesionar con un Cristo de la Columna se debe principalmente al canon de representación del apóstol en el barroco. La iconografía penitencial del apóstol en sus lágrimas se suele acompañar de la figura del gallo, y algunas veces también se le representa enfrentado “a la figura doliente de Cristo flagelado”, como si de la recreación de una visión de Pedro se tratase. Esta última interpretación plástica adquirió una importancia relevante entre los devotos, especialmente en Andalucía. Como ejemplo de esta última representación se encuentra el lienzo “San Pedro ante Cristo atado a la columna” del Palacio Arzobispal de Sevilla pintado por Zurbarán cerca de 1650.


En 1695 la Hermandad de San Pedro consigue erigir una capilla con la donación importante de los terrenos por parte del devoto Juan Miguel Chincoa. La cofradía de la Asunción da licencia a la hermandad para que en la Iglesia “en un arco de ella que mira al poniente continuo al arco toral pudiera hacer a su costa una capilla para sus imágenes: Cristo de las Penas y San Pedro”. Se deduce de este párrafo que el Cristo de las Penas había pasado definitivamente a la Hermandad de San Pedro y que es la que se halla hoy día en la misma capilla. Así en el tiempo de veinte años, la imagen Santo Cristo de la Columna pasa de la cofradía de la Asunción a la hermandad de San Pedro.

En 1750 el Vicario D. Manuel Bejarano y Fonseca acondiciona la capilla y funda aquí en 1768 el Orden Tercero de Servitas de Nuestra Señora de los Dolores. En esta reforma se encarga un retablo para la capilla que se relaciona con la obra del antequerano Francisco Primo mientras que la imaginería correspondería a Diego Márquez. En el retablo se venerarían las imágenes de San Pedro, Ntra. Sra. de los Dolores y el antiguo Cristo de las Penas del siglo XVI, lo que indica que cincuenta años después este antiguo Cristo de la Columna sería considerado parte fundamental de la hermandad que lo integraría en su nuevo retablo.


Sin embargo, en esta misma época la hermandad de San Pedro se interesa por un Cristo que representaba también el momento posterior a la flagelación y que se encontraba en la Ermita del Carmen. Este interés se debe al estado en el que se encontraba el antiguo Cristo de la Columna que dificultaba la procesión. La imagen nueva del Santo Cristo de las Penas fue encargada por el presbítero D. Rodrigo de Melgar para un retablo realizado por el maestro astigitano Guerrero en 1744. El presbítero Melgar accede a la petición de la hermandad pero a condición de que sólo saliera del templo para la procesión de San Pedro. Así la hermandad conservaba la antigua imagen del Cristo de las Penas del s. XVI que perteneciera a la cofradía de la Asunción en su capilla y la nueva imagen del s. XVIII en su retablo de la iglesia del Carmen.

Santo Cristo de las Penas. Iglesia del Carmen

No obstante, parece que la vinculación de la cofradía de la Asunción con el Cristo de la Columna seguía presente en el siglo XVIII ya que en las obras y decoración de la ermita tuvieron presente dedicar unas de las capillas de la iglesia al Cristo de la Columna. La capilla que daba acceso a la sacristía y camarín de Ntra. Sra. de la Asunción estaba dedicada en su origen a una talla de Cristo a la que se le dedica un retablo hornacina en el siglo XVIII. Dicho retablo se compone de banco, hornacina y ático, cuatro ménsulas dividen en tres compartimentos el banco conservando una interesante policromía dieciochesca de influencia chinesca u oriental. El cuerpo de la hornacina trilobulada se encuentra flanqueado por sendos estípites enmarcados por sus correspondientes pilastras lobuladas, el interior de la hornacina se decora con estofados vegetales apareciendo en tres óvalos los instrumentos de la pasión y la paloma del Espiritu Santo. Sobre la cornisa destaca el ático adintelado compuesto por una interesante pintura de la Virgen del Carmen del s. XVIII y a ambos lados sendos óvalos de nuevo con los instrumentos de la pasión. El titular del retablo queda claramente representado por los instrumentos de la pasión, sería el nuevo Cristo de la Columna que la cofradía de la Asunción encarga en la reforma de la iglesia en la segunda mitad del s. XVIII.

A finales del siglo XIX, cuando Aguilar y Cano describe esta capilla de la iglesia de la Asunción comenta que “hay dos altares, el del frente dedicado a San Luis Gonzaga, y el de la izquierda al Cristo de la Columna”. La imagen del jesuita es del siglo XIX, por lo que fue incorporada a la capilla con posterioridad al Cristo de la Columna y ocupaba una hornacina en esta capilla. Durante el siglo XX desaparece la imagen del Cristo de la Columna y en el inventario de la restauración de la iglesia de la Asunción (1961-1982) se recoge que en la capilla había una hornacina con San Luis Gonzaga, un Crucificado de pasta de menor tamaño del siglo XVI y un retablo con ático del siglo XVIII dedicado al beato Fray Diego José de Cádiz, que es una talla de principios del siglo XIX. Por lo tanto, la talla del Cristo de la Columna desapareció o fue cedida a otra iglesia en los cambios del siglo XX tras los sucesos de la II República y la Guerra Civil, y a su vez, la talla del beato fue traída para ocupar el retablo.

En esta restauración de la iglesia del s. XX se decide modificar al completo la capilla y se incorpora el retablo del Oratorio de la Escuela de Cristo, con tallas de la Inmaculada Concepción, San José con el Niño y San Felipe Neri, realizado por Andrés de Carvajal en 1766. Este retablo se coloca al frente por lo que se quita la hornacina de San Luis Gonzaga y la talla del santo se mantiene en una esquina de la capilla. Se conoce que la hermandad del Dulce Nombre trajo una hornacina de la iglesia de la Asunción para entronizar a la Virgen de la Paz en 1985, que puede corresponder con la que fue dedicada a San Luis Gonzaga. Los nuevos inventarios sitúan en la capilla dos hornacinas neobarrocas con las imágenes en serie de Santa Rita de Cassia y San Antonio de Padua, un vía crucis del siglo XIII y diversos lienzos dieciochescos. Actualmente en el retablo dedicado al Cristo de la Columna se encuentra la imagen de Ntra. Sra. de la Merced que la Hdad de San Pedro acogió recientemente.


Después de analizar la vinculación de la Hermandad de San Pedro y de la cofradía de la Asunción con la imagen del Cristo de la Columna, procedemos a averiguar cuál podría ser este Cristo de la Columna que la cofradía de la Asunción encargó en el siglo XVIII para esta capilla junto a su retablo. La iconografía de Cristo de la Columna es muy apreciada en esta zona, en el sur de Córdoba y en la comarca de Antequera, habiendo sido repetida en numerosas ocasiones por los talleres locales de imaginería para los retablos de las iglesias y como titulares de las hermandades. La iconografía de Cristo de la Columna representa la flagelación de Cristo y el momento posterior a la flagelación, con la reflexión de Cristo ante el sufrimiento, esperando humilde y paciente, la recogida de sus vestiduras, la coronación de espinas y la burla de los romanos y verdugos. En todas estas representaciones aparece la figura de la columna junto al Señor.

En Estepa la flagelación se representa en la imagen del Santo Cristo Amarrado a la Columna que Andrés de Carvajal y Campos realizara para la Hermandad de Paz y Caridad; la reflexión de Cristo esperando humilde y paciente se representa en el antiguo Cristo de las Penas del siglo XVI de la capilla de San Pedro, el Stmo Cristo de la Humildad y Paciencia que realizara Diego Márquez y Vega en 1772 para la Hermandad del Dulce Nombre; y el conocido Cristo del Matadero que está en posesión de una familia estepeña. El nuevo Cristo de las Penas de la iglesia del Carmen correspondería con la coronación y burla al llevar la corona de espinas y la caña en su mano derecha. La escena de Cristo recogiendo sus vestiduras no se representó en Estepa, pero sí en localidades cercanas como Antequera en el Stmo. Cristo del Mayor Dolor. Todas estas tallas de Cristo de la Columna de Estepa fueron realizadas para un lugar concreto de las iglesias estepeñas y de las hermandades, de las que hoy en día se desconoce este Cristo de la Columna de la iglesia de la Asunción.

Sin embargo, en las fotografías antiguas de la Semana Santa de Estepa se puede apreciar el procesionar por las calles de Estepa de otro Cristo de la Columna diferente a los mencionados, que representaba la flagelación. Esta talla era conocida como “El Cristo de la Tarama” y procesionó con diversas hermandades en la primera mitad del s. XX. En los años 1926-27, según testimonio de D. Juan Durán Martínez, el cortejo de la Hermandad de Paz y Caridad estaba formada por la Santa Cruz, el “Cristo de la Tarama”, el Señor Cautivo, la Santa Cena, el Stmo. Cristo Amarrado a la Columna y la Virgen de la Esperanza. Por otro lado, se conservan imágenes de esta imagen procesionando con la Hermandad del Dulce Nombre. En ella aparecen las imágenes del Dulce Nombre de Jesús, el Stmo. Cristo de la Humildad y Paciencia y el “Cristo de la Tarama” en la Plaza de la Victoria. Esta imagen de Cristo de la Columna se encuentra en la actualidad en la iglesia de Santiago de la localidad de Herrera y procesiona en la tarde del Jueves Santo con la advocación de Stmo. Cristo de la Misericordia, aunque también se conoce como “el Santo de la Tarama”. Hay que recordar también que en los sucesos de 1936 arde la iglesia de Santiago de Herrera y en la siguiente década se traslada el retablo mayor de la iglesia estepeña de la Victoria a la localidad vecina, por lo que igual suerte pudo correr esta talla estepeña de Cristo de la Columna.


Existen diversas coincidencias que nos pueden llevar a pensar que este Cristo de la Columna, conocido como “Cristo de la Tarama”, pudo ser la imagen que estuviera en el retablo de la iglesia de la Asunción. En primer lugar, el hecho de que el retablo del siglo XVIII de la iglesia de la Asunción estuviera dedicado a un Cristo de la Columna, que estuvo aquí hasta principios del siglo XX y que se desconozca su paradero. Por el tamaño del retablo debería representar a Cristo de pie en el momento de la flagelación. En segundo lugar, el hecho de que exista una talla de Cristo de la Columna, conocido como “Cristo de la Tarama”, que aparece en las fotografías de las procesiones de principio del siglo XX pero que no se cita la iglesia a la que pertenecía y que no se recoge en los inventarios y descripciones de las demás iglesias. En tercer lugar, el hecho de que este Cristo desapareciera a mitad de siglo cuando es llevado a Herrera y en el retablo se colocara la imagen del beato Fray Diego José de Cádiz. Y en cuarto lugar y más importante, la datación de la imagen, que pertenece al siglo XVIII y fue realizada por el antequerano Diego Márquez y Vega, que en ese momento se encuentra realizando varias obras para la Iglesia de la Asunción, entre ellas las imágenes que decorarían el retablo de la capilla de San Pedro.

Aunque estos datos parecen relacionar la talla del “Cristo de la Tarama” con el Cristo de la Columna de la capilla de la iglesia de la Asunción, sólo constituye una hipótesis que merecería un análisis más profundo de los expertos de la historia y el arte estepeño

Fuente:
-Memorial Ostipense, Aguilar y Cano, A. 1886. Anel, Granada, 1975
-Guía Artística de Sevilla y su provincia, Diputación Provincial, Sevilla, 1981
-Catálogo Arqueológico de Sevilla y su provincia, Tomo IV, Sevilla, 1954
-Cuadernos de la Estepa monumental: Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Ed. Ayuntamiento de Estepa, 2000
-La pintura en Estepa durante los siglos XVII y XVIII. Quiles García, F. Actas de las III Jornadas sobre Historia de Estepa. Ed. Ayto de Estepa, 1998
-Notas para la historia de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en el siglo XVIII. Jorge Alberto Jordán Fernández. Boletín San Pedro.
-La Hermandad de San Pedro en la Semana Santa del Barroco. José Javier Mateos Llamas. Lº Aniversario de la reorganización de la Hermandad de San Pedro, Estepa. 2003
-Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Estepa (Sevilla). D. García. S. Cabaco y J. Abades. La Hornacina