30/8/16

ERMITA DEL SANTO CRISTO DE LA SANGRE




La Ermita del Santo Cristo de la Sangre, de origen santiaguista, estuvo situada cerca de la antigua muralla, junto a la torre cuyos restos aún se conservan, a espaldas de la iglesia de la Concepción. En la ermita fue fundada la Hermandad del Santo Cristo de la Sangre que veneraba un lienzo de Cristo crucificado en el Calvario y acompañado de la Virgen María y San Juan, al tiempo que dos ángeles recogen su sangre en dos cálices. La calleja que directamente conducía desde la calle Ancha a la ermita se llamó calleja del Santo Cristo o Cuesta de la Sangre.

En la misma ermita fue fundada la cofradía del Corpus, que regentaba el Hospital de pasajes o de pobres transeúntes junto a la ermita. Era una casa bien pobre y desacomodada para su objeto, que era recoger a los pobres mendigos que transitaban por esta villa, facilitándoles recursos para baño y se les daba de comer, pero sólo podían estar varios días. Tenía algún pequeño caudal en censos, pero se sostenía principalmente con los fondos de la cofradía del Corpus. El primer testimonio documental que se refiere a la cofradía del Cuerpo de Cristo o del Cuerpo de Dios es de 1507, aunque tanto la cofradía como el hospital son mucho más antiguos. Estos datos se recogen en las actas de visitadores de la Orden de Santiago que lo describen así: “(…) y ha por linderos casas de Juan González de Osuna y casa de la Chicana. La entrada de ella tiene un portal blanco; y a la una mano y a la otra estaba una chimenea para los pobres que allí vienen. Entrando por otra puerta de en medio, más adentro, a la mano izquierda estaba un dormitorio dividido en dos piezas en el cual hay siete camas, y a l a mano derecha está una pieza en que está el hospitalero; y más adentro está un patio empedrado de piedra menuda y en medio dél que está un pozo y más adentro un trascorral pequeño una caballeriza pequeña. Las dichas siete camas que están en el dicho dormitorio tiene cada una un colchón y una sábana y una manta y una almohada”.


Lienzo de muralla bajo el cual estuvo la Ermita del Santo Cristo de la Sangre

La Hermandad del Señor de la Sangre quedó vinculada a la cofradía del Corpus y al hospital desde sus orígenes y fue una de las más prestigiosas de la villa. En Santa María no se empezaban las vísperas del Corpus hasta que llegaba el pendón de la hermandad del Señor de la Sangre, y que después de concluidas bajaba el vicario, con la música, y cantaban con mucha solemnidad un responso en la ermita del Señor.

Desde el siglo XVI al XVIII, la institución se vio envuelta en pleitos de índole económica y otros por cuestiones de prestigio, en lo que se refiere a la antigüedad de las cofradías y hermandades. En 1594 las cofradías del Corpus Christi y la de la Asunción competieron por ser la más veterana de Estepa y así ocupar el lugar más cercano a la cruz y a los clérigos en las procesiones. La cofradía de la Asunción alegó que su fundación se remonta a la época de la conquista de Estepa a los musulmanes en el día precisamente de la Asunción, calificándose de “inmemorial”. La cofradía del Corpus Christi alegó que por respeto y reconocimiento al Santísimo Sacramento de la Comunión debía ocupar el lugar más cercano.

En el siglo XVII la ermita y el hospital estaban arruinados, por lo que fue trasladado a la esquina de calle Santa Ana con Mesones, gracias a la donación de Juan Martín Formariz. Este pobre jornalero estaba una noche en el cortijo del Almajar cuando llegaron unos hombres enviados por otro que estaba en presidio. Estos hombres le obligaron a darles ayuda en la tarea de agotar el agua del pozo del referido cortijo. Logrado su intento, sacaron del fondo unos cajones de dinero y dieron una parte de él a Formariz, quien, sin duda, por cargo que le hiciera la conciencia respecto al origen de aquel caudal, decidió invertirlo en obras piadosas. Una de las que emprendió fue la reedificación del santuario de la Fuensanta. La siguiente obra fue la traslación de la ermita del Santo Cristo de la Sangre y el hospital a la esquina de Santa Ana con calle Mesones, conocida como calle de Gitanos. La nueva iglesia fue levantada y dedicada al lienzo del Santo Cristo de la Sangre, que se veneraba en el altar mayor, y el nuevo hospital llegó a ser conocido como El Cotarro. Juan Martín Formariz murió en 1662 y una calle cercana a la iglesia lleva su nombre.

Al terminar el siglo XVII la marquesa doña Leonor María Centurión y Mendoza regala a la ermita la imagen de Nuestra Señora del Carmen. La imagen fue depositada en el convento de la Victoria mientras que terminaban las obras de la iglesia. Al llegar la Virgen a la iglesia fue colocada en el retablo de la derecha, ocupando el lienzo del Santo Cristo el altar mayor. Con el auge de las hermandades del Rosario en la villa y el aumento de la devoción a la imagen de Nuestra Señora del Carmen, se fundó en esta iglesia el día 2 de junio de 1702 la Hermandad del Santo Rosario de Nuestra Señora del Carmen.

La cofradía del Corpus Christi entró en conflicto con la hermandad del Rosario que se había fundado en su templo, la del Carmen en la ermita de la Sangre, por el mantenimiento del hospital. La solución fue la fusión de la cofradía del Corpus Christi con la hermandad del Rosario del Carmen, con más pujanza económica. La unión de estas hermandades ocurrió hacia 1728, mediante auto de la vicaría, pasando la hermandad del Carmen a gestionar el hospital de transeúntes.

La Hermandad del Carmen aumentó su importancia en la iglesia sobre la del Santo Cristo de la Sangre y llevó a cabo la ampliación de la iglesia, que sólo llegaba antes hasta el sitio que ocupa el púlpito. La obra de la iglesia, o mejor dicho del camarín, capilla mayor, sacristía y casa del santero, se hizo a costa de esta hermandad, resultando de sus cuentas. Cuando concluyó el camarín, se trocaron las imágenes principales de la iglesia: la Virgen fue trasladada al altar mayor y el Santo Cristo al altar que ocupaba la Virgen a la derecha.

En la reciente restauración de la iglesia han aparecido y se han reinterpretado estructuras pertenecientes a una anterior construcción a la reforma de la iglesia del siglo XVIII. Se pueden apreciar en el muro de la izquierda desde la calle que está junto a la iglesia. Aparecen cuatro pilares adosados, unos de sección octogonal y otros con baquetones y escocias, al parecer anteriores al templo y de estilo gótico-mudéjar, quizás pertenecientes a una edificación anterior que no se llegó a ejecutar, o bien que fue reconstruida al edificarse el actual templo. En la reciente restauración ha aparecido en este costado una puerta de entrada a aquella construcción. Podría tratarse de la ermita que Juan Martín Formariz mandó edificar o una construcción anterior.

Cuando la hermandad encarga el retablo mayor al ecijano Juan José González Cañero en 1743-1753, este se queda incompleto al no reflejar la devoción original de la ermita, por lo que la representación del lienzo fue realizada en escultura por el escultor antequerano Diego Márquez. El nuevo Santo Cristo de la Sangre, la Virgen María y San Juan Evangelista, fiel al antiguo lienzo, ocuparon un lugar preferente en una hornacina bajo el manifestador. El antiguo lienzo del Santo Cristo de la Sangre fue llevado a la escalera del camarín. Paulatinamente también cambió el título de la iglesia por el de Nuestra Señora del Carmen.


Otra de las hermandades del Rosario, la de la Concepción, solicitó al Ayuntamiento el 13 de septiembre de 1723 la cesión de la callejuela del Santo Cristo de la Sangre, junto a la antigua y ya desaparecida primera ermita de la Sangre, para agrandar su iglesia.

El Consejo solicitó al Alcalde y al Vicario en 1791 iniciar las reformas acordadas por Carlos III y suprimir todas las hermandades a excepción de la cofradía del Hospital, de la Sacramental y la de Ánimas. Esto supuso que sólo quedaran las hermandades que regían los dos hospitales de la villa: la cofradía de la Asunción y la hermandad del Carmen (antigua del Corpus Christi). Las hermandades estepeñas comenzaron a redactar sus nuevas Ordenanzas siendo expedidas en 1794. Por diversos motivos las Ordenanzas de las hermandades no comenzaron a revisarse hasta 1797.

En 1796 el Consejo propuso que el hospital del Carmen se integrara en el de la Asunción. La hermandad del Carmen alegó para mantener la independencia que el hospital de la Asunción no tenía capacidad suficiente y eran de costumbres diferentes, el suyo de pobres transeúntes y el otro de pobres enfermos. La Hermandad del Carmen avaló en este momento su fusión con la cofradía del Corpus Christi, regente histórica del hospital, mientras que el hospital de la cofradía de la Asunción quedó bajo protección de la Corona, denominándose desde entonces Real Junta de Caridad del Hospital de Nuestra Señora de la Asunción.

Debido a esta necesidad de justificar su relación con el hospital y la cofradía del Corpus Christi, el presbítero D. Pedro Aguilar, hermano mayor de la del Rosario, hizo en 1788 los mayores esfuerzos por investigar los orígenes de la cofradía del Corpus Christi. Por un pleito en la Chancillería de Granada se confirmó que los estatutos de la hermandad eran de mucha antigüedad. A pesar de la reafirmación del Hospital del Corpus Christi por parte de la cofradía del Carmen, quedo extinguido como tal a lo largo del siglo XIX.

La actual Hermandad del Carmen recoge en su nomenclatura el título de “Hermandad del Corpus Christi” en alusión a su historia hospitalaria, pero no así el del antiguo titular “Santo Cristo de la Sangre”. Tras la reformas de la iglesia de 2013, el lienzo fundacional de la Hermandad fue colocado junto a la entrada del templo. El marco de rocallas no concuerda con el estilo tardorrenacentista de la pintura, la cual parece haber sido mutilada en sus márgenes al adaptarla al nuevo enmarcamiento en el siglo XVIII. También se encuentra en la entrada el conjunto del Calvario en talla con un crucificado de la misma advocación que realizó Diego Márquez para sustituir al anterior y colocarlo en la hornacina del retablo mayor, que actualmente lo ocupa un Niño Jesús. La calle que está junto a la iglesia y donde pudo estar la entrada a la ermita del Santo Cristo de la Sangre, al igual que el hospital del Corpus, lleva el nombre del “Cristo de la Sangre”, aunque también se conoce popularmente como “callejón del Carmen”.


La advocación de “Cristo de la Sangre” es una devoción antiquísima que se remonta a la Edad Media. En los códices medievales aparece la figura de Jesús, de cuyas llagas mana sangre que es recogida por ángeles en un cáliz, imagen que simboliza a Jesucristo como símbolo de vida. Jesucristo derrama su Sangre por el perdón de los pecados y la vida eterna, por lo que el cáliz es símbolo de la recepción de la Sangre que es salud y salvación. La Sangre tiene obviamente connotaciones eucarísticas. La Eucaristía, que conmemora la Santa Cena, es el sacramento en donde las especies de pan y vino se convierten por la consagración en el cuerpo y sangre de Jesucristo, que se les da a los hombres como fuente y culmen de la vida.

Fue en el siglo XV cuando se desarrolló de manera más fuerte el culto a la Sangre, creándose cofradías que procesionaban durante los actos de Semana Santa, ocupaban lugares prominentes en las fiestas del Corpus Christi y celebraban su festividad en los primeros días de julio. La Iglesia católica convirtió la Sangre de Cristo en un elemento más de su pastoral para contrarrestar la fe en Mahoma en los pueblos reconquistados, por lo que es común encontrar una ermita o una cofradía con esta advocación en los pueblos fuertemente arabizados. Encontramos cofradías de la Sangre en numerosas poblaciones como la zona del Levante, en Córdoba, Écija, Antequera, Granada o Málaga.


Artículos y web consultadas:
-La antigua Ostippo y actual Estepa, Del Barco, A. 1788 (reedición de 1994), Estepa.
-Memorial Ostipense, Aguilar y Cano, A. 1886. Anel, Granada, 1975
-Cuadernos de la Estepa monumental: Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Ed. Ayuntamiento de Estepa, 2000
-Cristo de la Sangre, Dolorosa y San Juan - El Carmen. ATQ Fotos Cofrades. Adrián Sarmiento. 2014
-Estepa y la devoción al Crucificado. Devociones de Estepa. 2018