El escultor vallisoletano Luis Salvador Carmona realizó su trabajo en la Corte y esta posición le permitió diseminar sus obras por casi toda la geografía peninsular. Podemos encontrar en su obra varias imágenes que representan a San Juan Bautista.
La imagen estepeña de San Juan Bautista de Luis Salvador Carmona es una obra de 130 cm, fechada hacia 1747, donde se presenta al santo en actitud dialogante, aparentando cansancio, dirigiéndose a un auditorio que lo contempla, escucha y sigue sus enseñanzas mientras éste señala al cordero, al que deberá venir después de él. Pieza de elegantísimo porte, extraordinario modelado y magnífico estudio anatómico. Su rostro recoge los rigores de la vida ascética y contemplativa en forma de cansancio, flacidez, desnutrición, etcétera, aspectos que se acentúan en el cuello, sienes y clavículas. Apoya la pierna izquierda sobre una peña en la que se pueden apreciar la rótula, tibia y peroné, así como un perfecto estudio de venas en pies y manos. Tiene en cuenta la textura ruda de las pieles que viste el santo con pliegues amplios y pesada caída. La imagen del Precursor fue realizada para la Ermita homónima estepeña y tras su derrumbe fue trasladada a la iglesia parroquial de San Sebastián de Estepa. Como el resto de obras de Luis Salvador Carmona en Estepa, su presencia se debe a la labor de intermediación que realizó D. Juan Bautista Centurión y Ayala, VII Marqués de Estepa, entre el escultor y las órdenes religiosas o particulares. La imagen estepeña participa en la exposición “Aqua” organizada por la Fundación Las Edades del Hombre en Toro en 2016. (Ver Visita Virtual)
En la ciudad de Segura (Guipúzcoa), don Juan Martín de Lardizábal y Elorza encargó a su taller el retablo mayor de la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción, realizado a partir de 1743. La muerte de este generoso comitente que encargó la obra le impidió ver concluido el retablo que fue entregado el 15 de marzo de 1747. Luis Salvador Carmona labró en bulto redondo el grupo de la Asunción para la hornacina principal del retablo, concibiendo a la Virgen en actitud ascendente con el fin de lograr el efecto de ser recibida por la Santísima Trinidad que corona el ático. Otras figuras destacables son las de los Doce Apóstoles, San Juan Bautista, San José, San Joaquín y Santa Ana, todos ellos presenciando extasiados la escena.
La figura de San Juan Bautista se representa de acuerdo con su convencional imagen: maduro, alto, moreno, de rostro barbado y demacrado, cubre parcialmente su cuerpo por una zamarra lisa de piel de camello con vueltas lanosas, alusiva a su paso por el desierto, que permite contemplar una bella anatomía y una proporcionada musculatura. Sobre su brazo derecho descansa una fina y movida túnica roja, con labor botánica de dorados punteados, que acompaña al cuerpo por detrás asoma lateralmente por su derecha. Flanqueado por su atributo habitual, un cordero –Agnus Dei- dispuesto sobre un pedazo de suelo pedregoso, dirige su mirada hacia un costado mientras señala con su brazo derecho hacia el tabernáculo, como aludiendo a la venida del Mesías y en su mano izquierda enarbola una vara cruciforme, símbolo de su martirio y del de Cristo. La talla participó en la exposición “Credo” organizada por La Fundación “Las Edades del Hombre” en Arévalo en 2013. (Ver Visita Virtual)
Para la Iglesia de San Juan Bautista de Cuenca, Luis Salvador Carmona realizó la imagen de su titular que fue desafortunadamente destruido. En este talla Luis Salvador Carmona utiliza un sistema compositivo diferente. El Precursor se representa con su habitual iconografía, pero en este caso levanta su brazo derecho para señalar con su dedo índice al cielo mientras que con el izquierdo sostiene la vara cruciforme.
Siguiendo la representación de esta imagen de Cuenca, podemos encontrar en Estepa otra talla de San Juan Bautista que algunos autores relacionan con la obra de Luis Salvador Carmona. Se trata de San Juan Bautista de la iglesia parroquial de Santa María, que sostiene erróneamente la vara cruciforme con la mano derecha, pero cuyo realización presenta muchas analogías en su composición con la obra de Cuenca.
Hay que tener en cuenta que Luis Salvador Carmona era un escultor académico con un taller en la corte real, por lo que muchas de sus imágenes como ocurre en los talleres de imaginería actuales podían haber sido terminados por sus trabajadores, siguiendo el modelo de Luis Salvador Carmona pero dejando su particular sello. De igual manera, algunos artistas locales siguieron como modelo a las obras que Luis Salvador Carmona realizó para las iglesias y conventos, como ocurre con la escuela cercana Antequerana y su imaginero Diego Márquez. Es así como se relaciona el San Juan Bautista de Santa María o el Jesús Nazareno de la Victoria (ahora en Marinaleda) con el taller de Luis Salvador Carmona o sus seguidores.
Webs y obras consultadas:
-Selecciones. IV. Esculturas del Retablo de la Asunción (Segura - Gipuzkoa). S. Cabaco y J. Abades. La Hornacina
-Selecciones.VIII. San Juan Bautista (Estepa - Sevilla). J. Fernández Saorín. La Hornacina
-La obra del escultor Luis Salvador Carmona en Estepa. Díaz Fernández, Ezequiel A. Boletín de Arte. Universidad de Málaga. 2002
-La obra cacereña y sevillana de Luis Salvador Carmona. Díaz Fernández, Ezequiel A. Norba-Arte. 2004
-Analogía escultórica entre la obra leonesa y sevillana de Luis Salvador Carmona. Díaz Fernández, Ezequiel A. De arte: revista de historia del arte. 2004.
-Actas del IV Coloquio Nacional sobre la Cultura en Andalucía. El escultor Luis Salvador Carmona (1708-1767). Conmemoración del III Centenario de su nacimiento. (Cuadernos de Estepa nº02) Ed. Ayuntamiento de Estepa. 2013