29/9/13

SAN JERÓNIMO Y EL PATRONAZGO DE ESTEPA


Nada más lejos de la intención de quien esto escribe, que reavivar viejos rescoldos, por suerte ya apagados, o polemizar acerca de un tema, este de nuestro Patrón, que acarree ningún tipo de desavenencia entre conciudadanos, por otra parte celosos de guardar las tradiciones de nuestra bella ciudad en la más absoluta cordialidad y orgullosos de una historia tan copiosa, que debería de servir de gozo y regocijo para todos los que en ella habitamos.

Pero si quisiera hacer constar en este escrito, que muchos de nuestro convecinos, tal vez, desconozcan cierta información, que se me antoja indispensable, para que puedan hacerse su propia valoración acerca del por qué y desde cuando San Jerónimo es nuestro Patrón. Esto es, lo que humildemente, tengo intención de esclarecer con este escrito. No se trata de dar lecciones de historia a nadie. Dios me libre, pues no estoy ni de cerca, capacitado para ello, sino de arrojar un poco de luz sobre este tema, para que cada cual lo interprete a su forma. Quizás, y siempre de modo muy personal, se ignore que Estepa está encomendada a San Jerónimo desde el 30 de Septiembre del año 1577, y quizás tampoco se sepa al detalle cómo se desarrolló dicha elección. Pues bien, Don Antonio Aguilar y Cano, en su magnífica obra “Memorial Ostippense” (véase Tomo 1º, Pag. 154 y Tomo 2º, Pag. 314) nos trascribe literalmente el hallazgo que dio origen a dicho patronazgo. Y nos dice, que en la tercera hoja del Libro Capitular correspondiente al año 1577, hay un pliego de papel moderno con el siguiente epígrafe: “S. Gerónimo Patrón del Ayuntamiento. Año de 1577”, en dicho pliego y en una especie de anexo que se encuentra dentro, se narra que el 30 de septiembre de 1577 se reúne en cabildo el Ilustre Concejo de la Villa, formado por los notables de la época, a saber, Corregidor del Estado, Alcalde ordinario, Regidores, …, con nombres y apellidos que obviaré para no extenderme en demasía. Y determinan la necesidad de nombrar un abogado santo que interceda ante Dios Nuestro Señor, hacer fiesta del año, con vísperas y misa con su procesión y sermón, obligando a los oficiales del cabildo y al resto de notables a asistir, bajo pena de multa.

Para dicha elección utilizan un sistema “de insaculación”, muy poco visto hasta el momento en este tipo de elecciones, para lo cual, según nos trascribe Aguilar y Cano, en una vasija introducen en suerte catorce cédulas, cada una con un nombre, el de los doce Apóstoles de Nuestro Señor Jesucristo, el de San Juan Bautista, que gozaba por entonces de gran fervor popular en la localidad, y el de San Jerónimo, al celebrarse la elección en 30 de Septiembre onomástica del Santo nacido en Estridón. Igualmente introducen en otra vasija, otras catorce cédulas, trece en blanco y una en la que se podía leer la palabra “fiesta”. Sacando una primera cédula en blanco de la segunda vasija, se sacó de la otra la de San Pedro Apóstol, repetido el proceso, se sacó la cédula donde se leía “fiesta”, y extrayendo con ella la del “Señor San Gerónimo, que se tendrá por abogado y Patrón de aquí en adelante”. Firma del Corregidor del Estado, el Licenciado de los Olmos y Juan de Arrieta, escribano.

Se dispondrá en adelante todo lo necesario, para que la fiesta tenga todo el boato que le corresponde, se informará a las localidades vecinas y a la capital, se pregonará públicamente e incluso se dotará económicamente para el mayor lucimiento de la misma. Y cabe señalar, que durante muchos años, se celebró con gran esplendor y solemnidad, siendo una de las fiestas más importantes del año. Actualmente, y tras efectuar algunas indagaciones, se desconoce el paradero de la documentación germen del estudio de Aguilar y Cano, pero eso no pone en duda, en ningún caso, su existencia y menos aún su veracidad.

Es por tanto de justicia, ponderar a San Jerónimo como Patrón de nuestro pueblo, desde aquel 30 de Septiembre de hace 435 años, de igual forma que Nuestra Señora de la Asunción lo es desde 1241, año de la reconquista de Estepa por parte del Rey Santo, Fernando III. Todo ello sin menoscabo de otras ideas o propuestas, perfectamente respetables y documentadas, pero intentando no reescibir nuestra historia, porque como diría el escritor castellonense Manuel Vicent, “el que busca la verdad, corre el riesgo de encontrarla”.

Tenemos, por tanto, la suerte de contar con el Patronazgo de uno de los Doctores originales de la Iglesia Latina, Padre de las ciencias bíblicas y traductor de los textos sagrados del hebreo y griego al latín, autor de la “Vulgata”, traducción de la Biblia que sigue siendo el texto bíblico oficial de la Iglesia Católica de Roma. Eusebius Hieronymus Sophronius, nacido hacia el año 340 de nuestra era en Estridón, Dalmacia, San Jerónimo, cuyo nombre significa “que tiene un nombre sagrado” y fallecido el 30 de Septiembre del año 420 en Belén. Presbítero, hombre de vida ascética y eminente literato. Patrón de los traductores, de los archiveros, de los bibliotecarios y de los arqueólogos. Proclamado Doctor de la Iglesia el 20 de Septiembre de 1295 por el Papa Bonifacio VIII.

Ahora, próximos a su onomástica, cuando nos acerquemos a la Iglesia de Los Remedios, donde se venera su imagen, tendremos, con más conocimiento, donde apoyarnos y a quien rogar, en estos tiempos para muchos los vecinos de dificultad y aprieto, porque como el mismo decía: “de entre las espinas se saca la rosa”.


Fernando Capitán Rodríguez
Revista de Feria 2013

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