12/9/11

CAMINO DE SANTIAGO


-Historia

El rey asturiano Alfonso II, se convirtió en el primer peregrino de la historia, recorriendo el Camino del Norte, y levantando una humilde iglesia (llamada de Antealtares) sobre la tumba del Santo, y un monasterio benedictino. Inaugura con ello una costumbre que no ha cesado hasta nuestros días, la de peregrinar a Santiago, convirtiéndola en uno de los centros espirituales más importantes de la cristiandad.

Tras él vinieron las primeras peregrinaciones que se realizaron entre los fieles de los reinos peninsulares. Con aportaciones posteriores, especialmente importante la de de Alfonso III, (866-911), que el 6 de mayo del 899 consagraba una basílica mayor que la anterior, y entorno a ella surgieron otras edificaciones religiosas y una nueva población.


Desde Metz, en la vecina Francia, a partir del año 860 tiene su origen el peregrinaje internacional, convirtiéndose en el primer y más importante centro de peregrinación fuera de la península. Desde Europa, a través de Francia, y de la ruta que desde entonces llevará su nombre, el Camino Francés, se canaliza la afluencia de peregrinos provenientes de toda la cristiandad. En el 950 se tiene constancia de la peregrinación realizada por el obispo Godelesco de Le Puy.


Almanzor, (al-Mansûr, “el Invencible”), se encargó de ralentizar el desarrollo de por la entonces floreciente Arcis Marmoricis, interrumpiendo y poniendo en peligro las rutas de los peregrinos. En el 997 destruye por completo la ciudad, según su costumbre; respetando la tumba del Santo, y ordenando que las campanas de la basílica compostelana sean transportadas a hombros de prisioneros cristianos hasta Córdoba, la magnífica capital de Al-Andalus.


El obispo San Pedro de Mezonzo auspiciado por el rey de León Bermudo II (984-999), inicia la reconstrucción de la Basílica y de la ciudad. Desde el 913, el reino de Asturias se había convertido en reino de León, y Compostela era el principal centro espiritual del mismo.

Entorno al año 1075 en tiempos de Alfonso VI comenzó la construcción de la Catedral de Santiago de Compostela, promovida por el obispo Diego Peláez y dirigida por el Maestro Esteban, se implantaba así el Arte Románico que ya se venía utilizando en Europa y otros puntos del reino, como en San Isidoro de León, el primer templo que introduce el románico, y que servirá de espejo al resto de los templos del orbe cristiano. Fue en el año 1063 cuando se consagró San Isidoro por los reyes de Castilla y León, Fernando I y Doña Sancha.

Dos importantes hechos impulsan la expansión del Románico en el siglo XI: el avance de la Reconquista, por un lado, y por otro, la política de unificación ideológica y constructiva emprendida por Roma a través de la orden de Cluny, en Francia. La importancia del Camino de Santiago, vertebrador del Norte, libre ya de la ocupación musulmana, será capital a la hora de introducir esta nueva manera de entender el arte, será una reforma arquitectónica-teológica en toda regla. Es así como penetra en el reino el espíritu de Cluny, a través del Camino de Santiago. Religiosos vinculados a Cluny elaborarán el Códice calixtino y la Historia compostelana y los reyes españoles favorecerán en todo lo posible la constitución y proyección de una red de monasterios cluniacenses en el norte de España y singularmente alrededor del Camino. Esa política está íntimamente relacionada con el deseo de los monarcas españoles de romper con su aislamiento respecto de la Cristiandad mediante lazos dinásticos, culturales y religiosos.

El nuevo templo compostelano será una gran iglesia de peregrinación de tres naves, planta de cruz latina, cabecera con girola, y cinco capillas absidiales. En el año 1095 el papa Urbano II trasladó la sede episcopal desde Iria Flavia a Compostela.

Durante el siglo XI Sancho el Mayor de Navarra realizó una serie de mejoras en la ruta que enlazaba con Santiago con el objetivo de dotar de mayor seguridad a los peregrinos. Pero será en época del obispo Diego Gelmírez (1100-1139), gran mecenas cuando se produzca una auténtica eclosión de las peregrinaciones. Se encargó de ampliar la basílica, construyendo una tercera. A ello se suma que por la misma época, el papa Calixto II (1119-1124), instaurase el Año Santo Compostelano, cada año que el 25 de julio caiga en domingo, completando una serie que sigue la siguiente rutina: 6-5-6 y 11. En este sentido, y relacionado con Calixto II, es especialmente importante mencionar el primer libro de viajes, incluido en el “Códice Calixtino”, una compilación de cinco libros, cuyo quinto volumen “Iter pro peregrinis ad Compostellam” es una auténtica guía del peregrino llevada a cabo por el monje, Aymeric Picaud, acompañante y secretario de Guido de Borgoña, el futuro Papa, en la peregrinación que ambos llevaron a cabo en el año 1109.


El trayecto de cada etapa se aproximaba a los 30 kilómetros diarios y, según el punto de incorporación, la duración del itinerario oscilaba entre uno y dos meses. La necesidad de informar sobre los gastos del viaje al incesante flujo de devotos que, en los momentos de máximo apogeo, se calculaban entre 200.000 y medio millón al año, hizo que, en torno a 1130, el clérigo francés Aimeric Picaud redactara una guía, un folleto turístico, que circuló con el título de Liber Peregrinationis. En ella se describe la infraestructura y los servicios de la red viaria: cita las localidades urbanas y albergues rurales donde se podía pernoctar, y advierte sobre los alimentos que produce cada región, la buena o mala calidad de las aguas, y los abusivos “fraudes, de todo tipo, que abundaban en la ruta de los santos”. Pero la guía es también un catálogo precoz del arte románico, al incluir y comentar los hospitales, los monasterios y las grandes iglesias que salpicaban el recorrido, para que los romeros entraran a rendir culto a las reliquias. Cinco eran estas iglesias de peregrinación: San Martín de Tours, San Marcial de Limoges, Santa Fe de Conques, San Saturnino de Tolosa, y Santiago de Compostela. Las cuatro francesas presidían cada uno de los itinerarios que podían elegirse para emprender el camino a Galicia.

A lo largo del camino, se construyen iglesias y hospitales bajo la advocación de Santiago y, también, por otras adoraciones muy consideradas en los siglos XI y XII. Todavía podemos ver en las poblaciones por las que se peregrinaba, las indicaciones calle del Camino e iglesia de Santiago, que marcaban el recorrido medieval.

Alrededor de la nueva basílica surge un nuevo burgo cada vez más importante, con su típica organización gremial en el entramado urbano, y una ciudad amurallada a la que se accedía por siete puertas. En paralelo a la Rua do Vilar, Gelmírez construye la Rua Nova, ambas calles son todavía hoy día las arterias del Casco Antiguo compostelano. En 1147, un nutrido grupo de cruzados, unos 13.000 acuden en masa a presentar su ofrenda al Apóstol. A partir del S. XVIII, y sobre todo del XIX, las peregrinaciones declinan, hasta recuperarse definitivamente en el último tercio del S. XX.

Muchos son las mujeres y hombres que han peregrinado a lo largo de los siglos, la mayoría anónimos, otros por ser personajes relevantes, han pasado a la Historia. Sin embargo, todos tienen en común una motivación, atraídos en unos casos por esa espiritualidad que se desprende del “Campus Stellae”, en otros movidos por una profunda devoción.


A los ya mencionados, se suman reales nombres como: Matilde, hija del rey de Inglaterra Enrique I en 1125; el rey de Francia, Luis VII, en 1154; Guillermo X, duque de Aquitania, en 1137; Brígida de Suecia en 1341; Alfonso VII en 1138; la reina Isabel de Portugal en 1325; los Reyes Católicos en 1488; Felipe el Hermoso y su esposa Juana la Loca; Federico II del Palatinado; Felipe II; Jacobo Sobieski , padre del rey Juan III de Polonia (1611), o Alfonso XIII en tiempos más modernos. Sin olvidarnos del actual monarca, Juan Carlos I, que en numerosas ocasiones ha acudido a Compostela. Artistas como el pintor flamenco Jan Van Eyck en 1429, viajeros como el inglés George Borrow, en el S. XIX. Ya en el XX es notoria la presencia de intelectuales o actores, personas de importante poder mediático, caso de la actriz Shirley Maclaine, que en 1994 realizó el Camino Francés plasmando sus experiencias en un libro de notable éxito en su país, Estados Unidos, “El Camino”. El escritor brasileño Paulo Coelho, realizó el Camino Francés en dos ocasiones, de donde surgió el libro “el Peregrino”. El escritor español Fernando Sánchez Dragó, que en 1999 publicó su libro “Historia mágica del Camino de Santiago”. El actor Anthony Quinn, quien participó en una serie de TV dedicada al Camino, lo mismo que Charlton Heston. Premios Nóbel de literatura de la talla de Gabriel García Márquez, Camilo José Cela, José Saramago, Graham Green, Jorge Luís Borges, o Ian McEwan, han visitado en alguna ocasión la ciudad. Pero quizás la visita que más repercusión mediática ha tenido en nuestros tiempos, es la doble peregrinación llevada a cabo por el carismático papa Juan Pablo II en 1982, y 1989.

La Compostela que conocemos hoy día es una ciudad barroca, de finales del XVII y principios del XVIII, una ciudad cuya teatralidad, y el juego de luces y sombras sobre sus fachadas, hace que sea muy distinta de día y de noche. La plaza del Obradoiro, corazón y símbolo de la ciudad, a pesar de sus cuatro estilos diferentes, consigue mantener una cierta unidad, posiblemente gracias a la omnipresencia del granito. Hay dos hechos que sin duda han cambiado el destino de Santiago y el Camino que a ella conduce: la declaración del casco histórico como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985; y ya en 1993, en pleno Año Santo, el Camino Francés es también declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Previamente, en 1987, el Consejo de Europa había declarado el Camino de Santiago Primer Itinerario Cultural Europeo. Esto provocó la implicación en una tarea de promoción sin precedentes, de todas las Comunidades Autónomas por cuyo territorio transcurre la ruta Jacobea que conduce al Campus Stellae.


-Rutas

El Camino Francés:


El Camino de Santiago comúnmente conocido es el que proviene de Somport y Roncesvalles, también denominado Camino Francés. Es la gran ruta de 750 kms. Que enlaza Europa con el norte de España: Aragón, Navarra, Rioja, Castilla, León y Galicia, y llega hasta el “fin de la tierra” de los hombres medievales. Es el camino que surge pocos años después de la aparición del cuerpo del Apóstol y se convierte desde el siglo X en el eje que articula la consolidación del imperio de Alfonso VI y Alfonso VII, que permite la normalización del culto traído por los cluniancenses frente a la iglesia española mozárabe. El pontífice difundió la alegre noticia a toda la cristiandad, exhortando a los fieles a viajar hasta Galicia para venerar la reliquia exhumada. Francia, por su proximidad geográfica, inauguró la peregrinación internacional, abriendo en su territorio el Camino de Santiago

Un pacífico ejército de romeros partía todos los años de cuatro localidades galas, convertidas en cabecera de la Ruta Jacobea: Tours, que recogía a los peregrinos procedentes de los Países Bajos; Vézelay, a los alemanes; Le Puy, el resto de los centroeuropeos; y Arles, a los italianos. Aprovechando antiguas calzadas romanas, cruzaban los Pirineos por los puertos de Roncesvalles (Camino Navarro) y Somport (Camino Aragonés), confluyendo todos los senderos en la localidad Navarra de Puente la Reina, para otros en Obanos. A partir de aquí, el camino se unificaba, atravesando Logroño, Burgos, León, Astorga y Ponferrada (Camino Real). El peregrino, que se apoyaba para andar en un bordón del que colgaba la calabaza del agua que usaba como cantimplora, y con el distintivo de la concha en el pecho, penetraba entonces en el ondulado paisaje gallego, pespunteando de tojos y mimosas, hasta escalar el Monte del Gozo, desde donde se divisaba Compostela.

Es la gran ruta comercial en la que se funden y crecen las ciudades de Jaca, Pamplona, Logroño, Burgos, Carrión de los Condes, León, Astorga, etc. Y sobre todo, es el gran camino espiritual, popularizado por el Codex Calixtinus de Aymeric Picaud, que atrajo a millones de peregrinos durante la Edad Media, aunque desde el renacimiento vivió un lento declive. El Camino Francés tiene las siguientes variantes:

-El Camino Aragonés: Realmente es otra variante del Camino Francés, que se inicia en España a partir del Puerto de Somport (Huesca) y enlaza con el camino que parte desde la ciudad francesa de Arles, que a su vez recogía a los peregrinos italianos. La ruta aragonesa atraviesa las provincias de Huesca, Zaragoza y Navarra pasando por ciudades como Jaca, Sangüesa, Monreal y Obanos.


-El Camino Madrileño: Variante del Camino Francés, que traía a los peregrinos de Madrid y Valladolid hacía la ciudad de Sahagún (León) donde se une al Camino Francés. Muchos pueblos de la ruta tienen la típica estructura caminera y están jalonados de referencias jacobeas. En sentido inverso, los gallegos que venían a segar a Madrid cruzaban la sierra por el puerto de la Fuenfría. La ruta madrileña atraviesa las provincias de Madrid, Segovia, Valladolid y Madrid. Existen otros caminos que se unen al madrileño y que parten desde Toledo o desde Guadalajara.


-El Camino Vasco del Interior: Fue la más importante entre los siglos X y XIII, al encontrarse el Camino del Norte asediado por los asaltos de los bárbaros normandos y el Camino Francés por la dominación árabe. El Camino parte de Irún y se desarrolla por las provincias de Guipúzcoa y Álava, pasando por las ciudades de San Sebastián, Beasáin, Tolosa, Hernani y Vitoria. El camino se une a la ruta francesa en Santo Domingo de la Calzada si se opta por la ruta de Haro o en Burgos si se opta por la ruta de Miranda de Ebro.


-La Ruta de la Lana: Es la ruta ganadera que seguían los esquiladores, ganaderos y comerciantes relacionados con las mercancias de la lana y derivados de esta, y unía al gran productor ovino de La Mancha, que partía desde Cuenca, con Burgos, capital comercial de la luna durante los siglos XVI y XVII. Existe una peregrinación documentada por esta ruta en la primavera de 1624 de Francisco Patiño, María Franchis y Sebastián de la Huerta. A esta ruta se unen otros caminos desde Valencia, Alicante, Albacete o Cartagena.


-Camino del Ebro: Es el camino que parte desde Castellón-Teruel o desde Tortosa (Tarragón) para unirse en Pinar del Ebro y dirigirse a Zaragoza para visitar a la Virgen del Pilar. Otros llegan desde Andorra, desde Lérida o desde Montserrat. Desde la capital aragonesa el camino se unifica en dirección a Logroño, donde se une al Camino Francés.


-Europa a través del Camino Francés: Los alemanes septentrionales y los peregrinos del centro y el norte de Europa entraban en Francia a través del camino lemovicense. Los alemanes del sur, los suizos, los austríacos y los peregrinos de Europa del Este (Bohemia, Moravia, Hungría, Croacia…) se valían del camino podense atravesando Suiza. En Centrouropa el Camino era muy complejo y se iba simplificando conforme las rutas se acercaban a Francia o a Suiza. El más habitual era el que partía de Praga y, atravesando Baviera, entraba en Suiza por la Jura de Suabia. En la ciudad de Constanza se unía al Camino Helvético (Einsiedeln-Berna-Ginebra) y, pasada la ciudad de Lyon, confluía en Le Puy-en-Velay con el camino francés podense. Otra ruta partía de Viena con los peregrinos del este que se adentraba en los valles alpinos del Tirol atravesando las ciudades de Innsbruck, Feldkirch, tras la cual entraba en Suiza. En el valle alto del río Rin la ruta se bifurcaba, una tomaba dirección sur hacia Milán y otra continuaba por Suiza hasta Ginebra.


El Camino del Norte


Los Caminos del Norte también son de probada antigüedad y engloban las rutas que seguían los peregrinos que penetraban en España por Irún. En el País Vasco, el Camino se desdobla en dos: uno por el Interior que se une al Camino Francés en Burgos o en Santo Domingo de la Calzada; el otro transcurre por la costa del Mar Cantábrico por las provincias de Guipúzcoa, Vizcaya, Cantabria, Asturias y León para llegar a Galicia. El Camino pasa por las ciudades de San Sebastián, Bilbao, Santander, Ribadesella, Gijón, Oviedo, Avilés o Mondoñedo, donde se pueden visitar los monasterios que recogen reliquias y noticias del paso de los peregrinos desde el siglo X, como el monasterio de Santo Toribio. El Camino del Norte tiene algunas variantes:

-Camino Primitivo: El primer trazado arranca a comienzos del siglo IX en que Alfonso II el Casto marcha desde Oviedo, entonces corte del reino, hacia el "Campus Stellae" a visitar la tumba recién descubierta del Santo. Mientras que la capital del Reino estuvo en Oviedo, la ciudad asturiana fue uno de los puntos neurálgicos de las peregrinaciones a Santiago. Cuando la capital fue trasladada a León, la ruta de los franceses fue adquiriendo importancia.


-Camino del Salvador: Es el Camino que une León con Oviedo. Debe su origen a los numerosos peregrinos medievales que se desviaban a Oviedo, desde el Camino Francés, para visitar la catedral de San Salvador y sus reliquias. Un antiguo y popular refrán dice: "Quien va a Santiago y no va al Salvador, honra al criado y deja al Señor". Realmente este trazado coincide con la prolongación de la vía romana conocida como de la Plata, pero no forma parte de esta ruta jacobea.


La Ruta del Mar


Camino singular que no transcurre por tierra, sino sobre agua. Esta ruta marítimo-fluvial conmemora la llegada a Galicia, por mar, el cuerpo del Apóstol Santiago el Mayor, tras su martirio en Jerusalén, en el año 44. Según cuenta la tradición, estos entraron por la Ría de Arousa y remontaron el río Ulla, arribando a la ciudad romana de Iria Flavia (Padrón), desde donde se enlaza por tierra con el Camino portugués. Esta tradición ya se recogía en una representación de la barca apostólica con el cuerpo de Santiago en una moneda del siglo XII hallada en Adro Vello (O Grove).

El Camino de Levante:


Los puertos levantinos eran lugar de llegada de los peregrinos mediterráneos hacia Compostela. Y en sentido inverso eran los puntos de salida de romeros y palmeros en sus viajes hacia Roma y Jerusalén. Por ello debieron ser frecuentados por peregrinos ya que la ruta sur de los reinos cristianos llevaba a Toledo a través de calzadas de origen romano y caminos más modestos. Desde allí se podía conectar con la Vía de la Plata en tierras extremeñas, o más al norte a través de Avila y Zamora. Valencia, en el siglo XIII, llegó a tener trece hospitales y en Alicante hubo más de diez hospitales de acogida al peregrino.

Es uno de los trazados de mayor longitud existentes en España para conducir a los peregrinos hacia tierras compostelanas. El camino parte de las ciudades levantinas de Valencia, Alicante, Cartagena, Lorca o Huércal-Overa, uniéndose en Albacete y dirigiéndose a Toledo, Ávila, Medina del Campo y Zamora, donde se unifica con La Vía de la Plata.

La Vía de la Plata


Es el gran camino que, desde tiempos inmemoriales, la Península de norte a sur. Tartesios, fenicios, griegos, romanos, cartagineses, godos, árabes, cristianos, han deambulado por sus rutas milenarias. Es la gran calzada romana con restos impecables, puentes, miliarios, denominaciones que recuerdan el paso de viajeros y peregrinos a lo largo de los siglos. Tierras fronterizas y mesetas escalonadas que desde Cádiz y Sevilla hasta Oviedo, pasando por Orense o Astorga se unen al Camino Francés. La Vía de la Plata también tiene algunas variantes:

-Camino Sanabrés: Desde Zamora también existe una variante que se adentra en tierras portuguesas de Tras-os Montes hacia Braganza, desde donde se dirige a Chaves o directamente a Verín, ya en España y unirse al camino que proviene de Puebla de Sanabria con rumbo a Orense y Santiago.


-Ruta de los Mozárabes: Es el camino que unía los importantes puertos de Al-Ándalus con las grandes ciudades del interior a través de históricas vías de comunicación en el sur y en el centro de la Península Ibérica. Así se unen las ciudades de Almería, Granada. Málaga y Córdoba con Mérida, donde continúan el camino por la Vía de la Plata.


El Camino Portugués


Es el camino trazado para acceder a Galicia desde tierras portuguesas, que arranca desde el sur de Portugal. Este camino adquiere importancia a partir del siglo XII, y permitió consolidar rutas e intercambio cultural y económico. Lagos, capital del Algarve, es el punto inicial de una de las rutas portuguesas. Otra parte desde Faro y otra desde la capital, Lisboa. El camino portugués transita por lugares como Évora, Coimbra, Oporto y Braga para unirse en la ciudad española de Redondela y dirigirse hacia Pontevedra y desde aquí a Santiago de Compostela. Los peregrinos debían cruzar el río Miño por alguna de las poblaciones que contaban con barcas o puentes de barcas, pero con la construcción del puente internacional en Tuy en 1884 se facilitó enormemente la comunicación entre ambas orillas.

El Camino Inglés


Es el camino que realizaban los peregrinos que llegaban a Galicia a través del mar desde los puertos del Báltico, Países Escandinavos, Países Bajos, Flandes, norte de Francia y, sobre todo, ingleses e irlandeses. Ya desde el siglo XI, los peregrinos ingleses se aventuraban a adentrarse en los mares y llegar a Santiago de Compostela. Este Camino tiene por tanto, un componente especial: comienza en el mar, concretamente en la ciudad de Ferrol, continuando por la provincia de La Coruña. El mar y los valles acompañan el Camino, que llega a una histórica localidad: Pontedeume, presidida por su puente medieval. San Martiño de Tiobre es el preámbulo antes de entrar en Betanzos, villa amurallada y con monumentos históricos de especial relevancia, pasando luego por La Coruña, una de las ciudades más importantes de Galicia, hasta llegar a Santiago.

-La Compostela

La Compostela es un documento del Cabildo Catedralicio de Santiago que certifica la peregrinación a pie, a caballo o en bici por el Camino de Santiago por motivos religiosos o espirituales a Santiago.

Para conseguirla, se debe mostrar la credencial, un modelo oficial que se ha creado en los últimos años para el peregrino. Consiste en un impreso destinado a servir de carta de presentación a cumplimentar por una parroquia, asociación, catedral etc. Al pié esta el espacio en la que, cumplida la peregrinación, la Oficina de Acogida del Peregrino de Santiago, pondrá la fecha y el sello, al tiempo que otorga la Compostela. El resto de las páginas van destinadas a colocar los sellos con la certificación de paso en albergues, parroquias, cofradías etc. Esta Credencial es solo para los peregrinos a pie, bicicleta o a caballo, que desean hacer la peregrinación con sentido cristiano, aunque solo sea en actitud de búsqueda. Tiene por objetivo identificar al peregrino y dos finalidades: el acceso a los albergues y solicitar la Compostela en la catedral de Santiago al haber cumplido la peregrinación.


Para conseguir la Compostela se ha debido llegar a Santiago tras peregrinar los últimos 100 kilómetros andando o a caballo, o 200 en bicicleta, como mínimo. Se debe tener una edad mínima de diez años o bien ser menor pero haber hecho la Primera Comunión para recibirla. No obstante, si no se pueden realizar esos kilómetros a pie o en bici y se llega directamente a Santiago por otros medios, aunque no se pueda conseguir este documento, sí se puede ganar la indulgencia plenaria de los Años Santos o pasar por la puerta Santa y también, naturalmente, se puede orar ante el Apóstol, dar el abrazo a Santiago y participar en la misa del peregrino.

La Compostela se encuentra escrita en latín y su traducción es:


"EL CABILDO de esta Santa Apostólica Metropolitana Iglesia Catedral Compostelana, custodio del sello del altar de Santiago Apóstol, para que todos los Fieles y peregrinos que llegan desde cualquier parte del Orbe de la tierra con actitud de devoción o por causa de voto o promesa hasta la Tumba de Santiago, Nuestro Patrón y Protector de las Españas, acredita ante todos los que observen este documento que: X ha visitado devotamente este sacratísimo Templo con sentido cristiano (pietatis causa). En fe de lo cual le entrego el presente documento refrendado con el sello de esta misma Santa Iglesia".

Webs del Camino de Santiago:

Camino de Santiago. com

Camino de Santiago. org
Mundicamino
Jacobeo
Camino Xacobeo

-Mapas y esquemas del Camino de Santiago en España.