Ampliación y detalles:
8/11/09
RECUPERACIÓN DE LA MISA A NTRA. SRA. DEL ROSARIO
El 7 de octubre de 2009, onomástica de Nuestra Señora del Rosario, se recuperó una antigua tradición en la ciudad que no se celebraba desde 1684. Coincidiendo con la celebración del Encuentro Provincial de Amas de Casa en Estepa, se celebraron una serie de actos entre los que se incluía una visita al conjunto monumental del Cerro de San Cristóbal y una misa a Nuestra Señora del Rosario en la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor y Matriz. La imagen de Nuestra Señora del Rosario fue trasladada desde su retablo hasta el altar mayor de la iglesia y se preparó un altar con elementos y enseres de la Iglesia de Los Remedios, entre ellos el altar de la capilla de Paz y Caridad y el atril de los Remedios. Tras la misa la imagen fue trasladada de nuevo a su retablo.
Galería fotográfica de la misa a Ntra. Sra. del Rosario (J.M. Arjona Gamito)
Agradecemos a J.M. Arjona Gamito su colaboración en el blog al dejarnos subir sus fotografías y propiciarnos información sobre este culto.
Galería fotográfica de la misa a Ntra. Sra. del Rosario (J.M. Arjona Gamito)
Agradecemos a J.M. Arjona Gamito su colaboración en el blog al dejarnos subir sus fotografías y propiciarnos información sobre este culto.
HERMANDAD DE NTRA. SRA. DEL ROSARIO (SANTA MARÍA)
En el último tercio del siglo XV aparecen datos de la existencia en lo que respecta al rezo del Rosario y a las primeras cofradías promovidas por la Orden de Predicadores desde sus conventos de frailes. En el convento casa grande de San Pablo de la ciudad de Sevilla el prior Fray Alonso de Ojeda erigió una Cofradía del Rosario en 1478 o 1479, existiendo ya documentación concreta en 1492. Para ello siguió las mismas directrices y constituciones de la primera Cofradía de este género que fundó Fray Jacobo Sprenger en Colonia en 1475. A ella seguirían posiblemente, ya en las dos primeras décadas del XVI, las de Écija y Carmona.
Tras la victoria de la Armada cristiana en el Golfo de Lepanto (1571), el culto a la Virgen del Rosario es fomentado por los obispos en su diócesis a través de la Orden de Predicadores, erigiéndose en prácticamente en todas las parroquias mayores la Cofradía del Rosario. Aunque la fundan frailes predicadores, estas cofradías dependen jurídicamente del Ordinario diocesano y sus capellanes pertenecen al clero secular.
Se conoce la existencia de una cofradía dedicada al culto de Ntra. Sra. del Rosario en la Iglesia-Parroquial de Santa María de Estepa, siendo una de las más antiguas hermandades dedicadas al culto de la Virgen María y especialmente a una imagen de gloria junto al culto a Ntra. Sra. de la Asunción. La fundación de la Cofradía, institución dependiente de la Orden de Predicadores, puede fecharse en torno a 1588 según un expediente de 1718, donde se asegura que la Cofradía fue fundada 130 años antes. Existen datos de que en 1598 la hermandad abrió un libro de hermanos y un libro de cuentas que en dicho año se rindieron y fueron aprobadas por el vicario, el licenciado Pedro Tallada. Entre los cultos principales de la hermandad estaba la celebración de la batalla de Lepanto, ocurrida el 7 de octubre de 1571. Tras la victoria de las tropas cristianas en dicha batalla y la atribución de la victoria a Ntra. Sra. del Rosario, se extendió el culto y la dedicación de iglesias y de retablos a la Virgen María bajo la advocación del Rosario, especialmente en España e Italia.
La historia de Estepa está vinculada a la familia del banquero genovés Adam Centurión, cuyo hijo Marcos Centurión fue primer Marqués de Estepa, tras dejar de pertenecer la villa a la Orden de Santiago y ser vendida a la familia del banquero por Carlos V un 12 de Agosto de 1559. Es a partir de este momento y principalmente con el tercer marqués Juan Bautista Centurión y el cuarto marqués Adam Centurión y Córdoba cuando numerosas devociones de procedencia italiana se instalan en la villa como el culto a San Francisco de Paula (convento fundado en 1561), Santa Clara de Asís (convento fundado en 1599) o San Francisco de Asís (convento fundado en 1603). En tal caso se puede llegar a pensar que la devoción a Ntra. Sra. del Rosario fue introducida en la villa por la familia del banquero, principalmente teniendo en cuenta que en Génova, ciudad de procedencia de dicha familia, se le tenía gran devoción a María bajo tal advocación del Rosario tras la batalla de Lepanto de 1571. La llegada de la familia Centurión y la predicación de frailes de la Orden dominica haría que la fundación de la Cofradía fuera posible en la iglesia mayor de Estepa.
La imagen de Ntra. Sra. del Rosario fue realizada a finales del siglo XVI y se le atribuye a la escuela granadina. Tiene la peculiaridad de que es la única imagen de Estepa que posee ráfaga, ha sido restaurada pocas veces, sostiene el centro en su mano derecha y ha recuperado recientemente el Niño Jesús que llevaba en su brazo izquierdo. En 1610 se realiza el retablo para la imagen de Ntra. Sra. del Rosario por Juan de Mármol, vecino de esta villa, y lo doró en 1616 Luis de Venegas.
La Hermandad es posible que dejara de existir en 1684 o viniese muy a menos, principalmente motivada por el despoblamiento del Cerro de San Cristóbal, la asistencia de los feligreses a las ermitas de dicha parroquia en la villa, como eran la Ermita de la Vera-Cruz y la Ermita de Ntra. Sra. de la Asunción, y el interés de los marqueses en emprender y apoyar económicamente a hermandades, obras religiosas, iglesias y retablos que no recordaran al anterior gobernante de la villa, la Orden de Santiago. Sin embargo, la devoción a la Virgen María siguió presente en la parroquia y a principios del siglo siguiente, concretamente en 1701, se reorganiza en la Ermita de la Vera Cruz una hermandad que rinde culto a la Virgen María, pero esta vez bajo la advocación de Ntra. Sra. de los Remedios.
El 8 de agosto de 1685 tuvo lugar un cabildo para revitalizar la hermandad por parte de algunos hermanos que se juntaron en casa de Alonso Rodríguez del Baño; este periodo de reactivación se alargó al menos hasta agosto de 1689, fecha en que concluye un libro de la citada corporación.
En un inventario de 1702 se destacan las coronas de plata de la Virgen y el Niño, cetro del mismo metal, media luna sobredorada, zarcillos de oro, andas sobredoradas, collar de oro con 39 piedras, un San Antonio, un “Santo Cristo de oro” una “cruz de oro con toda la Pasión” y un estandarte de damasco encarnado con la imagen de la Virgen y Santo Domingo, con su cruz de plata. El 27 de diciembre de 1716 se realizó un inventario de los bienes de Ntra. Sra. del Rosario por su prioste y hermano mayor, Francisco Gómez Alanís.
Andas y ráfaga en Santa María |
En un libro de cofrades de 1730 figuran sucesivas licencias de la Orden de Predicadores agregando hermanos desde 1718 hasta 1826. En las relaciones de hermanos figuran juntos hombres y mujeres. En 1730 era Hermano Mayor José Medrano.
En unos autos fechados en 1771 se dice que la cofradía había obtenido licencia del vicario para poder pedir limosna el día en que celebraba la corporación la fiesta de la Batalla Naval, primer domingo de octubre, “por no tener dicha cofradía otros fondos y haberes más que cuatro censos, que sus réditos aún no ascienden a cuarenta reales” con los que costear las dos fiestas y funciones que celebraba anualmente, una en dicha fiesta y la otra el día de la Purificación, con sermón y rosario en la tarde, ni para los cultos mensuales que consistían en una procesión claustral y rezo del rosario con el Santísimo manifiesto.
El actual retablo de la Virgen fue realizado por Salvador de Jódar en 1782.
Esta hermandad estuvo perdida entre los años 1811 y 1847. En 1848 fue restaurada gracias a la solicitud del vicario general don Salvador de los Reyes y del cura de Santa María, don Joaquín Téllez: "se volvieron a fomentar, sacando la procesión de Nuestra Señora con el esplendor que antiguamente se acostumbraba". A partir de 1854 comenzó a celebrarse una novena en honor de la Virgen del Rosario “para que dicha Señora nos preservase de la enfermedad del cólera morbo”.
En un inventario de 1913 se describe el altar-retablo de la Virgen del Rosario, de estilo cuello de paloma, presidido por la Señora con el Niño en el brazo izquierdo, mientras que el derecho sostiene un cetro y un rosario. Rodea a la Virgen una ráfaga de madera dorada. Junto a la Virgen figura un San José sin Niño y Santo Domingo de Guzmán. Menciona asimismo seis figuras de ángeles que sostienen unos cortinajes que rematan en corona. El retablo está decorado con emblemas de las letanías y pinturas en forma de dosel alrededor del retablo. A continuación se menciona un paso o trono de la Virgen, lo que indica que era procesionada. Igualmente figuran estos vestidos: un manto y saya de tisú estampado en oro y seda con puntilla de oro, un vestido para el Niño, de tisú de plata bordado en sedas y puntillas de plata y otro manto y saya de tisú de plata, oro y sedas y un vestido para el Niño de la misma clase. La imagen de la Virgen estuvo flanqueada hasta la reapertura de la iglesia por San José y San Ignacio de Loyola. La imagen de San José es originaria de este retablo, pero la imagen de San Ignacio de Loyola no era originaria del retablo.
No se conoce con exactitud si el retablo estuvo siempre colocado en el lugar en el que hoy se encuentra. Se conoce que en este lugar pudo haber estado la antigua puerta de la cara sur de la iglesia ya que es el único muro al que no se le abre una ventana abocinada, y que este retablo dedicado a Ntra. Sra. del Rosario pudo cegarla. Además, junto al retablo existen unas escaleras también cegadas de las que tampoco se conoce su funcionalidad, quizás las escaleras subían a un posible camarín para la imagen o era la entrada a otro edificio adosado a la parroquia.
Las personas más mayores recuerdan una antigua celebración en la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción la Mayor y Matriz que relacionaba la Candelaria, que se celebra el día 2 de febrero la festividad de la Purificación, con la antigua Virgen del Rosario que se venera en la iglesia.
Galería Fotográfica de Nuestra Señora del Rosario:
Artículos del blog sobre Ntra. Sra. del Rosario:
-Las cofradías de Estepa a principios del siglo XVIII. Devociones de Estepa. 2017
-Los rosarios públicos, estandarte y faroles. Devociones de Estepa. 2016
-Hermandades del Rosario en Estepa. Devociones de Estepa, 2009
-La batalla de Lepanto. Devociones de Estepa. 2009
-Los dominicos y la Virgen del Rosario. Devociones de Estepa. 2009
-Santo Rosario. Devociones de Estepa. 2009
-Las letanías marianas. Devociones de Estepa. 2009
-Las Angustias y el Santo Rosario. Devociones de Estepa. 2009
-Fotografías antiguas: Ntra. Sra. del Rosario. Devociones de Estepa. 2009
-Recuperación de la misa a Ntra. Sra. del Rosario. Devociones de Estepa. 2009
-La Virgen del Rosario recupera el Niño Jesús. Devociones de Estepa. 2016
-Candelaria en Santa María. Devociones de Estepa. 2016
-Melodías tras tu palio, concierto de nuevo formato en Santa María. Devociones de Estepa. 2015
Fotos en Cofrades sobre Ntra. Sra. del Rosario:
-Ntra. Sra. del Rosario
Artículos y libros consultados:
-Archivo general del Arzobispado. Serie Hermandades
-Hermandades, cofradías y otras corporaciones religiosas no penitenciales en la Estepa de la Modernidad. Jorge Alberto Jordán Fernández. Miscelánea Ostipense. Estudios sobre historia de Estepa. 2013
-El fenómeno rosariano en Estepa. Romero Mensaque, CJ. Anuario de estudios locales. 2011
-La tradición de los rosarios públicos en la España moderna: Historia y tipología. Romero Mensaque, CJ. Actas I Encuentro Nacional de Cofradías del Rosario. Caleruega. 2014
-Memorial Ostipense, Aguilar y Cano, A. 1886. Anel, Granada, 1975
HERMANDADES DEL ROSARIO EN ESTEPA
A lo largo del siglo XVII y XVIII se extendieron en la villa de Estepa las hermandades y cofradías del Rosario dedicadas a imágenes gloriosas. Las hermandades del Rosario de la villa de Estepa poseían similares características: realizaban una octava o novena en honor, gloria y alabanza a su titular y tras la octava o novena se celebraba una función principal de la hermandad. Durante todos estos días, se rezaba antes de la misa el Santo Rosario. El día de la función principal coincidía con el día de procesión de la Imagen por las calles estepeñas. Las hermandades utilizaban para este día grandes faroles para iluminar a su Virgen, el simpecado o estandarte de la hermandad y un baldaquino conocido en estepa como trono donde se coloca la imagen de la Virgen y se decoraba con flores.
El principal culto de la hermandad era el Rosario Público que tenía lugar diariamente por las calles de Estepa y que actuó de dinamizador de la devoción de la Virgen, no en vano su imagen aparecía representada en el Simpecado que presidía la comitiva. Tras el toque de Ánimas acudían a la Iglesia todos los hermanos, que saldrían por las calles cantando el Santo Rosario de Nuestra Señora, delante iba el Simpecado con dicha efigie, al final la imagen de Jesús Crucificado, que lo llevaría uno de los tenientes eclesiásticos. El hermano mayor y demás tenientes cuidarían del buen orden, formando diversos coros para que todos vayan rezando, evitando al mismo tiempo conversaciones mientras se escuchaba la música.
(Dibujo de El Rosario de José García Ramos, para el libro “La tierra de María Santísima”, de Benito Mas y Prat)
Dice el P. Barco en su manuscrito, citando un documento autógrafo del vicario don Gerónimo de Ribera: Día de la Natividad de Nuestra Señora, ocho de septiembre de mil seiscientos cuarenta y cinco. Se comenzó a rezar el rosario a coros en la Iglesia Vieja y se ha continuado el rezarlo todos los domingos y las nueve fiestas de Nuestra Señora. Podemos ver aquí, en 1645,el germen de la práctica devocional de los rosarios, que luego pasaron a ser públicos, en la villa de Estepa; del auge y propagación de dicha devoción nos da buena prueba la proliferación de rosarios públicos que hubo en la villa, sobre todo a partir del siglo XVIII, contabilizándose media docena de corporaciones formalizadas de este tipo: Hermandad del Rosario de los Remedios, Hermandad del Rosario del Carmen, Hermandad del Rosario de la Asunción, Hermandad del Rosario de la Aurora de la Asunción, Hermandad del Rosario de Mujeres de los Remedios. Hermandad del Rosario de la Concepción.
Se conocen principalmente cinco hermandades del rosario en la villa:
- Hermandad de Ntra. Sra. de la Rosario:
La Cofradía se originó en la Iglesia-Parroquial de Santa María en la segunda mitad del siglo XVI, hacia 1588, dependiente de la Orden de Predicadores. Se conservan las cuentas que en 1598 se rindieron y que fueron aprobadas por el licenciado Pedro Tallada, vicario de la villa. En 1610 se construye el retablo para Ntra. Sra. del Rosario por Juan de Mármol, vecino de la villa, y es dorado en 1616 por Luis de Venegas. El retablo actual es obra de Salvador de Jódar en 1782. Esta cofradía celebraba anualmente la fiesta conmemorativa del combate naval de Lepanto el 7 de octubre. La hermandad vino a menos a partir de 1684, pero fue reorganizada un año después. Se conserva la imagen de Ntra. Sra. del Rosario en su retablo que ha recuperado recientemente el Niño Jesús que sostenía en su brazo izquierdo. (Ver aquí)
- Hermandad del Rosario de Ntra. Sra. de la Asunción:
La devoción a Nuestra Señora bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción se remonta al 15 de agosto de 1240 cuando el rey santo Fernando III conquistó la villa y se dedicó la iglesia mayor de la villa a Nuestra. Señora de la Asunción. Tras la conquista se construye intramuros una iglesia y hospital dedicado a Nuestra Señora de la Asunción, regentada por una cofradía. A principios del siglo XVII se reanima la devoción a Nuestra Señora y se le erige una primera ermita y hospital en la calle Mesones en 1616. Con la devoción llegaron importantes donaciones de los marqueses de Estepa, del marqués de Almunia y de personas ilustres de la villa, decidiendo la construcción de un nuevo templo. En 1646 se comienza a derribar el antiguo templo y se traslada la imagen a la enfermería del hospital. El 10 de agosto de 1652 se bendijo la nueva ermita dedicada a Nuestra. Sra. de la Asunción por el vicario Gerónimo de Rivera, ampliándose con su camarín en 1716. La hermandad siempre ha estado vinculada al Hospital de pobres enfermos de Nuestra Señora de la Asunción cuya cofradía regentaba el hospital. Destaca la decoración pictórica del templo realizada en el siglo XVIII. En la iglesia de la Asunción, se fundó en 1732 la hermandad del Rosario de la Asunción y la de la Aurora de la Asunción. En 1791 los bienes de ambas hermandades rosarianas pasaron a la Cofradía de la Asunción. (Ver aquí)
- Hermandad del Rosario de Ntra. Sra. de la Remedios:
La devoción a María Santísima en la Iglesia de Santa María se trasladó a la Ermita de la Vera-Cruz. Aquí se funda en 1701 la Cofradía del Rosario de María Santísima de los Remedios, siendo originalmente una hermandad de hombres. En 1747 se forma la hermandad de mujeres con el mismo título y se aprueban sus estatutos el 24 de junio de dicho año por don Manuel Bejarano y Fonseca. Posteriormente se fusiona con la Hermandad de la Vera-Cruz y es en 1737 cuando el Marqués de Estepa es elegido hermano mayor el momento en el que la hermandad y el templo comienzan a cobrar importancia y se inicia su re-edificación que acabará en 1790. En esta re-edificación se construye la nave, cementerio, capilla mayor, sacristía, camarín, escalera, retablos y casa del santero. El retablo mayor se le dedica a Ntra. Sra de los Remedios mientras que el anterior titular de la ermita, el Stmo. Cristo de la Vera-Cruz, es trasladado al retablo a la derecha del altar mayor. (Ver aquí)
- Hermandad del Rosario de Ntra. Sra. de la Carmen:
Se funda la Hermandad en la Ermita del Stmo. Cristo de la Sangre en 1702 y al poco tiempo se fusiona con la Hermandad del Stmo. Cristo de la Sangre y la cofradía del Corpus que regentaba el hospital de pobres transeúntes. El 3 de junio de 1744 el vicario general don Manuel Bejarano y Fonseca aprueba la fundación de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, en la emita del Stmo. Cristo de la Sangre, donde ya estaba la del Rosario. El 30 de diciembre de 1880 se establece en la ermita la Venerable Orden Tercera de Nuestra Señora del Carmen, aunque no consiguen mantenerse en la villa. A principios del siglo XVIII se inicia la re-edificación del templo debida a la contribución de la familia de Juan Martín Formariz, adinerado de la villa, al Marqués de Estepa y a limosnas de los fieles. Se construye la nave, camarín, sacristía, retablos, pinturas, decoración rococó y su fabulosa portada. La imagen de Nuestra Señora fue regalo hecho por la marquesa doña Leonor María Centurión y Mendoza. La imagen estuvo depositada en el convento de la Victoria mientras se concluían las obras y al principio se colocó en el primer altar de la derecha ya que el antiguo titular, Stmo. Cristo de la Sangre (pintura en lienzo que se conserva en las escaleras del camarín), ocupa el altor mayor de la ermita. Concluido el camarín, la imagen de Ntra. Sra. del Carmen fue trasladada hasta su camarín. Los retablos y decoración pictórica del templo se realizan en el siglo XVIII destacando su marcado estilo rococó. Destaca la portada de la iglesia acabada en 1768 por Andrés de Zabala. La hermandad compró en 1745 nueve casas contiguas a la iglesia para edificar la conocida Plaza del Carmen o popularmente “El Salón” frente al Ayuntamiento de la villa. En esta plaza se celebraron corridas de toros desde 1747. (Ver aquí)
-Hermandad del Rosario de Ntra. Sra. de la Concepción:
La cofradía de Nuestra Señora de la Concepción se funda en 1538, y en 1548 don Sancho Trujillo, obispo de Marruecos, bendice el primitivo templo y la antigua imagen titular. En 1723 se amplia la ermita con unos solares cercanos y en 1740 el marqués don Juan Bautista inicia la reedificación del templo, construyendo la nave, camarín, sacristía y retablos del templo. La nueva imagen de Nuestra. Sra. de la Concepción fue traída por la marquesa para ocupar el retablo mayor. La misma marquesa fue nombrada camarera de la imagen, devoción que después practicaron sus sucesoras. Entre los acontecimientos importantes que ocurrieron en el templo está la fundación del convento de la Victoria por los padres mínimos el 2 de febrero de 1562 y la fundación de la Escuela de Nuestro Señor Jesucristo el 14 de junio de 1670, trasladada después al Hospital de Nuestra. Sra. de la Asunción. La devoción a la imagen y el culto en el templo cayó en decadencia a principios del siglo XX y eso motivó la destrucción del templo. Actualmente la imagen de Nuestra. Sra. de la Concepción es titular de la hermandad de Paz y Caridad desde 1994. (Ver aquí)
En la Iglesia Parroquial de San Sebastián también se construyó una capilla y retablo dedicada a Nuestra. Señora del Rosario hacia 1784. La imagen de la Virgen es obra de Diego Márquez y Vega (siglo XVIII).
Curiosidades:
-¿De dónde viene acabar como el Rosario de la Aurora? Pues viene de la rivalidad existente entre las diferentes hermandades del Rosario. Para más información consultar el siguiente artículo:
El Rosario de Aurora que acabó a farolazos. ABC
Artículo relacionado:
-El fenómeno rosariano en Estepa. Romero Mensaque, CJ. Anuario de estudios locales. 2011
-La Devoción del Rosario en Estepa durante la modernidad. Una primera aproximación. Romero Mensaque, CJ. Pasión y Glorias, nº1. Consejo General de HH y CC de Estepa. 2017
-La tradición de los rosarios públicos en la España moderna: Historia y tipología. Romero Mensaque, CJ. Actas I Encuentro Nacional de Cofradías del Rosario. Caleruega. 2014
-Los Rosarios públicos, estandarte y faroles. Devociones de Estepa. 2016
-El baldaquino estepeño, la imagen realzada. Devociones de Estepa. 2019
El principal culto de la hermandad era el Rosario Público que tenía lugar diariamente por las calles de Estepa y que actuó de dinamizador de la devoción de la Virgen, no en vano su imagen aparecía representada en el Simpecado que presidía la comitiva. Tras el toque de Ánimas acudían a la Iglesia todos los hermanos, que saldrían por las calles cantando el Santo Rosario de Nuestra Señora, delante iba el Simpecado con dicha efigie, al final la imagen de Jesús Crucificado, que lo llevaría uno de los tenientes eclesiásticos. El hermano mayor y demás tenientes cuidarían del buen orden, formando diversos coros para que todos vayan rezando, evitando al mismo tiempo conversaciones mientras se escuchaba la música.
(Dibujo de El Rosario de José García Ramos, para el libro “La tierra de María Santísima”, de Benito Mas y Prat)
Preparando el Rosario. Rico Cejudo |
Conflictos en el Rosario de Aurora |
Dice el P. Barco en su manuscrito, citando un documento autógrafo del vicario don Gerónimo de Ribera: Día de la Natividad de Nuestra Señora, ocho de septiembre de mil seiscientos cuarenta y cinco. Se comenzó a rezar el rosario a coros en la Iglesia Vieja y se ha continuado el rezarlo todos los domingos y las nueve fiestas de Nuestra Señora. Podemos ver aquí, en 1645,el germen de la práctica devocional de los rosarios, que luego pasaron a ser públicos, en la villa de Estepa; del auge y propagación de dicha devoción nos da buena prueba la proliferación de rosarios públicos que hubo en la villa, sobre todo a partir del siglo XVIII, contabilizándose media docena de corporaciones formalizadas de este tipo: Hermandad del Rosario de los Remedios, Hermandad del Rosario del Carmen, Hermandad del Rosario de la Asunción, Hermandad del Rosario de la Aurora de la Asunción, Hermandad del Rosario de Mujeres de los Remedios. Hermandad del Rosario de la Concepción.
Se conocen principalmente cinco hermandades del rosario en la villa:
- Hermandad de Ntra. Sra. de la Rosario:
La Cofradía se originó en la Iglesia-Parroquial de Santa María en la segunda mitad del siglo XVI, hacia 1588, dependiente de la Orden de Predicadores. Se conservan las cuentas que en 1598 se rindieron y que fueron aprobadas por el licenciado Pedro Tallada, vicario de la villa. En 1610 se construye el retablo para Ntra. Sra. del Rosario por Juan de Mármol, vecino de la villa, y es dorado en 1616 por Luis de Venegas. El retablo actual es obra de Salvador de Jódar en 1782. Esta cofradía celebraba anualmente la fiesta conmemorativa del combate naval de Lepanto el 7 de octubre. La hermandad vino a menos a partir de 1684, pero fue reorganizada un año después. Se conserva la imagen de Ntra. Sra. del Rosario en su retablo que ha recuperado recientemente el Niño Jesús que sostenía en su brazo izquierdo. (Ver aquí)
- Hermandad del Rosario de Ntra. Sra. de la Asunción:
La devoción a Nuestra Señora bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción se remonta al 15 de agosto de 1240 cuando el rey santo Fernando III conquistó la villa y se dedicó la iglesia mayor de la villa a Nuestra. Señora de la Asunción. Tras la conquista se construye intramuros una iglesia y hospital dedicado a Nuestra Señora de la Asunción, regentada por una cofradía. A principios del siglo XVII se reanima la devoción a Nuestra Señora y se le erige una primera ermita y hospital en la calle Mesones en 1616. Con la devoción llegaron importantes donaciones de los marqueses de Estepa, del marqués de Almunia y de personas ilustres de la villa, decidiendo la construcción de un nuevo templo. En 1646 se comienza a derribar el antiguo templo y se traslada la imagen a la enfermería del hospital. El 10 de agosto de 1652 se bendijo la nueva ermita dedicada a Nuestra. Sra. de la Asunción por el vicario Gerónimo de Rivera, ampliándose con su camarín en 1716. La hermandad siempre ha estado vinculada al Hospital de pobres enfermos de Nuestra Señora de la Asunción cuya cofradía regentaba el hospital. Destaca la decoración pictórica del templo realizada en el siglo XVIII. En la iglesia de la Asunción, se fundó en 1732 la hermandad del Rosario de la Asunción y la de la Aurora de la Asunción. En 1791 los bienes de ambas hermandades rosarianas pasaron a la Cofradía de la Asunción. (Ver aquí)
- Hermandad del Rosario de Ntra. Sra. de la Remedios:
La devoción a María Santísima en la Iglesia de Santa María se trasladó a la Ermita de la Vera-Cruz. Aquí se funda en 1701 la Cofradía del Rosario de María Santísima de los Remedios, siendo originalmente una hermandad de hombres. En 1747 se forma la hermandad de mujeres con el mismo título y se aprueban sus estatutos el 24 de junio de dicho año por don Manuel Bejarano y Fonseca. Posteriormente se fusiona con la Hermandad de la Vera-Cruz y es en 1737 cuando el Marqués de Estepa es elegido hermano mayor el momento en el que la hermandad y el templo comienzan a cobrar importancia y se inicia su re-edificación que acabará en 1790. En esta re-edificación se construye la nave, cementerio, capilla mayor, sacristía, camarín, escalera, retablos y casa del santero. El retablo mayor se le dedica a Ntra. Sra de los Remedios mientras que el anterior titular de la ermita, el Stmo. Cristo de la Vera-Cruz, es trasladado al retablo a la derecha del altar mayor. (Ver aquí)
- Hermandad del Rosario de Ntra. Sra. de la Carmen:
Se funda la Hermandad en la Ermita del Stmo. Cristo de la Sangre en 1702 y al poco tiempo se fusiona con la Hermandad del Stmo. Cristo de la Sangre y la cofradía del Corpus que regentaba el hospital de pobres transeúntes. El 3 de junio de 1744 el vicario general don Manuel Bejarano y Fonseca aprueba la fundación de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, en la emita del Stmo. Cristo de la Sangre, donde ya estaba la del Rosario. El 30 de diciembre de 1880 se establece en la ermita la Venerable Orden Tercera de Nuestra Señora del Carmen, aunque no consiguen mantenerse en la villa. A principios del siglo XVIII se inicia la re-edificación del templo debida a la contribución de la familia de Juan Martín Formariz, adinerado de la villa, al Marqués de Estepa y a limosnas de los fieles. Se construye la nave, camarín, sacristía, retablos, pinturas, decoración rococó y su fabulosa portada. La imagen de Nuestra Señora fue regalo hecho por la marquesa doña Leonor María Centurión y Mendoza. La imagen estuvo depositada en el convento de la Victoria mientras se concluían las obras y al principio se colocó en el primer altar de la derecha ya que el antiguo titular, Stmo. Cristo de la Sangre (pintura en lienzo que se conserva en las escaleras del camarín), ocupa el altor mayor de la ermita. Concluido el camarín, la imagen de Ntra. Sra. del Carmen fue trasladada hasta su camarín. Los retablos y decoración pictórica del templo se realizan en el siglo XVIII destacando su marcado estilo rococó. Destaca la portada de la iglesia acabada en 1768 por Andrés de Zabala. La hermandad compró en 1745 nueve casas contiguas a la iglesia para edificar la conocida Plaza del Carmen o popularmente “El Salón” frente al Ayuntamiento de la villa. En esta plaza se celebraron corridas de toros desde 1747. (Ver aquí)
-Hermandad del Rosario de Ntra. Sra. de la Concepción:
La cofradía de Nuestra Señora de la Concepción se funda en 1538, y en 1548 don Sancho Trujillo, obispo de Marruecos, bendice el primitivo templo y la antigua imagen titular. En 1723 se amplia la ermita con unos solares cercanos y en 1740 el marqués don Juan Bautista inicia la reedificación del templo, construyendo la nave, camarín, sacristía y retablos del templo. La nueva imagen de Nuestra. Sra. de la Concepción fue traída por la marquesa para ocupar el retablo mayor. La misma marquesa fue nombrada camarera de la imagen, devoción que después practicaron sus sucesoras. Entre los acontecimientos importantes que ocurrieron en el templo está la fundación del convento de la Victoria por los padres mínimos el 2 de febrero de 1562 y la fundación de la Escuela de Nuestro Señor Jesucristo el 14 de junio de 1670, trasladada después al Hospital de Nuestra. Sra. de la Asunción. La devoción a la imagen y el culto en el templo cayó en decadencia a principios del siglo XX y eso motivó la destrucción del templo. Actualmente la imagen de Nuestra. Sra. de la Concepción es titular de la hermandad de Paz y Caridad desde 1994. (Ver aquí)
En la Iglesia Parroquial de San Sebastián también se construyó una capilla y retablo dedicada a Nuestra. Señora del Rosario hacia 1784. La imagen de la Virgen es obra de Diego Márquez y Vega (siglo XVIII).
Curiosidades:
-¿De dónde viene acabar como el Rosario de la Aurora? Pues viene de la rivalidad existente entre las diferentes hermandades del Rosario. Para más información consultar el siguiente artículo:
El Rosario de Aurora que acabó a farolazos. ABC
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-El fenómeno rosariano en Estepa. Romero Mensaque, CJ. Anuario de estudios locales. 2011
-La Devoción del Rosario en Estepa durante la modernidad. Una primera aproximación. Romero Mensaque, CJ. Pasión y Glorias, nº1. Consejo General de HH y CC de Estepa. 2017
-La tradición de los rosarios públicos en la España moderna: Historia y tipología. Romero Mensaque, CJ. Actas I Encuentro Nacional de Cofradías del Rosario. Caleruega. 2014
-Los Rosarios públicos, estandarte y faroles. Devociones de Estepa. 2016
-El baldaquino estepeño, la imagen realzada. Devociones de Estepa. 2019
LAS ANGUSTIAS Y EL SANTO ROSARIO
La Hermandad de Las Angustias realiza su estación de penitencia en la noche del Lunes Santo en Estepa. Durante todo su recorrido los hermanos rezan el Santo Rosario acompañando a Nuestra Señora de las Angustias. Cada uno de los cinco misterios y la letanía se inician al llegar a las iglesias por las que pasa (Santa Ana, El Carmen, La Asunción, Los Remedios, San Sebastián y Santa Ángela). Uno de los hermanos porta una cruz con luz para poder recitarlo en la oscuridad de las calles estepeñas en la noche del Lunes Santo.
Fotografía de José Báez
LA BATALLA DE LEPANTO
La batalla de Lepanto fue un combate naval de capital importancia que tuvo lugar el 7 de octubre de 1571 en el golfo de Lepanto, frente a la ciudad de Naupacto (hoy llamada Lepanto), situado entre el Peloponeso y Epiro, en la Grecia continental.
Desde que los otomanos unificaran el Islam desde la península de Turquía, sus conquistas en Europa se sucedieron una tras otra ocupando Macedonia, Bulgaria, Serbia y Bosnia. En 1453 cayó Constantinopla, el último recuerdo del Imperio Romano de Oriente, seguida de Valaquia, Besarabia, Bosnia y Hungría hasta que en 1529 los jenízaros fueron detenidos ante Viena. En el Mediterráneo la situación era análoga, las galeras turcas imponían su ley y las incursiones berberiscas desde Túnez, Argelia y Marruecos no respetaban ninguna costa.
En los tiempos del Sultán Solimán la política en el Mediterráneo Occidental tuvo como objetivo Italia, por lo que tarde o temprano habría de chocar con los intereses españoles. En 1565 Solimán atacó Malta, un enclave que aseguraba el paso por los estrechos del Mediterráneo Central y una plataforma excelente para empresas sobre Italia. En 1566 llegó al trono el Sultán Selim.
Durante la Edad Media Venecia se convirtió en una ciudad-estado dirigida por una corporación de comerciantes y banqueros que alcanzaron la prosperidad vendiendo en Europa los productos que traían desde India y China. Los venecianos disponían de una larga cadena de bases comerciales y puertos en Dalmacia, el Mar Egeo y el Mediterráneo Oriental. A comienzos del siglo XVI el monopolio de Venecia fue roto por los portugueses con sus rutas circunnavegando África mientras que desde 1522 con la caída de Rodas, los turcos se fueron haciendo con las posesiones venecianas. Los venecianos comprendieron que acabarían por perder todas sus bases, por lo que buscaron la ayuda de España y el Papa.
En Febrero de 1571 se firmaron los Pactos entre la República de Venecia, España, la Orden de Malta y el Papa. La alianza tendría validez por un período inicial de tres años, durante el cual se reuniría una gran flota cuyo mando se otorgó a Don Juan de Austria, hermano bastardo del rey Felipe II.
La preparación de la cristiandad para enfrentarse de una forma decidida con el peligro turco fue muy laboriosa. El único hombre que vio clara la situación desde el primer momento fue el papa Pío V. Incluso Felipe II, que tan amenazadas veía sus posesiones peninsulares por el enemigo, tardó mucho en convencerse de la necesidad de afrontar el peligro de frente y de asestar un golpe definitivo a los turcos. Las capitulaciones para constituir la Liga Santa se demorarían hasta el 25 de mayo de 1571 debido a la disparidad de intereses y proyectos. La unión de escuadras cristianas que el Papa había convocado en respuesta a la toma de Chipre (1570) había resultado un fracaso del que los jefes se culpaban mutuamente. El sultán lanzó un ataque a fondo contra Famagusta, último reducto de los venecianos en Chipre. Fuerzas turcas se apoderaron de Dulcino, Budua y Antivari, e incluso llegaron a amenazar la plaza de Zara.
En el puerto de Mesina se fueron concentrando galeras y naves procedentes de Barcelona, Valencia, Cartagena, Mallorca, Sicilia, Nápoles, Malta, Génova, Venecia, Corfú y Creta.
A Mesina llegó Monseñor Odescalco, obispo de Pena, portador de las indulgencias que el Papa concedía a todos los embarcados junto con un relicario que contenía astillas de la Vera Cruz a distribuir entre las capitanías de la armada. La armada de la Liga recibió como insignia un estandarte azul decorado con Cristo crucificado y los escudos de España, el Papa y Venecia, y como arma más poderosa el rezo del Santo Rosario.
El 15 de septiembre, Don Juan ordenó la salida de la flota y la armada fue despedida con el repique de las campanas de Mesina y salvas de los castillos. El 26 fondeó en Corfú, mientras una flotilla dirigida por Gil de Andrade exploraba la zona.
La armada aliada estaba formada por 70 galeras españolas (sumadas las propiamente hispanas con las de Nápoles, Sicilia, y Génova), 9 de Malta, 12 del Papado y 140 venecianas. Los combatientes españoles sumaban 20.000, los del Papa 2.000 y los venecianos 8.000. La flota estaba confiada teóricamente a Juan de Austria y dirigida efectivamente por jefes experimentados como Gian Andrea Doria y los catalanes Juan de Cardona y Luis de Requesens. Marco Antonio Colonna, condestable de Nápoles y vasallo de España, era el almirante del papa. Las naves venecianas estaban al mando de Sebastián Veniero.
Las naves reunidas por los turcos sumaron 245 galeras, muchas de ellas de 28 y 30 bancos, y 70 galeotas y un gran número de fustas y otras pequeñas naves. En ellas habían embarcado 13.000 marineros, 45.000 galeotes y 34.000 soldados, aunque de éstos, menos de 3.000 eran jenízaros armados con arcabuces. También los turcos disponían de menos artillería, 750 cañones frente a 1.215 en las naves de La Liga que con frecuencia eran de calibre superior. La armada turca estaba al mando de Alí Pachá aconsejado por el marino Mohamed Bey y el corsario Uluch Alí, antiguo fraile italiano.
Desde que los otomanos unificaran el Islam desde la península de Turquía, sus conquistas en Europa se sucedieron una tras otra ocupando Macedonia, Bulgaria, Serbia y Bosnia. En 1453 cayó Constantinopla, el último recuerdo del Imperio Romano de Oriente, seguida de Valaquia, Besarabia, Bosnia y Hungría hasta que en 1529 los jenízaros fueron detenidos ante Viena. En el Mediterráneo la situación era análoga, las galeras turcas imponían su ley y las incursiones berberiscas desde Túnez, Argelia y Marruecos no respetaban ninguna costa.
En los tiempos del Sultán Solimán la política en el Mediterráneo Occidental tuvo como objetivo Italia, por lo que tarde o temprano habría de chocar con los intereses españoles. En 1565 Solimán atacó Malta, un enclave que aseguraba el paso por los estrechos del Mediterráneo Central y una plataforma excelente para empresas sobre Italia. En 1566 llegó al trono el Sultán Selim.
Durante la Edad Media Venecia se convirtió en una ciudad-estado dirigida por una corporación de comerciantes y banqueros que alcanzaron la prosperidad vendiendo en Europa los productos que traían desde India y China. Los venecianos disponían de una larga cadena de bases comerciales y puertos en Dalmacia, el Mar Egeo y el Mediterráneo Oriental. A comienzos del siglo XVI el monopolio de Venecia fue roto por los portugueses con sus rutas circunnavegando África mientras que desde 1522 con la caída de Rodas, los turcos se fueron haciendo con las posesiones venecianas. Los venecianos comprendieron que acabarían por perder todas sus bases, por lo que buscaron la ayuda de España y el Papa.
En Febrero de 1571 se firmaron los Pactos entre la República de Venecia, España, la Orden de Malta y el Papa. La alianza tendría validez por un período inicial de tres años, durante el cual se reuniría una gran flota cuyo mando se otorgó a Don Juan de Austria, hermano bastardo del rey Felipe II.
La preparación de la cristiandad para enfrentarse de una forma decidida con el peligro turco fue muy laboriosa. El único hombre que vio clara la situación desde el primer momento fue el papa Pío V. Incluso Felipe II, que tan amenazadas veía sus posesiones peninsulares por el enemigo, tardó mucho en convencerse de la necesidad de afrontar el peligro de frente y de asestar un golpe definitivo a los turcos. Las capitulaciones para constituir la Liga Santa se demorarían hasta el 25 de mayo de 1571 debido a la disparidad de intereses y proyectos. La unión de escuadras cristianas que el Papa había convocado en respuesta a la toma de Chipre (1570) había resultado un fracaso del que los jefes se culpaban mutuamente. El sultán lanzó un ataque a fondo contra Famagusta, último reducto de los venecianos en Chipre. Fuerzas turcas se apoderaron de Dulcino, Budua y Antivari, e incluso llegaron a amenazar la plaza de Zara.
En el puerto de Mesina se fueron concentrando galeras y naves procedentes de Barcelona, Valencia, Cartagena, Mallorca, Sicilia, Nápoles, Malta, Génova, Venecia, Corfú y Creta.
A Mesina llegó Monseñor Odescalco, obispo de Pena, portador de las indulgencias que el Papa concedía a todos los embarcados junto con un relicario que contenía astillas de la Vera Cruz a distribuir entre las capitanías de la armada. La armada de la Liga recibió como insignia un estandarte azul decorado con Cristo crucificado y los escudos de España, el Papa y Venecia, y como arma más poderosa el rezo del Santo Rosario.
El 15 de septiembre, Don Juan ordenó la salida de la flota y la armada fue despedida con el repique de las campanas de Mesina y salvas de los castillos. El 26 fondeó en Corfú, mientras una flotilla dirigida por Gil de Andrade exploraba la zona.
La armada aliada estaba formada por 70 galeras españolas (sumadas las propiamente hispanas con las de Nápoles, Sicilia, y Génova), 9 de Malta, 12 del Papado y 140 venecianas. Los combatientes españoles sumaban 20.000, los del Papa 2.000 y los venecianos 8.000. La flota estaba confiada teóricamente a Juan de Austria y dirigida efectivamente por jefes experimentados como Gian Andrea Doria y los catalanes Juan de Cardona y Luis de Requesens. Marco Antonio Colonna, condestable de Nápoles y vasallo de España, era el almirante del papa. Las naves venecianas estaban al mando de Sebastián Veniero.
Las naves reunidas por los turcos sumaron 245 galeras, muchas de ellas de 28 y 30 bancos, y 70 galeotas y un gran número de fustas y otras pequeñas naves. En ellas habían embarcado 13.000 marineros, 45.000 galeotes y 34.000 soldados, aunque de éstos, menos de 3.000 eran jenízaros armados con arcabuces. También los turcos disponían de menos artillería, 750 cañones frente a 1.215 en las naves de La Liga que con frecuencia eran de calibre superior. La armada turca estaba al mando de Alí Pachá aconsejado por el marino Mohamed Bey y el corsario Uluch Alí, antiguo fraile italiano.
Una vez que supo de la concentración de naves cristianas en Mesina el sultán Selim ordenó enfrentarse al enemigo y para ello, Alí Pachá llevó su flota al golfo de Lepanto, lugar elegido para que se concentraran todas las naves disponibles. Llegaron jenízaros de las guarniciones de Grecia y la flota turca recibió como insignia un estandarte de seda verde elaborado en La Meca, adornado con la Media Luna y versículos del Corán.
Al alba del día 7 de Octubre de 1751 la flota cristiana estaba situada en las islas Equínadas. Poco después avistaron a la turca adelantándose hacia la boca del golfo de Lepanto. Alí estaba al mando de 260 galeras y contaba con las naves del corsario argelino Luchalí. A las diez de la mañana las escuadras se hallaron frente a frente. Don Juan diseñó su orden de batalla formando una línea de naves dividida en tres segmentos, con una reserva tras el cuerpo central. Al frente de cada segmento, situó a dos de las seis galeazas con las que contaba, aunque una mala maniobra evitó que las dos del ala derecha ocupasen sus posiciones. La flota turca dispuesta en un orden similar al de la Liga. Cerca del mediodía la galera del Almirante Alí Bajá disparó el primer cañonazo y las cuatro galeazas situadas en vanguardia abrieron fuego.
En la galera Marquesa combatió Miguel de Cervantes con gran valor. Tenía entonces veinticuatro años y continuó combatiendo después de ser herido en el pecho y en el brazo izquierdo, que le quedaría inútil, lo que valió el sobrenombre de «manco de Lepanto».
La Santa Liga se proclamó vencedora tras unas cuatros horas de lucha, salvándose sólo 30 galeras turcas. Su flota había compensado la inferioridad numérica con la superioridad tecnológica. Se frenó así el expansionismo turco por el Mediterráneo occidental.
En lo que a España se refiere, la relativa tranquilidad que imperaba en el Mediterráneo permitió que centrara su atención en sus intereses en Europa y el Nuevo Mundo. Y es que el eje geopolítico del mundo hacía décadas que había empezado a desplazarse desde el Mare Nostrum hacia el Atlántico.
La Batalla de Lepanto y el Rosario
En tiempos de Santo Padre Pío V (1566 – 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero no le hicieron mucho caso hasta que el peligro se hizo muy real y la invasión era certera. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario y se le implorase su ayuda. El 7 de octubre de 1571 se encontraron las dos flotas, la cristiana y la musulmana, en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto.
Entretanto en Roma el Papa aguardaba las noticias, ayunando y redoblando sus oraciones por la victoria. El mismo Papa insta para que Cardenales, Monjes y fieles hagan lo mismo confiando Su Santidad en la eficacia del Santo Rosario. El día 7 de octubre él trabajaba con su tesorero Donato Cesi el cual exponía los problemas financieros. De repente, se apartó de su interlocutor, abrió una ventana y entró en éxtasis, se volvió hacia su tesorero y le dijo: “Id con Dios. Ahora no es hora de negocios, sino de dar gracias a Jesucristo pues nuestra escuadra acaba de vencer” y se dirigió a su capilla.En la noche del 21 para el 22 de octubre el Cardenal Rusticucci despierta al Papa para confirmarle la visión que él había tenido. En un llanto San Pío V repitió las palabras del viejo Simeón: “Ahora Señor ya puedes dejar ir a tu siervo en paz” (Luc.2,29). En la mañana siguiente es proclamada la feliz noticia en San Pedro luego de una procesión y un solemne Te Deum.
El Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó por vox populi a las Letanía de la Santísima Virgen el título de “Auxilio de los Cristianos”. Más adelante, el Papa Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta a la de Nuestra Señora del Rosario en 1573.
Capillas con la invocación de Nuestra Señora de las Victorias, más tarde Nuestra Señora del Rosario, comienzan a surgir en España e Italia. El senado veneciano coloca debajo del cuadro que representa la batalla la siguiente frase: “Non virtus, non arma, non duces, sed Maria Rosarii Victores nos fecit” (Ni las tropas, ni las armas, ni los comandantes, sino la Virgen María del Rosario es la que nos dio la victoria).
LOS DOMINICOS Y LA VIRGEN DEL ROSARIO
(Iglesia de la Asunción. Estepa)
(Murillo. Palacio Arzobispal de Sevilla)
Santo Domingo de Guzmán nació en Caleruega (España), alrededor del año 1170. Estudió teología en Palencia y fue nombrado canónigo de la Iglesia de Osma. Murió en Bolonia el día 6 de agosto del año 1221 y fue canonizado por Gregorio IX en 1234.
Eran tiempos de continuas guerras contra los moros y entre los mismos príncipes cristianos. Una gran hambre sobrevino a toda aquella región de Palencia. Domingo se compadeció profundamente de los pobres y les fue entregando sus pertenencias, e incluso se vendió como esclavo. A los 24 años de edad, Domingo fue llamado por el obispo de Osma para ser canónigo de la catedral. A los 25 años fue ordenado sacerdote.El Rey Alfonso VIII había encargado al Obispo de Osma, en 1203, la misión de dirigirse a Dinamarca a pedir la mano de una dama de la nobleza para su hijo Fernando. El Obispo acepta y como compañero de viaje lleva a Domingo. Al pasar por Francia, Flandes, Renania e Inglaterra, Domingo quedó preocupado al constatar la extensión de las grandes herejías, los cátaros, valdenses y otras herejías procedentes del maniqueísmo oriental. Estos negaban muchos dogmas de la fe católica, incluso la Redención por la Cruz de Cristo y los Sacramentos.
En 1207 Domingo, con algunos compañeros, entre ellos el Obispo de Osma, se entrega de lleno a la vida apostólica, viviendo de limosnas, que diariamente mendigaba, renunciando a toda comodidad, caminando a pie y descalzo, sin casa ni habitación propia en la que retirarse a descansar, sin más ropa que la puesta.
Comprendiendo la necesidad de instruir a aquellas gentes que caían en las herejías, determinó fundar la Orden de predicadores (Dominicos), dispuestos a recorrer pueblos y ciudades para llevar a todas partes la luz del Evangelio. Funda centros de apostolado en todo el sur de Francia. Pero, reconociendo que para combatir las herejías era necesario una buena formación teológica, busca un doctor en teología que instruyera a la comunidad. Más tarde, uno de sus discípulos en la orden sería la lumbrera más grande que haya tenido la iglesia universal: Santo Tomás de Aquino. Santo Domingo fue un gran amigo de San Francisco de Asís, a quien visito y abrazó efusivamente. Santo Domingo poco después fundó la rama femenina de su Orden.
Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.
La Virgen acude en ayuda de Santo Domingo. Se le apareció en la capilla; en su mano sostenía un rosario y le enseñó a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. Domingo lo predicó y muchos albingenses volvieron a la fe católica. Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo.
Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.
En 1207 Domingo, con algunos compañeros, entre ellos el Obispo de Osma, se entrega de lleno a la vida apostólica, viviendo de limosnas, que diariamente mendigaba, renunciando a toda comodidad, caminando a pie y descalzo, sin casa ni habitación propia en la que retirarse a descansar, sin más ropa que la puesta.
Comprendiendo la necesidad de instruir a aquellas gentes que caían en las herejías, determinó fundar la Orden de predicadores (Dominicos), dispuestos a recorrer pueblos y ciudades para llevar a todas partes la luz del Evangelio. Funda centros de apostolado en todo el sur de Francia. Pero, reconociendo que para combatir las herejías era necesario una buena formación teológica, busca un doctor en teología que instruyera a la comunidad. Más tarde, uno de sus discípulos en la orden sería la lumbrera más grande que haya tenido la iglesia universal: Santo Tomás de Aquino. Santo Domingo fue un gran amigo de San Francisco de Asís, a quien visito y abrazó efusivamente. Santo Domingo poco después fundó la rama femenina de su Orden.
Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.
La Virgen acude en ayuda de Santo Domingo. Se le apareció en la capilla; en su mano sostenía un rosario y le enseñó a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. Domingo lo predicó y muchos albingenses volvieron a la fe católica. Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo.
Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.
(Murillo. Palacio Arzobispal de Sevilla)
LAS LETANÍAS MARIANAS
Los principios de las letanías en general se remontan a los primeros siglos de la cristiandad. Las letanías eran súplicas dialogadas entre los sacerdotes y los fieles y que se rezaban sobre todo en procesiones. Si bien al umbral, eran dirigidas sólo a Dios (en súplicas) se añadieron con el tiempo invocaciones a santos y sobre todo a la Virgen María (en intercesiones) usadas a partir del S. VII.
En la liturgia oriental se usaron desde el S. III. La composición de letanías marianas se hicieron en base a las generales y a la de las letanías de los Santos, en éstas se invocaba a María de 3 modos: Sancta María, Santa Dei Genetrix y Santa Virgo Virginum. A lo cual siguió una serie de reflexiones y elogios de los santos padres orientales que constituyen el germen de las futuras letanías marianas.
El origen halló ambiente en la popularidad del Oficio de la Virgen Santísima que se cantaba en algunos monasterios. Este "Oficio" no era fijo y tenía variaciones según la orden religiosa que lo cantaba; estas variaciones fueron abolidas por Pío V cuando estableció el "Oficio Parvo de la Virgen" reformado. Lo cierto es que entre las variantes que existían habían ciertas letanías que se parecían a las futuras Lauretanas.
En la liturgia oriental se usaron desde el S. III. La composición de letanías marianas se hicieron en base a las generales y a la de las letanías de los Santos, en éstas se invocaba a María de 3 modos: Sancta María, Santa Dei Genetrix y Santa Virgo Virginum. A lo cual siguió una serie de reflexiones y elogios de los santos padres orientales que constituyen el germen de las futuras letanías marianas.
El origen halló ambiente en la popularidad del Oficio de la Virgen Santísima que se cantaba en algunos monasterios. Este "Oficio" no era fijo y tenía variaciones según la orden religiosa que lo cantaba; estas variaciones fueron abolidas por Pío V cuando estableció el "Oficio Parvo de la Virgen" reformado. Lo cierto es que entre las variantes que existían habían ciertas letanías que se parecían a las futuras Lauretanas.
Las más antiguas letanías a María propiamente dichas se encuentran en un códice de Maguncia del S. XII titulado Letanía de Domina Nostra Dei genenetrice Virgine Maria. Ora valde bona, cotidie pro quacumque tribulatione dicenda est, con alabanzas largas y en cada verso repitiendo el Sancta María.
En el siglo XV y XVI las letanías marianas empezaron a multiplicarse. Por el año 1500 fueron creadas una serie de letanías en el santuario de Loreto hechas para el lugar. Hacia 1575 surgen unas nuevas letanías lauretanas conocidas como "modernas" con alabanzas puramente bíblicas, que se hicieron tan populares que las primeras versiones fueron pasadas a segundo plano. Sixto V las aprobó en 1587 e incluso les dio indulgencias. Hacia el S. XVII la situación se hizo exagerada, en Loreto se tenía una letanía para cada día de la semana y no era el único caso. En 1601, con el decreto Quoniuam multi del 6 de septiembre, el Papa Clemente VIII prohibió todas las letanías que existían con excepción de las incluidas en el Misal y el Breviario y también las del santuario de Loreto, aquellas letanías ya eran llamadas como lauretanas. Paulo V, en 1503, ordenó que se cantasen en la basílica romana de Santa María La Mayor en festividades de la Virgen María. Los dominicos en 1615 ordenaron que se recite en todos sus conventos después de sus oraciones de los sábados.
Las podemos agrupar en torno a los 6 títulos o grandezas más sublimes de María: Su santidad, su maternidad divina, y espiritual, su virginidad, su ejemplaridad, su mediación y su realeza.
En el siglo XV y XVI las letanías marianas empezaron a multiplicarse. Por el año 1500 fueron creadas una serie de letanías en el santuario de Loreto hechas para el lugar. Hacia 1575 surgen unas nuevas letanías lauretanas conocidas como "modernas" con alabanzas puramente bíblicas, que se hicieron tan populares que las primeras versiones fueron pasadas a segundo plano. Sixto V las aprobó en 1587 e incluso les dio indulgencias. Hacia el S. XVII la situación se hizo exagerada, en Loreto se tenía una letanía para cada día de la semana y no era el único caso. En 1601, con el decreto Quoniuam multi del 6 de septiembre, el Papa Clemente VIII prohibió todas las letanías que existían con excepción de las incluidas en el Misal y el Breviario y también las del santuario de Loreto, aquellas letanías ya eran llamadas como lauretanas. Paulo V, en 1503, ordenó que se cantasen en la basílica romana de Santa María La Mayor en festividades de la Virgen María. Los dominicos en 1615 ordenaron que se recite en todos sus conventos después de sus oraciones de los sábados.
Las podemos agrupar en torno a los 6 títulos o grandezas más sublimes de María: Su santidad, su maternidad divina, y espiritual, su virginidad, su ejemplaridad, su mediación y su realeza.
1° Su santidad: Esta santidad de María es invocada desde tres puntos de vista diferentes: en el orden individual (Santa María), con relación a Dios (Santa Madre de Dios) y con relación a las demás mujeres (Santa Virgen de las Vírgenes).
2° Su maternidad divina y espiritual: Es el título supremo de María y el fundamento de todas sus demás grandezas y maravillas: Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, Madre de la Misericordia, Madre de la divina gracia, Madre de la Esperanza, Madre Purísima, Madre Castísima, Madre virginal, Madre Inmaculada, Madre Amable, Madre Admirable, Madre del Buen Consejo, Madre del Creador, Madre del Salvador.
3° Su virginidad: La maternidad divina no menoscabó en lo más mínimo su gloriosa y perpetua virginal, como nos enseña la fe católica: Virgen prudentísima, Virgen digna de veneración, Virgen digna de alabanza, Virgen poderosa, Virgen clemente, Virgen fiel.
4° Su ejemplaridad: Después de Saludarla como ejemplo acabado de virtudes, se recogen algunos símbolos y figuras bellísimas de la ejemplaridad admirable de María: Espejo de justicia, Trono de sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual, Vaso digno de honor, Vaso insigne de devoción, Rosa mística, Torre de David, Torre de marfil, Casa de oro.
5° Su mediación: predicadora entre Dios y los hombres. Aquí es presentada bajo tres bellísimos símbolos y en el ejercicio de cinco emocionantes aspectos de su mediación: Arca de la Alianza, Puerta del Cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consuelo de los migrantes, Consuelo de los afligidos, Auxilio de los cristianos.
6° Su realeza universal: María es Reina y Señora de cielo y tierra: Reina de los ángeles, Reina de los patriarcas, Reina de los profetas, Reina de los apóstoles, Reina de los mártires, Reina de los confesores, Reina de las Vírgenes, Reina de todos los Santos, Reina concebida sin pecado original, Reina elevada al cielo, Reina del Santísimo Rosario, Reina de la familia, Reina de la paz.
Con el tiempo se han ido añadiendo más títulos a ellas, como León XIII quien añadió "Reina del Santo Rosario", y "Madre del Buen Consejo", Benedicto XV añadió "Reina de la paz", Pío IX el "Reina concebida sin pecado original", Pío XII en 1951 "Reina asunta al cielo", Pablo VI el "Madre de la Iglesia" y "Rosa Mística", Juan Pablo II incluyó el "Reina de las Familias" y el Papa Francisco en 2020 "Madre de la Misericordia", "Madre de la Esperanza" y "Consuelo de los migrantes".
El uso de los símbolos ha sido muy fecundo en las Bellas Artes, sobre todo en los temas religiosos como recurso para expresar la espiritualidad por medio de la materia, acercando a la sensibilidad humana determinados conceptos o ideas.
4° Su ejemplaridad: Después de Saludarla como ejemplo acabado de virtudes, se recogen algunos símbolos y figuras bellísimas de la ejemplaridad admirable de María: Espejo de justicia, Trono de sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual, Vaso digno de honor, Vaso insigne de devoción, Rosa mística, Torre de David, Torre de marfil, Casa de oro.
5° Su mediación: predicadora entre Dios y los hombres. Aquí es presentada bajo tres bellísimos símbolos y en el ejercicio de cinco emocionantes aspectos de su mediación: Arca de la Alianza, Puerta del Cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consuelo de los migrantes, Consuelo de los afligidos, Auxilio de los cristianos.
6° Su realeza universal: María es Reina y Señora de cielo y tierra: Reina de los ángeles, Reina de los patriarcas, Reina de los profetas, Reina de los apóstoles, Reina de los mártires, Reina de los confesores, Reina de las Vírgenes, Reina de todos los Santos, Reina concebida sin pecado original, Reina elevada al cielo, Reina del Santísimo Rosario, Reina de la familia, Reina de la paz.
Con el tiempo se han ido añadiendo más títulos a ellas, como León XIII quien añadió "Reina del Santo Rosario", y "Madre del Buen Consejo", Benedicto XV añadió "Reina de la paz", Pío IX el "Reina concebida sin pecado original", Pío XII en 1951 "Reina asunta al cielo", Pablo VI el "Madre de la Iglesia" y "Rosa Mística", Juan Pablo II incluyó el "Reina de las Familias" y el Papa Francisco en 2020 "Madre de la Misericordia", "Madre de la Esperanza" y "Consuelo de los migrantes".
El uso de los símbolos ha sido muy fecundo en las Bellas Artes, sobre todo en los temas religiosos como recurso para expresar la espiritualidad por medio de la materia, acercando a la sensibilidad humana determinados conceptos o ideas.
En cuanto a la pintura, el ejemplo más antiguo de Inmaculada rodeada de emblemas marianos se encuentra en la iglesia de Artajona (Navarra) y es de 1.497. Así la pintaron posteriormente, entre otros muchos, Pacheco y Zurbarán rodeada de numerosos símbolos, que así es como gusta mostrarla nuestros artitas. Otros símbolos frecuentes en la Letanía Lauretana, a saber: Estrella del Mar, Puerta del Cielo, Espejo sin mancha, Torre de David, Huerto Sagrado, Escalera de Jacob, Pozo de Sabiduría ......
(Francisco de Zurbarán. Inmaculada. Museo diocesano de Sigüenza)
(Francisco de Zurbarán. Inmaculada. Museo del Padro)
(Cristóbal Gómez. Inmaculada. Palacio Arzobispal de Sevilla)
(Juan Valdés Leal. Inmaculada. Iglesia de la Magdalena de Sevilla)
(Francisco Pacheco. Inmaculada. Palacio Arzobispal de Sevilla)
Sobre los motivos que podemos ver en las Letanías, el espejo, la rosa, la torre, la casa, el arca y la estrella son, al mismo tiempo, invocaciones de la Letanía Lauretana y emblemas que se encuentran en los cuadros de la Inmaculada; la fuente, la palmera, el pozo y las azucenas, sólo lo hemos visto figurar en las pinturas.
-PUERTA DEL CIELO: expresaría el papel mediador de María en la Salvación, como escalera de Jacob y puerta del cielo, o antesala de la ciudad de Dios. Iconografía preconcepcionista, en donde el arco de medio punto evoca la puerta de Jerusalén.
-ESCALERA DE JACOB: La Escalera de Jacob es una escalera mencionada en la Biblia (Génesis 28:11-19), por la que los ángeles ascendían y descendían del cielo.
-FUENTE DE SABIDURÍA Y POZO DE AGUAS VIVAS, atributos de la virginidad y de notorias connotaciones con la sabiduría.
-TORRE DE DAVID es otra de las invocaciones marianas, "Torre de David", Turris Davidica, metáfora aplicada a la Esposa y también con implicaciones sobre la virtud de la fortaleza.
-TORRE DE MARFIL: El marfil es uno de los objetos más bellos y duros de la naturaleza. Símbolo de hermosura y fortaleza. La blancura del marfil no lastima la vista como la blancura de la nieve, pero es agradable y tranquila como la blancura de la lana, del armiño o de una flor; es símbolo del alma limpia de culpa, discreta, amable, indulgente, que sabe compadecer y tolerar porque es humilde y ama a los pecadores. La verdadera alma limpia es la que en el instante en que ve las miserias ajenas, sin mancharse con ellas, se compadece para sanarlas.
-ESPEJO, "Espejo de Justicia", Speculum Iustitiae, es una invocación de la Letanía Lauretana. En la encíclica Redemptoris Mater hallamos esta expresiva afirmación acerca de la Virgen: "Entre todos los creyentes es como un espejo, donde se reflejan las maravillas de Dios". Cuando se la invoca como espejo de justicia queremos expresar que en ella se refleja la santidad divina, es decir, la perfección, pues el lenguaje bíblico identifica justicia con perfección. Y un objeto simbólico: el Espejo, espéculum sine mácula, alusivo a la larga vida, con formato oval de elegante diseño.
-ÁRBOLES: Los árboles, siempre verdes y con vida, proporcionan un toque de esperanza de salvación. Destacamos principalmente la palmera y el ciprés:
La Palmera aparece citada en el Eclesiástico 24,14, junto con otras variedades de árboles, como elogio de la Sabiduría: "Crecí como cedro en el Líbano y como ciprés en las montañas del Hermón. Crecí como palmera en Engad, como magnífico olivo en la llanura…". La liturgia aplica este pasaje a la Virgen María y así encontramos la palmera en el repertorio iconográfico en torno a la Inmaculada.
El Ciprés: Un arbóreo expresivo de las nociones de triunfo y de victoria, aparte de ser distintivo en la época medieval de la castidad.
También se suele llamar a María Huerto Sagrado.
-FLORES: Se encuentran asimismo floreros y otros motivos florales como representación de la vida y de la esperanza de la salvación:
Azucenas: Las Azucenas, por su nítida blancura, son alusivas a la condición virginal de la Madre de Dios y a su concepción libre de toda mancha. Las azucenas y otras flores, sobre todo los lirios, por su belleza son figuras de la belleza espiritual de María.
Rosa: La Rosa como emblema mariano fue arraigando especialmente en la Edad Media, aunque ya antes, a partir de los textos bíblicos, se acude a la mención de esta flor para expresar diversos conceptos de orden espiritual. Así, en el Eclesiástico 24,14, la Sabiduría, imagen de María, se refiere a sí misma con la siguiente expresión: “Crecí cual brote de rosa en Jericó...” San Buenaventura, en su obra La vid mística, presenta la rosa como figura de la caridad. La rosa suela llamarse “la reina de las flores”, y es símbolo de la caridad porque ésta es la reina de las virtudes. En la Letanía Lauretana se invoca a la Virgen como "Rosa Mística". Por otro lado, MARIA -obra maestra de la creación- lleva un manto azul que es como la vela de una nave, y simboliza el viento del Espíritu Divino. Se la rodea de distintas flores: rosas como símbolo de maternidad, y azucenas como símbolo de pureza.
-ARCA DE LA ALIANZA, Foederis Arca, era el más sagrado tesoro del pueblo de Israel. Contenía recuerdos tan significativos como las Tablas de la Ley, la urna del maná y la vara de Aarón, hermano de Moisés, que había florecido de forma maravillosa; era, asimismo, memorial de la alianza de Dios con el pueblo de Israel. Máximo, obispo de Turín, establece a finales del siglo IV el paralelismo entre el Arca de la Alianza y la Virgen María: "Pero, ¿qué es el arca sino Santa María?, pues si el arca contenía las Tablas del Testamento, María llevó en su seno al heredero del Antiguo Testamento. Aquélla tenía la palabra de Dios, ésta, el Verbo mismo". El patriarca Modesto de Jerusalén, restaurador de la iglesia de Monte-Sión y de otros santuarios de la Ciudad Santa que habían sido destruidos por los persas, compara el arca, fabricada de madera incorruptible, con María, preservada de la corrupción del sepulcro.
-TEMPLO DE DIOS: El templo del seno materno de María fue habitado por el Hijo de Dios hecho hombre con la intervención del "poder del Altísimo", de la intervención con carácter excepcional del Espíritu Santo.
-VASO: El primer sentido, inmediato y literal, de la palabra “vaso” indica un recipiente de cualquier materia y forma, apto para recibir y retenes cualquier cosa, especialmente líquida. En las Letanías, María es honrada tres veces con este nombre de “vaso”: vaso espiritual, vaso honorable y vaso insigne de devoción.
-CASA DE ORO: sus virtudes y su pureza que tienen un brillo trascendental y una perfección deslumbradora, son como una admirable obra hecha de oro purísimo.
-TRONO DE LA SABIDURÍA: en primer lugar la Sabiduría personal o subsistente, esto es, el Verbo Divino, y Jesucristo como Hombre, ya que en El a Humanidad creada estaba unida a la Divinidad en unidad de persona; principalmente se le invoca como Trono de la Sabiduría porque puso el Verbo su sede en las Purísimas entrañas de Ella.
-ESTRELLA, en la Letanía Lauretana "Estrella de la Mañana", Stella Matutina, expresa simbólicamente la esperanza de quien aguarda la llegada del día después de las tinieblas de la noche. Diversos pasajes de la Biblia presentan a las estrellas como guías. El más conocido de todos es el de los Reyes Magos que fueron a adorar a Jesús guiados por una estrella. San Buenaventura nos dice: "La estrella superior, que es la bienaventurada Virgen, nos conduce a Cristo". Muchos otros textos de escritores eclesiásticos se refieren a María como "Estrella del Mar" y así se manifiesta también en el repertorio iconográfico en torno a la Inmaculada. En ambas advocaciones el significado es el mismo.
-SOL Y LUNA, se corresponden con dos de los tres símbolos (el otro es la corona de doce estrellas) con que San Juan describe la terrible visión de la nueva Eva. La verdad es que solo sería apocalíptico el Sol –resplandeciente en parangón con la belleza de la Virgen- , pues la luna no se corresponde exactamente con el de la luna creciente –normalmente como peana de sus pies- que aparece en el altorrelieve sería análoga a las que más tarde aparece en las figuras de la Pulcra, junto a los restantes símbolos que evocan la pureza de María, basados en el Cantar de los Cantares y que en el siglo XVI se convertirían en la Letanía Lauretana, en la que coinciden asimismo los símbolos celestes. Esta media luna simboliza también la sucesión de los días, las estaciones y apocalípticos.
La mayoría de estos elogios son bellas expresiones tomadas del Eclesiástico, Cantar de los Cantares, Sabiduría, y otros libros del Antiguo Testamento, si bien, en los libros citados, no se refieren a la Virgen. Con el paso de los tiempos, la liturgia o la tradición se los han ido aplicando a la Madre de Dios, en estos repertorios de alabanzas y plasmados por los pintores en las representaciones iconográficas de la Inmaculada. Todos los demás son emblemas marianos, representaciones plásticas, a manera de metáforas visuales, advocaciones de la Virgen María, como homenaje a su belleza espiritual y compendio de todas las virtudes.
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-Púlpito de la Iglesia de los Remedios
-Pinturas murales de la Iglesia de la Asunción
-Retablo de Nuestra Señora del Rosario (Santa María)
-Cancel de la Iglesia de la Concepción (actualmente en Santa María)
Sobre los motivos que podemos ver en las Letanías, el espejo, la rosa, la torre, la casa, el arca y la estrella son, al mismo tiempo, invocaciones de la Letanía Lauretana y emblemas que se encuentran en los cuadros de la Inmaculada; la fuente, la palmera, el pozo y las azucenas, sólo lo hemos visto figurar en las pinturas.
-PUERTA DEL CIELO: expresaría el papel mediador de María en la Salvación, como escalera de Jacob y puerta del cielo, o antesala de la ciudad de Dios. Iconografía preconcepcionista, en donde el arco de medio punto evoca la puerta de Jerusalén.
-ESCALERA DE JACOB: La Escalera de Jacob es una escalera mencionada en la Biblia (Génesis 28:11-19), por la que los ángeles ascendían y descendían del cielo.
-FUENTE DE SABIDURÍA Y POZO DE AGUAS VIVAS, atributos de la virginidad y de notorias connotaciones con la sabiduría.
-TORRE DE DAVID es otra de las invocaciones marianas, "Torre de David", Turris Davidica, metáfora aplicada a la Esposa y también con implicaciones sobre la virtud de la fortaleza.
-TORRE DE MARFIL: El marfil es uno de los objetos más bellos y duros de la naturaleza. Símbolo de hermosura y fortaleza. La blancura del marfil no lastima la vista como la blancura de la nieve, pero es agradable y tranquila como la blancura de la lana, del armiño o de una flor; es símbolo del alma limpia de culpa, discreta, amable, indulgente, que sabe compadecer y tolerar porque es humilde y ama a los pecadores. La verdadera alma limpia es la que en el instante en que ve las miserias ajenas, sin mancharse con ellas, se compadece para sanarlas.
-ESPEJO, "Espejo de Justicia", Speculum Iustitiae, es una invocación de la Letanía Lauretana. En la encíclica Redemptoris Mater hallamos esta expresiva afirmación acerca de la Virgen: "Entre todos los creyentes es como un espejo, donde se reflejan las maravillas de Dios". Cuando se la invoca como espejo de justicia queremos expresar que en ella se refleja la santidad divina, es decir, la perfección, pues el lenguaje bíblico identifica justicia con perfección. Y un objeto simbólico: el Espejo, espéculum sine mácula, alusivo a la larga vida, con formato oval de elegante diseño.
-ÁRBOLES: Los árboles, siempre verdes y con vida, proporcionan un toque de esperanza de salvación. Destacamos principalmente la palmera y el ciprés:
La Palmera aparece citada en el Eclesiástico 24,14, junto con otras variedades de árboles, como elogio de la Sabiduría: "Crecí como cedro en el Líbano y como ciprés en las montañas del Hermón. Crecí como palmera en Engad, como magnífico olivo en la llanura…". La liturgia aplica este pasaje a la Virgen María y así encontramos la palmera en el repertorio iconográfico en torno a la Inmaculada.
El Ciprés: Un arbóreo expresivo de las nociones de triunfo y de victoria, aparte de ser distintivo en la época medieval de la castidad.
También se suele llamar a María Huerto Sagrado.
-FLORES: Se encuentran asimismo floreros y otros motivos florales como representación de la vida y de la esperanza de la salvación:
Azucenas: Las Azucenas, por su nítida blancura, son alusivas a la condición virginal de la Madre de Dios y a su concepción libre de toda mancha. Las azucenas y otras flores, sobre todo los lirios, por su belleza son figuras de la belleza espiritual de María.
Rosa: La Rosa como emblema mariano fue arraigando especialmente en la Edad Media, aunque ya antes, a partir de los textos bíblicos, se acude a la mención de esta flor para expresar diversos conceptos de orden espiritual. Así, en el Eclesiástico 24,14, la Sabiduría, imagen de María, se refiere a sí misma con la siguiente expresión: “Crecí cual brote de rosa en Jericó...” San Buenaventura, en su obra La vid mística, presenta la rosa como figura de la caridad. La rosa suela llamarse “la reina de las flores”, y es símbolo de la caridad porque ésta es la reina de las virtudes. En la Letanía Lauretana se invoca a la Virgen como "Rosa Mística". Por otro lado, MARIA -obra maestra de la creación- lleva un manto azul que es como la vela de una nave, y simboliza el viento del Espíritu Divino. Se la rodea de distintas flores: rosas como símbolo de maternidad, y azucenas como símbolo de pureza.
-ARCA DE LA ALIANZA, Foederis Arca, era el más sagrado tesoro del pueblo de Israel. Contenía recuerdos tan significativos como las Tablas de la Ley, la urna del maná y la vara de Aarón, hermano de Moisés, que había florecido de forma maravillosa; era, asimismo, memorial de la alianza de Dios con el pueblo de Israel. Máximo, obispo de Turín, establece a finales del siglo IV el paralelismo entre el Arca de la Alianza y la Virgen María: "Pero, ¿qué es el arca sino Santa María?, pues si el arca contenía las Tablas del Testamento, María llevó en su seno al heredero del Antiguo Testamento. Aquélla tenía la palabra de Dios, ésta, el Verbo mismo". El patriarca Modesto de Jerusalén, restaurador de la iglesia de Monte-Sión y de otros santuarios de la Ciudad Santa que habían sido destruidos por los persas, compara el arca, fabricada de madera incorruptible, con María, preservada de la corrupción del sepulcro.
-TEMPLO DE DIOS: El templo del seno materno de María fue habitado por el Hijo de Dios hecho hombre con la intervención del "poder del Altísimo", de la intervención con carácter excepcional del Espíritu Santo.
-VASO: El primer sentido, inmediato y literal, de la palabra “vaso” indica un recipiente de cualquier materia y forma, apto para recibir y retenes cualquier cosa, especialmente líquida. En las Letanías, María es honrada tres veces con este nombre de “vaso”: vaso espiritual, vaso honorable y vaso insigne de devoción.
-CASA DE ORO: sus virtudes y su pureza que tienen un brillo trascendental y una perfección deslumbradora, son como una admirable obra hecha de oro purísimo.
-TRONO DE LA SABIDURÍA: en primer lugar la Sabiduría personal o subsistente, esto es, el Verbo Divino, y Jesucristo como Hombre, ya que en El a Humanidad creada estaba unida a la Divinidad en unidad de persona; principalmente se le invoca como Trono de la Sabiduría porque puso el Verbo su sede en las Purísimas entrañas de Ella.
-ESTRELLA, en la Letanía Lauretana "Estrella de la Mañana", Stella Matutina, expresa simbólicamente la esperanza de quien aguarda la llegada del día después de las tinieblas de la noche. Diversos pasajes de la Biblia presentan a las estrellas como guías. El más conocido de todos es el de los Reyes Magos que fueron a adorar a Jesús guiados por una estrella. San Buenaventura nos dice: "La estrella superior, que es la bienaventurada Virgen, nos conduce a Cristo". Muchos otros textos de escritores eclesiásticos se refieren a María como "Estrella del Mar" y así se manifiesta también en el repertorio iconográfico en torno a la Inmaculada. En ambas advocaciones el significado es el mismo.
-SOL Y LUNA, se corresponden con dos de los tres símbolos (el otro es la corona de doce estrellas) con que San Juan describe la terrible visión de la nueva Eva. La verdad es que solo sería apocalíptico el Sol –resplandeciente en parangón con la belleza de la Virgen- , pues la luna no se corresponde exactamente con el de la luna creciente –normalmente como peana de sus pies- que aparece en el altorrelieve sería análoga a las que más tarde aparece en las figuras de la Pulcra, junto a los restantes símbolos que evocan la pureza de María, basados en el Cantar de los Cantares y que en el siglo XVI se convertirían en la Letanía Lauretana, en la que coinciden asimismo los símbolos celestes. Esta media luna simboliza también la sucesión de los días, las estaciones y apocalípticos.
La mayoría de estos elogios son bellas expresiones tomadas del Eclesiástico, Cantar de los Cantares, Sabiduría, y otros libros del Antiguo Testamento, si bien, en los libros citados, no se refieren a la Virgen. Con el paso de los tiempos, la liturgia o la tradición se los han ido aplicando a la Madre de Dios, en estos repertorios de alabanzas y plasmados por los pintores en las representaciones iconográficas de la Inmaculada. Todos los demás son emblemas marianos, representaciones plásticas, a manera de metáforas visuales, advocaciones de la Virgen María, como homenaje a su belleza espiritual y compendio de todas las virtudes.
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La simbología mariana y su representación en los azulejos.
¿Dónde encontramos la representación de las letanías en Estepa?
-Púlpito de la Iglesia de los Remedios
-Pinturas murales de la Iglesia de la Asunción
-Retablo de Nuestra Señora del Rosario (Santa María)
-Cancel de la Iglesia de la Concepción (actualmente en Santa María)