10/3/19

CALLE ENCUENTRO


Con motivo de la presentación del libro El Niño “Perdío”, Pasión y Gloria de Estepa, escrito en 2004 por el Rvdo. Sr. D. José Fernández Flores, Párroco Emérito de Santa María de la Asunción la Mayor y Matriz, se dio a conocer la vinculación de la Hermandad del Dulce Nombre con la calle Encuentro de nuestra localidad de Estepa, tal y como confirmó el párroco para la televisión local. La calle Encuentro es una pequeña calle empinada, estrecha, situada entre la calle Cardenal Spínola y la Cuesta.

La calle recibe el nombre de la tradición del Santo Encuentro o de la procesión del Encuentro, que se ha perdido en nuestro pueblo pero que aún perdura en algunos pueblos de Andalucía, posiblemente como herencia que trajeron los repobladores de los pueblos de Castilla, donde actualmente está muy extendida. La representación de esta tradición puede ser “dolorosa”, si se reproduce una de las estaciones del Viacrucis en las que Jesús Nazareno se encuentra con su Madre María y San Juan Evangelista o con la Santa Mujer Verónica. El otro tipo de representación es el “glorioso”, celebrado el Domingo de Pascua, en el que Cristo Resucitado se encuentra con la Virgen María. La tradición nos dice que Cristo Resucitado es portado por hombres y la Virgen María por mujeres, saliendo en distintos momentos y recorridos de la iglesia y en un punto determinado se encuentran. Los pasos se saludan, representándose con una inclinación o se elevan y bajan las andas varias veces. En la representación gloriosa hay un acto que marca la alegría de la Virgen, como la suelta de palomas o un cambio del manto negro, en señal de luto, por blanco o de color.

Antiguamente, en los siglos XVII y XVIII, la cofradía del Dulce Nombre salía el Jueves Santo por la tarde, después de la ceremonia del lavatorio de pies o Mandato. El Niño “Perdío” salía de la Iglesia de Santa María la Mayor y en el siglo XIX de la ermita de la Concepción tras el “sermón del Dulce Nombre”. El Dulce Nombre iba acompañado de chirimías y de la escolanía y, bajando del cerro, recorría las calles de Estepa. Al llegar el mediodía lo entraban en la iglesia más cercana. En ese momento tocaban las campanas y la Virgen que acompañaba al Niño salía a buscarlo desde la Iglesia de los Remedios. En la búsqueda recorría el pueblo, y al cabo de un tiempo, lo encontraba al entrar en la iglesia en la que estaba. El encuentro de la Madre con el Hijo “Perdío” se hacía en recuerdo de lo ocurrido en Jerusalén cuando el Niño Jesús tenía 12 años. Después se fijó que el encuentro ocurriera en la calle Cuesta, quedando para la historia el nombre de la calle Encuentro, lugar en el que ocurría. Ambos pasos volverían juntos después a la iglesia.

La procesión del Encuentro del Niño Perdío no era la única que se producía con la imagen del Dulce Nombre de Jesús. Llegó a procesionar también en el Domingo de Resurrección y en el Corpus Christi, según aparece en los documentos de la Hermandad, contando además con la salida del día de su onomástica en enero con danzas y fuegos artificiales. En el siglo XIX el cortejo de la procesión del Dulce Nombre estaba formado por la Santa Cruz, el Dulce Nombre de Jesús, el Cristo de la Humildad y Paciencia y la Virgen María, llegando a procesionar también el conocido como “Cristo de la Tarama”, como se puede observar en alguna fotografía de principios del siglo XX.

El Cristo de la Tarama, el Dulce Nombre y el Cristo de la Humildad y Paciencia
La Hermandad del Dulce Nombre no pudo ser la única que celebraba el Santo Encuentro. Otra de las hermandades estepeñas más antiguas, en concreto la Hermandad de Jesús Nazareno, procesionaba con varias tallas en el siglo XVII y XVIII: la antigua imagen de Jesús Nazareno, la Dolorosa, San Juan y la Verónica, todas de vestir y sobre parihuelas. A finales del siglo, y ya con la actual imagen de Jesús Nazareno realizada por Luis Salvador Carmona en 1759, al desfile procesional se añadía también la imagen de la Magdalena, junto a los hermanos que llevaban cruces o cirios, la banda musical y los romanos. Por lo que no es de extrañar que en algún momento de su recorrido se celebrara un Santo Encuentro de las imágenes. De igual forma, el Miserere estepeño de las tres caídas de Jesús Nazareno y el conocido por nosotros como El Prendimento, representado por los romanos ante las imágenes de Paz y Caridad, tiene sus raíces en estos actos de Semana Santa que tratan de representar para los devotos la Pasión de Cristo.

Jesús Nazareno, la Dolorosa, San Juan, María Magdalena y la Verónica
Queda así en el callejero estepeño una calle pequeña y estrecha que pasa muchas veces desapercibida por el que camina por la Cuesta, pero profundamente cofrade por su sentido como punto de reunión, representación y encuentro de las imágenes de la Semana Santa estepeña.

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