28/2/15

SAN FRANCISCO DE ASÍS

Francisco (1182-1226) nació en Asís, una ciudad de Umbría, y fue hijo de un rico mercader llamado Pietro di Bernardone. En el bautismo fue llamado Giovanni, pero fue apodado Francesco (el francés) porque su padre se encontraba comerciando en Francia cuando nació su hijo.

Francisco de Asís era un joven mundano de cierto renombre en su ciudad, muy dado a las románticas tradiciones caballerescas que propagaban los trovadores. Ni los negocios de su padre, ni los estudios le interesaban mucho, sino el divertirse en cosas vanas.

En 1202 fue encarcelado por unos meses a causa de su participación en un altercado entre las ciudades de Asís y Perugia. Tras este lance, aquejado por una enfermedad e insatisfecho con el tipo de vida que llevaba, decidió entregarse al apostolado y servir a los pobres. Comenzó a visitar y a servir a los enfermos y leprosos en los hospitales.

En cierta ocasión, mientras oraba en la iglesia de San Damián, le pareció que el crucifijo le repetía tres veces: “Francisco, repara mi casa, pues ya ves que está en ruinas”. Francisco ayudó a la iglesia con la venta de telas de su padre y de su caballo. Su padre, desconcertado por la actitud de su hijo, le golpeó y lo encarceló. En 1206 renunció públicamente a los bienes de su padre y vivió a partir de entonces como un ermitaño.

Francisco pidió limosna en Asís para reparar las iglesias de San Damián y San Pedro. Después, se trasladó a una capillita llamada Porciúncula, que pertenecía a la abadía benedictina de Monte Subasio. Probablemente el nombre de la capillita aludía al hecho de que estaba construida en una reducida parcela de tierra. La Porciúncula se hallaba en una llanura, a unos cuatro kilómetros de Asís y, en aquella época, estaba abandonada y casi en ruinas. La tranquilidad del sitio agradó a Francisco tanto como el título de Nuestra Señora de los Ángeles, en cuyo honor había sido erigida la capilla. Francisco la reparó y fijó en ella su residencia.
San Francisco de Asís predicó la pobreza como un valor y propuso un modo de vida sencillo basado en los ideales de los Evangelios. Francisco tuvo pronto numerosos seguidores y algunos querían hacerse discípulos suyos. El primer discípulo fue Bernardo de Quintavalle, un rico comerciante de Asís. Pedro de Cattaneo, canónigo de la catedral de Asís, pidió también a Francisco que le admitiese como discípulo y el santo les "concedió el hábito" a los dos juntos, el 16 de abril de 1209. El tercer compañero de San Francisco fue el hermano Gil, famoso por su gran sencillez y sabiduría espiritual. En 1210, cuando el grupo contaba ya con 12 miembros, Francisco redactó una regla breve e informal que consistía principalmente en los consejos evangélicos para alcanzar la perfección. Con ella se fueron a Roma a presentarla para aprobación del Sumo Pontífice.

El papa Inocencio III aprobó su modelo de vida religiosa, le concedió permiso para predicar y lo ordenó diácono. Con el tiempo, el número de sus adeptos fue aumentando y Francisco comenzó a formar una orden religiosa, la de los franciscanos. San Francisco dio a su orden el nombre de "Frailes Menores" por humildad, pues quería que sus hermanos fuesen los siervos de todos y buscasen siempre los sitios más humildes. Además, con la colaboración de Santa Clara, fundó la rama femenina de su orden en 1212, que recibió el nombre de clarisas.

Antes de 1215 el número de frailes se había incrementado, no sólo en Italia sino en el sur de Francia y en los reinos de España. Viajaban los franciscanos de dos en dos y convivían con la gente común; además, establecían ermitas en las afueras de las ciudades.

San Francisco y el cardenal Ugolino redactaron una regla para la cofradía de laicos que se habían asociado a los frailes menores y que correspondía a lo que actualmente llamamos Tercera Orden, fincada en el espíritu de la "Carta a todos los cristianos", que Francisco había escrito en los primeros años de su conversión. La cofradía, formada por laicos entregados a la penitencia, que llevaban una vida muy diferente de la que se acostumbraba entonces, llegó a ser una gran fuerza religiosa en la Edad Media. La orden obtuvo estatus legal en 1221.

Sin embargo, la dirección de la orden no tardó en pasar a los miembros más prácticos, como el cardenal Ugolino (que luego fue Papa) y el hermano Elías, y él pudo dedicarse por entero a la vida contemplativa. Durante este retiro, San Francisco de Asís recibió los estigmas (las heridas de Cristo en su propio cuerpo), según testimonio de él mismo, y compuso el poema Cántico de las criaturas o Cántico del hermano sol, que influyó en buena parte de la poesía mística española posterior.

San Francisco de Asís murió el 3 de octubre de 1226 y fue canonizado dos años después, el 16 de julio de 1228.