En la segunda mitad del siglo XIX la familia noble de los Marqueses de los Soidos y Frómista, también conocidos como los Sánchez - Pleitez, levantan una casa palaciega en Estepa y deciden construir una capilla-mausoleo en la Iglesia de los Remedios.
La capilla fue diseñada para custodiar el Santísimo Sacramento y con esta temática se decoraron la cúpula y el tambor con pinturas del siglo XIX y angelotes. El altar fue realizado en estilo neoclásico y albergaba una Dolorosa, mientras que en el exterior la cúpula fue cubierta por azulejos vidriados de un intenso color celeste. En el paramento exterior de dicha capilla, que mira al norte, se talló en piedra el escudo de los Marqueses de los Soidos y Frómista, y se abrieron varios nichos en el primer cuerpo de la capilla destinados a la familia de los marqueses. Pero los marqueses también quisieron dejar constancia de sus principales devociones en la capilla, y así abrieron hornacinas en la capilla para San José y San Francisco de Paula mientras que en el ángulo exterior de la cúpula se levantaron sendas esculturas en piedra de San José y San Francisco de Paula.
Los marqueses también eran dueños del Cortijo de la Algaidilla donde dedicaron su capilla a San Francisco de Paula. Las capillas de los cortijos atendían a las necesidades espirituales de la numerosa mano de obra jornalera y se situaban en las fachadas y próximos a los señoríos. De ahí que las capillas eran a un tiempo abiertas y cerradas, públicas y privadas.