28/6/12

LA IGLESIA DE LA VICTORIA: NTRA. SRA. DE LA VICTORIA


Los frailes mínimos de San Francisco de Paula difundieron a través de sus conventos el culto a Santa María de la Victoria, una representación mariana vinculada a la conquista de Málaga por los Reyes Católicos. En sus retablos mayores o colaterales ubicaron la Virgen de la Victoria que era un simulacro o reproducción de la imagen original que recibía culto en al iglesia malagueña de la Orden, el primer convento fundado en España.

Según la tradición, la imagen de la Virgen de la Victoria, venerada por la Orden de San Francisco en España, tiene su origen en el sueño o aparición de la Virgen con el niño que tuvo el rey Fernando V de Aragón el Católico durante el cerco a Málaga. Las tropas cristianas llegaron a la ciudad en el mes de mayo de 1487 con la convicción de que los ciudadanos de la capital, como había sucedido en la población de Vélez-Málaga, no plantarían resistencia. El asedio se prolongó varios meses, sufriendo los conquistadores los estragos del calor y el agotamiento del duro clima estival, al que se sumo la presencia de focos infecciosos o epidémicos que desmoralizó el ánimo de los soldados. En esta situación de decaimiento, el rey comunicó a la reina, que permanecía en Córdoba, la situación de la tropa y las dificultades que encontraba para conseguir la conquista de Málaga. La reina y el arzobispo-cardenal decidieron incorporarse al cerco para elevar la moral de los cargos militares y de los agotados soldados.

En aquel ambiente sucedió la visión espiritual o aparición en sueño que tuvo el rey: la Virgen sedente con el Niño sentado sobre su pierna le daba ánimos y esperanza para culminar la empresa bélica contra el infiel. La madre llevaba en su mano derecha la palma de la victoria (convertida en cetro con forma de palma en la imagen titular) y ambos (María y Jesús niño) iban coronados como rey y reina de los cielos. La Virgen aconsejó al monarca que no abandonara y que la llegada de unos monjes al campamento sería el anuncio de la victoria cristiana.

Otras versiones del sueño o aparición sitúan a los pies de la Virgen a un hombre anciano que intercedía por el final triunfante de la campaña militar de los reyes cristianos. Aquella persona era el religioso Francisco de Paula, fundador de la Orden que lleva su nombre y futuro santo que, entonces, vivía en Francia.

Continúa la leyenda confirmando la presencia de unos frailes mínimos de la Orden de San Francisco de Paula que infundieron esperanza al rey en nombre de su fundador para que continuara la recuperación del territorio de los musulmanes. No transcurrieron demasiados días, cuando las tropas cristianas consiguieron la conquista de Málaga. Los reyes permanecieron en la ciudad malagueña durante un mes, volviendo a Córdoba en septiembre.

La llegada de los frailes mínimos al cerco de Málaga, anónimo del siglo XVIII, óleo sobre lienzo, Iglesia de Santo Domingo y San Francisco de Paula, Lucena (Córdoba)

La llegada de los frailes mínimos al cerco de Málaga, relieve atribuido a Jerónimo Gómez. Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, Málaga.

Con motivo de aquel acontecimiento, los monarcas decidieron que una de las imágenes que donaron a la ciudad de Málaga se titulara Santa María de la Victoria y recibiera culto en una ermita, que se construyó en el lugar donde el rey había tenido su campamento. Dos años después, la ermita con su imagen titular será entregada a los frailes mínimos.

La iconografía de la Virgen de la Victoria responde a una representación medieval de la Madre con su Hijo con el simbolismo de María como Trono de Dios. La Virgen de la Victoria porta una palma-cetro y está sentada, como trono de Dios o tipo Theotocos, con Jesús niño sentado en su regazo, bendiciendo y portando un pájaro. La Madre lleva los brazos extendidos, portando la palma de plata dorada (a modo de cetro) en la mano derecha, mientras con la izquierda protege al Niño y sostiene un pájaro de plata dorada. La Virgen de la Victoria cubre ligeramente su cabeza con un velo, lleva túnica con escote recto, que deja ver el cuello y parte del pecho, y su manto cae desde los hombros, envolviendo solo su pierna izquierda, donde está sentado el Niño.

Santa María de la Victoria, anónimo hispano-flamenco del siglo XV, atribuido a Jorge Fernández el Alemán. Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, Málaga.

La difusión de la iconografía grabada no se produciría hasta mediados del siglo XVII con la representación de fray Ignacio de Cárdenas, fraile de la Orden de San Francisco de Córdoba y profesor de teología en Córdoba, 1657.

Santa María de la Victoria, 1657, fray Ignacio de Cárdenas, grabado

La escultura gótica fue objeto de la moda, surgida en la segunda mitad del siglo XVI, de vestir las imágenes con indumentaria a imitación de los gustos cortesanos, ya fuera con trajes de color claro y dorado para las advocaciones de gloria o con hábito y manto de luto para las representaciones pasionistas de María.

A partir de la imagen malagueña, se hicieron versiones de talla completa en el siglo XVI (Triana-Sevilla), desde el siglo XVII, se realizaron de talla con telas encoladas (Morón de la Frontera y Osuna) o de candelero para vestir con tejido natural. Desde comienzos del siglo XVII, las imágenes de talla completa fueron cubiertas con vestidos, ocultándose durante siglos la realidad artística de la escultura.

Nuestra Sra. de la Victoria, anónimo sevillano del siglo XVI, Iglesia de Santa Ana (Triana-Sevilla)

Virgen de la Victoria, anónima reformada en el siglo XVIII, Iglesia de la Victoria, Morón de la Frontera, Sevilla.

Virgen de la Victoria, siglo XVIII, atribuida a Francisco Camacho de Mendoza, Iglesia de la Victoria, Alcalá de los Gazules, Cádiz.

Virgen de la Victoria, anónima, Melilla.

Virgen de la Victoria de Málaga, revestida.

En la exaltación devocional de Santa María de la Victoria participaron cuatro elementos básicos, comunes a otras advocaciones marianas: la escultura-imagen, el contexto arquitectónico (retablo), su espacio vital (hornacina o camarín) y la función procesional. La dimensión alcanzada por el cuarto elemento dependía de cada ciudad.

En el siglo XIX, cuando las iglesias de los frailes mínimos se desamortizan y se convierten en iglesias parroquiales o de ayuda de la parroquia más cercana, comienza una fase de cambio en las devociones que repercutió en la principal imagen mariana de los mínimos. La imagen de Nuestra Señora de la Victoria se conserva en las iglesias de Málaga, Morón de la Frontera, Osuna y Écija, en esta ultima ciudad situada en el ático del retablo. Sin embargo, la talla se ha perdido en las iglesias de Lucena, Puente Genil, El Arahal, Vera o Estepa.

Por otro lado, en algunas iglesias se conserva una versión de la Virgen que no corresponde con la versión de Theotocos que se observa en las iglesias de los frailes mínimos, sino más bien de Madre Odegetría, representación de la Virgen en pie. José Luis Romero Torres sostiene que esta imagen podía corresponder a la antigua titular de la ermita sobre la que la Orden de San Francisco fundó su convento; así sería en la imagen de piedra de la Virgen de Cuteclara del exterior del convento de Córdoba, o en Estepa donde la Virgen de piedra de la portada está de pie representaría a la antigua titular la Virgen de los Ángeles. La imagen de la Virgen de la Victoria como Madre Odegetría también se puede considerar como una interpretación libre de la iconografía difundida por los padres mínimos.


Esta última consideración sobre la iconografía de la Virgen de pie nos plantea la duda si la imagen tallada en madera de la Virgen de la Victoria del convento de Estepa sería como Madre Theotocos, como la Virgen malagueña, o más bien como Madre Odegetría, como la imagen de piedra de la portada. En los inventarios de la iglesia de 1838 se nos dice que la imagen era de bulto, “el Mayor con la efigie de nuestra Señora de la Victoria, de bulto, colocada en su camarín” aunque se revestiría según las modas de los siglos. Sobre la imagen del Niño Jesús aparece en un inventario “2 Niños Jesús, uno vestido que se le pone a la Virgen de la Victoria, el otro desnudo que sirve para el Beato Nicolás”, por lo que suponemos que podría estar tallado vestido o revestido. La imagen ocupaba la calle central del retablo mayor de la iglesia y estaría en su hornacina, aunque en el anterior inventario se comenta un camarín. Sin embargo, también se cita un camarín para otras imágenes de la iglesia como la de Ntra. Sra. de los Dolores, que ocupaba una hornacina. El único camarín que se construyó en la iglesia fue dedicado al fundador de la Orden, San Francisco de Paula.

José Luis Romero Torres mantiene que la titular de Estepa era una imagen de candelero y “pasó a un particular que la transformó en otra advocación, únicamente con vestirla y aderezarla con otros objetos simbólicos o atributos iconográficos.” Por otra parte, el P. A. Recio Veganzones apunta que la antigua imagen de la Victoria se conserva en un oratorio interno de la clausura del convento de las Hermanas de la Cruz de Estepa.

Aunque desconocemos si esta imagen corresponde con la Virgen de la Victoria de Estepa, se conserva una fotografía del retablo mayor de la Iglesia donde se puede intuir la titular.


Desde 1487, Nuestra Señora de la Victoria ha sido centro de una importante devoción popular difundida por los frailes mínimos en sus conventos desde su llegada a la ciudad de Málaga hasta las desamortizaciones del siglo XIX.

Fuentes consultadas
-Actas de las III Jornadas sobre Historia de Estepa. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 1999.
-Memorial Ostipense, de Antonio Aguilar y Cano, 1975. Reedición.
-La antigua Ostippo y actual Estepa, de Padre Alejandro del Barco. Reedición de A. Recio Veganzones. Ed. Iltmo. Ayto. de Estepa, 1994.
-Catálogo de la Exposición Iglesia de la Victoria. Iltmo. Ayto. de Estepa. Estepa, 2002
-Iconografía de la Virgen de la Victoria en Andalucía. De la escultura religiosa a la imagen devocional. José Luis Romero Torres.