28/4/12

NTRA. SRA. DE LA CABEZA EN ESTEPA


La devoción a la Santísima Virgen de la Cabeza se remonta a la aparición de la Virgen en el Cerro del Cabezo, cerca de la localidad de Andújar, en Jaén, en 1227. Desde su aparición, se fundó una Cofradía, donde entraron casi todos los vecinos de Andújar, que se encargó de la administración del Santuario que se levantó en su honor y de la organización de las fiestas anuales. Durante los siglos XIV y XV, debido a la fama de milagrosa que tenía la Imagen, el número de cofrades y peregrinos que asistían a la Romería fue aumentando. En los siglos XVI y XVII la Romería alcanzó su máximo esplendor. La devoción a la Virgen de la Cabeza hizo que los peregrinos fundaran cofradías en sus lugares de residencia organizando cultos y fiestas a la Virgen. En el siglo XVII se tiene constancia de 69 cofradías, llegando posteriormente al centenar.

En la villa de Estepa del siglo XVI se conoce la existencia de una Hermandad de Ntra. Sra. de la Cabeza en la antigua Ermita de San Sebastián. La Hermandad ocupaba una capilla o retablo cercano al altar mayor en la nave del evangelio y poseía imagen de la Virgen de la Cabeza. El estandarte de la Hermandad tenía bordada la flor de las matas de "Cistaceae Stippa", de la que se dice que deriva el nombre de Estepa por su abundancia en las sierras de esta zona. La Hermandad estepeña fue la número 35-36 de las filiales que acudían al Cerro del Cabezo en la Romería de Abril, después de la de Pedrera. Se conocen varias referencias a la Hermandad estepeña, datando la más antigua de 1555.



En el Archivo General del Arzobispado de Sevilla (AGAS), sección III, serie de justicia y hermandades, se encuentran referencias documentadas a cofradías estepeñas radicadas en el templo renacentista de San Sebastián como un libro de la hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza que abarca de 1591 a 1637.

Por un inventario de la hermandad matriz de Andújar de las cofradías afiliadas a la misma realizado en 1594, sabemos el lugar que ocupaba la hermandad y que esta afiliación se realizó entre los años 1555 y 1594; parece ser que cada cofradía tenían un prioste y dos mayordomos. En el año 1555 se estableció una concordia en cuanto al orden de antigüedad de las cofradías, que en lo sucesivo sería el de presentación en el Santuario, figurando Estepa en el número 35. En un listado de las hermandades presentes en la romería de 1583 Estepa ocupa el puesto 36 y en 1677 de nuevo el puesto 35.

El profesor García Bernal cita un “proceso apelado del Señor Vicario de la villa de Estepa por parte de los cofrades de Nuestra Señora de la Cabeza” en el año 1598 relativo a un morisco que quería ser aceptado como hermano de dicha cofradía. Ese mismo año llegó a la chancillería de Granada otro pleito de esta hermandad con el vicario de Estepa sobre cierta limosna que debía pagar dicha corporación.

En la iglesia de San Sebastián se conserva un “Libro de la Hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza” (alto 33, ancho 25, fondo 4), fechado en 1744, que tiene realizadas sus hojas en pergamino y las pastas en piel de cordero.

Contiene anotaciones que van desde el 28 de agosto de 1701 hasta el 26 de marzo de 1756, en cuya portada consta que la cofradía fue reformada en el año 1744. En el cabildo celebrado en primero de diciembre del año 1743 para la reforma de la hermandad se dice que: “por cuanto en dicho año de 1736 se perdió dicha hermandad a causa de los malos años y que al presente había muchas personas que querían ser hermanos de dicha hermandad (…) se ha de extinguir y acabar la que se llamaba Cofradía de Ntra. Sra. de la Cabeza y adjunta que estaba con dicha hermandad." Entre los hermanos de esta cofradía que se citan en dicho libro destacan el séptimo marqués de Estepa, don Juan Bautista Centurión, don Lorenzo de Córdoba Centurión, gran mecenas estepeño, o el arquitecto Nicolás Bautista de Morales.

En los inventarios de la iglesia parroquial de San Sebastián también aparecen referencias a esta hermandad. En 1628 este templo parroquial poseía entre sus bienes patrimoniales “un frontal de damasco azul que dio la biuda de Francisco Páez para la capilla de la Cabeza, frontal de raso negro con franjas de terciopelo negro que es para en el altar de la Cabeza que dio la biuda de Antón de Almagro Mendoza.” En 1629 se encuentra otra referencia a esta hermandad. En un inventario de 1694 aparece “una hechura de Nuestra Señora de la Cabeza y otra de San Sebastián en el altar mayor.” En 1784 Laureano Díaz Urbano “sienta unas medallas en la sillería de San Sebastián y les echa unas piezas” además “compone el velo (del altar o retablo) de San José y el velo de Nuestra Señora de la Cabeza.”

Ntra. Sra. de la Cabeza fue la principal devoción mariana, de gloria, de la Iglesia de San Sebastián en los siglos XVI, XVII y XVIII, contando con una hermandad que rinde cultos a la imagen y con retablo (o capilla) propio. Las referencias a este retablo nos hacen pensar que el lugar que la Virgen ocupaba en la iglesia estaba cercano al altar mayor del templo, cercano por tanto al lienzo de San Sebastián que presidía la iglesia hasta el siglo XVII. A finales de este siglo el lienzo es desplazado a un altar colateral mientras que el altar mayor se situaba una talla de San Sebastián y un Cristo Crucificado, y de nuevo se menciona un altar dedicado a Nuestra Señora de la Cabeza, posiblemente también colateral.


En la década de 1760 se levanta el retablo mayor y los retablos laterales, atribuidos a Francisco Primo y dorados por Salvador de Jódar. El retablo mayor se dedicó al titular del templo, San Sebastián, acompañado por San Pedro y San Pablo y un Cristo Crucificado en el ático. El retablo lateral izquierdo se dedicó a San José, acompañado de San Francisco de Padua y San Francisco de Asís (o San Bernardino de Siena), con San Miguel Arcángel en el ático. En el retablo lateral derecho se situaba en las calles laterales Santa Lucía y Santa Bárbara, y una pequeña imagen del la Virgen con el niño en el ático. La imagen central del retablo no se conserva y se desconoce. En el siglo XIX tras desaparecer la Ermita de San Juan Bautista, el titular de la ermita ocupa el retablo de San José mientras que San José es trasladado al otro retablo lateral y ya a comienzos del siglo XX la imagen de San José desaparece. Posiblemente el retablo lateral derecho se dedicó a la titular de la Hermandad de la Cabeza, pero tras extinguirse su hermandad también perdimos su imagen. La dedicación de este retablo se deduce de la intervención de Laureano Díaz en 1784 en los retablos de San José y de Nuestra Señora de la Cabeza. En los años recientes este retablo ha estado presidido por la Virgen Milagrosa, un Crucificado y Santa Ángela de la Cruz.

La Hermandad de la Virgen de la Cabeza de Estepa se extinguió en los avatares de los siglos posteriores, teniendo sólo conocimiento de su existencia a través de los documentos que así lo atestiguan. La Hermandad pudo verse afectada por la suspensión de las cofradías de la Virgen de la Cabeza (71 en este momento) y la supresión de la romería que ordenó el Real Consejo de Castilla en 1773 bajo el reinado de Carlos III por la venta de ganado durante la romería. Con motivo de la supresión, el corregidor de Andújar se puso en contacto con todas las hermandades filiales para comunicarle la orden, entre ellas Estepa que ocupaba el puesto 35. Al no enviar la hermandad estepeña los Estatutos se consideró extinguida y así aparece en el listado. Las cofradías volvieron a ser autorizadas en 1783, retomándose la romería abrileña. Un año más tarde, en 1784, como hemos visto en este artículo, se realizan obras en el altar de Ntra. Sra. de la Cabeza de la Iglesia de San Sebastián de Estepa, pero posiblemente la hermandad no estaba ya organizada.


Bibliografía:
-Iglesia de San Sebastián. El renacer de un templo. Iltmo. Ayto. de Estepa. 2006.
-Memorial Ostipense. Aguilar y Cano. 1888.
-Las cofradías de la Virgen de la Cabeza y su suspensión. Enrique Gómez Martínez.
-Nómina de la cofradías de la Stma. Virgen de la Cabeza. Virgen de la Cabeza. 2003

HISTORIA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA


La devoción a la Santísima Virgen de la Cabeza se remonta a la aparición de la Virgen en el Cerro del Cabezo, cerca de la localidad de Andújar, en Jaén, en 1227. Un pastor de Colomera (Granada), llamado Juan Alonso Rivas, apacentaba su ganado, cabras y ovejas, en las alturas de Sierra Morena junto a la cumbre del Cabezo. Era cristiano sencillo y fervoroso, quizá algo entrado en años y estaba aquejado de una anquilosis o paralización total en el brazo izquierdo. Empezaron a llamar su atención las luminarias que divisaba por las noches sobre el monte cercano a donde tenía su hato y a las que se sumaba el tañido de una campana. Finalmente quiso salir de duda y en la noche del 11 al 12 de agosto del año 1.227 resolvió llegar a la cumbre. A su natural temor sucedió una expresión de asombro y gozo, porque en el hueco formado por dos enormes bloques de granito, encontró una imagen pequeña de la Virgen, ante cuya presencia se arrodilló el pastor y oro en voz alta entablando un diálogo con la Señora.

La Santísima Imagen le expresó su deseo de que allí se levantara un templo, enviándolo a la ciudad, para que anunciara el acontecimiento y mostrara a todos la recuperación del movimiento en su brazo y de esta forma, dieran crédito a sus palabras. Bajó a la ciudad y anunció el suceso que no tuvieron más remedio que creer ante le testimonio de su brazo curado.


Para Terrones Robles (1657), a los pocos días de aparecerse la Santa Imagen, se erigió y fundó una Cofradía en su nombre y advocación y en la que entraron por cofrades casi todos los vecinos de la ciudad. De la misma opinión es Salcedo Olid (1677), coetáneo de Terrones Robles y primer historiador de Ntra. Sra. de la Cabeza, quien afirma además, que la Cofradía Iliturgitana tuvo su base y fundamento en la comisión de vecinos, nombrada por el Consejo local, para traer la milagrosa Imagen a Andújar y añade, que desde entonces esta comisión se encargó de la administración de la fiesta y de su Santuario, ocupando estos cargos directivos caballeros de cualquier linaje.

(Antigua imagen de la Virgen de la Cabeza)

Durante todo los siglos XIV y XV, y dada la fama de milagrosa que tenía Imagen, la devoción a la Stma. Virgen de la Cabeza irá creciendo, aumentando también, el número de cofrades y peregrinos que asistían anualmente a su Romería, siendo la más antigua conocida. Según Salcedo Olid, para su celebración, el pueblo de Andújar elegía anualmente a prioste, alcaldes y diputados que habían de organizar y dirigir la fiesta, así como nombraba el rector y capellanes del Santuario, sin que en estos nombramientos y elecciones pudieran intervenir ninguna autoridad.

Es en el siglo XVI, donde encontramos los primeros estatutos conocidos de la Cofradía de Ntra. Sra. de la Cabeza de Andújar y que datan de 1505, cuando el ilustre obispo de Jaén, confirmó los estatutos por los que la Cofradía venía rigiéndose desde hacía doscientos años; posteriormente en 1557 y 1565, los obispos gobernantes confirmaron solemnemente la aprobación hecha de su antecesor. Por este y otros documentos, sabemos que la Cofradía tenía un marcado carácter asistencial con sus cofrades y enfermos del Hospital de Ntra. Sra. de la Cabeza que, además gobernaba y regia en Andújar. En este lugar hacia la Cofradía sus cabildos o juntas y, en la Ermita allí construida, celebraban su fiesta el primer domingo de mayo después de la celebración en la sierra (último domingo de abril). Con la llegada del siglo XVII, la romería alcanzó su máximo esplendor. La devoción a la Santísima Virgen se pone de manifiesto a través de los siglos por escritores como Miguel de Cervantes, Lope de Vega o Pedro Calderón de la Barca.


Desde la aparición de la Imagen son numerosas las Cofradías que por toda España se formaron hasta las 69 que existían en el siglo XVII y que en otros tiempos llegaron a pasar del centenar. La Real Cofradía Matriz de Andújar es la principal de todas las existentes, tienen como titular a la Virgen de la Cabeza. En la actualidad existen más de 80 Cofradías y algunas que están en formación o reconstitución.

Ya en el siglo XVIII, la Cofradía de Andújar cesa en la administración exclusiva del Santuario en 1703, y el Real Consejo de Castilla, durante el reinado de Carlos III, suspendía y disolvía las Cofradías prohibiéndose la celebración de Romerías en el Cerro en 1773, lo que afectó notablemente a la Cofradía que perdió la mayoría de sus cofrades. Después de solicitada su reposición, el 24 de mayo de 1782, el Rey derogó lo dispuesto y se aprueban los nuevos Estatutos de la Corporación iliturgitana.

Durante el siglo XIX, la invasión francesa y sobre todo la supresión de Cofradías de toda España durante el gobierno de Mendiazabal y confiscación de todos sus bienes por el decreto de desamortización del gabinete de Espartero, en 1841, mermó más si cabe la Cofradía, que el 24 de abril de 1844 solicitaba a S.A.R. Isabel II la restitución del Santuario e Imagen de la Stma. Virgen firmándose el decreto de restitución en diciembre de ese año. Posteriormente, S.M. es nombrada Hermana Mayor perpetua y concede el título de Real a la Cofradía.


En el siglo XX, en 1930, los PP. Trinitarios asumen el cuidado del Real Santuario por decisión del obispado de Jaén, y es durante la Guerra Civil en 1936, cuando se produce el hecho que ha marcado profundamente a la Cofradía de Andújar, la practica destrucción del Santuario y sobre todo la desaparición la Imagen de la Stma. Virgen. Terminada la guerra, se realiza nueva Imagen y se reconstruye el Santuario, resurgiendo así la romería con la misma fuerza de siempre, y por supuesto su Cofradía Matriz.

Por la bula del Papa San Pío X, en 1909, se decreta la Coronación Canónica de la Virgen de la Cabeza y la nombra oficialmente Patrona de Andújar, y por la bula de 1959 del que también fue santo el Papa Juan XXIII se declara su patronazgo sobre la Diócesis de Jaén, celebrándose una coronación de desagravio en 1960. En 2001, la Junta de Andalucía, concede a la Cofradía de Ntra. Sra. de la Cabeza, de Andújar, la medalla de oro de Andalucía. En 2009, el Papa Benedicto XVI otorga a la Virgen de la Cabeza la Rosa de Oro, tratándose de la máxima distinción pontificia y la primera a favor de una imagen de la Santísima Virgen en España. En 2010 el Santuario de la Virgen recibe la catalogación de Santuario Menor.


Páginas relacionadas:
-Santuario Virgen de la Cabeza
-Andújar Peregrina
-Canal Romero

25/4/12

SAN MARCOS EVANGELISTA


San Marcos era judío de Jerusalén. Es considerado tradicionalmente el autor del Evangelio de Marcos y el fundador y primer obispo de la Iglesia de Alejandría.

Se le cita por primera vez cuando Simón Pedro, milagrosamente liberado de la cárcel, se refugia en casa de María, madre de "Juan, por sobrenombre Marcos". Acompañó a Pablo de Tarso y a Bernabé en el primer viaje de Pablo a Antioquía, pero se separó de ellos cuando llegaron a Panfilia (Perga), regresando a Jerusalén. Cuando Pablo iba a iniciar su segundo viaje, tuvo una grave disputa con Bernabé a propósito de "Juan, llamado Marcos": Bernabé quería que fuese con ellos, pero Pablo se negaba, ya que les había abandonado en el viaje anterior. Bernabé se enojó tanto que rompió su asociación misionera con San Pablo y se fue a Chipre con Marcos. Se dice de él que es primo, o sobrino, de Bernabé, lo que podría explicar que éste disputase con Pablo acerca de Marcos.

Pedro tenía un gran cariño a Marcos, llamándolo “mi hijo Marcos” y le acompañó a Roma. Fue discípulo de San Pedro e intérprete del mismo en su Evangelio, el segundo Evangelio canónico (el primero en escribirse). Marcos es considerado por la tradición cristiana el autor del evangelio que lleva su nombre. Puesto que él no fue discípulo directo de Jesús, basó su relato -siempre según la tradición- en las enseñanzas de Pedro. El autor más antiguo que asignó a Marcos la autoría de este evangelio fue Papías de Hierápolis, en la primera mitad del siglo II, en un testimonio citado por Eusebio de Cesarea:

«y el anciano decía lo siguiente: Marcos, que fue intérprete de Pedro, escribió con exactitud todo lo que recordaba, pero no en orden de lo que el Señor dijo e hizo. Porque él no oyó ni siguió personalmente al Señor, sino, como dije, después a Pedro. Éste llevaba a cabo sus enseñanzas de acuerdo con las necesidades, pero no como quien va ordenando las palabras del Señor, más de modo que Marcos no se equivocó en absoluto cuando escribía ciertas cosas como las tenía en su memoria. Porque todo su empeño lo puso en no olvidar nada de lo que escuchó y en no escribir nada falso». (Eusebio, Hist. Ecl. iii. 39).

(San Marcos Evangelista tomando nota de la predicación del apóstol San Pedro. Beato Angélico, Museo de San Marcos de Florencia, 1433)

San Marcos escribió en griego con palabras sencillas y fuertes. Por su terminología se entiende que su audiencia era cristiana. Su Evangelio contiene historia y teología. Se debate la fecha en que lo escribió, quizás fue en la década 60-70 AD.

Según la tradición, Marcos predicó el evangelio en Alejandría, donde realizó varios milagros y estableció su famosa escuela cristiana, una iglesia, nombrando un obispo, tres presbíteros y siete diáconos. También se cree que fue martirizado allí hacia el año 68, y que sus asesinos trataron de quemar su cuerpo, sin conseguirlo. Los cristianos de Alejandría rescataron su cuerpo intacto, lo envolvieron y le dieron sepultura en la parte oriental de la iglesia que habían construido. En 828, las reliquias atribuidas a San Marcos fueron sacadas de Alejandría por navegantes italianos, que las trasladaron a Venecia, donde se conservan en la Basílica de San Marcos, construida expresamente para albergar sus restos. Los coptos creen que la cabeza del santo quedó en Alejandría. Cada año, la Iglesia Copta conmemora la consagración de la iglesia de San Marcos, y la aparición de la cabeza del santo en la iglesia.

(Iglesia Copta de San Marcos, Alejandría)

(Basílica de San Marcos, Venecia)

Se asocia a San Marcos con el león porque su Evangelio empieza hablando del desierto, y el león era considerado el rey del desierto y porque su Evangelio empieza hablando del río Jordán y a sus alrededores había muchas fieras, entre ellas el león. También se dice que es el león porque en su Evangelio comienza hablando de Juan el Bautista como "Voz que clama en el desierto", voz que sería como la de un león.


La Iglesia católica celebra su fiesta el 25 de abril.