1/6/11

SAN PEDRO


San Pedro nació en Betsaida, junto al lago de Tiberíades y se trasladó a Cafarnaum, donde junto con Juan y Santiago, los hijos del Zebedeo, se dedican a la pesca. Existe evidencia para suponer que Andrés, hermano de Pedro, y posiblemente Pedro fueron seguidores de Juan el Bautista, y por lo tanto se habrían preparado para recibir al Mesías. Ejercía la profesión de pescador junto a su hermano y ambos poseían un barco. Estaba casado y vivía con su suegra en su propia casa. Algunos escritos indican que tuvo hijos. Su nombre original fue Simón, y así aparece en todos los evangelios. Jesús se dirige a él siempre así, salvo cuando lo considera “la piedra” sobre la que edificará su iglesia, y de ahí su nombre Pedro o Simón Pedro.

-San Pedro, apóstol

Mientras Jesús caminaba por la orilla del lago de Galilea, Jesús vio a dos hermanos, Simón Pedro y Andrés, echar la red al agua. Y los llamó diciendo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.” Inmediatamente abandonaron sus redes y lo siguieron.


Un poco después, visitaron la casa en la que estaba la suegra de Pedro, sufriendo de una fiebre la cual fue curada por Jesús. Esta fue la primera curación atestiguada por Pedro, quien presenciará muchos milagros más durante los tres años de ministerio de Jesús, siempre escuchando, observando, preguntando, aprendiendo.

Después del milagro de la multiplicación de los panes, Jesús se retiró a la soledad de un cerro a orar, mientras sus discípulos cruzaban en una barca el lago de Galilea. De improviso vieron a Jesús caminando sobre el agua y Jesús les dijo: “¡Soy yo, no temáis!”. Pedro respondió: “Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.” Entonces Pedro empezó a caminar confiadamente pero al notar la fuerza del viento titubeó y comenzó a hundirse. Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: “¡Qué poca fe! ¿Por qué dudaste?”


San Pedro carecía de estudios, pero pronto se distinguió entre los discípulos por su fuerte personalidad y su cercanía al maestro, erigiéndose frecuentemente en portavoz del grupo. El sobrenombre de Pedro se lo puso Jesús al señalarle como la «piedra» (petra en latín) sobre la que habría de edificar su Iglesia.

Pedro siempre figura entre los tres más allegados a Jesús. Fue elegido con Santiago y Juan, para subir al monte Tabor donde ocurrió la Transfiguración. Aquí contempló la Gloria del Señor y escuchó la proclamación de Dios: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, escuchadle.”

Después bajaron a Jerusalén donde Jesús comenzó a preparar a sus discípulos para el fin de su ministerio en la tierra. Pedro llevó a Jesús aparte y comenzó a reprenderlo porque no quería aceptar un fin tan terrible como la cruz.

Tras la muerte y resurrección de Nuestro Señor, lo vemos a la cabeza de los Apóstoles. Desaparecido Jesús (hacia el año 30 d. C.), San Pedro se convirtió en el líder indiscutido de la diminuta comunidad de los primeros creyentes cristianos de Palestina por espacio de quince años: dirigía las oraciones, respondía a las acusaciones de herejía lanzadas por los rabinos ortodoxos y admitía a los nuevos adeptos, incluidos los primeros no judíos. Fue Pedro quien tomó la iniciativa de elegir uno que tomara el lugar de Judas y quien realizó el primer milagro. Un mendigo le pidió limosna. Pedro le dijo que no tenía dinero, pero en el nombre de Jesús Nazareno le mandó levantarse y andar. El mendigo, curado de su mal hizo lo que le mandó Pedro. En todos estos ejemplos, en los que la figura de Simón Pedro se destaca por encima del resto de los apóstoles, ha visto la Iglesia católica una confirmación de la enseñanza de que él ejercía el primado sobre ellos (príncipe de los apóstoles). La prédica de Pedro, sin embargo, estuvo por lo general en los primeros años limitada al pueblo judío a diferencia de Pablo que predicaba a los gentiles.

-San Pedro, las negaciones y las lágrimas


Al estar todos reunidos en la Última Cena, Pedro declaró su lealtad y devoción con estas palabras: “Aunque todos pierdan su confianza, yo no.” E insistió: “Me quedaré contigo aunque tenga que dar la vida.” Con inmensa tristeza Jesús le contestó: “Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.” Al desenvolverse esta trágica noche se realizó esta profecía. Cuando los soldados llevaron a Jesús a los judíos, Pedro se quedó en el patio y tres veces lo acusaron de ser discípulo de Jesús. Él lo negó las tres veces. En aquel mismo momento, cantó el gallo por segunda vez y Pedro empezó a llorar.


-San Pedro, piedra de la Iglesia


“Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.”

Cristo resucitado es el fundamento de la Iglesia: "porque nadie puede poner otro fundamento que el que está ya puesto, que es Jesucristo". Sin embargo, el mismo Jesús quiso que su Iglesia tuviese un fundamento visible que serán Pedro y sus sucesores. Jesús presenta la vocación singular de Pedro en la imagen de roca firme. (Pedro= Petros= Kefá= Piedra= Roca). El término “Pedro” (Petro-πέτρος) se meciona como la masculinización de Petra, en griego πέτρα, es decir Roca. Pablo de Tarso siempre lo llamó Kefás, que en hebreo significa “piedra”.

Es el primero que Jesús llama y lo nombra roca sobre la cual construirá su Iglesia. Pedro es el primer Papa ya que recibió la suprema potestad pontificia del mismo Jesucristo. La barca del pescador de Galilea es ahora la Iglesia de Cristo y los peces son ahora los hombres.

Tras la resurrección, Jesús resucitado se presenta a sus discípulos y se dirige a Pedro preguntándole: "¿Me amas más que éstos?". Pedro afirma tres veces su amor. Jesús entonces le dice "Apacienta mis ovejas", signo de su misión como pastor universal de la Iglesia. Su ministerio se sostendrá gracias al poder de Cristo, quien ora por él. "He rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Cuando te conviertas, confirma a tus hermanos". Es Cristo el Buen Pastor quien confiere su poder de perdonar, consagrar, enseñar y dar testimonio. Cristo perdona a Pedro y confirma su elección.

-San Pedro, las llaves del cielo y la tierra


“Y a ti te daré las llaves del Reino de los Cielos y lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.” Dar las llaves significa entregar la autoridad sobre la Iglesia con el poder de gobernar, de permitir y prohibir. Pero no se trata de un gobierno como los del mundo sino en función de servicio por amor: "el mayor entre vosotros sea el último de todos y el servidor de todos"


-San Pedro, el martirio

El esparcimiento del cristianismo atrajo persecuciones en las que los seguidores de Cristo fueron martirizados como San Esteban y muchos de los convertidos se esparcieron o escondieron. Los Apóstoles permanecieron firmes en Jerusalén donde los líderes judíos eran sus peores perseguidores. Pedro decidió predicar en las aldeas circundantes y cada vez más lejos. En Samaria donde predicó y realizó milagros, Simón, un mago, le ofreció dinero para que le enseñara el secreto de sus poderes. Pedro lo reprendió fuertemente y le dijo: “Quédate con tu dinero, que te pudras con él, porque has pensado que los dones de Dios se pueden comprar.”

Por su sinceridad, Pedro inevitablemente tuvo muchos conflictos con las autoridades judías, hasta dos veces los jefes de los sacerdotes lo mandaron arrestar. Hacia el año 44 fue encarcelado por orden del rey Herodes Agripa, pero consiguió escapar. Nos dice la Escritura que fue milagrosamente desencadenado y librado de la prisión e impresionó a los demás Apóstoles al llegar repentinamente donde ellos moraban. Pedro después predicó en los puertos marítimos de Joppa y Lydda, donde conoció hombres de diferentes razas y en Cesarea donde se convirtió el primer gentil, Cornelio.


Se dedicó a propagar la nueva religión por Siria, Asia Menor y Grecia. En esa época, probablemente, su liderazgo fue menos evidente, disputándole la primacía entre los cristianos otros apóstoles, como Pablo o Santiago. Asistió al llamado Concilio de Jerusalén (48 o 49), en el cual apoyó la línea de Pablo de abrir el cristianismo a los gentiles, frente a quienes lo seguían ligando a la tradición judía.

Se trasladó a Antioquía, donde Pablo lo visitó varias veces. Fundó la Iglesia de Antioquía y llegó a ser el primer obispo de Antioquía. Después pasó a Roma mientras Pablo se quedaba en Jerusalén. Allí habría participado en grupos de cristianos ya establecidos en Roma y fue obispo de Roma.

Pedro fue martirizado en Roma durante el reinado de Nerón alrededor del año 67, el mismo año que San Pablo. San Pedro murió crucificado. El no se consideraba digno de morir en la forma de su Señor y por eso lo crucificaron con la cabeza hacia abajo. San Pedro murió en el Circo de la colina vaticana y fue sepultado a poca distancia del lugar de su martirio.


-San Pedro, la búsqueda de sus restos

Hay testimonios arqueológicos de la necrópolis con la tumba de San Pedro, directamente bajo el altar mayor de la Basílica de San Pedro. Este lugar ha sido venerado desde el siglo II, y el emperador Constantino I el Grande mandó construir la gran basílica en aquel lugar a principios del siglo IV.

En 1939 el Papa Pío XII ordenó la excavación en los subterráneos del Vaticano para tratar de hallar una respuesta a la tradición cuestionada de que el Vaticano era la auténtica tumba del apóstol Pedro. Las excavaciones duraron hasta 1949. Se encontró una necrópolis que se extendía de oeste a este en paralelo al Circo de Nerón. La necrópolis estaba inundada de tierra, posiblemente por ser la base de la basílica primigenia. Se encontraron cinco monumentos, el más antiguo databa del siglo II y se incluía una parte de un edificio adosado a un muro revocado en rojo que servía de fondo para el más antiguo de los monumentos. En este edificio pequeño se encontraron unas inscripciones que datan de antes de Constantino, muestra de la devoción de los fieles. Una de las inscripciones señalaba "Petrus Eni" (Pedro está aquí). Asimismo, se encontró un lugar donde debería encontrarse la tumba pero no se halló nada. Por la evidencia dada, Pío XII suspendió las excavaciones y anunció que se había encontrado la tumba de Pedro.


Margherita Guarducci, arqueóloga, prosiguió las investigaciones en 1952. Estudió y descifró el famoso muro de las inscripciones y descubrió el uso de una criptografía de tinte místico: el uso repetitivo de las letras "P", "PE" y "PET" como abreviatura del nombre de Pedro, aunque normalmente era vinculado al nombre de Cristo. Asimismo hay aclamaciones a Cristo, María, Pedro, a Cristo como segunda persona de la trinidad y a la trinidad.

Los restos físicos de Pedro habrían sido encontrados años después. La arqueóloga elaboró la siguiente teoría: cuando Constantino quiso hacer la Basílica los huesos fueron desenterrados y envueltos en un manto de púrpura y oro y depositados en el nicho donde debían de haber estado, pero durante las excavaciones los obreros usaron el martinete para derribar muros y, deseando llegar rápidamente a la tumba, provocaron un derrumbe sobre los restos. Todo mezclado tomó la apariencia de desechos. Monseñor Cas, jefe de la Fábrica de San Pedro, guardó todo resto humano que se encontraba y los restos estuvieron así guardados diez años sin conocerse su procedencia.

El antropólogo Venerando Correnti estudió los huesos y señaló que había huesos humanos y de ratón, un ratón que debió de haber quedado atrapado tiempo después de producido el entierro. Los huesos humanos presentaban las siguientes características:

-Tenían adherida tierra, mientras que los huesos de raton estaban limpios. Se analizó la tierra adherida a los huesos humanos y es la misma tierra de la tumba abierta y que fue encontrada vacía, identificada por Pío XII como la de Pedro, las tumbas colindantes tenían otra clase de tierra.

-Los huesos están coloreados de rojo por haber estado envueltos en un paño de púrpu¬ra y oro. Hay hilos de oro y de las telas incluso adheridas a algunos huesos. Debían de ser huesos de una persona muy venerada, pues los envolvieron en un rico paño de púrpura y oro, para guardarlos en ese nicho. Parece que estos huesos fueron retirados de la tumba de tierra y guardados para protegerlos de la humedad del terreno. Este nicho ha permanecido intacto desde Constantino hasta hoy.

-Los huesos humanos son de la misma persona: varón, de complexión robusta, que murió a una edad avanzada y vivió en el siglo I.

En 1964 las investigaciones de Guarducci terminaron y un año después se publicó su libro Reliquie Di Pietro Sotto La Confossione della Basílica Vaticana ("Las reliquias de Pedro bajo la confesión de la Basílica Vaticana"), libro muy discutido por la comunidad científica. En 1968 Pablo VI anunció que, según los estudios científicos realizados, había la suficiente certeza de que se habían encontrado los restos del apóstol.