7/6/11

LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO


La palabra "cátedra" significa asiento o trono y es la “sede” fija del obispo, colocada en la iglesia madre de una diócesis, que por este motivo es llamada «catedral», y es el símbolo de la autoridad del obispo y, en particular, de su «magisterio», es decir, de la enseñanza evangélica que él, en cuanto sucesor de los apóstoles, está llamado a custodiar y transmitir a la comunidad cristiana. Cuando el obispo toma posesión de la Iglesia particular que le ha sido confiada, con la mitra y el báculo, se sienta en su cátedra. Desde esa sede guiará, como maestro y pastor, el camino de los fieles, en la fe, en la esperanza y en la caridad.

La primera «sede» de la Iglesia fue el Cenáculo, y es probable que en aquella sala, donde también María, la Madre de Jesús, rezó junto a los discípulos, se reservara un puesto especial a Pedro. Pedro predicó por Siria, Asia Menor y Grecia. Se estableció en Antioquía, ciudad situada al río Oronte, en Siria (Turquía), en aquellos tiempos la tercera ciudad del imperio romano después de Roma y Alejandría (Egipto). En aquella ciudad, donde los discípulos recibieron por primera vez el nombre de “cristianos”, Pedro fundó la iglesia de Alejandría y llegó a ser el primer obispo. Por tanto, nos encontramos con el camino que va de Jerusalén, Iglesia naciente, a Antioquía, primera Cátedra de Pedro y primer centro de la Iglesia, que agrupaba a paganos, y todavía unida también a la Iglesia proveniente de los judíos.


Desde allí Pedro se trasladó a Roma, centro del Imperio, símbolo del «Orbis» (la Tierra). Allí habría participado en grupos de cristianos ya establecidos en Roma y llegó a ser primer obispo de Roma. Por este motivo, la Cátedra o Sede de Roma, después de estas migraciones de San Pedro y de ser reconocida como la del sucesor de Pedro, recibió también la tarea confiada por Cristo a Pedro de estar al servicio de todas las Iglesias particulares para la edificación y la unidad de todo el Pueblo de Dios.


La Cátedra de San Pedro subraya el singular ministerio que el Señor confió al jefe de los apóstoles, de confirmar y guiar a la Iglesia en la unidad de la fe. En esto consiste el 'ministerium petrinum', ese servicio peculiar que el obispo de Roma está llamado a rendir a todo el pueblo cristiano. Misión indispensable, que no se basa en prerrogativas humanas, sino en Cristo mismo como piedra angular de la comunidad eclesial. La Iglesia, en la variedad de culturas, lenguas y tradiciones, debe ser unánime en creer y profesar las verdades de fe y de moral transmitidas por los apóstoles.

La cátedra de Roma es en realidad el trono que Carlos el Calvo regaló al papa Juan VIII y en el que fue coronado emperador el día de Navidad del año 875. Carlos el Calvo era nieto de Carlomagno. Durante muchos años la silla fue utilizada por el papa y sus sucesores durante las ceremonias litúrgicas, hasta que fue incorporada al Altar de la Cátedra de Bernini, realizado entre 1651 y 1666.


Este altar se encuentra situado en el ábside principal del Vaticano. Se trata de un altar transparente en el que la luz es utilizada como un elemento de la composición. La luz pasa a través de un vitral donde es transformada por el color de éste, configurando la Gloria. En el medio de esta se encuentra una paloma, simbolizando el Espíritu Santo. Bajo el Espíritu Santo se sitúa la supuesta cátedra de San Pedro, recubierta de bronce con relieves sobredorados. Esta se encuentra ingrávidamente sostenida y custodiada por cuatro figuras colosales de seis metros que representan los Santos Padres de la Iglesia, dos de la iglesia occidental, San Agustín y San Ambrosio, y dos de la oriental, San Juan Crisóstomo y San Atanasio. Este se trata de un monumento de glorificación de la autoridad papal, en contra de la opinión protestante, simbolizando las figuras de los Santos Padres orientales y occidentales, la universalidad de papado y la representación del Espíritu Santo en la inefabilidad de los papas.


Tradiciones, leyendas y creencias afirmaron durante muchos años que la silla era doble y que algunas partes se remontaban a los primeros días de la era cristiana e incluso que la utilizó San Pedro en persona. La silla ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo de los siglos y la última vez que fue extraída del nicho que ocupa en el altar de Bernini fue durante un período de seis años, entre 1968 y 1974. Los análisis efectuados en aquella ocasión apuntaban a que se trataba de una sola silla cuyas partes más antiguas eran del siglo VI. Lo que se había tomado por una segunda silla era en realidad una cubierta que servía tanto para proteger el trono como para llevarlo en procesión.

Todos los años el 22 de febrero, se celebra la festividad de la Cátedra de San Pedro, con la que se rinde homenaje y se celebra el primado y la autoridad de San Pedro. Se trata de una tradición muy antigua, testimoniada en Roma desde finales del siglo IV. El altar monumental que acoge la Cátedra de San Pedro permanece iluminado todo el día con docenas de velas y se celebran numerosas misas desde la mañana hasta el atardecer, concluyendo con la misa del Capítulo de San Pedro.