19/8/10
LA EXPERIENCIA DE SER ROMANO
Trasladémonos aproximadamente 45 años atrás, en la Semana de pasión y sufrimiento, en la que todas las personas nazarenas, se preparan para salir con un cirio, para acompañar al Monte Calvario, al que con un poco de miedo por no saber si va a poder resistir ese dolor, pero con confianza siguió adelante teniendo presente a su Padre en sus plegarias, y tener que pasar por esas torturas que son causa de los pecados. Con ayuda del Cirineo cargará con la cruz a cuestas.
Esa esperanza y sencillez que Jesús tuvo en su camino, se representa hoy en esta hermandad nazarena, una hermandad que a pesar de ser tantas las personas que trabajan siguen por ser cada día como Él, están dispuestas a ser ejemplo vivo de la palabra de Jesucristo.
Hace ya varios años que esta hermandad es distinguida por su seriedad, gran fe y devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. Que junto al pueblo que quiere y apoya a esta nuestra hermandad.
Tomada como tradición la salida de nuestros Santísimo Titulares, y lo hacían con un desfile de romanos que salían desde su sede, la Parroquia de San Sebastián, hasta llegar a los Remedios. Este grupo de personas, poco a poco se fue perdiendo, sea dicho, bien por motivos propios o por falta de alguien que se encargase de organizarlo.
Pasados varios años, esta hermandad empezó a mover cielo y tierra por recuperar esa tradición que estaba un poco olvidada, ya que no había nadie que se encargarla de volver a ponerla en marcha. Un día cuando acabó la eucaristía en San Sebastián nos fuimos mis amigos y miembros del que hoy es el grupo joven, a la casa de Jesús a limpiar plata. Llegamos y nos pusimos manos a la obra, más tarde fueron llegando más personas, que se intrigaron de una forma o de otra, allí fue cuando me propusieron ser el primer romano después de 45 años que, yo hasta desconocía que Jesús salía con romanos. Mi amigo Miguel Machuca, fue uno de los que lo propuso. Ser lo que un Viernes Santo de 2009 fui, dejé el alba (túnica), y el incensario, para ponerme un casco y coger una lanza. Tenía una hormiguilla que me hacía dudar pues a mí siempre me ha llamado la atención y ha sido mi vocación, el ser monaguillo. ¿Cómo es que voy a ser romano?, si tengo que reconocer que me apunto a un bombardeo y nunca me niego a nada de lo que me proponen porque me gusta conocer nuevas experiencias y ver de una forma diferente, de sentir la Semana Santa. Ese olor a incienso que desenvuelve sentimientos que da en el corazón de aquellas personas que en verdad viven, día a día, minuto a minuto. El incensario que debería mover de derecha a izquierda, con el que perfuma cada rincón por donde pasaba Jesús y junto a él, la Santísima Virgen de los Dolores, van dando su bendición a toda casa por donde pasaba.
La experiencia como romano ha sido sorprendente, por la parte a la que represento como romano, ha despertado a personas mayores buenos recuerdos, personas que no se esperaba o conocían ese peculiar detalle, que gracias a las personas que han sacado esto adelante han removido recuerdos y sentimientos, y a todas las personas más jóvenes una gran sorpresa y satisfacción porque esta hermandad vaya avanzando y que al mismo tiempo recuperen esa tradición.
Lo que más me ha emocionado de esa experiencia, es la mirada de las personas que siguen ahí, un sueño hecho realidad. Poder haber colaborado, junto con mis compañeros romanos, gracias a ellos también sabían que me hacía ilusión.
Darle mi más sincera enhorabuena y las gracias a la Junta de Gobierno de esta hermandad por darme esa oportunidad y confiar en mí animándome con entusiasmo, de que entre todos lo conseguiríamos.
Espero que cada año vaya avanzando si Dios quiere, y nuestros santísimos titulares nos lo permitan, poder hacer el año que viene un desfile con más romanos, por eso quiero desde aquí animar a todos esos jóvenes que quieran desfilar en la hermandad como romanos de Nuestro Señor que lo vayan comunicando a los miembros de la hermandad o bien al grupo joven; y que despertemos en el corazón de las personas, que Dios solo hay uno, y ese es Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Álvaro Martín Álvarez
Romano de Jesús y miembro del grupo joven.
Cruces y Luces 2010