14/7/09

EXPOSICIÓN “LUIS SALVADOR CARMONA” EN NAVA DEL REY (VALLADOLID)

Nos encontramos en Nava del Rey rememorando cómo a principios del siglo XVIII (15-11-1708) nacía en esa localidad vallisoletana un niño llamado a ser un famoso escultor, dando lugar a que, haciendo memoria de ese acontecimiento, podamos evocar los valores del mismo.
La Diputación y el Ayuntamiento de la localidad, bajo la experta mano del académico y profesor universitario Jesús Urrea, con holgado conocimiento, da cuenta de este haber artístico a través de una exposición de alto contenido.

Aquel niño, Luis Salvador Carmona, cuyo padre era natural de dicho lugar, fue bautizado en la iglesia parroquial de los Santos Juanes, imponiéndole como abogado a San Francisco Javier. Durante su infancia, sintió inclinación por varias manualidades artísticas, recortando estampas y tallando pequeñas figurillas ayudado por una navaja. Claras muestras de una precocidad poco común en niños nacidos en pequeñas poblaciones. No obstante, Nava del Rey era una clara excepción del auge económico por aquellas fechas en las que ensambladores y escultores procedentes de Medina del Campo y Valladolid se dedicaban a enriquecer artísticamente los templos del lugar. Surgieron también, destacados imagineros como José de Lara, quien fue responsable de la bella sillería coral de la Iglesia. No es de extrañar, pues, que los adolescentes con la inquietud propia de sus años, trataran de emular a estas grandes figuras que dieron lustre, durante el siglo XVIII, a muchas localidades de Castilla y León.

La exposición conmemorativa de los 300 años del nacimiento de Luis Salvador Carmona ha venido a recordarnos fielmente el tesón de este hombre que, en la década de los 40, empezó a trabajar con otros muchos artistas en la decoración del nuevo Palacio Real. Allí dejó lo más importante de su talento creativo, en igual medida esculpiendo piedra como tallando la madera. En dichas circunstancias, se hace acreedor de la belleza artística de la Granja de San Ildefonso, así como capillas y oratorios, palacios y residencias de la nobleza más refinada y en congregaciones y conventos de aquel Madrid del siglo XVIII.

En la exposición que hoy nos ofrece esta iniciativa, en el convento de las Madres Capuchinas de Nava del Rey, se puede contemplar un grupo de singular significado por su belleza. No podía faltar el arcángel San Rafael o un Cristo del Perdón, donde la interpretación mística del mismo, después de haber sufrido su cruento martirio, nos deja ver las llagas de los clavos y la corona de espinas. Todo el patetismo de la capacidad redentora.

Desde Medina de Rioseco, donde tiene lugar preferente, nos llega la presencia de la Virgen de la Expectación, junto a la Divina Pastora, que es sin duda alguna uno de los iconos de mayor devoción y admiración de este escultor que dejó también en su lugar natal, en la iglesia de los Santos Juanes, un San José del barroco más puro de la época. Sin olvidar otras esculturas como San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, San Isidro Labrador o San Juan de Nepomuceno, llegado de la iglesia de San Miguel y San Julián de Valladolid. Todas estas tallas dan un carácter excepcional y son abaladas por los comentarios de destacados académicos y catedráticos del arte.

-Arcángel San Rafael (1755). Convento de los Sagrados Corazones. MM. Capuchinas (Nava del Rey)
-Cristo del Perdón (1755). Convento de los Sagrados Corazones. MM. Capuchinas (Nava del Rey)
-Virgen de la Expectación (1740-45). Iglesia de San Francisco. Medina de Rioseco.
-La Divina Pastora (1747). Convento de los Sagrados Corazones. MM. Capuchinas (Nava del Rey)
-San José (1740-50). Iglesia de los Santos Juanes. (Nava del Rey).
-San Isidro Labrador (1752). Iglesia de Santa María del Castillo. Nuevavilla de las Torres (Valladolid)
-San Francisco de Asís (1750-1760). Residencia Sancti Spiritus. Medina de Rioseco.
-San Antonio de Padua (1749-1750). Convento de los Sagrados Corazones. MM. Capuchinas (Nava del Rey)
-San Juan Nepomuceno (1750-1755). Iglesia de San Miguel y San Julián. (Valladolid)

Todo ello queda resumido en un bello catálogo ofreciendo en estos días la oportunidad de visitar dicha exposición conmemorativa. Significaré cómo durante todo el mes de mayo y junio, dentro del marco de una nueva primavera, vuelve a ser Nava del Rey un lugar de encuentro en el convento de las Madres Capuchinas, esperando que en breve plazo se pueda trasladar dicha exposición a la capital de España.

La muestra pudo verse en el convento navarrés del 26 de mayo al 28 de junio y está compuesta por 15 piezas llegadas desde diferentes puntos de la provincia (Medina del Campo, Nueva Villa de las Torres, Valladolid y Medina de Rioseco) y el propio convento navarrés, para el que Salvador Carmona realizó un buen número de tallas de calidad suprema, como el Cristo del Perdón o la Divina Pastora.

La exposición está organizada por el Ayuntamiento de Nava del Rey y cuenta con la colaboración de la Diputación de Valladolid, el Convento de las Madres Capuchinas, así como varios museos y parroquias provinciales que han cedido sus piezas.

Con este evento, la localidad se suma a los ciclos de conferencias y exposiciones que entre 2008 y 2009 se están celebrando en diferentes puntos del país para conmemorar los trescientos años del nacimiento de Luis Salvador Carmona en noviembre de 1708 en la antigua calle Majada de Nava del Rey, vía que hoy lleva el nombre del grabador Manuel Salvador Carmona, sobrino del citado escultor.

Recordar a Carmona con motivo del 300 aniversario de su nacimiento, presentando juntas algunas de sus creaciones más singulares, puede ser una excelente disculpa para ir allanando el camino a la celebración de la magna exposición que en justicia se le debe, máxime tratándose de un escultor que en el siglo XVIII diseminó su arte como ningún otro por gran parte de la geografía nacional (Madrid, País Vasco, Andalucía, Navarra, Castilla, etc.) y su personalidad no puede constreñirse hoy al ámbito de lo local cuando en su época representó la cima del gusto y el refinamiento. Esa soñada exposición podría ser la demostración visible de una de las mejores aportaciones de esta Comunidad al patrimonio común de todos los españoles.

Pueden descargarse el libro "Luis Salvador Carmona (1708 - 1767)" editado por el Ayuntamiento de Nava del Rey y la Diputación de Valladolid con motivo del tercer centenario del nacimiento del autor y de la exposición dedicada al autor pinchando aquí.



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