Como en todo acto sin precedentes en cualquier asociación, lo primero a resolver era que planteamiento darle, no generó excesiva controversia esta cuestión entre los que dirigían el destino de esta singular Hermandad, cuanto se ideara en la conmemoración debería enmarcarse dentro de las premisas básicas que han regido en la corta existencia de la misma, es decir, la sobriedad en los actos, la humildad como bandera, y a ser posible, dotarlos de algún sentido práctico en la línea del servicio a los demás y de gratitud a cuantos han ayudado a esta Hermandad.
Ayudó de forma notable el conocimiento y la repercusión, fuera de los círculos más cercanos a la órbita de la Hermandad, el hecho de que en ese año el cartel anunciador de la Semana Santa se les adjudicara, en parte por rotación y en gran medida por la colaboración del resto de Hermandades y especialmente por parte del Consejo General de Hermandades y Cofradías, dicho cartel gozó de una sobresaliente aceptación, habiendo que mandar fabricar hasta tres ediciones para cubrir las innumerables peticiones recibidas; además de este cartel la Hermandad realizó otro, monográfico sobre el cincuentenario consistente en una fotografía muy alusiva al hecho y coronado por el lema del mismo “50 años de Sencillez y Austeridad”, que también fue acogido con un alto agrado por los estepeños.
Habiendo establecido las directrices a seguir, sólo faltaba desarrollarlas y concretarlas con fechas, lugares y personas, tanto intervinientes como homenajeados, siendo unánime el acuerdo en que uno de los personajes principales a rendir público agradecimiento debería ser D. Manuel de Lassaletta ya que, aunque no fue sólo suya la idea original, sin lugar a dudas fue el “Alma Mater” en los principios fundacionales y el que fijó los pilares básicos en los que se han sustentado para siempre esta Hermandad.
El día 5 de marzo de 2005, comenzó este acto con la proyección de un trabajo audiovisual en soporte DVD, realizado por miembros de la Junta de Gobierno, en el que se recogía en imágenes la historia de la Hermandad, DVD que la Hdad. tiene editado para quienes estén interesados en adquirirlo.
Tras este emotivo recuerdo en el que D. Manuel era accidental protagonista en un vídeo grabado años atrás, en una visita que le hicieron hermanos a su Jerez natal, tomó la palabra D. José Romero Ruiz que hizo la presentación del ponente principal D. José Álvarez Ruiz, un estepeño afincado en Madrid y uno de los dos niños que D. Manuel de Lassaletta se llevó de Estepa cuando se fue para criarlos como si fueran hijos propios, ya que aquí, siendo huérfanos, les auguraba un incierto futuro. Es indudable que gracias a este hecho este hombre compartió gran parte de su vida con él, tenía conocimiento de causa de primera mano y le veneraba por obvias razones, si a todo le unimos la soltura y brillantez oratoria, fruto de sus profundos conocimientos literarios, era el candidato ideal para un acto de este tipo.
Continuamos en la misma línea del acto ya descrito, se convocó el sábado de triduo un acto de reconocimiento y homenaje a todos los Hermanos Mayores habidos en la Hermandad (Manuel Amador Amador 1955-1956, Juan Borrego Castillo 1956-1961, Manuel González Juárez 1961-1981, José Antonio González Fernández 1981-1996 y Antonio Martos Gómez 1996-2006) y por extensión a cuantas personas aportaron su esfuerzo en pro de la misma. Tenían la suerte de que, salvo el primero, todos aún vivían. El acto fue de los más emotivo, todos los presentes disfrutaron entregándoles unos cuadros personalizados en los que se les reconocían los méritos contraídos con su esfuerzo a lo largo de sus años de dedicación.
El mismo día de la Función Principal, tras el desayuno de confraternización de hermanos, tuvo lugar lo que denominamos el “Pregón del Cincuenta Aniversario” que no era más que la continuidad de una corta tradición, interrumpida durante algunos años, en la que uno de los compañeros de la Junta de Gobierno ejercía de Pregonero. En esta ocasión se contactó con D. Antonio Rivero Ruiz, reconocido hermano y simpatizante de nuestra Hermandad, que accedió amablemente y disertó con gran maestría, poniendo especial énfasis en el papel de servicio que podían tener los miembros de una Hermandad en el servicio a los demás y más concretamente en el agasajo y cuidado de los necesitados, como los ancianos y tercer mundo. De igual modo relató sus vivencias dentro de la Hermandad para en la parte final del mismo y de una manera mucho más ortodoxa pregonar a los titulares magistralmente como uno de los grandes pregoneros estepeños. Quiso, por expreso deseo, que su presentador en este acto fuese Rafael Galván Rodríguez.
El gran proyecto del cincuenta aniversario ha sido desde el principio el núcleo central de los esfuerzos, aún hoy inconcluso por su envergadura y dificultad ejecutoria. Nació a petición de los miembros de la comisión de Caridad de la Junta de Gobierno, todos por aclamación lo aprobaron aún sin forma definida. Consistía en un gran obra social en el África más deprimida, este proyecto todavía tuvo su espaldarazo definitivo cuando un grupo de misioneros franciscanos, gracias a la mediación del padre Antonio Valderrama y encabezados por el padre polaco Tadee Kusy responsable de la orden en la República Centroafricana, expusieron la conveniencia de crear una Escuela en Ligua, junto a Obo, como único medio para sacar del subdesarrollo a los habitantes de esta zona; ese mismo día se firmó el acuerdo de colaboración y sostenibilidad.
Una vez rubricado el acuerdo en el verano de 2004, se procedió a su puesta en marcha comenzando por cualificar su ejecución, que se produjo en otoño de ese mismo año y en diciembre se asume además del costo derivado de la obra, el importe correspondiente a la contratación de dos docentes para los dos años siguientes, con el compromiso de continuidad. Ya en la primavera de 2005 se transfiere el cincuenta por ciento del montante total previamente pactado y con ello se culminan los trámites financieros para el comienzo de la edificación.
Lo cierto es que este proyecto entraña grandes dificultades, la escasez de las más mínimas infraestructuras de comunicación terrestre en el país, la lejanía de la capital Bangui, la inestabilidad política de la región, la implicación de los nativos en la fabricación de los materiales de construcción, la nula capacitación profesional de los ejecutores materiales de la edificación, y las duras condiciones climáticas de la zona, especialmente en la estación de lluvias, han contribuido a la demora en la finalización de las obras.
Al día de hoy, o mejor dicho a fecha del otoño 2006 que fue la última comunicación que mantuvimos, el estado de la obra se encuentra bastante avanzado, las paredes crecidas, las ventanas puestas y terminándose el tejado. En los últimos contactos mantenidos informaban de la fabricación de los pupitres, indagando otros enseres y materializándose la contratación de los dos maestros que han empezado a dar clases, aún a la espera de la finalización del edificio.
También con motivo de la conmemoración del cincuenta aniversario fundacional de la Hermandad, el Ayuntamiento de Estepa, tuvo a bien conceder, por aprobación en pleno, la Medalla de la Ciudad en su categoría de Oro, a la Hermandad.
Fuente:
-Actos conmemorativos del cincuentenario fundacional (1955-2005). Díaz Gordillo, J. M. Boletín Los Blanquillos, 2007.