19/3/17

HERMANDAD DE SAN JOSÉ DE ARRIBA Y DE ABAJO

San José del Convento de San Francisco
En un documento de 1705 se menciona dos cofradías en honor de San José que se encontraban establecidas en los dos conventos masculinos de Estepa. El del convento de San Francisco de Asís, conocida como la de arriba por estar situado en el Cerro de San Cristóbal, y la del convento de Padres Mínimos, conocida como la de abajo por estar situado extramuros en uno de sus arrabales. La referencia a su ubicación parece obviar la prohibición canónica que impedía la existencia de dos cofradías del mismo nombre en una localidad.

Retablo de San José en
el Convento de San Francisco
La de arriba se señala en el inventario de los papeles del archivo del convento de San Francisco: Fundación de la hermandad de mi Señor San José y un convenio que hizo el convento con la misma hermandad (…). Esta corporación todavía residía en el convento franciscano en 1791, fecha que tiene una relación de sus bienes presentada a las autoridades en el expediente de arreglo de las cofradías estepeñas, firmada por don Juan Honorio de Argüelles, secretario de dicha hermandad. En la iglesia del convento franciscano se le dedicó uno de los altares del presbiterio a San José, cuya imagen fue entregada al convento por Dña. Mariana Suárez de Figueroa, mecenas de la Iglesia de la Asunción. En la iglesia del convento de padres mínimos estaba situada su imagen en uno de los laterales del retablo mayor, hoy en la parroquia de Herrera. El retablo franciscano fue realizado en los años treinta o cuarenta del siglo XVIII por talleres ecijanos mientras que la imagen del convento de los mínimos se relaciona con la obra de José de Medina y el retablo mayor es del taller lucentino de los Guerrero.

Retablo mayor de
la Iglesia de la Victoria

Desde la Edad Media es bastante común que se le dedique un altar e incluso la titularidad del convento a San José, de quien se espera protección y ayuda, teniéndolo como modelo de vida y castidad. La advocación no es algo irrelevante en el contexto de una sociedad sacralizada, donde se busca la protección de los santos, y entre estos los más cercanos a Jesucristo. Los protegidos se obligaban a honrar y celebrar al Santo Patriarca con cultos especiales, así como difundir su devoción entre la gente. En aquellos tiempos cuando no era habitual la comunión diaria, la festividad de un Santo titular permitía al convento y al pueblo el poder comulgar. La fiesta del Santo se preparaba por medio de novenarios y quinarios, donde se recordaban los privilegios de San José y se exponía su imagen a la veneración de los fieles.

En Estepa de nuevo en 1926 se le dedica a San José la iglesia de la casa que inauguran las Hermanas de la Cruz y se coloca un retablo cerámico del Santo sobre la portada de la Iglesia. En las demás iglesias estepeñas también se puede encontrar el Santo Patriarca en un retablo, lienzo o en el retablo mayor. En el convento de Santa Clara de Jesús se encuentra en un retablo de la nave. También se le dedicaron retablos en la iglesia de los Remedios, del Carmen y de San Sebastián (este último no conserva la imagen). En la ermita de Santa Ana se encuentra en el retablo mayor y como San José de la Montaña en una pintura mural de la nave. Es titular de la hermandad de Las Angustias que tiene su sede en esta ermita y donde le veneran como San José Obrero, dedicándole la ermita a donde peregrinan los romeros cada 1 de mayo. En la Iglesia de la Asunción se encuentra en un lienzo de la bóveda, en el retablo mayor y en el retablo que perteneció al Oratorio de la Escuela de Cristo.

Fuente:
-Hermandades, cofradías y otras corporaciones religiosas no penitenciales en la Estepa de la Modernidad. Jorge Alberto Jordán Fernández. Miscelánea Ostipense. Estudios sobre historia de Estepa. 2013