9/3/16

LOS CRÓTALOS DEL CALVARIO


La Hermandad del Calvario de Estepa es una hermandad de silencio que destaca por su recogimiento y es acompañada por música de capilla y el sonido de crótalos o castañuelas en los momentos en el que el paso para o reanuda la marcha, y por tanto también el de sus nazarenos.

La utilización de castañuelas, crótalos, matracas y carracas durante las procesiones de Semana Santa es una tradición que se remonta a la Edad Media. Estos instrumentos se usaron como elementos que habrían de contribuir a la sacralización de determinados oficios de la Semana Santa. Ya, a comienzos del s. XIV, Guillermo Durando explicaba que antiguamente se llamaba al pueblo haciendo ruido con unos leños o palos llamados ligna sacra, palos sagrados. Se utilizaban para enmudecer a la gente en los días de la Pasión y para despertarse en los maitines cuando no se podían usar las campanas. Las campanas representarían a Prelados y Apóstoles, quienes enmudecieron y desaparecieron en los días de la Pasión de Cristo. Es por esto, que debían desaparecer las campanas, y sólo hablar los leños, en recuerdo del árbol de la cruz, donde murió Cristo. Es aquí donde encontramos el uso de instrumentos de madera incorporados a la liturgia de la Semana Santa con una función determinada.

Estos instrumentos participaron también en el llamado Oficio de Tinieblas en el momento en que la liturgia indicaba que los fieles hicieran un poco de ruido. Este ruido evoca la confusión sideral en el momento de la muerte de Cristo, la convulsión de la naturaleza. Es el recuerdo del temblor de tierra, documentado en los evangelios, resquebrajado de rocas y apertura de sepulcros. Es fácil imaginar la impresión que causaría en los asistentes magnetizados por el tiempo, el momento, la celebración y el lugar, iglesia-cementerio, en tiempos pasados, oyendo el ruido repentino, desacorde y estridente.

La Hermandad del Calvario con el sonido de los crótalos marca el caminar de los nazarenos pero al mismo tiempo recuerda esta tradición que desapareció de los oficios y de las procesiones.



Fotos: J. Monet y FJ Reyes Medrano