La hermandad de San Pedro de Estepa decidió en 1991 restaurar a su titular y para tal tarea lo pusieron en las manos del escultor sevillano Francisco Berlanga, pero poco antes de llevarlo a su taller y estando el apóstol en Sevilla, los hermanos decidieron dejarlo a los pies de la Virgen de las Aguas y el Stmo. Cristo de la Expiración de la sevillana Hermandad del Museo.
La buena relación entre ambas corporaciones había comenzado en 1989 cuando se inician los contactos para el hermanamiento de la Hermandad de San Pedro con la sevillana Hermandad del Museo de Sevilla.
La restauración de la imagen de San Pedro a cargo del escultor Francisco Berlanga fue costeada por numerosos devotos de manera particular, así como también contó con la desinteresada colaboración del Ilustrísimo Ayuntamiento de Estepa La imagen del apóstol volvió a Estepa el día de la Purísima.
Queda en el recuerdo aquella fotografía de la capilla de la plaza del Museo de Bellas Artes y las palabras que el pregonero del 50 aniversario de la refundación, D. Eduardo Chía Cruz, le dedicó en su pregón:
Una mañana brillante
de esas que ofrece Sevilla,
que llegamos a su orilla
con San Pedro suplicante.
Allí la Virgen radiante
Y el Cristo que siempre expira
Fuentes de aguas tranquilas,
Con el Apóstol delante.
El Museo, tan sobrante
De devociones sencillas
A un pescador de rodillas
Le hizo cambiar el semblante.
Y han pasado ya bastantes
Años de la maravilla
Y en la íntima capilla
Sigue el llanto ante la Madre.
Fuente:
Pregón del Lº Aniversario de la reorganización de la Hermandad de San Pedro (1953- 2003). Pronunciado por D. Eduardo Chía Cruz
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