18/6/13

APUNTES SOBRE LA CASA DE CERVERALES Y LA HERMANDAD DE SAN PEDRO


Situado al lado del hermano mayor, procesiona el Marqués de Cerverales, Hermano Mayor Honorario de la Hermandad, con su cetro argentereo y su medalla. Su presencia allí, y antes la de su padre, no es casualidad: su nombramiento se basa en una correcta y muy loable comprensión por parte de las diferentes Juntas de Gobierno de estos últimos decenios de la historia de la Hermandad.

Una historia que empezó hace más de 250 años a pocos metros de la escena que cada Martes Santo se sucede en la salida de los pasos, en la casa de los Marqueses. La construyó a mediados del siglo XVIII uno de los Vicarios de Estepa, Don Manuel Vejarano y Fonseca, con el objetivo específico, según su testamento, de que sirviera de sede a la casa marquesal que su hermano y sobrinos fundaron. Este Vicario tenía una especial devoción a la Virgen de los Dolores, imagen que adecentó y cuidó a lo largo de toda su vida. Dejemos hablar a la historia y veamos un fragmento del testamento de este Vicario:

“…Declaramos que hemos cuidado del adorno de la sagrada Imagen de Ntra. Sra. de los Dolores, a quien costeamos un vestido de terciopelo bordado de oro y plata, con su cajón, que existe en las cassas de nuestra morada con algunas otras alhajas para vestir la Sra. a el tiempo que se hace dicha Novena. Assi mismo costeamos un especial corazón que se pone a la Sra. en sus manos; con una piedra encarnada de gran magnitud en medio, de hechura de un gran corazón, abrillantada, guarnecida de granates y después otra guarnición de topacios, y en los extremos diamantes, con siete espadas de plata, y tres tembleques, que hacen tres flores de topacios encarnados, con su caja correspondiente, forrada por dentro de terciopelo negro. Cuio vestido, corazón y alhajas de la señora queremos y es nuestra voluntad estén siempre en las cassas del poseedor del mayorazgo fundado por el citada nuestro hermano D. Pedro Vejarano para que se custodie, y guarde, y desde ella se lleve para adornar dicha sagrada Imagen en las funciones que se; y acabados se vuelvan a recoger, lo que se observe, y guarde en todos tiempos, y no se contravenga en modo alguno a esta nuestra disposición.

It. Queremos, y es nuestra voluntad que el citado corazón por ninguna causa, motivo, urgencias se pueda prestar, vender, Donar, cambiar, Destrozar, y en modo alguno enagenar, si no es que siempre exista…”

(Testamento de D. Manuel Vejarano y Fonseca, Vicario de Estepa, 1777. Archivo del Marqués de Cerverales, Legajo 17. Pág. 42)


Cualquier hermano de San Pedro reconoce las joyas de las que habla el Vicario en su testamento; son las que todavía lleva nuestra Virgen de los Dolores en apariciones públicas y propiedad del Marqués de Cerverales según este mismo testamento. De hecho, según las disposiciones testamentarias del Vicario las joyas, vestido y cajón eran parte del mayorazgo de los Marqueses de Cerverales: un mayorazgo era un conjunto de bienes que se transmitían de generación en generación según las disposiciones testamentarias de la persona que lo instituía; en este caso el mayorazgo del cual eran parte las joyas y el vestido, pertenecía a aquella persona que llevara el título de Marqués de Cerverales. También el Vicario dispuso, junto con muchas otras obligaciones, la de que el Marqués estuviera obligado a dejar dichos útiles en las ocasiones en que la imagen de la Virgen tuviera una comparecencia pública.

Sin embargo tras las leyes de abolición de los Mayorazgos, especialmente la de 1845, todas las disposiciones, tanto del Vicario como otras afectas a los mayorazgos de Cerverales, quedaron sin efecto y la familia fue libre de disponer las joyas y el vestido a su libre albedrío; aun así, el amor a la imagen y a la tradición fue más fuerte y hasta el día de hoy los marqueses han seguido dejando dichos enseres siempre que la ocasión lo requería.

También el Vicario amplió la Iglesia de la Asunción y construyó un enterramiento a los pies de la Virgen de los Dolores, el sitio donde específicamente él quería descansar, tumbas que han acogido en su eterno descanso a los diferentes Marqueses de Cerverales durante generaciones, como bien reflejan las lápidas de la Capilla de los Dolores.

También fue el Vicario Vejarano el que instauró la Confraternidad del Orden Tercero de Nuestra Señora de los Dolores, la cual dio lugar a nuestra actual hermandad tras su fusión con la de San Pedro. Pero la historia no termina aquí, y, si leemos la documentación del archivo del Marqués veremos que en estos 250 años la familia ha cuidado de la imagen y de la capilla; la contabilidad de estos últimos dos siglos y medio refleja que los señores Marqueses se dejaron grandes cantidades de dinero en novenas a la Virgen y en la iglesia de la Asunción, la iluminación de la capilla de los Dolores y muchos otros gastos santuarios a mayor gloria de Nuestra Señora. Costumbre que llega hasta nuestros días: Don Rafael de Alcaraz y Reina, VIII Marqués de Cerverales y penúltimo, colaboró muy activamente en la restauración de la iglesia de la Asunción, especialmente en las difíciles gestiones previas imprescindibles para conseguirla y su hijo, Don Rafael de Alcaraz y Baillo, el actual Marqués, colaboró a su vez en la construcción del paso de Nuestra Señora, y sigue colaborando con la Hermandad. Legado que su hijo y futuro marqués conserva, saliendo en procesión con la Virgen desde su más tierna infancia.

Hasta alrededor del año 1955, fecha en la cual se cesó de llevar a la Virgen en andas y comenzaron los costaleros, la Virgen era transportada por los trabajadores de la familia. Y en 1957, cuando entró de Hermano Mayor D. Jesús Juárez, el cual junto con su junta de gobierno llevó a la cofradía a la edad de oro que todavía estamos viviendo, éste y su junta consultaron numerosas veces con Doña Natalia de Reyna y Juárez de Negrón, hermana de la Marquesa de entonces y persona encargada de los asuntos de la familia. Las razones de estas consultas, según el propio D. Jesús fueron, además del hecho de que la familia guardara las joyas y el manto en una habitación especial en la casa, que Doña Natalia fuese experta conocedora de las tradiciones de la Hermandad desde antaño. Y es por esta relación especial por lo que encontramos el nombre de Isabel de Reyna y Juárez de Negrón, VI Marquesa de Cerverales y hermana de Doña Natalia como una de las refundadoras de la Hermandad de San Pedro, según consta en el documento de refundación conservado en los archivos de la Hermandad.

Si ahora estamos reivindicando el glorioso pasado de nuestras cofradías estepeñas, sus centenarias costumbres y su largo caminar por la historia, la vinculación de los Marqueses de Cerverales con la imagen de la Virgen de los Dolores y con la Pontificia y Real Hermandad de San Pedro Apóstol, es un patrimonio histórico y cultural vivo que muy pocas cofradías pueden presumir de tener. Muchas vinculaciones parecidas se han roto al declinar sus titulares sus obligaciones, ya sea por lo oneroso de las mismas, por desidia o por falta de contacto. (…)

Exmo. Sr. D. Hipólito Sanchiz Álvarez de Toledo. (Marqués del Vasto)
Lº Aniversario de la reorganización de la Hermandad de San Pedro, Estepa. 2003