8/3/13

LA REFORMA DE LAS ORDENANZAS DEL S. XVIII


En tiempos de Carlos III, la Monarquía intento controlar los centros benéficos a través de diversos edictos y legislaciones, y así alejarlos de las manos de la Iglesia. La reforma pretendía la centralización hospitalaria de los bienes de las cofradías y hermandades, por los que las cofradías que no cumplieran con los estatutos fijados serían suprimidas. Esta nueva reforma hizo que se reorganizaran las hermandades y se realizaran nuevas Ordenanzas, favoreciendo la fusión de las instituciones y la desaparición de otras.

Los primeros movimientos que se vieron en Estepa ocurrieron principalmente por motivos económicos. La cofradía del Corpus Christi tuvo que fusionarse hacia 1728 con la hermandad del Rosario del Carmen, con más pujanza económica, para poder mantener su Hospital de pobres transeúntes. En cuanto a la hermandad del Rosario de los Remedios quedó agregada en 1733 a la de la Veracruz, con graves problemas económicos, y así recuperar la Casa de niños expósitos.

En Estepa la gran reforma de las hermandades y cofradías se produjo bajo Carlos IV. Esta reforma de los Estatutos se apoyaba en dos pilares que todas las hermandades y cofradías debían cumplir: la aprobación Real, a través del Consejo de Castilla, ya que hasta este momento sólo tenían la aprobación eclesiástica del Vicario de la villa, y la obligación de dedicarse a obras piadosas que fueron beneficiosas para la humanidad.

La gran reforma se inició en 1789 cuando la Cofradía y Hospital de la Asunción pidió al Consejo que se extinguiera la hermandad del Rosario homónima. El Consejo solicitó al Alcalde y al Vicario en 1791 que se suprimieran todas las hermandades a excepción de la cofradía del Hospital, de la Sacramental y la de Ánimas. Así se suprimieron el Dulce Nombre, Santo Cristo de la Columna, la de Ntra. Sra. del Rosario de la Iglesia Mayor, la del Rosario de la Veracruz, la del Rosario de Mujeres de los Remedios, la de la Concepción, la cofradía de Jesús de Luces, la cofradía de Jesús de Cruces y la del Santo Entierro. Los beneficios y alhajas de las hermandades suprimidas quedaron en manos del Hospital de la Asunción.

Esto supuso que sólo quedaran las hermandades que regían los dos hospitales de la villa: la cofradía de la Asunción y la hermandad del Carmen. Sin embargo, en 1796 el Concejo propuso que el hospital del Carmen se integrara en el de la Asunción. La hermandad del Carmen alegó para mantener la independencia que el hospital de la Asunción no tenía capacidad suficiente y eran de costumbres diferentes.

En 1791 había erigidas en la villa quince hermandades del Rosario que sólo contaban con la aprobación del Vicario. Las hermandades del Rosario estaban repartidas por las ermitas de la Veracruz, Carmen, Asunción, Concepción y Santa María, y habían divido al pueblo creando bandos y partidos. Muchas de estas hermandades tenían un imagen común por lo que su natural evolución fue la integración en la más poderosa. Así ocurrió en la Iglesia de la Asunción donde los beneficios y alhajas de las dos hermandades del Rosario que había en el templo (de la Asunción y de la Aurora) quedaron en depósito y después en manos de la Real Junta de Caridad del Hospital de la Asunción desde 1794.
Las hermandades estepeñas comenzaron a redactar sus nuevas Ordenanzas siendo expedidas en 1794. Por diversos motivos las Ordenanzas de las hermandades no comenzaron a revisarse hasta 1797.

La hermandad del Stmo. Cristo de la Columna había aprobado en 1752 sus reglas en las que se recogía su obra de beneficencia a través de la Junta de Caridad. Esta Junta se encargaba del entierro de los ajusticiados y de los pobres de los hospitales, y así lo volvieron a reflejar en sus Ordenanzas de 1797. Sin embargo, la hermandad del Cristo también fue propuesta para unirse con la de la Veracruz-Remedios del mismo templo. Las hermandades argumentaron para conservar su independencia que se dedicaban a actividades distintas y que la fusión podía suponer la pérdida de alguna de sus instituciones benéficas. Por su parte, la hermandad de la Veracruz-Remedios estableció en 1793 una Escuela Pía de Niñas para atender a las niñas pobres de Estepa. El expediente de los Remedios fue examinado en 1801 y el resto en 1804. Por otro lado, la hermandad del Stmo. Cristo de la Columna se uniría a la Sacramental de su parroquia.

Por su parte, la hermandad de San Pedro se vio envuelta en un pleito por controlar la Obra Pía del Pecado Mortal, donde los hermanos pedían limosna por los barrios, con la Orden Servita de Ntra. Sra. de los Dolores. Ambas instituciones tuvieron que fusionarse y sus ordenanzas fueron aprobadas en 1806.

La Congregación de Jesús Nazareno quedó formada por tres cuerpos, uno de eclesiásticos y dos de seglares, el de Cruces y el de Luces, pero a raíz de la reforma tuvo conflictos internos entre los seglares. La hermandad de Jesús Nazareno se uniría tanto a la Sacramental de su parroquia como a la de Ánimas.

En 1811, durante el reinado de Jose I Bonaparte, se devolvieron los expedientes sin censura al desaparecer el Consejo de Castilla. El proceso reformista quedó truncado y las hermandades entraron en uno de los períodos más precarios de su historia y que se acentuarán después con las desamortizaciones de corte liberal.

Bibliografía:

-La beneficencia en las hermandades y cofradías estepeñas. Ezequiel Díaz Fernández y José Javier Mateos Llamas. IV Jornadas sobre Historia de Estepa. La Vicaría eclesiástica de Estepa, 2000
-Archivo general del Arzobispado. Memorial de aprobación de Reglas de Hermandades de Estepa, legajo 143 de hermandades.
-Beneficencia desde el siglo XVI al XVIII. Devociones de Estepa. 2013
-Las cofradías estepeñas a principios del siglo XVIII. Devociones de Estepa. 2017

-Origen de pleitos en las hermandades estepeñas. Devociones de Estepa. 2019