Con la realización de estas fiestas se intenta devolver al Cerro de San Cristóbal, origen de nuestra ciudad actual, el esplendor que antaño tuvo, ya que en los últimos años se han realizado varios proyectos de recuperación de todo el entorno (Torre del Homenaje, el entorno del alcázar, los carriles de acceso, restauración de la Iglesia Mayor de Santa María, plantación de plantas autóctonas, etc.), y que nuestros ciudadanos y personas de los distintos pueblos de la comarca puedan conocer y disfrutar de uno de los enclaves turísticos más importantes de la provincia.
Las Fiestas Santiaguistas se han de convertir en el mejor escaparate de nuestra ciudad y de nuestros productos, una nueva oportunidad que no debemos de desaprovechar. El turismo patrimonial y cultural, por tanto, se presenta como un importante recurso endógeno, que se han de apoyar en la proyección de nuestros productos más emblemáticos. El carácter lúdico y festivo ha de primar en estas fiestas, ha de servir de reclamo para que muchos andaluces se acerquen a conocer y disfrutar de estas fiestas, y de paso puedan llevarse un buen recuerdo.
La elección de las fechas y de las fiestas no es algo fortuito o escogido al azar. Durante tres siglos Estepa y las tierras de su Encomienda, estuvieron en manos de los caballeros de la Orden de Santiago (1267-1559), conquistada el 29 de septiembre de 1267. Además, en septiembre se iniciaba la vendimia, que tan importante fue en la comarca y en la cultura mediterránea, como lo atestigua la presencia del racimo de uvas en el escudo de la ciudad. Y durante muchos años nuestra feria se celebró en torno a la procesión de la Virgen del Carmen, el 12 de septiembre. Las fiestas del Carmen eran el eje religioso sobre el que vertebraban todos estos acontecimientos, relacionados con los ciclos agrícolas, anunciando el fin de una campaña y el inicio de otra.
Actualmente, en Septiembre se inicia oficialmente la campaña de mantecado, aunque por diversos motivos relacionados con la logística, ésta se va adelantando. También por estas fechas se inicia la recolección de la aceituna de mesa, que se continúa con la recogida de la aceituna de molino. Por tanto, razones históricas y económicas avalan la elección de la fecha para celebrar dichas fiestas.