30/8/09

250 AÑOS DE IMAGEN NAZARENA

La existencia de una talla de Jesús Nazarena, anterior a la actual es señalada por un inventario de la Iglesia parroquial de San Sebastián de 1694 donde se cita “en la capilla de Jesús Nazareno, la imagen de Jesús con tres potencias.” Por otro inventario de la capilla de Jesús Nuestro Señor de 1707 se especifica de manera pormenorizada los enseres e imágenes que poseía dicha hermandad a principios del siglo XVIII. Este interesante inventario nos habla de la presencia ya conocida de “la ymagen de Jesús” anterior a la actual y las de “Nuestra Señora y Señor San Juan”, todas con sus respectivos atavíos, ropajes y enseres. Refiriéndose a la talla del Nazareno, se enumera un interesante conjunto de elementos como son: “una melena postiza, una cruz grande para el ombro estofada y dorada, otra cruz para el hombro grande teñida negra, otra cabellera nueba, tres potencias de filigrana de plata con unas piedras de vidrio azules, corona de plata a modo de cambrones, unas pariguelas pintadas de varniz y doradas a trechos.” La efigie de Jesús Nazareno tenía un numeroso y suntuoso conjunto de ropajes bordados sobre damascos y terciopelos morados. También poseían en la Capilla de Jesús “una tablita de las indulgencias concedidas a la capilla, ymagen y altar con su marco de madera.”

Se constata así de manera clara, la preexistencia de una efigie de Jesús Nazareno anterior a la actual. La primitiva, ya citada a finales del siglo XVII, aún se veneraba entrado el siglo XVIII, posiblemente la fisonomía que presentaba sería muy similar a la conservada hoy día. De la misma forma los numerosos ropajes y enseres conminan a pesar que casi todas las imágenes de la cofradía eran de vestir: el Nazareno, la Dolorosa bajo la advocación de las Angustias, el discípulo amado e incluso la Verónica. La talla de Ntro. P. Jesús como la de San Juan Evangelista poseía el elemento arcaizante del cabello natural, rasgo inusual en las esculturas del siglo XVII y propio de la imaginería bajo-medieval. Esta característica deber ser entendida dentro de un anquilosamiento estético, formal e incluso devocional que pervive y se mantiene aún a lo largo del siglo XVIII. Sin duda, la Hermandad fue reacia en todo momento a desprenderse de este tradicional arcaísmo, por lo que quizás al sustituir esta efigie hacia mediados del siglo XVIII los hermanos solicitaran al escultor Luis Salvador Carmona, por mediación del VII Marqués de Estepa, D. Juan Bautista Centurión y Ayala, que la nueva talla mantuviese y preservase este rasgo perentorio de la primitiva efigie.


La espléndida imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, fue reconocida inicialmente como obra de escuela granadina pero vinculada con posterioridad al escultor y académico vallisoletano, Luis Salvador Carmona, tras el estudio comparativo llevado a cabo con sus homónimas de La Bañeza (León) y el Real de San Vicente (Toledo). Y ratificada como obra carmonesca tras el hallazgo por parte de la profesora García Gainza de un valioso manuscrito en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. La mencionada cita documental corresponde al inventario de bienes del escultor Luis Salvador Carmona efectuado tras la muerte de su primera esposa, Ante su intención de contraer nuevo matrimonio, realiza “la partición de los bienes que han quedado por muerte de doña Custodia Fernández”, en el que se expresa que se adeudaban al escultor mil reales, por parte del Marqués de Estepa “por la echura de una cabeza y manos para la efigie de Jesús Nazareno que tiene mandados hacer y al presente tiene”. El documento se fecha el 23 de marzo de 1759 lo que indica que por esta fecha se debió ejecutar la cabeza y manos del Nazareno, la existencia de una talla anterior a la actual es señalada, como advertimos anteriormente, por los inventarios de 1694 y 1707 en los que se especifica de manera pormenorizada los enseres e imágenes que poseía dicha Hermandad a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII.





-Jesús Nazareno en El Real de San Vicente (Toledo)


Desde el punto de vista estilístico la talla cristífera presenta una frente limpia apenas perturbada al fruncir el ceño levemente, sus ojos abatidos miran al suelo perdiendo la mirada. El cenceño modelado de mejillas y pómulos se estructuran por medio de planos hundidos y resaltados dando un modelado sinuoso que acentúa su ascetismo y carácter casi famélico. Estos rasgos son más tenues que los del Precursor estepeño del mismo templo, aunque ambos rostros mantienen una misma línea y estrecha similitud estilística. La mirada lánguida y la boca entreabierta inciden en su expresión dolorida y exhausta, la delicada barba bífida se compone de superficiales incisiones de sinuosos mechones verticales. Las manos muestran una cuidada anatomía con delgadas falanges y minuciosas venas. El Nazareno junto con las imágenes de San Francisco de Asís (del Convento Franciscano) y la de San Juan Bautista (de la Iglesia de San Sebastián) conforman la producción más destacada del castellano en tierras andaluzas. La talla del Jesús Nazareno de La Bañeza, se realizó entre 1755 y 1760, en relación con la imagen del Nazareno estepeño presenta una evidente vinculación compositiva respecto a los rostros.

La faz del Nazareno castellano posee a nuestro entender unos rasgos algo más duros y expresivos, por el acusado ceño fruncido, las espinas que traspasan las cejas, la densa barba apenas bífida y algo recortada, y en definitiva la sensación de un rostro más lacerado y dolorido. Por otro lado la imagen sevillana, aún manifestando los mismos rasgos esenciales de la estética carmonesca, alivia la expresión dolorida por medio de una barba más afinada y menos poblada, sin arquear apenas las cejas y sin marcar en exceso las órbitas oculares. De la misma forma el Jesús Nazareno de El Real de San Vicente (Toledo), fechado hacia 1755, nos muestra un rostro tan crispado como el de La Bañeza, sino más sosegado y atemperado, en el contexto de la ostipense. Las imágenes de los Nazarenos leones y toledano también ofrecen una evidente proximidad de factura en elementos como la espina que orada la ceja, la espesura y recorte de la barba, las facciones enjutas de las mejillas y otra serie de rasgos relacionables con el resto de la producción nazarena del insigne escultor Luis Salvador Carmona.

Revista de Feria de Agosto de 2009
Iltmo. Ayuntamiento de Estepa
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Pueden encontrar información de otro Jesús Nazareno con similitudes al estepeño en la web La Hornacina. En concreto, hablamos de la imagen de Jesús Nazareno de Mérida (Badajoz).
Fotografías: La Hornacina

Artículos relacionados:
-Consideraciones sobre la atribución de la Imagen de Nuestro padre Jesús Nazareno (Iglesia de San Sebastián de Estepa). Gómez Piñol, E. II Jornadas sobre Historia de Estepa. Ed. Ayto. de Estepa, 1996.
-Estudio de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno mediante imágenes médicas. Manzano Beltrán, PE. IV Coloquio Nacional sobre la Cultura en Andalucía. Ed. Ayto de Estepa
-La obra del escultor Luis Salvador Carmona en Estepa. Díaz Fernández, E. Boletín de Arte. Universidad de Málaga. 2002