Son muchos los hogares estepeños y muchas las personas que marcan su día a día, impulsados por su gran pasión hacia Él. Conmovidos por su figura, caminamos, afrontando nuestras propias batallas, las que Dios nos tiene organizadas bien con la familia, con los amigos, en nuestro negocio o trabajo, mientras tanto a veces nos sentimos azorados, desdichados, enfermos, abatidos, tristes, gozosos, alegres, orgullosos, …; pero siempre, convencidos de que podemos afrontar las vicisitudes que se nos presentan cogidos de la mano de Nuestro Padre Jesús.
Durante estos dos siglos y medio, son muchas las personas que con su entrega y generosidad han hecho posible la existencia de nuestra Hermandad. Transcurrir éste, lleno de devoción y cariño hacia nuestros Titulares, con la vocación de darles culto y procesionar junto a Ellos en la estación de penitencia de cada Viernes Santo, siempre profesando nuestra fe y dándoles la solemnidad y el respeto que se merecen.
Creo que debemos conservar siempre la integridad de la Hermandad, con la humildad y el esplendor que se merece, pues debemos de ser conscientes del valor que hemos heredado y sentirnos dichosos y capaces de mantener viva nuestra pasión y devoción para transmitirla a nuestros hijos.
Espero con la ayuda de Nuestro Padre Jesús y al amparo de su Madre María Santísima de los Dolores, ser merecedores de Ellos y nos den la suficiente firmeza y dignidad para pertenecer a esta Hermandad y contribuir de esta manera para mantenerla siempre viva con todo el pueblo de Estepa.
José María Alfaro Márquez
Hermano Mayor de la Hermandad de Jesús Nazareno de Estepa
Boletín “Cruces y Luces” 2009